La primera entrada del blog titulada Pimiango muestra una imagen de este pueblo según te acercas desde el mirador de «El Picu».
Fue un día en que me abandonó la imaginación, rememoro. No estaba seguro de qué escribir.
A partir de entonces, agrupo aquí pequeñas historias, sensaciones, imágenes, cualquier excusa relacionada con sus casas, caminos, bosques, cuevas, ruinas cistercienses…
Y las personas que lo habitan. Y sus visitantes. Porque los que no hemos nacido en Pimiango lo elegimos sin embargo para que forme parte importante de nosotros, y es justo devolverle algo de lo que nos da.
¡Ah, La Librería! ¡Que no se me olvide! ¡Ese lugar del mundo que tanto hace para que encontremos en él nuestro rincón! Donde he conocido a figuras que puedo calificar de singulares...
Sí, Pimiango merece un epígrafe propio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario