lunes, 14 de julio de 2025

Celes

Celestino Sánchez

¿Por qué me entristece la noticia? ¿Por qué me apena tanto el fallecimiento de alguien a quien solo pude conocer durante dos semanas?

Coincidí con Celestino Sánchez, Celes, en el verano de 2018. Charlamos sobre cosas de la vida, sobre historia, sobre política…

El obituario de los medios abunda en la significación que tuvo en este campo: sujeto a una paliza por manifestarse un 1º de mayo, preso en las cárceles de la dictadura, dirigente del PSUC y del PCC, diputado autonómico, concejal, coordinador del movimiento 15M, portavoz de los «yayoflautas»…

También dice que se opuso al resultado de la Transición, uno de los puntos en los que recuerdo no coincidíamos (aquella curiosa pregunta: «¿Qué entiendes por democracia?»).

Realmente coincidíamos en pocas cosas. A pesar de ello me sorprendió su carisma, su convicción sincera, repito, tan alejada de la mía, y que hablara sin pontificar, sin intentar imponerme sus puntos de vista ni rechazar los míos como los de un «enemigo». Un hombre afable.

Por eso quiero rendirle un sencillo homenaje desde la memoria: solo fueron dos semanas, pero… Personas que dialoguen así, qué necesarias son. Y qué pocas quedan.


viernes, 11 de julio de 2025

Manifiesto cívico (XIV)

Vagón de deportaciones

Ocho millones.
¿Qué?
Ocho millones, dicen, han de desaparecer para que exista la felicidad.
¿Ocho?
Ocho. El infinito puesto en pie.
¿Personas?
Bueno, personas, personas…
¿Quiénes lo dicen?
Los infelices.
¿No encuentran qué comer? ¿Duermen encogidos sobre la tierra?
Usos y costumbres. No quieren desaparecer como pueblo.
¿España?
España.
¿Mi España, nuestra España?
España.
¿Personas?
Pon atención: usos y costumbres. Pueblo. Repite. Repítelo ocho millones de veces.
Redadas al amanecer. Horror y sombras. Luego vinieron por mí…
Mira que eres exagerado.

lunes, 7 de julio de 2025

Galápagos

Portada del libro Galápagos, de Kurt Vonnegut

Título y autor/a:Galápagos, de Kurt Vonnegut.
Clave de lectura:¿Cuál es el origen de la humanidad?
Valoración:✮✮✮✮✮
Comentario personal:Vonnegut no deja de asombrarme.
Música:Galápagos, de Never Been There ♪♪♪

Con Matadero cinco quedé fascinado por la capacidad inventiva de Kurt Vonnegut. Y, no menos importante, por su manera de plasmar en palabras esa tormenta de ideas.

Porque a veces el tema surge en la cabeza del escritor, pero es de naturaleza tan libérrima, caprichosa incluso, que encerrar sus vaivenes en la isla de un libro requiere dotes de primera línea.

Una sensación muy similar me queda con este título: Galápagos.

¿Qué ocurrió hace un millón de años para que la humanidad evolucionara de la manera en que lo ha hecho? ¿Qué errores y qué aciertos de aquellos antepasados —o qué confluencia de casualidades— han movido los engranajes de la adaptación al medio?

La especie era muy diferente entonces. Como muestra, el tamaño de sus cerebros, tan grande como inútil. Un lastre. Además de su morfología, con esas extremidades inadecuadas, sus raras enfermedades genéticas, la manera de relacionarse tan poco natural…

Debo aclarar que «hace un millón de años», desde la perspectiva de la historia, es hoy. Y las vicisitudes para que hayamos sobrevivido en un peñón del Océano Pacífico, Santa Rosalía, con cuerpos perfectos para dedicarnos a la pesca submarina y la boca como única herramienta, se iniciaron con el anuncio de un «Crucero del siglo para el Conocimiento de la Naturaleza».

El Bahía de Darwin, lo último en buques de gran lujo, debía zarpar desde Guayaquil llevando a bordo a los pasajeros más famosos, para mostrarles las maravillas del archipiélago que revolucionó la ciencia tras la visita, otro siglo atrás, del naturalista que le daba nombre. Solo que nada se desarrolló tal como estaba previsto.

Y la confluencia de casualidades a que hacía mención supuso que exista un nuevo padre adánico, el incompetente capitán Adolf von Kleist, y varias madres: Hisako, Akiko, Selena, las últimas cinco hembras de la tribu de los kanka-bonos… Gracias a los desvelos inseminatorios de la señora Mary Hepburn.

Estos personajes y varios otros que nos abandonan antes que ellos (James, Zenji, Andrew, Siegfried…) no dejan indiferente al lector con más exigencias del mundo. ¡Ni Mandarax, el prototipo de cerebro electrónico portátil inventado por Zenji, que puede traducir entre cualquier idioma al instante (aunque no al kanka-bono) y que conoce citas sin fin para colorear cada situación!

Ni el narrador, por supuesto, no olvidemos al narrador: el espíritu de un obrero fallecido mientras construía el Bahía de Darwin en los astilleros de Malmö, tras escapar de la guerra de Vietnam. Su padre era escritor de ciencia ficción y trató de convencerlo para cruzar el túnel azul, pero prefirió quedarse para hacer de testigo.

¿Qué más puedo decir? Vonnegut no deja de asombrarme.


Para hacer justicia a la humanidad tal como era: cada vez más gente decía entonces que sus cerebros eran irresponsables, nada fidedignos, espantosamente peligrosos, por entero carentes de realismo; en suma, no servían para nada.

viernes, 4 de julio de 2025

Viento

Cometa al viento

No sabe de sentimientos, no entiende de miradas,
—¡cómo desprecia el viento todo eso!—,
ignora las razones del hambre y de la sed.

Solo ofrece el viento la caricia de un amo,
áspera para abrir cicatrices sobre el rostro,
hábil para ocultar heridas bajo la piel.


lunes, 30 de junio de 2025

¡Vivir!

Portada del libro ¡Vivir!, de Yu Hua

Título y autor/a:¡Vivir!, de Yu Hua.
Clave de lectura:El periplo de Fugui en una China de gigantescos cambios.
Valoración:✮✮✮✩✩
Comentario personal:Recomendable para adentrarse en la literatura de este país.
Música:El último emperador, de Ryūichi Sakamoto ♪♪♪

En ¡Vivir!, novela del chino Yu Hua, el conjunto de desgracias que se abate sobre Fugui y su familia desde los años de guerra civil hasta después de la Revolución Cultural es aceptado por el protagonista con nervio digno de encomio. Aunque, desde una óptica más a occidente, genere algo de incredulidad.

Tras darle vueltas, interpreto que las tradiciones confucianas, según las cuales el individuo debe asumir «el lugar que le toca», incluso sacrificándose para que el conjunto funcione, impregnan cada paso de los personajes. ¡Jerarquía y orden!

Fugui es el heredero de una familia con tierras y recursos económicos que al principio ve los problemas del mundo desde lo alto.

Ese bienestar se pierde cuando su desmedida afición al juego lo deja en la ruina. Apenas cuenta desde entonces con el apoyo de su sufrida esposa, su dispuesta madre, sus esforzados hija e hijo, su nieto al correr de los años…

Ah, pero ganarse la vida deslomándose lo libra de ser ejecutado como explotador del pueblo cuando el ejército de liberación le da un puntapié a los japoneses y a los del kuomintang. Quien cae bajo las balas de la justicia es aquel que lo desplumó.

Trabajo de sol a sol sin recompensa. Pobreza. Hambruna extrema. Y, sobre todo, muerte. Cada atisbo de felicidad se corta de raíz cuando parece que va a triunfar, pero Fugui continúa caminando.

No voy a desvelar detalles, aunque insisto: ni a Job en sus peores días le hubieran llovido tantos palos. ¿Estoicismo? Doctrina para aficionados…

Lo que más me interesa del relato es la descripción de la vida cotidiana durante los primeros años de la República Popular, aquel «gran salto adelante» cuyos vaivenes ideológicos y organizativos sacuden a los campesinos como una montaña rusa.

Y el terror de la citada Revolución Cultural, cuando guardias rojos imberbes, fanáticos desde la cuna, recorren los pueblos buscando traidores vendidos al capitalismo. Incluso a los que antes se conocía como héroes.

En conjunto, un texto recomendable para adentrarse en la literatura de este inmenso país.


En el pueblo empezaron a dar puntos de trabajo a los labradores. Yo fui considerado un trabajador de fuerza y me dieron diez puntos. Si Jiazhen no hubiera estado enferma, le habrían dado ocho; pero tal como estaba solo podía con tareas fáciles, así que no le dieron más que cuatro.

viernes, 27 de junio de 2025

Nuestro mundo (XXIV)

Peces boqueando

¿Tan difícil es de verdad la vida en nuestro mundo?

¿Debemos pasar cada día, cada hora, cada minuto, boqueando enloquecidos?

Para poder robarnos unos a otros…

¿Robarnos qué? ¿El alimento? ¿La luz? ¿El espacio?

¿La respiración?


martes, 24 de junio de 2025

Los cañones de Navarone

Portada del libro Los cañones de Navarone, de Alistair MacLean

Título y autor/a:Los cañones de Navarone, de Alistair MacLean.
Clave de lectura:Más de mil vidas dependen del éxito de una misión.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Aventura con suspense, de ritmo bien trazado y entretenidísima.
Música:Los cañones de Navarone, de Dimitri Tiomkin ♪♪♪

Hoy me resulta muy fácil encontrar corcheas que acompañen al texto de la entrada. Si se titula Los cañones de Navarone, ¿qué esperáis?

Por supuesto: la música de Dimitri Tiomkin envuelve la historia de Alistair MacLean como un guante se ajusta a la piel.

No tardaron mucho en estrenar la versión fílmica tras salir de imprenta y, de forma inevitable, la lectura de sus páginas se ve invadida de fotogramas.

Aunque también se hace patente un fenómeno: las escenas que «visualizo» (los fotogramas de Peck, Niven, Quinn…) son algo diferentes a las que describe MacLean. Diría que la novela tiene vida propia y sus protagonistas más matices, más complejidad, dudas a lo largo de su misión.

Esta última sí coincide en ambos formatos: un intrépido comando aliado ha de destruir una batería alemana en cierta isla del Egeo, cuya potencia y precisión de tiro impiden evacuar a mil doscientos soldados bajo asedio.

Los intentos mediante ataques convencionales han fracasado. El capitán Mallory, experto escalador, y sus cinco acompañantes, Andrea, Miller, Stevens y Brown, suponen la última esperanza.

Con la ayuda de civiles de la resistencia griega: Louki y Panayis (que en la pantalla se convirtieron en personajes femeninos). Y, junto a los obstáculos materiales (sortear las patrullas en un barco de pesca, trepar por los acantilados, infiltrarse en la fortaleza, sabotear las bocas de fuego…), existe uno adicional: el enemigo siempre parece advertido de sus planes. ¿Cómo?

Aventura con suspense, de ritmo bien trazado y entretenidísima.


No había transcurrido ni un minuto desde que el caique se había estrellado y ya era una ruina sin mástiles, con los costados hundidos, y acababa de desmantelarse ante sus ojos. Cada siete u ocho segundos, una ola gigante lo alcanzaba y lo arrojaba sin piedad contra el acantilado.

viernes, 20 de junio de 2025

Día Mundial del Refugiado

Puerta

Llamamos a las puertas cuando queremos comunicar nuestra presencia.

El aire arde, intento alejarme a rastras.

Las puertas nos reciben enseguida o nos niegan hoscas el paso.

No podré enterrar a mis hijos, nada queda atrás.

O se entreabren quizá, dejando un resquicio, con curiosidad.

Alguien nos odia y cayó metal del cielo.

Pero, ¿y nuestra ausencia? ¿Cómo podremos anunciarla?

Después de un grito, la ceguera.

¿Serán las puertas, ante manos que enmudecen, voces que faltan, brillo de miradas opacado para siempre, las que nos llamen a nosotros?

Eso es todo lo que sé.


martes, 17 de junio de 2025

La locura de Almayer

Portada del libro La locura de Almayer, de Joseph Conrad

Título y autor/a:La locura de Almayer, de Joseph Conrad.
Clave de lectura:Almayer busca una oportunidad para huir del fracaso.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Primera novela de Conrad, digna de todos los elogios.
Música:Camino de la jungla, de Jerry Goldsmith ♪♪♪

Joseph Conrad no escribe, hace magia. ¿Alguien ha abierto un libro suyo sin sentirse inmediatamente transportado a profundidades malayas, penumbras congoleñas o cualquier otro lugar donde el adjetivo «remoto» merezca tal nombre?

Ambientes donde los europeos, muy seguros de sí mismos, se sumergen para no respirar sino vapores de putrefacción.

El comerciante que presta su nombre a esta historia fue una vez joven, cuando se embarcó con el aventurero capitán Lingard. Y, movido por las expectativas, acabó casándose con su heredera, adoptada tras el abordaje y destrucción de un prao pirata.

El capitán estaba convencido de que el interior de Borneo escondía un gran tesoro, oro y piedras preciosas, pero ninguna expedición guiada por él consiguió encontrarlo, y lo único que pudo legar fue su sueño. Una idea cada vez más imprecisa bajo los contornos de la ginebra y los maderos semipodridos que forman el edificio cuyo destino era ser el centro de un emporio.

Paredes que todos llaman ahora La locura de Almayer.

Así, Almayer va envejeciendo a orillas del Pantai, en compañía de una bruja a quien las leyes consideran esposa, rodeado de árabes y un rajá que, lo sabe bien, tras palabras zalameras solo desea su perdición. Incluso una fragata holandesa le amenaza, en pos de quien vende pólvora a manos rebeldes.

Y ese hombre misterioso, el javanés del kris afilado que posee un bergantín, en quien necesita confiar para que financie una última búsqueda en la tierra de los dayaks, ¿no supondrá el peligro definitivo cuando cruce miradas con Nina, su indómita hija? Todo lo hace por ella, para que pueda caminar por las calles de Ámsterdam sin que nadie se fije en sus rasgos mestizos.

Ya en su primera novela nuestro autor recrea como nadie a los portadores de «la carga del hombre blanco», según expresión de otro ilustre contemporáneo como Kipling.

Representantes de una supuesta supremacía carcomida por dentro. Contagiados de una decadencia que comienza por las personas y se extiende a todo lo que las rodea.

Título digno de todos los elogios.


Almayer siguió con la vista la canoa hasta que salió fuera del espacio alumbrado. Poco después llegó hasta él, a través del río, el murmullo de muchas voces. Vio una hilera de antorchas alzarse bruscamente de la ardiente hoguera e iluminar durante un momento la puerta de la empalizada, rodeada de gente.

viernes, 13 de junio de 2025

Oscuridad. Tiempo

Oscuridad. Tiempo

Ignoro ya qué es luz y qué oscuridad.
El tiempo huye,
No reconozco nada de lo que me rodea.
ha teñido sus ramas de negro
La luz duele, ciega los ojos.
y nos ha abandonado
La oscuridad despierta lágrimas de sanación.
sobre un cristal a nuestra suerte.