domingo, 28 de noviembre de 2021

Ética y política

Clave de lectura: Política contemporánea y su desconexión con la ética.
Valoración: Bueno ✮✮✮✩✩
Música: Sinfonía nº 1 (II.Notturno), de H.W. Henze ♪♪♪
Portada del libro Ética y política, de Adolfo Sánchez Vázquez.

Adolfo Sánchez Vázquez fue un sabio: profesor, doctor Honoris causa, laureado, premiado y reconocido por numerosas autoridades civiles y académicas.

Adolfo Sánchez Vázquez fue muy de izquierdas: más marxista que Karl, Groucho, Harpo, Chico y Zeppo juntos.

Adolfo Sánchez Vázquez fue un filósofo. ¿Y a qué nos invita la filosofía? A pensar.

A reflexionar sobre diferentes propuestas y visiones del mundo y llegar a conclusiones que definan nuestro yo, nuestra existencia personal.

Hago este preámbulo porque Ética y política, el libro de hoy, sostiene puntos de vista que irritarán a los adoradores del pensamiento único.

Yo me siento de acuerdo con el maestro en varios de los temas pero alejado en otros, por ejemplo.

Los dos primeros capítulos exponen la tendencia contemporánea de derechas e izquierdas a amalgamarse en una suerte de pragmatismo, de política sin moral. Si resulta necesario, se cae en contradicciones flagrantes con tal de gobernar.

Sánchez reivindica la política en su significado originario, el de la participación de todos los miembros de la polis en las decisiones que afectan a la comunidad. Y lo ilustra argumentando contra Rawls, el teórico fundamental del utilitarismo.

Igualmente errónea sería la moral sin política, tanto en su raíz kantiana (lo que importa son las intenciones del individuo, en el santuario de su conciencia individual, y no los resultados) como en la «moral de los principios», donde estos devienen en dogmatismo y fanatismo.

En la tercera exposición, acerca del uso de la violencia en nombre de un supuesto bien, se pregunta si ese bien, entendido como fin, justifica los medios. ¿Sí? ¿No? ¿A veces? ¿Cómo se decide cuáles son esas veces?

La cuarta discute si los intelectuales han de bajar a la tierra desde sus constructos teóricos y comprometerse de forma coherente con lo que predican.

Ética y marxismo: esta charla seguro que levanta ampollas a ambos lados de la barrera. Tras declarar que el socialismo de corte soviético fue espurio, y que el compromiso acrítico de la intelectualidad de izquierda con un sistema «de dominación y explotación» contribuyó no poco al desencanto, nuestro hombre insiste en defender la vigencia de sus ideas de base: Karl, Karl…

Para ello glosa varios de los escritos del renano, deteniéndose en las Tesis sobre Feuerbach y especialmente en la número XI: «Los filósofos se han limitado hasta ahora a interpretar el mundo; de lo que se trata es de transformarlo». El concepto de praxis ocupa un lugar central en su propia obra.

Ya en la segunda parte del libro, nos ofrece varios discursos de aceptación de honores universitarios y algún artículo periodístico.

Destaca una interesantísima ponencia donde analiza si es lícito ponerle límites a un valor como la tolerancia, fuente de libertad, respeto mutuo, convivencia pacífica. ¿Existen circunstancias en las que deba negarse a sí misma para poder defenderse, paradójicamente, de la intolerancia?

En suma, y estas son mis palabras, no nos conformemos con el pensamiento único, con la autocomplacencia en la piscina de nuestras ideas. Aprendamos todo lo posible para reforzarlas, pero tambien para ponerlas a prueba. Solo así nos aproximaremos, aunque aún sea de lejos, a la verdad.


sábado, 20 de noviembre de 2021

El tesoro del cisne negro

Clave de lectura: La codicia y la traición sigen señoreando los mares.
Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: El Holandés Errante (Obertura), de Richard Wagner ♪♪♪
Portada del libro El tesoro del Cisne Negro, de Paco Roca y Guillermo Corral.

Nuestra historia de hoy se desarrolla en forma de cómic, escrito por Guillermo Corral y dibujado por Paco Roca.

Comienza en algún lugar del estrecho de Gibraltar, en 2007. Un barco fletado por Frank Stern, dueño de la empresa cazatesoros Ithaca, ha tenido un contacto de sonar: una posibilidad entre un millón.

Al tiempo, recién egresado de la Escuela Diplomática, Álex Ventura se incorpora a su destino como asesor en el Ministerio de Cultura en Madrid. El niño nuevo para redactar cartas de agradecimiento a embajadores y cosas así.

Un avión se arriesga a aterrizar en un aeropuerto de Florida, lleno de guardias armados, durante un huracán.

Stern intenta contratar como sea a Barlington & Cavendish, para neutralizar al abogado Gold.

Por fin se hace público: el mayor tesoro submarino de la historia se encuentra en poder de Ithaca. El tesoro del Cisne Negro.

Alertado desde Washington, Álex intenta averiguar quién se ocupa de temas como ese en Cultura. Quizá Elsa, perdida en un mar de archivos. ¿Será el pecio, ese supuesto Cisne Negro, en realidad un buque español? Y, en tal caso, ¿cuál?

A partir de entonces, las vidas de los protagonistas se encuentran inmersas en una carrera de fondo. Políticos, diplomáticos, historiadores, jueces, mercenarios, intereses cruzados entre un lado y otro del Atlántico, todos con un papel que jugar.

¿Por qué ciertos hombres trajeados de oscuro intentan que dejen de removerse las aguas?

¿Qué interés tienen en que aquel ataque británico por sorpresa a un convoy de fragatas, durante tiempos de paz, permanezca en el olvido?

Misterio, acción, tribunales, lucha sin cuartel con cualquier arma al alcance de la mano. Título muy gratificante, tanto en su valor gráfico como narrativo. Un comprensible éxito.


martes, 16 de noviembre de 2021

El estiércol

Clave de lectura: El mundo de la prostitución en toda su sordidez..
Valoración: Más o menos ✮✮✮✩✩
Música: Lulu (escena), de Alban Berg ♪♪♪
Portada del libro El estiércol, de Alexander Kuprin.

El nombre de Alexander Kuprin no resulta hoy en día popular, pese a que en vida gozó de cierto prestigio.

Según parece, era persona de ideales progresistas, lo cual en la Rusia de los zares no servía sino para meterse en problemas.

Aunque tampoco después le llovieron muchas alegrías. Hasta el año anterior a su muerte, 1938, en que regresó al suelo patrio, anduvo exiliado en París.

El estiércol, su título más destacado, es una novela de estilo realista, dedicada a describir, sin medias tintas, el mundo de la prostitución.

En el antiguo barrio de Iama se levantan varias de esas casas donde las clases sociales de sus visitantes se estratifican. La más chic es la de Trappel, cuyo propietario forma parte del Consejo Municipal. Tres rublos el servicio habitual y diez por toda la noche.

Le siguen en orden de prestigio los establecimientos de Sofia Vassiliovna y Anna Markovna, a dos rublos. En este último transcurre precisamente la acción.

Los demás negocios cobran un rublo, cincuenta copeks o incluso menos, y resulta peligroso adentrarse tras sus puertas. Son los destinados al «pueblo bajo».

Bajo la férula de Anna Markovna encontramos a su marido Issai Savic, al portero Simeón, a las ecónomas Emma Eduardovna y Zossia, al pianista sin nombre, al viejo Vanyka, siempre correteando en busca de invitaciones a beber…

Y, por supuesto, a las chicas: Jenia, que guarda una gran rabia interior, Liubka, Nyura, Manyka Mayor, Manyka Pequeña, Zoia, Vierka, Sonka, la pacífica Tamara, antigua novicia en un convento…

Cada noche las visitan docenas de clientes, de todas las edades, gustos e intenciones. «Hermosos y simpáticos», tales son las palabras que escuchan de boca de las mujeres.

La historia propiamente dicha comienza cuando se presentan siete estudiantes, un profesor y un periodista que, tras una cena regada con alcohol, aún no tienen ganas de dormir.

A partir de ahí, la trama se desarrolla con abundantes ramificaciones, no menos numerosos personajes secundarios y un final nada feliz.

Desde luego se trata de una lectura cruda, que no teme denunciar la sordidez humana. Esa es su principal virtud.

Aunque tampoco alcanza la genialidad literaria, hay que decir. Aparte del estilo, un punto anticuado, sufre de capítulos que ralentizan el conjunto, su elevado número de figuras corales dificulta seguir el hilo y el tono moralista casi llega a agotar.

Unas cosas a cambio de las otras.


miércoles, 10 de noviembre de 2021

Pimiango (XX)

Al final del sendero…

Escalones ocultos. Acebo, helecho y roble.

Musgo, raíces, arrugas de la tierra.

Un regato que susurra, ansiando el abrazo del mar.

Juegos de luces, sonrisas del sol sobre mis ojos.

Respiro.

El tiempo queda atrás.




viernes, 5 de noviembre de 2021

Los pichiciegos

Clave de lectura: La guerra de Las Malvinas desde la óptica de los soldados.
Valoración: Bueno ✮✮✮✩✩
Música: Solo le pido a Dios, de León Gieco ♪♪♪
Portada del libro Los pichiciegos, de Rodolfo Fogwill.

Lo empezó el Sargento, que distinguía muy bien entre los boludos y los vivos. Juntó al Turco, al primer Viterbo y a Rubione, y cavaron su refugio en el cerro, al margen de órdenes oficiales.

Después llegaron otros: el Viterbo nuevo, su primo el Gallo, el Ingeniero, Pipo Pescador, Luciani, Quiquito…

Todos ellos son Los pichiciegos, de Rodolfo Fogwill.

Fue un santiagueño quien contó a los demás sobre los pichiciegos. Tienen caparazón, hacen cuevas y andan de noche. Si lo das vuelta, se queda pataleando panza arriba. Su carne es como el pavo de blanca.

Al Sargento y al primer Viterbo los tiraron los de Marina, por no querer mostrar a la patrulla lo que llevaban en el jeep. Pero los Magos restantes tomaron el relevo.

Incluso llegan a acercarse al enemigo en pos de azúcar, chocolate, cigarrillos o pilas. Los ingleses, comprensivos, ponen un precio al trueque: que señalen en sus planos la disposición de minas, tanques de combustible, depósitos de municiones…

O que coloquen en sus propias líneas unas extrañas cajitas camufladas que quizá atraigan los cohetes. Reservan una para el campamento de los de Marina.

En medio de la batalla, con explosiones alrededor para perder la cordura, su ejército son ellos mismos. Su patria, la Pichicera. No sienten otra lealtad.

Los pichiciegos es una novela de anticlímax, un lienzo tenebrista en el que sumergirnos.

La voz alucinada de soldados de reemplazo enviados a quedarse para siempre en una tierra remota del Atlántico Sur.

Las Malvinas.