lunes, 22 de septiembre de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (XII)

Museo del Romanticismo en Madrid

Castaños… ¡Castaños!

¿Eh?, sí, sí, a la carga… ¿Dónde se han metido los franceses?

Castaños ha ganado en Bailén y ha perdido en Tudela. Cuando tenía diez años le nombraron capitán a secas, porque en el ancien régime los galones se cosían así. Ahora es capitán general, mariscal de campo, presidente del Estamento de Próceres, del Consejo de Estado, del Consejo de Regencia y duque.

Tiene una bonita casaca blanca y un sombrero bicornio con adorno de espumillón.

Al rey de antes, el séptimo, le gustaba porque alguna vez dijo que los reyes tienen que mandar y sanseacabó. ¿Constituciones?

Por ahí vas bien, muchacho, tienes futuro.

A la de ahora, la segunda, la lleva en sillita de la reina. Menos para posar en el cuadro, que le han puesto una de montar a mujeriegas.

¡Pero no bajéis la cabeza!

Aguanta heroicamente Castaños, detrás de la soberana y su nuevo hombre de hierro, Prim.

Se acuerda de jornadas entre riscos, con el sol andaluz pegando en el chacó a los gabachos y sin media gota de agua que llevarse a los labios. ¿Os rendís, monsieur Dupont? ¿Por qué tarda tanto el pintor?

A la carga, a la carga, murmura. Y vuelve a su merecida siesta.


jueves, 18 de septiembre de 2025

Operación Nuevo Mundo

Portada del libro Operación Nuevo Mundo, de Simon Wiesenthal

Título y autor/a:Operación Nuevo Mundo, de Simon Wiesenthal.
Clave de lectura:Colón sueña con encontrar a los judíos perdidos en Asia.
Valoración:✮✮✮✩✩
Comentario personal:Me parece una tesis forzada.
Música:Palestina hermoza (tradicional sefardí) ♪♪♪

En Operación Nuevo Mundo, Simon Wiesenthal sugiere una misión secreta tras los viajes colombinos: descubrir territorios gobernados por las tribus dispersas de Israel.

Porque es muy probable el origen judío o converso del almirante, al igual que el de casi todas las figuras implicadas en la empresa americana. Ocultarlo obedecería al ambiente de terror implantado en España por la Inquisición.

Las expectativas se originan ya en la Edad Media; así, Eldad had-Dani, «el Danita», asegura conocer lugares donde miles de exiliados viven desde la destrucción del templo. Y el cordobés Hasday Ben Saprut, ministro de Abderramán III, envía una embajada a los remotos kázaros preguntando por su historia y su fe.

Algo más tarde, Benjamín de Tudela da noticia de un periplo entre Constantinopla, Antioquía, Bagdad, Babilonia, Susa, Samarcanda, Kisch, Adén… En todas halla prósperas comunidades de la Torá.

Esto trae esperanza a los sefardíes, odiados por el fanatismo cristiano debido a su natural científico, industrioso y explorador. El autor inunda su libro con ejemplos extraídos de la leyenda más negra.

Hasta el 2 de agosto de 1492: tres carabelas anclan en el puerto de Palos y las tripulaciones han de embarcar antes de las once de la noche. ¿Será casualidad que expire el plazo concedido por los Reyes Católicos para que todos los judíos hayan abandonado sus reinos?

¿Y qué pensar acerca de que un miembro de la expedición, Luis de Torres, sea intérprete oficial de hebreo? ¿Pronunciará en esta lengua el primer saludo a los indígenas de Guanahaní?

¿Debe hablarse de Colón como un nuevo Moisés que guía a su pueblo hacia la libertad? ¿Es digna de considerar la tesis?

A mí me parece forzadísima, pero vaya uno a saber…


Para los fines de este estudio —esclarecer por qué los judíos y marranos españoles apoyaron los planes de Colón—, no es trascendental determinar si el descubridor de América era judío, descendiente de judíos o cristiano viejo, ni si había nacido en Italia o en España.

lunes, 15 de septiembre de 2025

Pimiango (XXV)

Soneto de Lope de Vega

Carlos V acude a su cita anual con Pimiango, aunque, a falta de caballería de gualdrapa, en esta ocasión acompañe a los alabarderos que gastan suela en su entrada triunfal.

Desfile engalanado, danzas típicas, presentación de oficios, culines de sidra, discurso del corregidor… Hasta demostraciones de tiro con arco.

También, por supuesto, cena renacentista. Y lecturas de rapsodas en la plaza.

Ahí es donde entro yo con modestia. En la primera, aposentando y sirviendo a quien demande yantar. En las segundas, recitando a Lope sin prestarle ciencia al detalle de que en realidad aún no ha nacido.

¿Qué importa? ¡Débil muro son los siglos para detener al fénix de los ingenios!

Ir y quedarse, y con quedar partirse


jueves, 11 de septiembre de 2025

Santos varones

Portada del libro Santos varones, de Luis Sánchez Polack

Título y autor/a:Santos varones, de Luis Sánchez Polack.
Clave de lectura:¿Pero qué clave ni qué...?
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Un despiporre surrealista.
Música:La nariz (Gallop), de Dimitri Shostakovich ♪♪♪

No es un humor para todos, eso puedo asegurarlo.

O quizá sea cuestión de «dosis». Yo, por ejemplo, empecé a leer este libro de corrido hasta que me di cuenta de que lo apreciaba mejor con tiempos prudentes: una decena de episodios o así cada vez.

Porque Santos varones contiene un puro despiporre surrealista.

Personajes absurdos, historias absurdas, finales del mismo cariz… Pensados inicialmente para la radio, la imaginación de Luis Sánchez Polack, chistera de Tip y Coll, echa abajo cualquier dique que intente contenerla.

Olvidad claves de ningún tipo. No hay temas, no hay reglas lógicas, no hay nada más (ni nada menos) que el rictus de una incrédula sonrisa asomado al final de cada página. ¡Santo varón!


Por tratarse de un día como hoy, en el que se cumple su quinto centenario, voy a narrar sucintamente la historia de don Añoras, Añoras Lechecilla de la Bragalinza. Hombre probo donde los haya, consumidor de buyangas y donador de dádivas en campo de gules de Bruselas. A la par que desfacedor de entuertos, un ojo sí, otro no, toda su vida, toda toda, la dedicó este prócer al estudio del supositorio.

lunes, 8 de septiembre de 2025

El hombre que tuvo el coraje de cambiar la historia

Portada del libro El hombre que tuvo el coraje de cambiar la historia, de Giles Milton

Título y autor/a:El hombre que tuvo el coraje de cambiar la historia, de Giles Milton.
Clave de lectura:Comienza la carrera por dominar el comercio de las especias.
Valoración:✮✮✮✩✩
Comentario personal:Hay que pasar por alto su enfoque nacionalista.
Música:Alfred (Rule Britannia), de Thomas Arne ♪♪♪

Los ingleses (porque yo soy inglés, por supuesto) somos lo más. Valientes, sagaces, emprendedores...

Los holandeses, con alguna honrosa excepción, son malos bichos. Los portugueses no se nos acercan a la suela del zapato.

Los españoles solo valen para hundirles algún galeón como pasatiempo, panda de inútiles.

¡Qué contentos se van a poner los nativos cuando nos vean aparecer! ¿Cómo no van a firmar el documento de cesión voluntaria de tierras? ¡Van a estar protegidos por su majestad!

Me llamo Giles Milton y todo esto lo dejo claro en mi libro El hombre que tuvo el coraje de cambiar la historia.

Perdonad un preludio tan irónico, pero es que el tono que adopta el autor para narrar los viajes europeos hacia las islas de las especias, así como singladuras en pos de rutas alternativas entre el XVI y el XVII, resulta acusadamente chovinista.

A veces roza lo cómico, aunque no sea su intención (¿a quién se le habrá ocurrido traducir en términos de coraje el original Nathaniel’s Nutmeg, es decir, La nuez moscada de Nathaniel?).

Ahora bien, si hacemos el esfuerzo de pasarlo por alto, se trata de un texto bastante entretenido, cercano a una película de aventuras del Hollywood clásico.

En efecto, en plena Era de los Descubrimientos, llegar a las remotas zonas especieras, cargar las bodegas y que los vientos soplen de vuelta a los mercados metropolitanos se convierte en cuestión de Estado. Admite cualquier coste con tal de desbancar a la competencia.

Los navegantes portugueses han abierto el camino y pretenden monopolizarlo desde su base de Ternate. La Corona española intenta demostrar que el Tratado de Tordesillas le da derecho y Juan Sebastián Elcano alcanza las Molucas rodeando la Tierra.

Seguidamente, las Provincias Unidas echan su cuarto a espadas y la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales arrasa con todo y con todos.

Los únicos que podrían pararlos son los súbditos de Albión, ya que Nathaniel Courthope establece un puesto avanzado en Run. Junto con treinta compañeros resiste ataques durante años, a pesar de su inferioridad numérica.

La tregua obtenida por su heroísmo tiene un final conocido como masacre de Amboyna. Acusados de querer apoderarse de un fuerte, los honrados comerciantes ingleses reciben un trato del gobernador holandés van Speult que deja a nuestra Inquisición como hermanitas de la caridad.

Todo ello se conecta con exploraciones y figuras (Cabot, Barents, Drake, Frobisher, Cavendish, Hudson…) que, de forma insospechada, harán emerger la ciudad de Nueva York.

Aprovechemos los datos que aporta la lectura y sonriamos, excusando fruncir el ceño, por cómo los aporta.


Sin embargo, el duro tratamiento que había recibido no hizo mella en su orgullo de ser inglés, y su férrea determinación de defender la bandera de su país inspiró a los comisionados que le siguieron, hombres como Nathaniel Courthope para quienes el patriotismo y el cumplimiento del deber eran incluso más importantes que el comercio.

viernes, 5 de septiembre de 2025

¿Por qué?

Museo de Auschwitz-Birkenau

Los dos parecen muy jóvenes. ¿Dieciocho años?, no creo que mucho más.

Con aire bohemio, despreocupado, alegre, lleno de ganas de vivir el mundo.

Ella pregunta por la carta, pero el inglés no es el fuerte del camarero, así que me ofrezco gustoso a ayudarlos.

Después de un rato de descripciones, se deciden por el tartar vegetal y el atún en salsa, «receta de la abuela».

Entonces, el camarero les pregunta su lugar de procedencia. Contestan: Israel. Y yo…

Quisiera mirar en lo más profundo de sus ojos sin pasar por loco. Quisiera tomarles ingenuamente de las manos y preguntar algo a mi vez: ¿por qué?

¿Por qué alguien de dieciocho años cargaría un arma y apretaría a ciegas el gatillo?

¿Por qué conduciría una excavadora para tirar abajo refugios?

¿Por qué estrangularía las aguas? ¿Por qué sembraría de sal los campos? ¿Por qué empuñaría un hacha y talaría troncos de olivo centenarios?

¡Si no estás con nosotros, estás contra nosotros: mata, mata, mata, es tu deber!

¿Por qué?

Los dos parecen muy jóvenes, llenos de ganas de vivir el mundo. ¿Podrán devolver esa misma vida a otros?

¿Podrán reconstruirlo?


lunes, 1 de septiembre de 2025

Mi concepción del mundo

Portada del libro Mi concepción del mundo, de Erwin Schrödinger

Título y autor/a:Mi concepción del mundo, de Erwin Schrödinger.
Clave de lectura:Meditaciones existenciales de una mente insondable.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Un inspirador conjunto.
Música:Densidad 21.5, de Edgar Varèse ♪♪♪

Podría bromear sobre este libro diciendo que me gusta y no me gusta simultáneamente. Es decir, hasta la última página no colapsa su función de onda y adopta uno de los posibles estados. Mientras tanto, tiene gato encerrado.

Intuiréis que hablo de Erwin Schrödinger, la mente que impulsó el concepto, de difícil medición para nuestras neuronas, de la mecánica cuántica.

Lo más curioso, no obstante, descansa en que Mi concepción del mundo no pertenece al ámbito por el que recibió el Nobel, sino al ensayo filosófico.

El autor rompe fronteras. Hace gala de un espíritu tan inquieto como versátil.

Llama la atención que revisa los antiguos vedas indios, textos e ideas que poco parecen ajustarse a un mundo mecanicista. Junto a ellos, Kant es el nombre que más a menudo se repite como fuente de inspiración.

¿Debe aislarse o no la ciencia como única herramienta para alcanzar respuestas? ¿Se puede ser escéptico hacia el propio altar del escepticismo?

Schrödinger defiende un equilibrio más allá de postulados apriorísticos. Rechaza interpretaciones basadas en la superstición religiosa tanto como otras encerradas de forma absoluta en los sentidos (recordemos que la observación modifica lo observado).

¿Le es factible entonces al ser humano, con sus limitaciones biológicas e intelectuales, acercarse a la verdad? ¿Resulta lógico?

No seríamos nosotros mismos si no continuáramos intentándolo.

Como adenda al volumen tenemos Mi vida, una breve autobiografía donde recuerda el tiempo que le tocó en suerte, lleno, junto a increíbles avances del pensamiento, de violencia, exilio y decepción.

Un inspirador conjunto.


Con frecuencia se plantea, por ejemplo, la pregunta: ¿es en realidad seguro que tú percibes el verde de este césped de la misma manera que yo? Esta pregunta no tiene respuesta, lo que puede hacerse es preguntarse si tiene sentido.

viernes, 29 de agosto de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (XI)

Estatua de Constantino

Desde los Tarquinios, en Roma están proscritos los reyes.

El último fue Lucio Tarquinio «el Soberbio» (no porque fuera magnífico, grandioso, espléndido, sublime, sino más bien vanidoso, endiosado, fatuo, pedante…).

El hijo de Lucio, Sexto, atropelló vilmente a Lucrecia y esta se quitó la vida, según cuenta Tito Livio. A continuación, los romanos corrieron a la familia real a puntapiés.

¿Pretores? Sí. ¿Cónsules? Sí. ¿Dictadores? Sí. ¿Césares? También. Pero de reyes, nanay.

Por eso, cuando Constantino encargó su retrato de bolsillo (dos metros y pico para la cabeza, dos metros menos el pico para cada pie), lo hizo como maximus victor ac triumphator semper Augustus. No como rex.

Dónde va a parar, caramba, que lo hubieran comparado con «el Soberbio».


lunes, 25 de agosto de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (X)

Piedra antropomorfa en Copán.

Está cincelado: al principio fue Kinich Yax Kuk Moo. Gran Sol Primer Quetzal Guacamayo.

Tampoco al principio del principio, sino cuando en Copán se pusieron a cincelar. Parece que Guacamayo llegó desde Tikal, vio y venció, y el que vence cincela: soy un tío grande. Soy el sol.

La cosa fue bien durante un par de siglos. Sus descendientes (Nenúfar Jaguar, Luna Jaguar, Humo Jaguar…) continuaron señoreando y el lugar se llenó de edificios, altares y estelas.

Ayyyyy, pero algo se torció con Uaxaclajuun Ub'aah K'awiil, el rey 18 Conejo. Hablamos del periodo Clásico Tardío (por aquí no habíamos llegado al Ramirense).

Estaba en plena expansión de estelas, esta me la pones aquí, esta otra allá, esta es un poco pequeña para mis méritos, cuando los guerreros de Quiriguá, una ciudad vasalla, le rebanaron lo que crece por encima de los hombros.

Humo Mono, Humo Ardilla… Aún funcionó el cincel de cuatro gobernantes, pero el colapso maya ya se venteaba.

Hasta que pidieron paso el inmenso verde, los grandiosos troncos y las feraces lianas.

Sic transit gloria mundi, amigo 18 Conejo. Así es la vida.


viernes, 22 de agosto de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (IX)

Plaza de España en Sevilla

Anakin y Amidala aterrizan en Sev… En Naboo.

La reina ya no es reina, apenas senadora. Al héroe le queda un telediario de Coruscant para cesar a su vez en el cargo.

Le van a ofrecer un puestecito en la nueva administración: traje de diseño, herramienta de trabajo luminiscente, vehículo interceptor con cargo al presupuesto…

Por ahora, el tiempo está tan soleado que un poco de lado oscuro se agradece. Rumor de manantiales, aroma de azahar y un paseo romántico al atardecer; quizá asome algún gungan debajo de los puentes.

Ah, la música de John Williams, que nunca falte. Magiaaaaaaa.


martes, 19 de agosto de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (VIII)

Monumento a Alfonso XII en el Retiro

El rey tiene unas vistas… Esas son vistas, sí señor. Bien guapas.

El pajarraco de Cánovas le ha dicho que todo está manga por hombro, que es la última esperanza para el resurgir patrio.

Mamá salió por piernas (o por ruedas de carroza) cuando estaba de vacaciones en San Sebastián. Y el italiano que ocupó el chalé se quedó poco tiempo (¡non vedo l’ora!).

Luego pasó lo de la cosa pública, la res, como se dice en latín, y el follón se hizo permanente.

Sin olvidar a aquel Hohenzollern-Sigmaringen (¡Borbón es mucho más fácil!) que había contestado que vale, que si se lo pedían con tanta gracia, empacaba en dos días desde Berlín. Menuda montaron los franceses y los del casco con pincho por un quítame aquí esos telegramas.

¿Dónde vas, Alfonso XII, dónde vas, triste de ti?

Al Retiro, a pasar la tarde en remojo.


domingo, 17 de agosto de 2025

Nuestro mundo (XXVI)

Sombra sobre las cenizas

Al día siguiente, silencio.

Silencio. Restos de pavesas. Borrones esparcidos por el viento.

Grises las plantas que riego, gris la calle que barro, cenicienta la silla desde donde saludo a vecinos y extraños mientras humea el café…

Y pajarillos caídos bajo los aleros, inmóviles para siempre. Quizá sabían algo que nosotros preferimos ignorar.

Nosotros, los dueños y señores de este mundo.


sábado, 16 de agosto de 2025

Nuestro mundo (XXV)

Flores sobre cielo de cenizas

El sol sangra, el aire ahoga, el cielo se colorea de algo desconocido. Ha de ser la muerte.

Las alarmas gritan sin descanso: ¡grave peligro, abandone toda actividad en el medio natural, evite el tránsito, siga las instrucciones!

Cenizas que arrasan ojos, arruinan ventanas transparentes, tiñen orgullosos automóviles con su lenguaje de hiel…

¿No es día de fiesta? ¿No hay que sacar mesas, platos, manteles? La plaza enmudece. Músicos, niños, paseantes, todos han desaparecido.

Fotografío las flores más altas junto a la puerta. Entro en casa. La línea del mar desde mi claraboya es apenas un confuso recuerdo.

Escribo estas líneas. Me tiendo sobre la cama a esperar la noche.

A esperar…


viernes, 15 de agosto de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (VII)

Estatua de Carlos XIV Juan de Suecia

El rey le dice al emperador: ¡Que soy rey! ¡Que me han nombrado!

Y el emperador, que le había pegado un par de broncas por no sé qué retrasos de cronómetro en alguna de sus batallas, empieza a notar otro no sé qué en los entresijos.

Se mete la mano entre los botones abiertos del chaleco, a ver si así…

Bueno, por lo menos estarás de mi lado cuando vengan duras, responde. Soy francés, eres francés, te gusta el pollo a la Marengo, ¿no?

El rey sacude una charretera, se mira la punta de la bota, amaga un rascado de nariz…

Vamos, que se hace el sueco.

Napoleón piensa: ya lo veo venir. Solo le falta, en vez de Juan Bautista, querer que le llamen Carlos Juan. Y que encima le hagan un monumento.


lunes, 11 de agosto de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (VI)

Casimiro el Grande en Wieliczka

El rey manda excavar un mar de riqueza. Un océano de prosperidad. Toda una cornucopia.

Una mina para sus súbditos agradecidos.

En los libros le llaman el Grande: Casimiro el Grande.

Aunque en los túneles de Wieliczka, cuando se van los últimos turistas, se apagan las luces y las estatuas empiezan a vivir su vida (conciliación, lo dice bien claro el convenio del sector escultórico), le motejen más bien de el Salao.


viernes, 8 de agosto de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (V)

Federico Guillermo IV

El rey exclama: «¡Estoy con vosotros, compañeros!».

Si no puede acabar con los revolucionarios del 48, ¿qué mejor que unirse a ellos?

Y así, Federico Guillermo IV Hohenzollern, soberano de Prusia por derecho divino, absolutísimo defensor de lo absoluto, se rodea de banderas con los colores rebeldes y sale a pasear por las calles.

Ya veremos —piensa—. Si se calma el lío y no las necesito, habrá para tapicerías. Oro en butacas, rojo en cortinas, negro en, en…

Lo que pasó es que luego dijeron que tenía la cabeza un poco pa’llá y colocaron de regente a su hermano Guillermo el patillas.

¡Nunca se sabe cómo acertar en temas de decoración!


lunes, 4 de agosto de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (IV)

Felipe IV a caballo

El rey monta a caballo.

Los cascos de su montura se encabritan, listos para el galope. Sus ojos despavoridos recorren el campo de batalla.

Velázquez lo ha dibujado en corveta —¡imposible!, claman algunos—. Galileo ha hecho un par de números para que el bronce aguante. Tacca se ha puesto a fundir.

Aunque la verdad es que, al rey, eso de encabritarse… Prefiere salir a perdices, que se cobran sin agitar el bigote. Para el tema de las batallas ya tiene a piqueros, arcabuceros y maestres de fajín.

No le demos más vueltas: el rey queda genial a caballo y se acabó. ¡En corveta!


viernes, 1 de agosto de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (III)

Neuschwanstein

El rey está loco. Construye castillos donde voces inexistentes acompañen sus fantásticos sueños.

Herrenchiemsee sobre la Isla del Caballero.

La Gruta de Venus junto a Linderhof, con una barca de concha, una máquina de olas y un proyector de arcoíris que llama eternamente a Tannhäuser.

¡Majestad, los dineros!, gimen sus ministros desconsolados. ¡Azul!, ordena el rey desde la barca. ¡Haced el cielo más azul!

Y en el desfiladero de Pöllat… Neuschwanstein.

Torreones, almenas, barbacanas… ¡Majestad!

Sin duda, el rey está loco.


lunes, 28 de julio de 2025

De reyes, reinas y otros héroes (II)

Monte Nemrut

El rey quiere ser adorado.

Un rey es más que un hombre, piensa. Y un dios es más que un rey.

Cuando su cuerpo diga basta, su espíritu será preservado para la eternidad. En lo más alto, cerca de aquellos a quienes pertenece su linaje.

Junto a águilas y leones, donde todos puedan verlo y postrarse: la cima del monte Nemrut.

Sobre la tumba del rey, dioses mutilados, estatuas caídas, el sol se pone.


viernes, 25 de julio de 2025

De reyes, reinas y otros héroes

Barco vikingo

Etelredo II el Indeciso, hijo de Edgar el Pacífico (el que había raptado y violado a santa Wulfrida), hermano de Eduardo el Mártir, etcétera, accedió en 991 a que un montón de plata cambiara de manos, creyendo que compraba para siempre la paz.

Se llama danegeld al dinerillo que los reyes ánglicos pagaban a los vikingos para que no se molestasen en desenfundar el hacha y les dejaran con sus indecisiones, sus pacíficos raptos y violaciones y sus martirologios.

Los hombres del norte entendieron otra cosa: solo con dejarse ver a medio golpe de remo, la rentabilidad de las expediciones quedaba asegurada. 994, 1002, 1004… ¡Plata al saco!

Sven y Canuto se aburrían ya cuando terminaron de llenar las arcas. A partir de entonces… Bye bye, Etelredo.


lunes, 21 de julio de 2025

La tabla rasa, el buen salvaje y el fantasma en la máquina

Portada del libro La tabla rasa, el buen salvaje y el fantasma en la máquina, de Steven Pinker

Título y autor/a:La tabla rasa, el buen salvaje y el fantasma en la máquina, de Steven Pinker.
Clave de lectura:La complejidad de las decisiones humanas, bajo el microscopio.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Interesante lectura de la que aguardo mayor demostración.
Música:El zar Saltán (Vuelo del moscardón), de N. Rimski-Korsakov ♪♪♪

La tabla rasa, el buen salvaje y el fantasma en la máquina: bajo un título tan pintoresco, Steven Pinker, catedrático de Harvard, discute varias líneas clásicas de reflexión acerca de la naturaleza humana.

La primera, que venimos al mundo como páginas en blanco, «tablas rasas», y son parámetros culturales sobreescritos los que encapsulan nuestra manera de pensar adulta.

La segunda, el mito del «buen salvaje»: en ausencia de factores contaminantes seríamos buenos y pacíficos, pero la sociedad nos impele, con sus laberínticas complejidades, a abandonar ese estado edénico del carácter.

Por fin, el «fantasma en la máquina», metáfora acerca de la disociación entre cuerpo y mente. Cuando el yo interior se impone al instinto conduce a la toma de decisiones equivocadas.

El autor se basa en los avances de la neurociencia para defender algo alternativo: cualquier cosa que hagamos deriva de una selección natural que premia o penaliza de forma darwinista, como le ocurre al resto de especies.

Así, en lo relativo a la tabla rasa, en lugar de disfrutar de libre albedrío (ni su contrario, ser del todo susceptibles a la programación exterior), tendríamos ciertas «tendencias» grabadas a fuego en los genes.

Por otro lado, en cualquier comunidad, incluso las más avenidas, existen pálpitos de violencia aguardando su momento. Echarle la culpa a una supuesta contaminación social y no a nosotros mismos sería mirar en el pozo equivocado.

En cuanto al fantasma, el cerebro carece de vida propia, independiente y enemiga del cuerpo. La complejidad con que se crea y actúa el pensamiento va mucho más allá de ese supuesto papel de Pepito Grillo.

¿Y cómo veo yo todo esto? Ejem, ejem.

Me parece que la brevedad del libro le impide acumular evidencias en número abrumador, bien sea en un sentido o en el otro (hay voces con solera como Rousseau o Descartes vs. la de Pinker). El enfoque científico moderno «suena convincente» frente al modelo filosófico especulativo, pero...

Ese «pero» queda revoloteando por ahí.

Redacto las conclusiones: tesis que merece lectura atenta, con argumentos atractivos, muy interesante... Y de la que aguardo mayor demostración.


Gracias a la ciencia cognitiva, la neurociencia, la genética del comportamiento y la psicología evolutiva, comenzamos a alcanzar una comprensión de la naturaleza humana capaz de cerrar las últimas fracturas en el conocimiento: las divisiones entre la materia y la mente y entre la biología y la cultura.

viernes, 18 de julio de 2025

Unchain My Heart

Con la de años que llevo enlazando buena música y todavía no había corcheado a Hugh Laurie...

Pues nada, una entrada sencilla para remediarlo. El famoso actor desata el corazón (y los dedos, y la garganta) y nos enseña qué otras cosas le gusta hacer en la vida.

Unchain My Heart, allá vamos.


lunes, 14 de julio de 2025

Celes

Celestino Sánchez

¿Por qué me entristece la noticia? ¿Por qué me apena tanto el fallecimiento de alguien a quien solo pude conocer durante dos semanas?

Coincidí con Celestino Sánchez, Celes, en el verano de 2018. Charlamos sobre cosas de la vida, sobre historia, sobre política…

El obituario de los medios abunda en la significación que tuvo en este campo: sujeto a una paliza por manifestarse un 1º de mayo, preso en las cárceles de la dictadura, dirigente del PSUC y del PCC, diputado autonómico, concejal, coordinador del movimiento 15M, portavoz de los «yayoflautas»…

También dice que se opuso al resultado de la Transición, uno de los puntos en los que recuerdo no coincidíamos (aquella curiosa pregunta: «¿Qué entiendes por democracia?»).

Realmente coincidíamos en pocas cosas. A pesar de ello me sorprendió su carisma, su convicción sincera, repito, tan alejada de la mía, y que hablara sin pontificar, sin intentar imponerme sus puntos de vista ni rechazar los míos como los de un «enemigo». Un hombre afable.

Por eso quiero rendirle un sencillo homenaje desde la memoria: solo fueron dos semanas, pero… Personas que dialoguen así, qué necesarias son. Y qué pocas quedan.


viernes, 11 de julio de 2025

Manifiesto cívico (XIV)

Vagón de deportaciones

Ocho millones.
¿Qué?
Ocho millones, dicen, han de desaparecer para que exista la felicidad.
¿Ocho?
Ocho. El infinito puesto en pie.
¿Personas?
Bueno, personas, personas…
¿Quiénes lo dicen?
Los infelices.
¿No encuentran qué comer? ¿Duermen encogidos sobre la tierra?
Usos y costumbres. No quieren desaparecer como pueblo.
¿España?
España.
¿Mi España, nuestra España?
España.
¿Personas?
Pon atención: usos y costumbres. Pueblo. Repite. Repítelo ocho millones de veces.
Redadas al amanecer. Horror y sombras. Luego vinieron por mí…
Mira que eres exagerado.

lunes, 7 de julio de 2025

Galápagos

Portada del libro Galápagos, de Kurt Vonnegut

Título y autor/a:Galápagos, de Kurt Vonnegut.
Clave de lectura:¿Cuál es el origen de la humanidad?
Valoración:✮✮✮✮✮
Comentario personal:Vonnegut no deja de asombrarme.
Música:Galápagos, de Never Been There ♪♪♪

Con Matadero cinco quedé fascinado por la capacidad inventiva de Kurt Vonnegut. Y, no menos importante, por su manera de plasmar en palabras esa tormenta de ideas.

Porque a veces el tema surge en la cabeza del escritor, pero es de naturaleza tan libérrima, caprichosa incluso, que encerrar sus vaivenes en la isla de un libro requiere dotes de primera línea.

Una sensación muy similar me queda con este título: Galápagos.

¿Qué ocurrió hace un millón de años para que la humanidad evolucionara de la manera en que lo ha hecho? ¿Qué errores y qué aciertos de aquellos antepasados —o qué confluencia de casualidades— han movido los engranajes de la adaptación al medio?

La especie era muy diferente entonces. Como muestra, el tamaño de sus cerebros, tan grande como inútil. Un lastre. Además de su morfología, con esas extremidades inadecuadas, sus raras enfermedades genéticas, la manera de relacionarse tan poco natural…

Debo aclarar que «hace un millón de años», desde la perspectiva de la historia, es hoy. Y las vicisitudes para que hayamos sobrevivido en un peñón del Océano Pacífico, Santa Rosalía, con cuerpos perfectos para dedicarnos a la pesca submarina y la boca como única herramienta, se iniciaron con el anuncio de un «Crucero del siglo para el Conocimiento de la Naturaleza».

El Bahía de Darwin, lo último en buques de gran lujo, debía zarpar desde Guayaquil llevando a bordo a los pasajeros más famosos, para mostrarles las maravillas del archipiélago que revolucionó la ciencia tras la visita, otro siglo atrás, del naturalista que le daba nombre. Solo que nada se desarrolló tal como estaba previsto.

Y la confluencia de casualidades a que hacía mención supuso que exista un nuevo padre adánico, el incompetente capitán Adolf von Kleist, y varias madres: Hisako, Akiko, Selena, las últimas cinco hembras de la tribu de los kanka-bonos… Gracias a los desvelos inseminatorios de la señora Mary Hepburn.

Estos personajes y varios otros que nos abandonan antes que ellos (James, Zenji, Andrew, Siegfried…) no dejan indiferente al lector con más exigencias del mundo. ¡Ni Mandarax, el prototipo de cerebro electrónico portátil inventado por Zenji, que puede traducir entre cualquier idioma al instante (aunque no al kanka-bono) y que conoce citas sin fin para colorear cada situación!

Ni el narrador, por supuesto, no olvidemos al narrador: el espíritu de un obrero fallecido mientras construía el Bahía de Darwin en los astilleros de Malmö, tras escapar de la guerra de Vietnam. Su padre era escritor de ciencia ficción y trató de convencerlo para cruzar el túnel azul, pero prefirió quedarse para hacer de testigo.

¿Qué más puedo decir? Vonnegut no deja de asombrarme.


Para hacer justicia a la humanidad tal como era: cada vez más gente decía entonces que sus cerebros eran irresponsables, nada fidedignos, espantosamente peligrosos, por entero carentes de realismo; en suma, no servían para nada.

viernes, 4 de julio de 2025

Viento

Cometa al viento

No sabe de sentimientos, no entiende de miradas,
—¡cómo desprecia el viento todo eso!—,
ignora las razones del hambre y de la sed.

Solo ofrece el viento la caricia de un amo,
áspera para abrir cicatrices sobre el rostro,
hábil para ocultar heridas bajo la piel.


lunes, 30 de junio de 2025

¡Vivir!

Portada del libro ¡Vivir!, de Yu Hua

Título y autor/a:¡Vivir!, de Yu Hua.
Clave de lectura:El periplo de Fugui en una China de gigantescos cambios.
Valoración:✮✮✮✩✩
Comentario personal:Recomendable para adentrarse en la literatura de este país.
Música:El último emperador, de Ryūichi Sakamoto ♪♪♪

En ¡Vivir!, novela del chino Yu Hua, el conjunto de desgracias que se abate sobre Fugui y su familia desde los años de guerra civil hasta después de la Revolución Cultural es aceptado por el protagonista con nervio digno de encomio. Aunque, desde una óptica más a occidente, genere algo de incredulidad.

Tras darle vueltas, interpreto que las tradiciones confucianas, según las cuales el individuo debe asumir «el lugar que le toca», incluso sacrificándose para que el conjunto funcione, impregnan cada paso de los personajes. ¡Jerarquía y orden!

Fugui es el heredero de una familia con tierras y recursos económicos que al principio ve los problemas del mundo desde lo alto.

Ese bienestar se pierde cuando su desmedida afición al juego lo deja en la ruina. Apenas cuenta desde entonces con el apoyo de su sufrida esposa, su dispuesta madre, sus esforzados hija e hijo, su nieto al correr de los años…

Ah, pero ganarse la vida deslomándose lo libra de ser ejecutado como explotador del pueblo cuando el ejército de liberación le da un puntapié a los japoneses y a los del kuomintang. Quien cae bajo las balas de la justicia es aquel que lo desplumó.

Trabajo de sol a sol sin recompensa. Pobreza. Hambruna extrema. Y, sobre todo, muerte. Cada atisbo de felicidad se corta de raíz cuando parece que va a triunfar, pero Fugui continúa caminando.

No voy a desvelar detalles, aunque insisto: ni a Job en sus peores días le hubieran llovido tantos palos. ¿Estoicismo? Doctrina para aficionados…

Lo que más me interesa del relato es la descripción de la vida cotidiana durante los primeros años de la República Popular, aquel «gran salto adelante» cuyos vaivenes ideológicos y organizativos sacuden a los campesinos como una montaña rusa.

Y el terror de la citada Revolución Cultural, cuando guardias rojos imberbes, fanáticos desde la cuna, recorren los pueblos buscando traidores vendidos al capitalismo. Incluso a los que antes se conocía como héroes.

En conjunto, un texto recomendable para adentrarse en la literatura de este inmenso país.


En el pueblo empezaron a dar puntos de trabajo a los labradores. Yo fui considerado un trabajador de fuerza y me dieron diez puntos. Si Jiazhen no hubiera estado enferma, le habrían dado ocho; pero tal como estaba solo podía con tareas fáciles, así que no le dieron más que cuatro.

viernes, 27 de junio de 2025

Nuestro mundo (XXIV)

Peces boqueando

¿Tan difícil es de verdad la vida en nuestro mundo?

¿Debemos pasar cada día, cada hora, cada minuto, boqueando enloquecidos?

Para poder robarnos unos a otros…

¿Robarnos qué? ¿El alimento? ¿La luz? ¿El espacio?

¿La respiración?


martes, 24 de junio de 2025

Los cañones de Navarone

Portada del libro Los cañones de Navarone, de Alistair MacLean

Título y autor/a:Los cañones de Navarone, de Alistair MacLean.
Clave de lectura:Más de mil vidas dependen del éxito de una misión.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Aventura con suspense, de ritmo bien trazado y entretenidísima.
Música:Los cañones de Navarone, de Dimitri Tiomkin ♪♪♪

Hoy me resulta muy fácil encontrar corcheas que acompañen al texto de la entrada. Si se titula Los cañones de Navarone, ¿qué esperáis?

Por supuesto: la música de Dimitri Tiomkin envuelve la historia de Alistair MacLean como un guante se ajusta a la piel.

No tardaron mucho en estrenar la versión fílmica tras salir de imprenta y, de forma inevitable, la lectura de sus páginas se ve invadida de fotogramas.

Aunque también se hace patente un fenómeno: las escenas que «visualizo» (los fotogramas de Peck, Niven, Quinn…) son algo diferentes a las que describe MacLean. Diría que la novela tiene vida propia y sus protagonistas más matices, más complejidad, dudas a lo largo de su misión.

Esta última sí coincide en ambos formatos: un intrépido comando aliado ha de destruir una batería alemana en cierta isla del Egeo, cuya potencia y precisión de tiro impiden evacuar a mil doscientos soldados bajo asedio.

Los intentos mediante ataques convencionales han fracasado. El capitán Mallory, experto escalador, y sus cinco acompañantes, Andrea, Miller, Stevens y Brown, suponen la última esperanza.

Con la ayuda de civiles de la resistencia griega: Louki y Panayis (que en la pantalla se convirtieron en personajes femeninos). Y, junto a los obstáculos materiales (sortear las patrullas en un barco de pesca, trepar por los acantilados, infiltrarse en la fortaleza, sabotear las bocas de fuego…), existe uno adicional: el enemigo siempre parece advertido de sus planes. ¿Cómo?

Aventura con suspense, de ritmo bien trazado y entretenidísima.


No había transcurrido ni un minuto desde que el caique se había estrellado y ya era una ruina sin mástiles, con los costados hundidos, y acababa de desmantelarse ante sus ojos. Cada siete u ocho segundos, una ola gigante lo alcanzaba y lo arrojaba sin piedad contra el acantilado.

viernes, 20 de junio de 2025

Día Mundial del Refugiado

Puerta

Llamamos a las puertas cuando queremos comunicar nuestra presencia.

El aire arde, intento alejarme a rastras.

Las puertas nos reciben enseguida o nos niegan hoscas el paso.

No podré enterrar a mis hijos, nada queda atrás.

O se entreabren quizá, dejando un resquicio, con curiosidad.

Alguien nos odia y cayó metal del cielo.

Pero, ¿y nuestra ausencia? ¿Cómo podremos anunciarla?

Después de un grito, la ceguera.

¿Serán las puertas, ante manos que enmudecen, voces que faltan, brillo de miradas opacado para siempre, las que nos llamen a nosotros?

Eso es todo lo que sé.


martes, 17 de junio de 2025

La locura de Almayer

Portada del libro La locura de Almayer, de Joseph Conrad

Título y autor/a:La locura de Almayer, de Joseph Conrad.
Clave de lectura:Almayer busca una oportunidad para huir del fracaso.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Primera novela de Conrad, digna de todos los elogios.
Música:Camino de la jungla, de Jerry Goldsmith ♪♪♪

Joseph Conrad no escribe, hace magia. ¿Alguien ha abierto un libro suyo sin sentirse inmediatamente transportado a profundidades malayas, penumbras congoleñas o cualquier otro lugar donde el adjetivo «remoto» merezca tal nombre?

Ambientes donde los europeos, muy seguros de sí mismos, se sumergen para no respirar sino vapores de putrefacción.

El comerciante que presta su nombre a esta historia fue una vez joven, cuando se embarcó con el aventurero capitán Lingard. Y, movido por las expectativas, acabó casándose con su heredera, adoptada tras el abordaje y destrucción de un prao pirata.

El capitán estaba convencido de que el interior de Borneo escondía un gran tesoro, oro y piedras preciosas, pero ninguna expedición guiada por él consiguió encontrarlo, y lo único que pudo legar fue su sueño. Una idea cada vez más imprecisa bajo los contornos de la ginebra y los maderos semipodridos que forman el edificio cuyo destino era ser el centro de un emporio.

Paredes que todos llaman ahora La locura de Almayer.

Así, Almayer va envejeciendo a orillas del Pantai, en compañía de una bruja a quien las leyes consideran esposa, rodeado de árabes y un rajá que, lo sabe bien, tras palabras zalameras solo desea su perdición. Incluso una fragata holandesa le amenaza, en pos de quien vende pólvora a manos rebeldes.

Y ese hombre misterioso, el javanés del kris afilado que posee un bergantín, en quien necesita confiar para que financie una última búsqueda en la tierra de los dayaks, ¿no supondrá el peligro definitivo cuando cruce miradas con Nina, su indómita hija? Todo lo hace por ella, para que pueda caminar por las calles de Ámsterdam sin que nadie se fije en sus rasgos mestizos.

Ya en su primera novela nuestro autor recrea como nadie a los portadores de «la carga del hombre blanco», según expresión de otro ilustre contemporáneo como Kipling.

Representantes de una supuesta supremacía carcomida por dentro. Contagiados de una decadencia que comienza por las personas y se extiende a todo lo que las rodea.

Título digno de todos los elogios.


Almayer siguió con la vista la canoa hasta que salió fuera del espacio alumbrado. Poco después llegó hasta él, a través del río, el murmullo de muchas voces. Vio una hilera de antorchas alzarse bruscamente de la ardiente hoguera e iluminar durante un momento la puerta de la empalizada, rodeada de gente.

viernes, 13 de junio de 2025

Oscuridad. Tiempo

Oscuridad. Tiempo

Ignoro ya qué es luz y qué oscuridad.
El tiempo huye,
No reconozco nada de lo que me rodea.
ha teñido sus ramas de negro
La luz duele, ciega los ojos.
y nos ha abandonado
La oscuridad despierta lágrimas de sanación.
sobre un cristal a nuestra suerte.

lunes, 9 de junio de 2025

La vida pequeña

Portada del libro El arte de la fuga, de J.Á. González Sainz

Título y autor/a:La vida pequeña, de J.Á. González Sainz.
Clave de lectura:Colección de pensamientos a raíz de la pandemia.
Valoración:✮✮✩✩✩
Comentario personal:No consigo apreciarlo.
Música:Fuga del Nerone (a 4 voces), de Pablo Queipo de Llano ♪♪♪

Salvo deshonrosas excepciones, creo en las segundas oportunidades literarias.

Es decir, cuando un libro falla en convencerme por el motivo que sea (o soy yo el que le falla a él), no trazo una equis roja sobre el nombre de quien lo firma. No de manera inmediata.

Merece que busque los trazos de su pluma como mínimo otra vez. E incluso una más, si me siento de verdad el culpable.

Así que vuelvo a J.Á. González Sainz, cuyos autodenominados «caprichos o disparates» de Por así decirlo tan poco me gustaron en su momento. Y el desencuentro se repite en La vida pequeña.

No puedo escudarme en razones obvias, de esas que cualquier censor apoyaría («sí, sí, tienes razón, está mal escrito, es pretencioso, gris, resulta aburrido…»). Qué va, goza de muy buena prensa. Lo que entra en juego es la pura subjetividad: el plano mental del autor y el mío no convergen.

González expone la relación entre la persona y el mundo, puesta a prueba en la pandemia de 2020. Le acompañan en sus meditaciones Rilke, Hölderlin, Montaigne o Thoreau. Subtitula el resultado El arte de la fuga.

Cuando termino de leerlo, me siento encallado. Si me dejara dominar por la maldad, diría que habla de vaguedades, que el discurso es demasiado vaporoso y que, a despecho de la metáfora musical propuesta, la fuga, no distingo el punto de reunión hacia el que se dirigen las voces.

Siguiendo con la analogía, a lo que me recuerda es a una rapsodia, en la que no consigo ni entrar ni centrarme, como he señalado. Mala suerte.

Segunda oportunidad, segundo fracaso. Habrá que esperar si a la tercera…


Cambiar, cambiar de ciudad, de horizontes, de casa o trabajo o compañías, cambiar de costumbres y hasta si es posible de actitudes o bien cambiar de lo que sea pero en cualquier caso cambiar se convierte a veces en una verdadera comezón que no nos deja a sol ni a sombra, cuando no en una necesidad lisa y llana.

jueves, 5 de junio de 2025

Día Mundial del Medio Ambiente (II)

Prohibido aparcar

El cielo se refleja en el mar. El mar acaricia la roca.

La roca protege la tierra. La tierra alimenta al árbol.

El árbol da su oxígeno al cielo. ¿Y yo?

Mojo mis manos, camino, me refugio bajo copas verdes, respiro…

¿Qué puedo aportar a todo esto?


lunes, 2 de junio de 2025

El ladrido

Portada del libro El ladrido, de Óscar Muñiz

Título y autor/a:El ladrido, de Óscar Muñiz.
Clave de lectura:Dos hombres perseguidos y armados irrumpen en casa de Juan.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Novela con muy buen pulso dramático.
Música:La Romería, de Víctor Manuel ♪♪♪

Un labrador talla madreñas. Su mujer y su hija preparan tortas de maíz. La abuela los acompaña junto al fuego… Y el perro comienza a ladrar.

De improviso, un hombre con chaqueta de cuero negro y una metralleta irrumpe en la casa, intimándolos a guardar silencio. Tras asegurarse de que no hay nadie más, llama a su compañero.

Este entra caminando con dificultad. También él empuña un arma, aunque su resolución se ve disminuida por el gesto de dolor. Han cruzado el río huyendo de la Guardia Civil.

Así abre Óscar Muñiz su novela El ladrido.

El Valiente y Mauro son los últimos representantes de aquellos maquis que, desde hace veinte años, cuando la derrota se convirtió en un hecho, han recorrido los montes de Asturias. Bandoleros, según la acusación oficial.

Y de eso viven, de atracos, violencia y muertes que les permitan disponer de fondos para ocultarse en Francia y volver a cruzar de tanto en tanto la frontera.

Aunque la pericia demostrada para sobrevivir a sus perseguidores puede que se tambalee tras el último golpe. No conocen la zona, no saben si tendrán apoyo. Juan, Ramona, Luz, la anciana, han de evitar atraer sospechas mientras el Valiente se repone de su grave enfermedad o… o…

Quizá el dinero ayude, además de los golpes y amenazas: gracias a él, Juan podrá mercar la vaca de Pin el del Ferreru. Y, con algo más (el saco de los intrusos se adivina lleno), pagaría la renta de las tierras del ama, compraría otras propias, ganado de labor, contrataría jornaleros, plantaría eucaliptos…

Ramona, como Lady Macbeth, no deja de incitarle en sus ensueños.

Por su parte, Luz se siente ofendida de que alguien tan peligroso como el Valiente no parezca fijarse en ella, cuando a los demás hombres, incluidos su novio y Mauro, se les nubla la vista ante su presencia.

El pulso narrativo bajo el cual se desarrolla la acción —o la nerviosa inacción— supone el valor más destacado de esta historia.

En efecto, Muñiz «prende la hoguera» desde la primera escena y es tan hábil como para que su llama nunca disminuya de intensidad: bien por él (a despecho de algunas asombrosas faltas de ortografía que amenazan con embarrar el camino).

El thriller presenta otras virtudes: por ejemplo, la descripción del trasfondo en el que ambos huidos se niegan a rendirse. Hay saltos cronológicos hacia los días de furor del 36 o el 37, pero mucho ha cambiado desde entonces. La gente intenta llevar una existencia tranquila, sacar adelante granjas y negocios, y recela de la antigua guerra.

En definitiva, estoy seguro de que no defraudará a ningún potencial lector.


Ante él tiene a Mauro, con la inseparable metralleta al brazo. Mauro que, ahogado ya por la claustrofobia, se aventura a salir fuera de la casa. Es una imprudencia, desde luego: cualquiera que pase no puede menos de extrañar la presencia de un hombre armado.

viernes, 30 de mayo de 2025

El 51

Tuktuk número 51

Los ojos del 51 aún brillan. Esos ojos azules que tanto han visto.

Golpes, urgencias, caucho quemado, un aire sin aire...

El 51 ignora adónde dirigirse. Y el sonido del silencio lo enloquece.

Pero no dejará de intentarlo, jura. Aún no ha llegado la hora en que...

(A su espalda, sobre la colina, se adivina un bosque de cruces).

Con rumbos infinitos o sin rumbo. Mientras una sola gota alimente sus exhaustas venas.

Los ojos del 51 continúan brillando.