viernes, 28 de junio de 2019

Brevísima y elogiosa nota sobre… (XXXVII)

Lo primero que pensé, tras leer las primeras páginas de Miedo, fue que a lo mejor el argumento se había quedado desfasado.

Ambiente vienés fin de siècle, en el que una dama de buena posición se ve sorprendida por otra mujer que la acusa mientras visita a su amante... El temor al escándalo social si la aventura se hiciera pública...

Pues eso, quizá algo pegado a su época como para apreciarlo hoy en día.

Craso error por mi parte.

Porque la situación deriva hacia una angustia atemporal, que crece en el interior de la protagonista, agotándola, cambiándola física y mentalmente hasta cuartear el significado de todo su mundo.

¿De verdad es el joven pianista apasionado el hombre a quién desea, o apenas una excusa? ¿Merece o no la pena sacrificar esa pasión a cambio de una existencia acomodada junto a su amable marido y sus hijos? ¿Podrá el chantaje de su rival, que la persigue implacablemente, conducirla a... a...?

Por algo tiene Stefan Zweig ganado su renombre.



miércoles, 26 de junio de 2019

A la escucha (XII)

A apenas unos metros de distancia de un tal Carlos Núñez, un tal Paddy Moloney, unos que se hacen llamar los Chieftains...

Disfrutando como solo se puede disfrutar cuando la música se entrelaza, se funde, se convierte en la vida misma...

Cuando la alegría es el sonido de una flauta, de un arpa, de un fiddle, un whistle, un bodhrán, una gaita...



martes, 18 de junio de 2019

Brevísima y elogiosa nota sobre… (XXXVI)

Psicopolítica: con este título llevo un rato dudando. ¿Lo elogio o lo mando al cajón de perplejidades?

En un extremo de la balanza, las ideas que en él plasma Byung-Chul Han me despiertan un interés innegable. De hecho, trata uno de los temas que más me hacen pensar: la libertad.

¿Somos de verdad libres en la sociedad contemporánea? ¿Somos dueños de nuestras vidas, del modo de vivir que deseamos?

Se nos ha enseñado que sí, que en un sistema donde cada ciudadano tiene derecho a participar, las decisiones que se toman en común son una extensión de nosotros mismos.

Ahora bien, dice Han, ¿y si fuerzas en la sombra del sistema hicieran uso de la psicología para hacernos creer precisamente eso? Que nuestras decisiones son tomadas por propia voluntad, cuando no es así.

Según él, en el "capitalismo neoliberal" se ejerce poder sin necesidad de coerción ni violencia, sino a través de mecanismos de condicionamiento combinados con técnicas de big data.

Comienza con las huellas que deja cualquier actividad en las redes: compras, búsquedas, mensajes, comentarios, gustos y disgustos... En la era de la hiperconectividad, todo está relacionado.

La suma de interrelaciones va construyendo entonces un perfil que nos define, igual que una ventana a nuestro interior. Y con muchos interiores se crea un subconsciente colectivo.

El siguiente paso será encauzarnos para apoyar ideas que convengan en diversos ámbitos. Siempre invisibles. Siempre efectivas, porque estaremos seguros de que nos enraizamos en el libre pensamiento.

Causa escalofríos, ¿verdad? Yo no soy yo. Nosotros no somos cada uno de nosotros, sino quienes quieren que seamos. Además, ignorantes, nos sometemos de buen grado.

Pero, ¿por qué necesito ponderar el otro extremo? ¿De dónde surgen mis dudas para calificar la lectura?

Quiero pruebas. Pruebas, pruebas, pruebas. Mi lado racional pugna con el intuitivo.

Ahí radica el punto menos logrado del libro: cómo demostrarlo. El filósofo nos lanza la advertencia, pero la defiende solo de forma retórica, sin profundizar lo suficiente. Parecido, salvando las distancias cualitativas, a una teoría de la conspiración.

En fin, tras tomar esto en cuenta, hay que decidirse de una vez.

Escribo la entrada: Brevísima y elogiosa nota sobre…



martes, 11 de junio de 2019

Brevísima y elogiosa nota sobre… (XXXV)

Vamos a ver…

No es que Feliz norte sea una mala novela, al contrario. Árpád Kun incluso ha ganado un premio con ella.

Mi queja, por llamarla de alguna manera, viene de que podría haber sido aún más singular. Tal como se desarrolla en la primera parte, crea unas expectativas mayores.

Porque resulta un hallazgo la descripción del mundo de Aimé Billion, el protagonista. Nacido en Benín, de madre africana y padre franco-vietnamita, se cruza por la calle con vivos y muertos por igual. También los dioses y espíritus del vudú ejercen su influencia sobre el destino de cada persona.

Al fin y al cabo, su abuelo es un hechicero sanador con el poder de Legba, la abuela resucita en otro cuerpo tras enfrentarse en el más allá a un morabito que amenaza a la tribu de los bnokimos, y su madre se acompaña siempre de serpientes para recordar que casi se convirtió en sacerdotisa de Dan, la pitón desganada pero benévola.

La segunda parte parece querer continuar en esa línea. Ya adulto, Aimé decide aprovechar la nacionalidad europea del padre y emigrar. Aterriza en Francia, donde se encuentra consigo mismo, un "yo alternativo" con la vida que habría tenido de haber tomado la decisión muchos años antes. Y continúa su periplo hasta Noruega, donde se asentará gracias a su genial facilidad para los idiomas.

¿Podrá ser feliz en un ambiente tan distinto, la granja de la Cascada Loca en el municipio del Cerro del Gallo, donde los habitantes leen las noticias del Cuerno Vikingo? Lo descubriremos en esta segunda y en la tercera parte.

Y justo es aquí donde se produce el punto de inflexión. La especie de "realismo mágico" se diluye, y aunque sigue salpicando ciertos aspectos del relato, se convierte en un "realismo realista", quizá no tan sugestivo. Hay que esperar a las últimas páginas para que el propio autor nos aclare el cambio.

En resumen: están locos estos noruegos…


miércoles, 5 de junio de 2019

Brevísima y elogiosa nota sobre… (XXXIV)

Primer comentario: este es uno de los libros más difíciles que leeré en la vida. A pesar del esfuerzo de su autor, Lee Smolin, por adaptarse a un registro de comunicación "popular".

Segundo comentario: entender, lo que se dice entender..., no estoy seguro de hasta qué punto lo he conseguido. Probablemente la mitad, y eso siendo generoso. Ojalá me diera más de sí la cabeza.

Tercer comentario: no obstante lo anterior, en varias ocasiones me he sorprendido a mí mismo diciendo «fascinante» en voz alta. La verdad es que el tema lo merece.

Porque Las dudas de la física en el siglo XXI. ¿Es la teoría de cuerdas un callejón sin salida? quiere describirnos los misterios más profundos de la existencia.

Y de qué manera, por mucho que creamos haber avanzado en desvelarlos, ahí siguen, quitándonos el sueño. En realidad, según la tesis de Smolin, parece que llevamos un tiempo atascados.

Para llegar a tal conclusión, nos hace un recorrido previo por las ideas de personajes como Newton, Maxwell, Planck, Einstein, Schrödinger, Heisenberg, Feynman o Hawking, enseguida reconocibles por los profanos.

Y luego por el trabajo de nombres algo menos divulgados, pero cuyas mentes continúan la labor de aquellos clásicos: Connes, Susskind, Horowitz, Magueijo, Maldacena o él mismo.

A quienes actualmente se les presentan cinco grandes retos: 1) combinar la relatividad general con la teoría cuántica; 2) solucionar los propios problemas de base de la mecánica cuántica; 3) descubrir si las partículas e interacciones −electromagnética, gravitatoria, nuclear fuerte y nuclear débil− pueden explicarse de forma unificada; 4) comprender los valores de las constantes libres en el modelo estándar y 5) averiguar qué son la materia y la energía oscuras.

Unificación. Teoría M. Supersimetría. Pasado, presente y futuro de la teoría de cuerdas. Crítica demoledora y enfoques alternativos. Gravedad cuántica de bucles. Cuál es la naturaleza de la ciencia y por qué a veces los científicos, como cualquier otra persona, se dejan llevar por el grupo en vez de arriesgarse a ser visionarios...

«Fascinante», vuelvo a repetir mientras escribo estas líneas. «Fascinante».