jueves, 6 de noviembre de 2025

Temporada en el infierno

Portada del libro Temporada en el infierno, de Jack Higgins

Título y autor/a:Temporada en el infierno, de Jack Higgins.
Clave de lectura:Esther y Sean intentan averiguar quién dirige un grupo criminal.
Valoración:✮✮✮✩✩
Comentario personal:La excesiva velocidad perjudica al relato.
Música:Ha llegado el águila, de Lalo Schifrin ♪♪♪

En comparación con Ha llegado el águila, seguramente el título más famoso de Jack Higgins, Temporada en el infierno baja un peldaño la calidad.

Uno por lo menos, o dos o tres en ciertos detalles. El motivo principal es el ritmo.

¿Quieres escribir una novela de acción? Perfecto. ¿Trepidante? Muy bien. ¿En la que el lector esté deseando pasar de página a ver cómo se salvan los protagonistas? No te cortes.

Pero tampoco confundas acción con atropello. Baja una marcha de vez en cuando para preparar los acontecimientos antes de que el Browning o la Walther PPK vacíen sus cargadores. Desarrolla, cuida los detalles, la verosimilitud...

Y Higgins pasa aquí por encima de todo.

El accidente de un coche fúnebre destapa una trama de narcotráfico. Debido a las prisas, el conductor olvida en el interior del cuerpo que transporta un paquete de heroína.

La víctima había muerto ahogada en Francia, pero contiene trazas de cierta sustancia que anula la voluntad: burundanga. ¿Quizá le asesinaron para aprovechar la repatriación de los restos al Reino Unido?

Esther, su influyente madrastra, quiere investigar y pide ayuda al coronel del Grupo 4 Villiers. Los criminales, liderados por el oculto señor Smith, desean lo contrario.

El coronel pone en contacto a Esther y Sean, que ha abandonado el cuerpo de operaciones especiales debido a una lesión de rodilla pero conserva intactas otras habilidades para el «trabajo de campo».

La mafia neoyorquina, la mafia siciliana, los bajos fondos londinenses, el submundo a orillas del Sena, el IRA, el terrorismo paramilitar del Ulster… ¿Cómo se relacionan entre sí?

Yago, mano derecha de Smith, ata los cabos sueltos. Lo escucha todo, lo sabe todo. Aunque le han ordenado no atentar de momento contra la pareja, incluso protegerlos in extremis: ¿por qué?

¿Afectará su creciente fascinación por Esther a su eficacia como ejecutor llegado el caso?

Lástima de ritmo tan alocado.


Salió de la casa sin hacer ruido, abrió el maletero del Mini Cooper y la caja de las herramientas. Allí también había un Browning, que se guardó dentro de la chaqueta. Luego se sentó al volante y se internó por las calles silenciosas.

lunes, 3 de noviembre de 2025

Una señal del universo

Parada de autobús en Frankfurt

A ocho pasos de distancia, nuestras miradas se encuentran.

Y pienso… Pues no pienso nada en especial.

A siete pasos más o menos, sus ojos siguen fijos en mí.

Y pienso… ¿Nos conocemos?

Quedan seis pasos cuando ella empieza a sonreírme.

Y pienso… Las gafas de sol nuevas, seguro. Deben de quedarme bien.

Cinco, cinco pasos nada más. Se aparta un mechón de pelo.

Y pienso… ¡Qué guapa!

Cuatro pasos: si meto tripa ahora y dejo de respirar, aguantaré, veamos… ¿Cómo será la fórmula? Un tren parte a las 04:44 con una velocidad uniformemente acelerada…

Y pienso… ¡Está como un tren!

¿Tres ya? ¿De verdad? ¿Número primo, racional, real, entero gaussiano, suma de los primeros naturales?

Y pienso… Esto tiene significado. Una señal del universo.

Dos pasos para recordar a Platón y los seres redondos divididos por castigo de los dioses, que vagan sin descanso en búsqueda mutua.

Y pienso… Se acabó el vagar. En palabras del GPS, «he alcanzado mi destino».

A un paso, frente a frente, ambos nos detenemos. Sus labios, volcán de fuego, me hacen una única pregunta.

Y pienso (en voz alta)… ¿La parada del autobús? Sí, claro, cruza por ese semáforo, gira a la izquierda y enseguida la ves.

¿Qué otra cosa podía esperar? Señal del universo, anda que…


miércoles, 29 de octubre de 2025

Guerra y guerra

Portada del libro Guerra y guerra, de László Krasznahorkai

Título y autor/a:Guerra y guerra, de László Krasznahorkai.
Clave de lectura:¿Existe algún lugar a salvo de la guerra?
Valoración:✮✮✮✩✩
Comentario personal:Un texto para vagar en tierra de nadie.
Música:I due Foscari (Ah sì, ch'io sento ancora), de Giuseppe Verdi ♪♪♪

Tras el Premio Nobel a László Krasznahorkai, acudo al rincón húngaro de mi biblioteca con ánimo de refrescar la memoria. ¿Qué títulos he leído? ¿Cuáles me faltan por leer?

Por desgracia, entre el primer grupo ninguno me despierta un recuerdo de fuegos artificiales. Para poner al día la balanza del segundo, selecciono Guerra y guerra.

Se trata de una obra compleja en estilo y contenido. Como peculiaridad ortográfica, el autor no utiliza puntos, solo comas, y cada sección consta de frases únicas. Incluso con varias páginas de longitud.

Esta ausencia de pausas discursivas conlleva riesgos: adentrarse en una telaraña verbal, poner a prueba la paciencia, comprender apenas el mensaje e incluso, en el peor de los casos, la palabra maldita. Abandono.

¿Pero funciona? Quiero decir: ¿son riesgos asumibles a cambio de recompensa?

Una pandilla navajera rodea a Korin en un puente sobre el ferrocarril. El temor le impulsa a hablar, hablar, hablar…

Archivero en una pequeña ciudad a doscientos veinte kilómetros de Budapest, ha encontrado, dentro de una caja con papeles de la familia Wlassich, cierto relato cuya importancia merece difundirse más allá de las fronteras. Ha de hacerlo público a toda costa.

Cuatro hombres, Kasser, Bengazza, Falke y Toot, naufragan en la costa de Creta. ¿Cuál es su origen? ¿Adónde se dirigía su nave? Poco después surgen señales de un cataclismo.

Los mismos aparecen en Colonia, relacionados con la construcción de la catedral. Un quinto personaje, el misterioso —¿mefistofélico?— Mastemann también se reencarna desde los tiempos minoicos.

Korin consigue un pasaje al centro del mundo, la ciudad de Nueva York. Allí podrá publicar el manuscrito en Internet y poner fin a su vida, según cuenta a quienes se va cruzando en la estación, el aeropuerto, el hotel, el apartamento del intérprete y su maltratada pareja…

Habla, habla, continúa hablando. ¿Alguien le escucha? ¿Hay alguien que no lo considere alienado?

Un carruaje se detiene en Padua con destino a Venecia. Las figuras que ya conocemos confían en que Francesco Foscari no sea elegido dogo en detrimento de la política de neutralidad de esta república.

A continuación esperan noticias, en una gigantesca hospedería cerca de Gibraltar, sobre el retorno de tres barcos. Y visitan un muro que protege la frontera romana. Quizá el periplo tenga un nexo: descubrir lugares a salvo de la guerra.

Algo imposible, a todas luces. Korin, completada su labor, se lanza a las calles en pos de una pistola. Los acontecimientos aún habrán de sorprendernos con el giro hacia el museo Hallen für die Neue Kunst de Schaffhausen.

¿Merece la pena perseverar?, me preguntaba antes sobre este libro. La extraña estructura y críptica trama empujan hacia atrás. ¿Entonces, la recompensa?...

No me atrevo a dar una respuesta de sí o no. Sufro un debate interno como el asno de Buridán, hasta tal punto consigue enredarme en su laberinto el galardonado por la Academia Sueca.

Un texto para vagar en tierra de nadie.


El amor al orden es la mitad de la existencia, de modo que el amor al orden es el amor a la simetría y el amor a la simetría es el recuerdo de la eternidad, dijo tras un largo silencio, y al ver que ella lo contemplaba asombrada, asintió con la cabeza para confirmar lo dicho, se levantó, examinó la estación que se alejaba, como si tratara de comprobar si sus perseguidores habían quedado atrás, después tornó a sentarse, se envolvió todavía más en su abrigo y añadió a modo de explicación: Una o dos horas, solo faltan una o dos horas.

jueves, 23 de octubre de 2025

Tratado de ateología

Portada del libro Tratado de Ateología, de Michel Onfray

Título y autor/a:Tratado de ateología, de Michel Onfray.
Clave de lectura:Las religiones como males de la humanidad.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Un alegato convincente.
Música:Ágora, de Dario Marianelli ♪♪♪

La actitud de Michel Onfray en este ensayo podría calificarse de agresiva. Quizá porque planta batalla a fuerzas que tampoco se distinguen por su amor al prójimo precisamente.

Tratado de ateología tiene un objetivo claro: denunciar a las religiones monoteístas —cristianismo, judaísmo, islam— como males de la humanidad.

Varios bloques pavimentan el camino. Ateología parte de «la muerte de Dios» de Nietzsche para refutarla; aun camuflado bajo improntas culturales, está lejos de haber desaparecido de nuestras vidas.

Monoteísmo describe la «logica» común de los prosélitos: su odio por la inteligencia, la libertad, el progreso científico, el sexo, las mujeres… A cambio de someternos a dictados absurdos en la Tierra, aseguran recompensas delirantes fuera de ella.

Cristianismo arremete contra esta fe concreta, cuyo constructor no se llama Jesús de Nazaret, sino Pablo de Tarso, eficacísimo perturbado mental. Es la figura a la que más dedica Onfray sus iras, aunque no se olvida del emperador Constantino y sus sucesores, quienes forjaron la unión entre el gobierno temporal y el del espíritu en Occidente.

Teocracia abunda en dicha alianza, que tanta sangre ha vertido a lo largo de la historia. Y en las contradicciones irresolubles de todos los libros sagrados que, junto a vagas alusiones a la concordia, exhortan de forma nítida a la aniquilación del infiel.

Necesitamos desarrollar un mundo secular hasta la raíz que actúe de contención a la barbarie en nombre de lo divino.

Mi comentario: pasando por alto el tono «intenso», que llega a saturar, y un par de afirmaciones sobre las que necesito documentarme, encuentro el Tratado de ateología convincente. Siempre que lo juzgue desde la óptica de la razón, claro está (si me apuráis, desde ópticas que pueda llamar humanistas).

La duda que planteo es de carácter formal: defender el ateísmo atacando al teísmo, en lugar de por sus propias virtudes, ¿no acaba convirtiéndolo en una cuarta «religión» con igual intolerancia? Donde se excluye el pensamiento especulativo —«mágico», si se quiere—. Donde las posibilidades fuera del canon son heréticas.

Donde la existencia de infieles nos impide alcanzar dimensiones más altas. Menuda paradoja…


El Génesis ya enseña el desprecio por el saber; pues, no lo olvidemos, el pecado original, la culpa imperdonable transmitida de generación en generación, se debe a haber probado la fruta del árbol del conocimiento. Lo imperdonable consiste en haber querido saber y en no contentarse con la obediencia y la fe que Dios exige para acceder a la felicidad.

lunes, 20 de octubre de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (XIII)

Estatua de Jan Kiliński en Varsovia

Nuestro héroe de hoy, Jan Kiliński, es zapatero de oficio. En 1794, a las órdenes de Kościuszko, lidera las milicias ciudadanas de Varsovia frente a las tropas de la zarina.

Pero ni eslavos del este ni prusianos se lo toman bien. Escudándose en un acuerdo de reparto anterior, el intento polaco termina aplastado y Jan recluido en prisión.

Cuando se inaugura, colocan el monumento sobre un pedestal de granito. ¿Qué mejor que reciclarlo de la catedral de Alexander Nevski, héroe nacional de los ocupantes y demolida tras recobrar el país la independencia? Damnatio memoriae.

Durante la última guerra consigue librarse de quedar reducido a escombros. Apenas pierde los brazos.

Y aquí sigue a la fecha, con bigote, sable y pistolón de pedernal. Plano contrapicado, silueta sobre cielo gris, que anda la tarde un poco ramplona, sus y a ellos.

(Por supuesto, Chopin en la caja de las corcheas).


jueves, 16 de octubre de 2025

La caída

Portada del libro La caída, de Thomas Mann

Título y autor/a:La caída, de Thomas Mann.
Clave de lectura:Relatos donde prima la psicología de los personajes.
Valoración:✮✮✮✩✩
Comentario personal:No es el mejor Mann.
Música:Ganymed, de Hugo Wolf ♪♪♪

Thomas Mann pertenece a la más brillante constelación de autores dentro del universo literario, jamás podría decir otra cosa. Sin embargo, los doce relatos bajo el título común La caída me despiertan un mediano interés.

Su ambiente evoca la joie de vivre de las clases burguesas europeas antes de 1914: salones de té, artistas refinados, señoras con cutis de porcelana, húsares, valses, distinción social…

Y otra realidad que late al poco de levantar las sedas: conveniencia, vulgaridad, mascarada… El retrato psicológico de los personajes desvela este doble perfil.

Por ejemplo, todos admiran a Ángela en Anécdota; los caballeros maduros se arrodillan y los jóvenes se baten por ella en duelo. Solo su marido, respetable subdirector de banco, acumula un rencor que en algún momento explotará. ¿Por qué?

En Voluntad de vivir, el reencuentro con un antiguo compañero de colegio, de salud frágil, y la visita conjunta a la familia del barón Stein, hacen sospechar al narrador de los sentimientos ocultos entre aquel y la joven Ada.

La caída rememora lo ocurrido a cierto estudiante cuando se fija en una hermosa actriz. Cabello oro mate, ojos crédulos y al mismo tiempo alegres, naricilla fina, boca dulce e inocente… ¿Inocente?

La muerte: el conde la conoce, es más, sabe que visitará su casa el próximo 12 de octubre. «Es mejor que acabemos pronto», le parece ya escuchar. Su hija le trae flores recogidas en la playa.

El sanatorio Einfried, donde se reúnen pacientes necesitados de aire puro, enmarca quizá la historia más sugestiva, Tristán, gracias a los ecos de La montaña mágica.

El niño prodigio, Horas penosas, Tobias Mindernickel, Luisita, El camino del cementerio, Visión, Un momento de felicidad... Pequeños albores que brotan y pronto se desvanecen.

¿El gran Mann? Sí, sin duda, pero no el mejor Mann.


Le dije a Asunción, cuando estaba sobre mis rodillas: «¿Qué pasaría si me marchara pronto de tu lado, de algún modo? ¿Estarías muy triste?». Ella apoyó su cabecita en mi pecho y lloró amargamente. Mi garganta está estrangulada de dolor.

lunes, 13 de octubre de 2025

Patriotismo

Motocicletas multicolores

El protagonista de la película Senderos de gloria cita una frase de Samuel Johnson cuando le exigen atacar, a mayor fama de la nación (y del general que da la orden), la colina de las hormigas: «El patriotismo es el último refugio de los canallas».

¿Es así? ¿Han de considerarse sus aspavientos una gran hipocresía, disfraz de quienes claman por la moralidad pública sin preocuparse de la propia?

¿Aquellos que por ejemplo rezan a un dios compasivo (golpes de pecho e inclinaciones ceremoniales) antes de masacrar a sus criaturas?

¿O los que componen discursos para atraer la moneda más baja del espectador? ¡La colina de las hormigas es nuestra por nacimiento! ¡Solo nuestra!

Patriotismo… ¿Ocupan desprecio y arrogancia el lugar de esta golpeada palabra? ¿Y respeto, nobleza o virtud? ¿Son acaso valores proscritos?

¿Dónde se hallan? ¿Celebraremos su incruento retorno algún día?

Muchas preguntas… La respuesta, si es que existe, quizá resida lejos de ningún auto de fe:

En el corazón de cada persona.


jueves, 9 de octubre de 2025

Potlatch

Portada del libro Potlatch, de Alfonso Lantero

Título y autor/a:Potlatch, de Alfonso Lantero.
Clave de lectura:Poesía de dudas y certezas, de sombra y de luz.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Nos arropa su sencilla importancia.
Música:Sinfonía nº 5 (IV.Adagietto), de Gustav Mahler ♪♪♪

Músico conocido, ingenioso contertulio, recitador, marino, figura caminante por Pimiango, lugar en el que, para fortuna de paisanos y viajeros, ha querido radicarse…

En Potlatch, Alfonso Lantero reúne momentos que solemos empujar a un lado, ignorándolos —despreciándolos incluso, adictos como nos hemos convertido a la velocidad inhumana— y nos desvela su papel como refugio de la realidad.

La memoria de un continente (América) brota desde un pequeño rincón de pueblo (Las casas viejas). Cierto rostro familiar en la calle (La ventana) existe junto a sombras anónimas tras los vidrios de un bulevar (La ciudad infinita).

El amor (Caballo exhausto en la arena), el ¿éxito? (El otro) y lo que viene después (Sobre mis pasos). Y la voz, tan amiga, del último adiós (Huellas).

¿Y el título? Como acto ritual, un potlatch significa desprenderse de bienes, dar sin esperar nada a cambio. Con el mismo espíritu, los poemas nacen de horas tomadas por Lantero a la noche, pero pertenecen a quienes los leemos.

Sentimos que nos cubre su manto. Nos arropa la sencilla importancia de estos versos.

Porque son lo que somos: dudas y certezas, sombra y luz de mil pequeños azares.

Humana sombra, humana luz.


El encinar me espera sobre el acantilado.
El cenobio arruinado,
misterioso y umbrío
se resiste a desaparecer.
En la agenda dice:
bajar a la playa,
rezar por los muertos,
picar la leña,
encender el fuego.
Haré cosas
que no sirvan para nada.

lunes, 6 de octubre de 2025

Muro de las Lamentaciones

Muro de las Lamentaciones en Jerusalén

El cuaderno de Rutka, Ganarle a Dios, El canto del pueblo judío asesinado… Son los títulos de algunos libros comentados en los años de andadura del blog.

Junto a historias fotográficas de Jerusalén, Varsovia, Auschwitz

Al principio de la despiadada matanza de inocentes para vengar una despiadada matanza terrorista (la cadena de odio se extiende, eslabón a eslabón, más atrás de lo que dura la vida en Gaza), me engañé a mí mismo.

Tuve fe en que un rastro de humanidad detendría la sed de sangre. ¡Un pequeño rastro! ¡Después de los pogromos! ¡Y del Holocausto! ¡No podía estar repitiéndose con las víctimas adoptando el papel de verdugos!

El pueblo de una democracia se negaría. Los soldados se negarían. Jefes de Gobierno, ministros y generales habrían de escuchar a una marea de personas horrorizadas exigiendo la paz.

Exigiendo, no pidiendo. Qué iluso.

¿Paz? Aunque llegasen a descansar las bombas, se alza un nuevo Muro de las Lamentaciones y es sordo a voces desnudas.

No hay valor tras sus piedras para comprender y recomenzar.

Jefes de Gobierno, ministros, generales… Y quienes prefieren ignorar, hoy como ayer, la lluvia de cenizas de los hornos.

Obedecen a un ídolo, no ya de oro, sino fundido de cicatrices.

En su nombre, Dolor, estamos todos malditos.


jueves, 2 de octubre de 2025

Oasis

Portada del libro Oasis, de Ana Lucas

Título y autor/a:Oasis, de Ana Lucas.
Clave de lectura:Una crónica de emociones.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Su ímpetu de juventud desarma.
Música:No sé mañana, de Rosana ♪♪♪

Oasis es una crónica de emociones. La aceptación de que alguien, indistinguible en apariencia de miles de «alguien» a nuestro alrededor, se puede transmutar en huracán y atraernos con giro vertiginoso.

Y, tan súbito como llega, desaparecer.

Lo que esperamos. Lo que creemos adivinar. Lo que obtenemos. Los espejismos y equivocaciones, con consecuencias que ningún sabio sería capaz de repetir en redomas de alquimia.

El , el yo, el nosotros… El mayor misterio.

Versos-personas y personas-versos. Ana Lucas declara que comenzó a escribirlos para sí misma y quiso «dignificarlos» desde aquel rincón oculto, en forma de libro.

Poemario sincero, con un ímpetu de juventud y una expresividad que desarman.


Alguien, siempre alguien,
carezco de valor y fuerza
para reptar sola por debajo de estos muros.
La suma de los fracasos
es una cifra desorbitada
para un corazón tan joven;
así que he cerrado los ojos por un rato
para volar a otra ciudad.

lunes, 29 de septiembre de 2025

Pimiango (XXVI)

Gato con tazón de leche

Michina es hija de Mordred y Ginebra.

¿A mí qué me contáis? Sé que anda por medio Galahad (el rey Arturo ya murió, pobrín), pero Ginebra tiene un carácter… Cada vez que el atigrado le canta amor, ella se pone de uñas, y sin embargo trata con familiaridad al caballero oscuro.

Así las cosas, Michina tomó posesión como heredera de la Orden del Felpudo. Sus ojos aquella mañana, cuando abrí la puerta, se convirtieron en heraldos: ¡Aliméntame! ¡Pásame la mano por el lomo! ¡Quiero ronronear! ¡Soy tu princesa!

A fe de escudero, me hinqué de rodillas y obedecí.

Verano. Pimiango. El pendón de Michina rampante en el castillo… Ahora, en pos de dragones otoñales, ronroneos y tributos lácteos son un lejano recuerdo.


jueves, 25 de septiembre de 2025

El enano

Portada del libro El enano, de Pär Lagerkvist

Título y autor/a:El enano, de Pär Lagerkvist.
Clave de lectura:El rencor más grande nace del hombre más pequeño.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Una novela notable.
Música:Aria della battaglia, de Andrea Gabrieli ♪♪♪

Es un texto singular, notable incluso. Se aprecia la mano de un nobel.

En El enano, Pär Lagerkvist nos ofrece el diario en primera persona de alguien cuya pasión más exacerbada es la guerra. Alguien que mide sesenta y cinco centímetros.

El protagonista sirve al príncipe León en una corte de esplendores, donde figuras como el condotiero Boccarossa acuden a despachar.

También lo hace el enigmático maese Bernardo, un «gran maestro» con el encargo de pintar la última cena. Aunque revela igual ingenio para los artefactos mecánicos: cañones de sitio, vehículos blindados que abran camino a la infantería...

Si conociese tal sentimiento, el enano amaría a la princesa Teodora, que lo utiliza para enviar notas a su favorito don Ricardo. Como lo ignora, desea castigar esa vida de cortesana.

Angélica, a quien creen hija natural del príncipe, es otro objeto de desprecio. ¡Qué boba! ¡Qué indigna! Pero ha de conducirse con disimulo.

Por fin, las tropas se ponen en marcha. Ludovico Il Toro, que gobierna el territorio vecino, conocerá el sabor de su propia sangre.

¿Y si, pese al heroísmo en las batallas, los planes fracasan? ¿Y si los venecianos deniegan empréstitos para los mercenarios de Boccarossa? ¿Y si se concierta una vergonzosa paz? ¿Y si Ludovico acude con numeroso séquito junto a su heredero Giovanni?

¿Qué significan las miradas entre Giovanni y Angélica? ¿Qué encomendará el príncipe al enano durante la fiesta? ¿Con cuánto celo y regocijo cumplirá su tarea? ¿Cuáles serán las consecuencias para todos?

La historia de Lagerkvist cautiva. A pesar del ambiente renacentista, tanto los acontecimientos como los personajes dejan traslucir un simbolismo acorde con la época en que fue escrita: 1944.

Odio, odio ardiente que rige el mundo, fuerza bruta y traición. Incluso la sabiduría obedece a la violencia.

El rencor del enano alcanza a la humanidad entera.


¡Es una existencia maravillosa! ¡Qué liberación para el cuerpo y para el alma se logra tomando parte en una guerra! Uno se hace otro hombre. Nunca me he encontrado mejor. ¡Respiro tan bien! ¡Me muevo con tanta facilidad!

lunes, 22 de septiembre de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (XII)

Museo del Romanticismo en Madrid

Castaños… ¡Castaños!

¿Eh?, sí, sí, a la carga… ¿Dónde se han metido los franceses?

Castaños ha ganado en Bailén y ha perdido en Tudela. Cuando tenía diez años le nombraron capitán a secas, porque en el ancien régime los galones se cosían así. Ahora es capitán general, mariscal de campo, presidente del Estamento de Próceres, del Consejo de Estado, del Consejo de Regencia y duque.

Tiene una bonita casaca blanca y un sombrero bicornio con adorno de espumillón.

Al rey de antes, el séptimo, le gustaba porque alguna vez dijo que los reyes tienen que mandar y sanseacabó. ¿Constituciones?

Por ahí vas bien, muchacho, tienes futuro.

A la de ahora, la segunda, la lleva en sillita de la reina. Menos para posar en el cuadro, que le han puesto una de montar a mujeriegas.

¡Pero no bajéis la cabeza!

Aguanta heroicamente Castaños, detrás de la soberana y su nuevo hombre de hierro, Prim.

Se acuerda de jornadas entre riscos, con el sol andaluz pegando en el chacó a los gabachos y sin media gota de agua que llevarse a los labios. ¿Os rendís, monsieur Dupont? ¿Por qué tarda tanto el pintor?

A la carga, a la carga, murmura. Y vuelve a su merecida siesta.


jueves, 18 de septiembre de 2025

Operación Nuevo Mundo

Portada del libro Operación Nuevo Mundo, de Simon Wiesenthal

Título y autor/a:Operación Nuevo Mundo, de Simon Wiesenthal.
Clave de lectura:Colón sueña con encontrar a los judíos perdidos en Asia.
Valoración:✮✮✮✩✩
Comentario personal:Me parece una tesis forzada.
Música:Palestina hermoza (tradicional sefardí) ♪♪♪

En Operación Nuevo Mundo, Simon Wiesenthal sugiere una misión secreta tras los viajes colombinos: descubrir territorios gobernados por las tribus dispersas de Israel.

Porque es muy probable el origen judío o converso del almirante, al igual que el de casi todas las figuras implicadas en la empresa americana. Ocultarlo obedecería al ambiente de terror implantado en España por la Inquisición.

Las expectativas se originan ya en la Edad Media; así, Eldad had-Dani, «el Danita», asegura conocer lugares donde miles de exiliados viven desde la destrucción del templo. Y el cordobés Hasday Ben Saprut, ministro de Abderramán III, envía una embajada a los remotos kázaros preguntando por su historia y su fe.

Algo más tarde, Benjamín de Tudela da noticia de un periplo entre Constantinopla, Antioquía, Bagdad, Babilonia, Susa, Samarcanda, Kisch, Adén… En todas halla prósperas comunidades de la Torá.

Esto trae esperanza a los sefardíes, odiados por el fanatismo cristiano debido a su natural científico e industrioso. El autor inunda su libro con ejemplos de la leyenda más negra.

Hasta el 2 de agosto de 1492: tres carabelas anclan en el puerto de Palos y las tripulaciones han de embarcar antes de las once de la noche. ¿Será casualidad que expire el plazo concedido por los Reyes Católicos para que todos los judíos hayan abandonado sus reinos?

¿Y qué pensar acerca de que un miembro de la expedición, Luis de Torres, sea intérprete oficial de hebreo? ¿Pronunciará en esta lengua el primer saludo a los indígenas de Guanahaní?

¿Debe hablarse de Colón como un nuevo Moisés que guía a su pueblo hacia la libertad? ¿Es digna de considerar la tesis?

A mí me parece forzadísima, pero vaya uno a saber…


Para los fines de este estudio —esclarecer por qué los judíos y marranos españoles apoyaron los planes de Colón—, no es trascendental determinar si el descubridor de América era judío, descendiente de judíos o cristiano viejo, ni si había nacido en Italia o en España.

lunes, 15 de septiembre de 2025

Pimiango (XXV)

Soneto de Lope de Vega

Carlos V acude a su cita anual con Pimiango, aunque, a falta de caballería de gualdrapa, en esta ocasión acompañe a los alabarderos que gastan suela en su entrada triunfal.

Desfile engalanado, danzas típicas, presentación de oficios, culines de sidra, discurso del corregidor… Hasta demostraciones de tiro con arco.

También, por supuesto, cena renacentista. Y lecturas de rapsodas en la plaza.

Ahí es donde entro yo con modestia. En la primera, aposentando y sirviendo a quien demande yantar. En las segundas, recitando a Lope sin prestarle ciencia al detalle de que en realidad aún no ha nacido.

¿Qué importa? ¡Débil muro son los siglos para detener al fénix de los ingenios!

Ir y quedarse, y con quedar partirse


jueves, 11 de septiembre de 2025

Santos varones

Portada del libro Santos varones, de Luis Sánchez Polack

Título y autor/a:Santos varones, de Luis Sánchez Polack.
Clave de lectura:¿Pero qué clave ni qué...?
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Un despiporre surrealista.
Música:La nariz (Gallop), de Dimitri Shostakovich ♪♪♪

No es un humor para todos, eso puedo asegurarlo.

O quizá sea cuestión de «dosis». Yo, por ejemplo, empecé a leer este libro de corrido hasta que me di cuenta de que lo apreciaba mejor con tiempos prudentes: una decena de episodios o así cada vez.

Porque Santos varones contiene un puro despiporre surrealista.

Historias absurdas, personajes absurdos, finales del mismo cariz… Pensadas inicialmente para la radio, la imaginación de Luis Sánchez Polack, chistera de Tip y Coll, echa abajo cualquier dique que intente contenerla.

Olvidad claves de ningún tipo. No hay temas, no hay reglas lógicas, no hay nada más (ni nada menos) que el rictus de una incrédula sonrisa asomado al final de cada página. ¡Santo varón!


Por tratarse de un día como hoy, en el que se cumple su quinto centenario, voy a narrar sucintamente la historia de don Añoras, Añoras Lechecilla de la Bragalinza. Hombre probo donde los haya, consumidor de buyangas y donador de dádivas en campo de gules de Bruselas. A la par que desfacedor de entuertos, un ojo sí, otro no, toda su vida, toda toda, la dedicó este prócer al estudio del supositorio.

lunes, 8 de septiembre de 2025

El hombre que tuvo el coraje de cambiar la historia

Portada del libro El hombre que tuvo el coraje de cambiar la historia, de Giles Milton

Título y autor/a:El hombre que tuvo el coraje de cambiar la historia, de Giles Milton.
Clave de lectura:Comienza la carrera por dominar el comercio de las especias.
Valoración:✮✮✮✩✩
Comentario personal:Hay que pasar por alto su enfoque nacionalista.
Música:Alfred (Rule Britannia), de Thomas Arne ♪♪♪

Los ingleses (porque yo soy inglés, por supuesto) somos lo más. Valientes, sagaces, emprendedores...

Los holandeses, con alguna honrosa excepción, son malos bichos. Los portugueses no se nos acercan a la suela del zapato.

Los españoles solo valen para hundirles algún galeón como pasatiempo, panda de inútiles.

¡Qué contentos se van a poner los nativos cuando nos vean aparecer! ¿Cómo no van a firmar el documento de cesión voluntaria de tierras? ¡Van a estar protegidos por su majestad!

Me llamo Giles Milton y todo esto lo dejo claro en mi libro El hombre que tuvo el coraje de cambiar la historia.

Perdonad un preludio tan irónico, pero es que el tono que adopta el autor para narrar los viajes europeos hacia las islas de las especias, así como singladuras en pos de rutas alternativas entre el XVI y el XVII, resulta acusadamente chovinista.

A veces roza lo cómico, aunque no sea su intención (¿a quién se le habrá ocurrido traducir en términos de coraje el original Nathaniel’s Nutmeg, es decir, La nuez moscada de Nathaniel?).

Ahora bien, si hacemos el esfuerzo de pasarlo por alto, se trata de un texto bastante entretenido, cercano a una película de aventuras del Hollywood clásico.

En efecto, en plena Era de los Descubrimientos, llegar a las remotas zonas especieras, cargar las bodegas y que los vientos soplen de vuelta a los mercados metropolitanos se convierte en cuestión de Estado. Admite cualquier coste con tal de desbancar a la competencia.

Los navegantes portugueses han abierto el camino y pretenden monopolizarlo desde su base de Ternate. La Corona española intenta demostrar que el Tratado de Tordesillas le da derecho y Juan Sebastián Elcano alcanza las Molucas rodeando la Tierra.

Seguidamente, las Provincias Unidas echan su cuarto a espadas y la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales arrasa con todo y con todos.

Los únicos que podrían pararlos son los súbditos de Albión, ya que Nathaniel Courthope establece un puesto avanzado en Run. Junto con treinta compañeros resiste ataques durante años, a pesar de su inferioridad numérica.

La tregua obtenida por su heroísmo tiene un final conocido como masacre de Amboyna. Acusados de querer apoderarse de un fuerte, los honrados comerciantes ingleses reciben un trato del gobernador holandés van Speult que deja a nuestra Inquisición como hermanitas de la caridad.

Todo ello se conecta con exploraciones y figuras (Cabot, Barents, Drake, Frobisher, Cavendish, Hudson…) que, de forma insospechada, harán emerger la ciudad de Nueva York.

Aprovechemos los datos que aporta la lectura y sonriamos, excusando fruncir el ceño, por cómo los aporta.


Sin embargo, el duro tratamiento que había recibido no hizo mella en su orgullo de ser inglés, y su férrea determinación de defender la bandera de su país inspiró a los comisionados que le siguieron, hombres como Nathaniel Courthope para quienes el patriotismo y el cumplimiento del deber eran incluso más importantes que el comercio.

viernes, 5 de septiembre de 2025

¿Por qué?

Museo de Auschwitz-Birkenau

Los dos parecen muy jóvenes. ¿Dieciocho años?, no creo que mucho más.

Con aire bohemio, despreocupado, alegre, lleno de ganas de vivir el mundo.

Ella pregunta por la carta, pero el inglés no es el fuerte del camarero, así que me ofrezco gustoso a ayudarlos.

Después de un rato de descripciones, se deciden por el tartar vegetal y el atún en salsa, «receta de la abuela».

Entonces, el camarero les pregunta su lugar de procedencia. Contestan: Israel. Y yo…

Quisiera mirar en lo más profundo de sus ojos sin pasar por loco. Quisiera tomarles ingenuamente de las manos y preguntar algo a mi vez: ¿por qué?

¿Por qué alguien de dieciocho años cargaría un arma y apretaría a ciegas el gatillo?

¿Por qué conduciría una excavadora para tirar abajo refugios?

¿Por qué estrangularía las aguas? ¿Por qué sembraría de sal los campos? ¿Por qué empuñaría un hacha y talaría troncos de olivo centenarios?

¡Si no estás con nosotros, estás contra nosotros: mata, mata, mata, es tu deber!

¿Por qué?

Los dos parecen muy jóvenes, llenos de ganas de vivir el mundo. ¿Podrán devolver esa misma vida a otros?

¿Podrán reconstruirlo?


lunes, 1 de septiembre de 2025

Mi concepción del mundo

Portada del libro Mi concepción del mundo, de Erwin Schrödinger

Título y autor/a:Mi concepción del mundo, de Erwin Schrödinger.
Clave de lectura:Meditaciones existenciales de una mente insondable.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Un inspirador conjunto.
Música:Densidad 21.5, de Edgar Varèse ♪♪♪

Podría bromear sobre este libro diciendo que me gusta y no me gusta simultáneamente. Es decir, hasta la última página no colapsa su función de onda y adopta uno de los posibles estados. Mientras tanto, tiene gato encerrado.

Intuiréis que hablo de Erwin Schrödinger, la mente que impulsó el concepto, de difícil medición para nuestras neuronas, de la mecánica cuántica.

Lo más curioso, no obstante, descansa en que Mi concepción del mundo no pertenece al ámbito por el que recibió el Nobel, sino al ensayo filosófico.

El autor rompe fronteras. Hace gala de un espíritu tan inquieto como versátil.

Llama la atención que revisa los antiguos vedas indios, textos e ideas que poco parecen ajustarse a un mundo mecanicista. Junto a ellos, Kant es el nombre que más a menudo se repite como fuente de inspiración.

¿Debe aislarse o no la ciencia como única herramienta para alcanzar respuestas? ¿Se puede ser escéptico hacia el propio altar del escepticismo?

Schrödinger defiende un equilibrio más allá de postulados apriorísticos. Rechaza interpretaciones basadas en la superstición religiosa tanto como otras encerradas de forma absoluta en los sentidos (recordemos que la observación modifica lo observado).

¿Le es factible entonces al ser humano, con sus limitaciones biológicas e intelectuales, acercarse a la verdad? ¿Resulta lógico?

No seríamos nosotros mismos si no continuáramos intentándolo.

Como adenda al volumen tenemos Mi vida, una breve autobiografía donde recuerda el tiempo que le tocó en suerte, lleno, junto a increíbles avances del pensamiento, de violencia, exilio y decepción.

Un inspirador conjunto.


Con frecuencia se plantea, por ejemplo, la pregunta: ¿es en realidad seguro que tú percibes el verde de este césped de la misma manera que yo? Esta pregunta no tiene respuesta, lo que puede hacerse es preguntarse si tiene sentido.

viernes, 29 de agosto de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (XI)

Estatua de Constantino

Desde los Tarquinios, en Roma están proscritos los reyes.

El último fue Lucio Tarquinio «el Soberbio» (no porque fuera magnífico, grandioso, espléndido, sublime, sino más bien vanidoso, endiosado, fatuo, pedante…).

El hijo de Lucio, Sexto, atropelló vilmente a Lucrecia y esta se quitó la vida, según cuenta Tito Livio. A continuación, los romanos corrieron a la familia real a puntapiés.

¿Pretores? Sí. ¿Cónsules? Sí. ¿Dictadores? Sí. ¿Césares? También. Pero de reyes, nanay.

Por eso, cuando Constantino encargó su retrato de bolsillo (dos metros y pico para la cabeza, dos metros menos el pico para cada pie), lo hizo como maximus victor ac triumphator semper Augustus. No como rex.

Dónde va a parar, caramba, que lo hubieran comparado con «el Soberbio».


lunes, 25 de agosto de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (X)

Piedra antropomorfa en Copán.

Está cincelado: al principio fue Kinich Yax Kuk Moo. Gran Sol Primer Quetzal Guacamayo.

Tampoco al principio del principio, sino cuando en Copán se pusieron a cincelar. Parece que Guacamayo llegó desde Tikal, vio y venció, y el que vence cincela: soy un tío grande. Soy el sol.

La cosa fue bien durante un par de siglos. Sus descendientes (Nenúfar Jaguar, Luna Jaguar, Humo Jaguar…) continuaron señoreando y el lugar se llenó de edificios, altares y estelas.

Ayyyyy, pero algo se torció con Uaxaclajuun Ub'aah K'awiil, el rey 18 Conejo. Hablamos del periodo Clásico Tardío (por aquí no habíamos llegado al Ramirense).

Estaba en plena expansión de estelas, esta me la pones aquí, esta otra allá, esta es un poco pequeña para mis méritos, cuando los guerreros de Quiriguá, una ciudad vasalla, le rebanaron lo que crece por encima de los hombros.

Humo Mono, Humo Ardilla… Aún funcionó el cincel de cuatro gobernantes, pero el colapso maya ya se venteaba.

Hasta que pidieron paso el inmenso verde, los grandiosos troncos y las feraces lianas.

Sic transit gloria mundi, amigo 18 Conejo. Así es la vida.


viernes, 22 de agosto de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (IX)

Plaza de España en Sevilla

Anakin y Amidala aterrizan en Sev… En Naboo.

La reina ya no es reina, apenas senadora. Al héroe le queda un telediario de Coruscant para cesar a su vez en el cargo.

Le van a ofrecer un puestecito en la nueva administración: traje de diseño, herramienta de trabajo luminiscente, vehículo interceptor con cargo al presupuesto…

Por ahora, el tiempo está tan soleado que un poco de lado oscuro se agradece. Rumor de manantiales, aroma de azahar y un paseo romántico al atardecer; quizá asome algún gungan debajo de los puentes.

Ah, la música de John Williams, que nunca falte. Magiaaaaaaa.


martes, 19 de agosto de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (VIII)

Monumento a Alfonso XII en el Retiro

El rey tiene unas vistas… Esas son vistas, sí señor. Bien guapas.

El pajarraco de Cánovas le ha dicho que todo está manga por hombro, que es la última esperanza para el resurgir patrio.

Mamá salió por piernas (o por ruedas de carroza) cuando estaba de vacaciones en San Sebastián. Y el italiano que ocupó el chalé se quedó poco tiempo (¡non vedo l’ora!).

Luego pasó lo de la cosa pública, la res, como se dice en latín, y el follón se hizo permanente.

Sin olvidar a aquel Hohenzollern-Sigmaringen (¡Borbón es mucho más fácil!) que había contestado que vale, que si se lo pedían con tanta gracia, empacaba en dos días desde Berlín. Menuda montaron los franceses y los del casco con pincho por un quítame aquí esos telegramas.

¿Dónde vas, Alfonso XII, dónde vas, triste de ti?

Al Retiro, a pasar la tarde en remojo.


domingo, 17 de agosto de 2025

Nuestro mundo (XXVI)

Sombra sobre las cenizas

Al día siguiente, silencio.

Silencio. Restos de pavesas. Borrones esparcidos por el viento.

Grises las plantas que riego, gris la calle que barro, cenicienta la silla desde donde saludo a vecinos y extraños mientras humea el café…

Y pajarillos caídos bajo los aleros, inmóviles para siempre. Quizá sabían algo que nosotros preferimos ignorar.

Nosotros, los dueños y señores de este mundo.


sábado, 16 de agosto de 2025

Nuestro mundo (XXV)

Flores sobre cielo de cenizas

El sol sangra, el aire ahoga, el cielo se colorea de algo desconocido. Ha de ser la muerte.

Las alarmas gritan sin descanso: ¡grave peligro, abandone toda actividad en el medio natural, evite el tránsito, siga las instrucciones!

Cenizas que arrasan ojos, arruinan ventanas transparentes, tiñen orgullosos automóviles con su lenguaje de hiel…

¿No es día de fiesta? ¿No hay que sacar mesas, platos, manteles? La plaza enmudece. Músicos, niños, paseantes, todos han desaparecido.

Fotografío las flores más altas junto a la puerta. Entro en casa. La línea del mar desde mi claraboya es apenas un confuso recuerdo.

Escribo estas líneas. Me tiendo sobre la cama a esperar la noche.

A esperar…


viernes, 15 de agosto de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (VII)

Estatua de Carlos XIV Juan de Suecia

El rey le dice al emperador: ¡Que soy rey! ¡Que me han nombrado!

Y el emperador, que le había pegado un par de broncas por no sé qué retrasos de cronómetro en alguna de sus batallas, empieza a notar otro no sé qué en los entresijos.

Se mete la mano entre los botones abiertos del chaleco, a ver si así…

Bueno, por lo menos estarás de mi lado cuando vengan duras, responde. Soy francés, eres francés, te gusta el pollo a la Marengo, ¿no?

El rey sacude una charretera, se mira la punta de la bota, amaga un rascado de nariz…

Vamos, que se hace el sueco.

Napoleón piensa: ya lo veo venir. Solo le falta, en vez de Juan Bautista, querer que le llamen Carlos Juan. Y que encima le hagan un monumento.


lunes, 11 de agosto de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (VI)

Casimiro el Grande en Wieliczka

El rey manda excavar un mar de riqueza. Un océano de prosperidad. Toda una cornucopia.

Una mina para sus súbditos agradecidos.

En los libros le llaman el Grande: Casimiro el Grande.

Aunque en los túneles de Wieliczka, cuando se van los últimos turistas, se apagan las luces y las estatuas empiezan a vivir su vida (conciliación, lo dice bien claro el convenio del sector escultórico), le motejen más bien de el Salao.


viernes, 8 de agosto de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (V)

Federico Guillermo IV

El rey exclama: «¡Estoy con vosotros, compañeros!».

Si no puede acabar con los revolucionarios del 48, ¿qué mejor que unirse a ellos?

Y así, Federico Guillermo IV Hohenzollern, soberano de Prusia por derecho divino, absolutísimo defensor de lo absoluto, se rodea de banderas con los colores rebeldes y sale a pasear por las calles.

Ya veremos —piensa—. Si se calma el lío y no las necesito, habrá para tapicerías. Oro en butacas, rojo en cortinas, negro en, en…

Lo que pasó es que luego dijeron que tenía la cabeza un poco pa’llá y colocaron de regente a su hermano Guillermo el patillas.

¡Nunca se sabe cómo acertar en temas de decoración!


lunes, 4 de agosto de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (IV)

Felipe IV a caballo

El rey monta a caballo.

Los cascos de su montura se encabritan, listos para el galope. Sus ojos despavoridos recorren el campo de batalla.

Velázquez lo ha dibujado en corveta —¡imposible!, claman algunos—. Galileo ha hecho un par de números para que el bronce aguante. Tacca se ha puesto a fundir.

Aunque la verdad es que, al rey, eso de encabritarse… Prefiere salir a perdices, que se cobran sin agitar el bigote. Para el tema de las batallas ya tiene a piqueros, arcabuceros y maestres de fajín.

No le demos más vueltas: el rey queda genial a caballo y se acabó. ¡En corveta!


viernes, 1 de agosto de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (III)

Neuschwanstein

El rey está loco. Construye castillos donde voces inexistentes acompañen sus fantásticos sueños.

Herrenchiemsee sobre la Isla del Caballero.

La Gruta de Venus junto a Linderhof, con una barca de concha, una máquina de olas y un proyector de arcoíris que llama eternamente a Tannhäuser.

¡Majestad, los dineros!, gimen sus ministros desconsolados. ¡Azul!, ordena el rey desde la barca. ¡Haced el cielo más azul!

Y en el desfiladero de Pöllat… Neuschwanstein.

Torreones, almenas, barbacanas… ¡Majestad!

Sin duda, el rey está loco.


lunes, 28 de julio de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (II)

Monte Nemrut

El rey quiere ser adorado.

Un rey es más que un hombre, piensa. Y un dios es más que un rey.

Cuando su cuerpo diga basta, su espíritu será preservado para la eternidad. En lo más alto, cerca de aquellos a quienes pertenece su linaje.

Junto a águilas y leones, donde todos puedan verlo y postrarse: la cima del monte Nemrut.

Sobre la tumba del rey, dioses mutilados, estatuas caídas, el sol se pone.


viernes, 25 de julio de 2025

De reyes, reinas y otros héroes

Barco vikingo

Etelredo II el Indeciso, hijo de Edgar el Pacífico (el que había raptado y violado a santa Wulfrida), hermano de Eduardo el Mártir, etcétera, accedió en 991 a que un montón de plata cambiara de manos, creyendo que compraba para siempre la paz.

Se llama danegeld al dinerillo que los reyes ánglicos pagaban a los vikingos para que no se molestasen en desenfundar el hacha y les dejaran con sus indecisiones, sus pacíficos raptos y violaciones y sus martirologios.

Los hombres del norte entendieron otra cosa: solo con dejarse ver a medio golpe de remo, la rentabilidad de las expediciones quedaba asegurada. 994, 1002, 1004… ¡Plata al saco!

Sven y Canuto se aburrían ya cuando terminaron de llenar las arcas. A partir de entonces… Bye bye, Etelredo.


lunes, 21 de julio de 2025

La tabla rasa, el buen salvaje y el fantasma en la máquina

Portada del libro La tabla rasa, el buen salvaje y el fantasma en la máquina, de Steven Pinker

Título y autor/a:La tabla rasa, el buen salvaje y el fantasma en la máquina, de Steven Pinker.
Clave de lectura:La complejidad de las decisiones humanas, bajo el microscopio.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Interesante lectura de la que aguardo mayor demostración.
Música:El zar Saltán (Vuelo del moscardón), de N. Rimski-Korsakov ♪♪♪

La tabla rasa, el buen salvaje y el fantasma en la máquina: bajo un título tan pintoresco, Steven Pinker, catedrático de Harvard, discute varias líneas clásicas de reflexión acerca de la naturaleza humana.

La primera, que venimos al mundo como páginas en blanco, «tablas rasas», y son parámetros culturales sobreescritos los que encapsulan nuestra manera de pensar adulta.

La segunda, el mito del «buen salvaje»: en ausencia de factores contaminantes seríamos buenos y pacíficos, pero la sociedad nos impele, con sus laberínticas complejidades, a abandonar ese estado edénico del carácter.

Por fin, el «fantasma en la máquina», metáfora acerca de la disociación entre cuerpo y mente. Cuando el yo interior se impone al instinto conduce a la toma de decisiones equivocadas.

El autor se basa en los avances de la neurociencia para defender algo alternativo: cualquier cosa que hagamos deriva de una selección natural que premia o penaliza de forma darwinista, como le ocurre al resto de especies.

Así, en lo relativo a la tabla rasa, en lugar de disfrutar de libre albedrío (ni su contrario, ser del todo susceptibles a la programación exterior), tendríamos ciertas «tendencias» grabadas a fuego en los genes.

Por otro lado, en cualquier comunidad, incluso las más avenidas, existen pálpitos de violencia aguardando su momento. Echarle la culpa a una supuesta contaminación social y no a nosotros mismos sería mirar en el pozo equivocado.

En cuanto al fantasma, el cerebro carece de vida propia, independiente y enemiga del cuerpo. La complejidad con que se crea y actúa el pensamiento va mucho más allá de ese supuesto papel de Pepito Grillo.

¿Y cómo veo yo todo esto? Ejem, ejem.

Me parece que la brevedad del libro le impide acumular evidencias en número abrumador, bien sea en un sentido o en el otro (hay voces con solera como Rousseau o Descartes vs. la de Pinker). El enfoque científico moderno «suena convincente» frente al modelo filosófico especulativo, pero...

Ese «pero» queda revoloteando por ahí.

Redacto las conclusiones: tesis que merece lectura atenta, con argumentos atractivos, muy interesante... Y de la que aguardo mayor demostración.


Gracias a la ciencia cognitiva, la neurociencia, la genética del comportamiento y la psicología evolutiva, comenzamos a alcanzar una comprensión de la naturaleza humana capaz de cerrar las últimas fracturas en el conocimiento: las divisiones entre la materia y la mente y entre la biología y la cultura.