martes, 11 de julio de 2023

Crónicas marcianas

Clave de lectura: Llegada y asentamiento humano en el planeta rojo.
Valoración: Reflexivo. Lúcido. Elegíaco. Imprescindible ✮✮✮✮✮
Música: Crónicas marcianas, de Stanley Myers ♪♪♪
Portada del libro Crónicas marcianas, de Ray Bradbury.

Ciencia ficción, ciencia ficción…

Bien, es cierto que en Crónicas marcianas se habla de cohetes, de exploraciones, de la inmensidad del espacio, de los valles, llanuras y montañas que recorren el deseado planeta rojo.

Ray Bradbury nos regala una épica que hace soñar hoy igual que en 1950, cuando se publicó por primera vez.

Civilizaciones milenarias, ciudades de piedra con torres de cristal, telepatía, barcos de las arenas…

El ser humano en búsqueda permanente de nuevos retos y fronteras. Marte, nuestro segundo paso hacia la inmortalidad.

Sin embargo, esa épica no es más que un recubrimiento metalizado que fulgura bajo la luz de las estrellas.

Lo que de verdad hay debajo, lo que de verdad nos pone el autor frente a los ojos, son los fantasmas que nos han acompañado desde que aprendimos a usar el mismo fuego que impulsa las naves colonizadoras.

La soberbia, el egoísmo, la avaricia, la segregación, el desprecio a lo que es diferente y no comprendemos.

La creencia en nuestra superioridad innata, frente a la cual el universo debe doblegarse.

Deseamos que aquellos habitantes originales de Tyrr, quienes moraban con sus pequeñas y grandes preocupaciones en su pequeño y gran mundo, hubieran prevalecido en lugar de hacerlo los recién llegados.

Con el gatillo tan fácil e iguales prejuicios que en la Tierra, donde la guerra nuclear y el exterminio penden de un cable cada vez más fino, quebradizo, sobre la vida.

Ciencia ficción… Sí, ciencia ficción reflexiva, lúcida, elegíaca.

Ciencia ficción imprescindible.