Ya no creo que me dé tiempo a escribir nada de aquí a un rato, así que… la última foto del año.
Música, libros, fotos, cosas que me pasan, que recuerdo, que se me ocurren, ficciones, viajes y qué sé yo cuántas cosas más...
jueves, 31 de diciembre de 2015
sábado, 19 de diciembre de 2015
Tengo la sensación…
No sé, no sé. Tengo la sensación de que los guardas de seguridad de esta tienda me miran raro. ¿Será por la túnica?
martes, 8 de diciembre de 2015
El lado oscuro
−¿Juegas?
−Vale, ¿a qué jugamos?
−A Star Wars.
Inmediatamente recibo una espada de luz. También podría ser una cuchara de madera para remover las lentejas, pero no vamos a ponernos tiquismiquis. Con las cosas de los jedi, los ojos pueden engañarte.
Fissssssssss. Compruebo cómo el haz se expande. La muevo de lado a lado.
−¿Tú a quién te pides?
−A Kylo Ren.
Un momento de reflexión.
−Ese no sé quién es.
−Es el nuevo.
−Ah, pues yo me pido, yo me pido… ¡a Han Solo!
Se me queda mirando.
−Entonces no tienes espada.
Me la quita y me da a cambio una pistola láser. Que también podría confundirse con un rastrillo para arena, pero insisto en que con las cosas de los jedi…
−¿No? Bueno, piu, piu, piu, te voy a ganar igual, ja, ja.
De repente noto como una falta de aire que me atenaza. ¿Pero qué…? Sus dedos, curvados en garfio, apuntan hacia mí.
¡Eso es una técnica sith! ¡No vale!
−Ooooooh, me has cogido. Me rindo.
Sonrisa de satisfacción.
−Arriba las manos, estás prisionero.
Y mientras dejo caer el arma, me pongo a pensar en la paradoja. O sea, un veterano curtido en mil batallas, y que me coja prisionero mi sobrino de tres años de forma tan ignominiosa… Otra vez de cabeza a la carbonita.
−Vale, ¿a qué jugamos?
−A Star Wars.
Inmediatamente recibo una espada de luz. También podría ser una cuchara de madera para remover las lentejas, pero no vamos a ponernos tiquismiquis. Con las cosas de los jedi, los ojos pueden engañarte.
Fissssssssss. Compruebo cómo el haz se expande. La muevo de lado a lado.
−¿Tú a quién te pides?
−A Kylo Ren.
Un momento de reflexión.
−Ese no sé quién es.
−Es el nuevo.
−Ah, pues yo me pido, yo me pido… ¡a Han Solo!
Se me queda mirando.
−Entonces no tienes espada.
Me la quita y me da a cambio una pistola láser. Que también podría confundirse con un rastrillo para arena, pero insisto en que con las cosas de los jedi…
−¿No? Bueno, piu, piu, piu, te voy a ganar igual, ja, ja.
De repente noto como una falta de aire que me atenaza. ¿Pero qué…? Sus dedos, curvados en garfio, apuntan hacia mí.
¡Eso es una técnica sith! ¡No vale!
−Ooooooh, me has cogido. Me rindo.
Sonrisa de satisfacción.
−Arriba las manos, estás prisionero.
Y mientras dejo caer el arma, me pongo a pensar en la paradoja. O sea, un veterano curtido en mil batallas, y que me coja prisionero mi sobrino de tres años de forma tan ignominiosa… Otra vez de cabeza a la carbonita.
domingo, 29 de noviembre de 2015
Pimiango (II)
Y en ausencia de grandes epopeyas, jornadas memorables, discursos de parlamento, cotilleos de barrio, anécdotas jocosas o cosillas de andar por casa...
Pues cuelgo otra foto del pueblo, hala. Y ya está.
Pues cuelgo otra foto del pueblo, hala. Y ya está.
domingo, 22 de noviembre de 2015
lunes, 16 de noviembre de 2015
miércoles, 11 de noviembre de 2015
Eg Veit I Himmerik Ei Borg
Me despierto, me ducho, desayuno, salgo de casa.
Las siete y media de la mañana, está oscuro.
Trabajo, tomo café, trabajo, como, trabajo, llego a casa.
Las nueve y media de la noche, está oscuro.
Ceno, zapeo, vuelve a aparecer el primer canal, apago la tele.
No sé lo que necesito, pongo música.
Sí, ahora ya lo sé.
La música termina y sigo moviendo la cabeza adelante y atrás, en trance.
Ya casi es jueves.
Las siete y media de la mañana, está oscuro.
Trabajo, tomo café, trabajo, como, trabajo, llego a casa.
Las nueve y media de la noche, está oscuro.
Ceno, zapeo, vuelve a aparecer el primer canal, apago la tele.
No sé lo que necesito, pongo música.
Sí, ahora ya lo sé.
La música termina y sigo moviendo la cabeza adelante y atrás, en trance.
Ya casi es jueves.
domingo, 1 de noviembre de 2015
Nota para el año que viene
Oye, si dentro de un año vuelves a leer esto, acuérdate de estar preparado.
Pásate con tiempo por el pantano y recolecta... pues no sé, lo típico: lombrices, lengua de salamandra, uña de aligator, una pizca de pelo de rata almizclera…
O por si acaso les gusta más a las brujas modernas, pilla en el súper regalices, nubes, gominolas y chuches pica pica.
Lo que sea, pero no te quedes como este año con cara de pasmado en la puerta, cuando media docena de hechiceras canijas llamen buscando ingredientes para sus conjuros.
Mira que no tener en casa ni bichos quitinosos ni un mísero sugus…
Pásate con tiempo por el pantano y recolecta... pues no sé, lo típico: lombrices, lengua de salamandra, uña de aligator, una pizca de pelo de rata almizclera…
O por si acaso les gusta más a las brujas modernas, pilla en el súper regalices, nubes, gominolas y chuches pica pica.
Lo que sea, pero no te quedes como este año con cara de pasmado en la puerta, cuando media docena de hechiceras canijas llamen buscando ingredientes para sus conjuros.
Mira que no tener en casa ni bichos quitinosos ni un mísero sugus…
lunes, 19 de octubre de 2015
Tractatus
Posiblemente sólo entienda este libro quien ya haya pensado alguna vez por sí mismo los pensamientos que en él se expresan o pensamientos parecidos.Abro el libro.
Una edición bilingüe, qué bien. Mmmmmm... Y parece un alemán muy clarito.
Tic tac, tic tac, tic tac.
Bueno, el prólogo me lo salto, porque es un poco rollo.
Tic tac, tic tac, tic tac.
Casi mejor me paso a la versión traducida, a ver si es eso lo que...
Tic tac, tic tac, tic tac.
Venga, que tú puedes. Que sólo te queda la última página, ahí debe de estar eso tan famoso de que lo mejor es callarse, que llegas, que llegassssssssssssss...
¡Plof!
Cierro el libro.
El Wittgenstein este me hunde en la miseria.
domingo, 11 de octubre de 2015
Henning
En el verano de 2007 viajé a Suecia.
Entré en una librería con algo de prisa y pregunté dónde tenían los de Mankell.
Elegí uno y lo llevé a la caja.
La librera y otra clienta, una señora mayor, se me quedaron mirando dubitativas. La librera me dijo que estaba escrito en sueco.
Supongo que detectaron algo raro en mi acento, o en la prosodia, o simplemente que tenía pinta de fuera.
Sí, gracias, precisamente es lo que buscaba.
Terminé de leerlo el cuatro de octubre de aquel mismo año, según anoté en la última página.
Se titula Jag dör, men minnet lever. O lo que es lo mismo: Yo moriré, pero mi memoria sobrevivirá.
Miro la estantería donde guardo sus libros. Cuento: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis… veintidós, veintritrés, veinticuatro…
Su memoria sobrevivirá.
Entré en una librería con algo de prisa y pregunté dónde tenían los de Mankell.
Elegí uno y lo llevé a la caja.
La librera y otra clienta, una señora mayor, se me quedaron mirando dubitativas. La librera me dijo que estaba escrito en sueco.
Supongo que detectaron algo raro en mi acento, o en la prosodia, o simplemente que tenía pinta de fuera.
Sí, gracias, precisamente es lo que buscaba.
Terminé de leerlo el cuatro de octubre de aquel mismo año, según anoté en la última página.
Se titula Jag dör, men minnet lever. O lo que es lo mismo: Yo moriré, pero mi memoria sobrevivirá.
Miro la estantería donde guardo sus libros. Cuento: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis… veintidós, veintritrés, veinticuatro…
Su memoria sobrevivirá.
domingo, 4 de octubre de 2015
Cómo está el patio
Y de repente, recién levantado, con un humor rezongante porque no tengo kiwis para desayunar, oigo por el patio de la cocina:
Oh yes, oh yes, oh yes!
Tal cual lo cuento.
Pero unos oh yes! con tono de epa epa, ándale ándale, arriba arriba.
Así que una de dos: o hay aficionados al cine en la vecindad, o políglotas de buen despertar.
Oh yes, oh yes, oh yes!
Tal cual lo cuento.
Pero unos oh yes! con tono de epa epa, ándale ándale, arriba arriba.
Así que una de dos: o hay aficionados al cine en la vecindad, o políglotas de buen despertar.
domingo, 27 de septiembre de 2015
En el metro (XI)
Qué suerte, sólo quedan un par de estaciones. Ojalá pasen rápido y llegue por fin a casa.
Pero de improviso me asalta la certeza de que, de que...
Huy, esto mismo ya me había ocurrido hace un par de años.
No sé cómo, pero lo sé. El tercer ojo, el aura, una fuerza mística, una energía que emana de todos los seres vivos de la galaxia hace que extravíe la mirada.
Y allí…
Allí, a unos pocos metros…
Es ella. Sí, sí, es ella, la de hace un par de años.
Qué linda.
Todos me gritan en contra: Lanzarote, Cyrano, los estoicos en fila india desde Zenón hasta Marco Aurelio, el señor Spock... ¡Nooooo, no lo hagas, nooooo!
Pero mis pies se mueven sin control en la dirección errónea. Y mi boca, que ya no es mi boca, suelta algo así como:
Holaquétalcreoquenosconocemosquécasualidadencontrarnosaquíparecequehacecalorverdad.
Me sonríe.
El tren se ralentiza. Las puertas se abren.
Qué mala suerte, sólo quedaban un par de estaciones.
Pero de improviso me asalta la certeza de que, de que...
Huy, esto mismo ya me había ocurrido hace un par de años.
No sé cómo, pero lo sé. El tercer ojo, el aura, una fuerza mística, una energía que emana de todos los seres vivos de la galaxia hace que extravíe la mirada.
Y allí…
Allí, a unos pocos metros…
Es ella. Sí, sí, es ella, la de hace un par de años.
Qué linda.
Todos me gritan en contra: Lanzarote, Cyrano, los estoicos en fila india desde Zenón hasta Marco Aurelio, el señor Spock... ¡Nooooo, no lo hagas, nooooo!
Pero mis pies se mueven sin control en la dirección errónea. Y mi boca, que ya no es mi boca, suelta algo así como:
Holaquétalcreoquenosconocemosquécasualidadencontrarnosaquíparecequehacecalorverdad.
Me sonríe.
El tren se ralentiza. Las puertas se abren.
Qué mala suerte, sólo quedaban un par de estaciones.
viernes, 18 de septiembre de 2015
Más tarde
Más tarde me miré en el espejo, sin reconocerme.
¿Cómo podía haber perdido así el control de mis emociones?
Ese que daba vueltas en el salón, como un animal enjaulado, era yo.
Y el que saltaba por el pasillo, poseído, agitando los brazos.
Y también el de la risa de loco en la cocina, mientras abría mi última botella de vino.
Qué verguenza.
Qué verguenza.
.......
Bueno, tampoco tanta.
¿Cómo podía haber perdido así el control de mis emociones?
Ese que daba vueltas en el salón, como un animal enjaulado, era yo.
Y el que saltaba por el pasillo, poseído, agitando los brazos.
Y también el de la risa de loco en la cocina, mientras abría mi última botella de vino.
Qué verguenza.
Qué verguenza.
.......
Bueno, tampoco tanta.
domingo, 13 de septiembre de 2015
Como todos los días
La señorita azafata pasa al otro lado del cristal.
Como todos los días.
El tipo que tengo al lado me chista.
Como todos los días.
Vuelvo a decirle lo mismo de todos los días. Que sí, que ya lo sé, ahora doblará la esquina, se quitará la chaquetilla del uniforme, se sentará en el borde de las jardineras, abrirá la bolsa y sacará el almuerzo. Entonces, ¿por qué no aprovechas, sales tú también y le presentas tus respetos? Llévate a un cuarteto de cuerda o algo así, para que os hagan el fondo.
Pero no hay manera, no hace caso de mis recomendaciones.
Como todos los días.
Como todos los días.
El tipo que tengo al lado me chista.
Como todos los días.
Vuelvo a decirle lo mismo de todos los días. Que sí, que ya lo sé, ahora doblará la esquina, se quitará la chaquetilla del uniforme, se sentará en el borde de las jardineras, abrirá la bolsa y sacará el almuerzo. Entonces, ¿por qué no aprovechas, sales tú también y le presentas tus respetos? Llévate a un cuarteto de cuerda o algo así, para que os hagan el fondo.
Pero no hay manera, no hace caso de mis recomendaciones.
Como todos los días.
domingo, 6 de septiembre de 2015
jueves, 3 de septiembre de 2015
A modo de diario (VIII)
Sí, ya sé que puedo leer en la cama.
O tirado en el sofá.
Incluso en la bañera, si alguna vez me da por ahí.
Pero nada se parece a una tumbona bajo los cocoteros.
O tirado en el sofá.
Incluso en la bañera, si alguna vez me da por ahí.
Pero nada se parece a una tumbona bajo los cocoteros.
sábado, 1 de agosto de 2015
A modo de diario (VII)
Agotado, apago el ordenador.
Miro por la ventana abierta. Ah, la luna.
Pongo música: el Tord Gustavsen Trio.
Entra brisa a casa.
Preparo el trípode, ajusto la cámara, disparo.
Oceanus Procellarum, Cráter Tycho, Montes Apenninus.
Mare Tranquilitatis…
Miro por la ventana abierta. Ah, la luna.
Pongo música: el Tord Gustavsen Trio.
Entra brisa a casa.
Preparo el trípode, ajusto la cámara, disparo.
Oceanus Procellarum, Cráter Tycho, Montes Apenninus.
Mare Tranquilitatis…
martes, 28 de julio de 2015
En medio segundo
Las cabezas se levantan de repente, en plan suricata. Mis compañeros olfatean el aire con expectación.
Libero el rabillo del ojo para saber qué porras distrae a la peña. Ah, ya veo.
En medio segundo trazo un análisis: ángulo de la nariz, distancia entre los ojos, radio de las orejas, hipotenusa del mentón, logaritmos labiales, proporción áurea en general... y vuelvo a concentrarme en mis cosas.
Una replicante, sin duda. Yo no necesito el test de Voight-Kampff, a mí no me la dan con queso los de Tyrell...
Libero el rabillo del ojo para saber qué porras distrae a la peña. Ah, ya veo.
En medio segundo trazo un análisis: ángulo de la nariz, distancia entre los ojos, radio de las orejas, hipotenusa del mentón, logaritmos labiales, proporción áurea en general... y vuelvo a concentrarme en mis cosas.
Una replicante, sin duda. Yo no necesito el test de Voight-Kampff, a mí no me la dan con queso los de Tyrell...
martes, 21 de julio de 2015
L’orrendo foco
Preludio. En medio de la escena, una tabla de planchar. A su lado, una montaña de camisas arrugadas.
Acto I. El tenor observa el cuadro y canturrea meditabundo, sotto voce: mmmmmmmm. Sale en dirección a la cocina.
Acto II. Misma escena, pero el tenor sostiene en su mano derecha un vaso lleno hasta arriba de cubitos de hielo. Ha saqueado la nevera. Quizá, si va dando sorbos mientras la plancha suelta vapor...
Acto III. El tenor aparece próximo a la licuefacción. Aunque sea robado de otra ópera, se pone a cantar eso de Di quella pira, l'orrendo foco, porque la cosa está que arde.
Acto IV. El tenor ha decidido que puede perfectamente ir de hippy por la vida, con cualquier camiseta recién recogida del tendedero. O incluso a pecho lobo, ya puestos. La tabla de planchar va a tenerla de adorno hasta que llegue el invierno.
Telón. Madre mía, qué calor.
Acto I. El tenor observa el cuadro y canturrea meditabundo, sotto voce: mmmmmmmm. Sale en dirección a la cocina.
Acto II. Misma escena, pero el tenor sostiene en su mano derecha un vaso lleno hasta arriba de cubitos de hielo. Ha saqueado la nevera. Quizá, si va dando sorbos mientras la plancha suelta vapor...
Acto III. El tenor aparece próximo a la licuefacción. Aunque sea robado de otra ópera, se pone a cantar eso de Di quella pira, l'orrendo foco, porque la cosa está que arde.
Acto IV. El tenor ha decidido que puede perfectamente ir de hippy por la vida, con cualquier camiseta recién recogida del tendedero. O incluso a pecho lobo, ya puestos. La tabla de planchar va a tenerla de adorno hasta que llegue el invierno.
Telón. Madre mía, qué calor.
martes, 14 de julio de 2015
Felicidad
−Oye...
−¿Mmmm?
−¿Tú eres feliz?
Giro la cabeza. Me hallo en plena sesión cabalística con una hoja de cálculo, pero sería descortés desatender una pregunta directa.
−Puessss... depende. ¿En términos absolutos o relativos?
−Absolutos.
−Ya. ¿Y en qué marco temporal?
−En el presente.
−¿Pero el presente presente, o un presente continuo? O sea, ¿justo ahora, contando desde esta mañana, en lo que llevamos de año...?
−Justo ahora.
−Vale. Pues justo ahora, lo que se dice justo ahora...
−¿Mmmm?
−¿Tú eres feliz?
Giro la cabeza. Me hallo en plena sesión cabalística con una hoja de cálculo, pero sería descortés desatender una pregunta directa.
−Puessss... depende. ¿En términos absolutos o relativos?
−Absolutos.
−Ya. ¿Y en qué marco temporal?
−En el presente.
−¿Pero el presente presente, o un presente continuo? O sea, ¿justo ahora, contando desde esta mañana, en lo que llevamos de año...?
−Justo ahora.
−Vale. Pues justo ahora, lo que se dice justo ahora...
miércoles, 8 de julio de 2015
Lo de Grecia
A mí, lo de Grecia me lleva a mantener discusiones bastante sofistas.
−Es que si esto, esto y esto…
−Ya, pero eso, eso y eso…
−Bueno, también tal, cual y pascual.
−Anda, ¿y entonces aquello y lo otro y lo de más allá?
Y como no termino de ponerme de acuerdo, al final dejo de hablarme.
−Es que si esto, esto y esto…
−Ya, pero eso, eso y eso…
−Bueno, también tal, cual y pascual.
−Anda, ¿y entonces aquello y lo otro y lo de más allá?
Y como no termino de ponerme de acuerdo, al final dejo de hablarme.
lunes, 6 de julio de 2015
A modo de diario (VI)
Calor. Un calor de verano profundo.
Porgy pregunta por dónde se va a Nueva York y sale arrastrándose. Piensa recuperar a Bess.
Telón. Todos aplaudimos a rabiar.
El tabernero me da una charla magistral mientras paladeo la pinta de Bowman.
Vale, tira otra de Raging Bitch, pero sólo media, que hay que madrugar.
En el último metro, el tipo del asiento de al lado canta Mackie Navaja. Debe de llevar más de dos cervezas en el cuerpo.
Gershwin en el Real y Weill bajo tierra, qué cosas.
Lunes.
Porgy pregunta por dónde se va a Nueva York y sale arrastrándose. Piensa recuperar a Bess.
Telón. Todos aplaudimos a rabiar.
El tabernero me da una charla magistral mientras paladeo la pinta de Bowman.
Vale, tira otra de Raging Bitch, pero sólo media, que hay que madrugar.
En el último metro, el tipo del asiento de al lado canta Mackie Navaja. Debe de llevar más de dos cervezas en el cuerpo.
Gershwin en el Real y Weill bajo tierra, qué cosas.
Lunes.
lunes, 29 de junio de 2015
Susa
Recuerdo haber caminado por las calles de Susa.
Recuerdo su playa, sus barcas de pescadores y un velero que recorría lentamente el horizonte.
Recuerdo sus azoteas y sus muros blancos.
Recuerdo la mezquita y el ribat, a cuya torre más alta subí con mi vieja cámara de carrete.
En el patio, unos gatitos se alimentaban de su madre. Recuerdo su ronroneo y sus ojos semicerrados.
Recuerdo gente cordial, gente trabajando, gente viviendo.
Y ahora, ¿qué importa lo que yo recuerdo?
Recuerdo su playa, sus barcas de pescadores y un velero que recorría lentamente el horizonte.
Recuerdo sus azoteas y sus muros blancos.
Recuerdo la mezquita y el ribat, a cuya torre más alta subí con mi vieja cámara de carrete.
En el patio, unos gatitos se alimentaban de su madre. Recuerdo su ronroneo y sus ojos semicerrados.
Recuerdo gente cordial, gente trabajando, gente viviendo.
Y ahora, ¿qué importa lo que yo recuerdo?
martes, 23 de junio de 2015
A modo de diario (V)
Podría empezar a recitar de carrerilla: Willow, Enemigo a las puertas, The Rocketeer, Aliens, Las crónicas de Spiderwick, Apolo 13, Avatar...
Alguna me trae flashes de lejanísimas sesiones de cine de verano, como Los siete magníficos del espacio. O ni siquiera creo haberla visto en una pantalla, como Krull, pero ni falta que hace.
Otras se hicieron clásicos en vida: Titanic, Braveheart, Star Trek II y III...
De acuerdo, quizá un par estén algo por debajo, que los encargos eran muchos y el tiempo poco. Pero, ¿y Leyendas de pasión? ¿Y Una mente maravillosa? ¿Y La máscara del Zorro? ¿Y Tiempos de gloria?
El viernes pasado aún compré el disco Pas de Deux.
James Horner. Toda esa música en mi cabeza...
Alguna me trae flashes de lejanísimas sesiones de cine de verano, como Los siete magníficos del espacio. O ni siquiera creo haberla visto en una pantalla, como Krull, pero ni falta que hace.
Otras se hicieron clásicos en vida: Titanic, Braveheart, Star Trek II y III...
De acuerdo, quizá un par estén algo por debajo, que los encargos eran muchos y el tiempo poco. Pero, ¿y Leyendas de pasión? ¿Y Una mente maravillosa? ¿Y La máscara del Zorro? ¿Y Tiempos de gloria?
El viernes pasado aún compré el disco Pas de Deux.
James Horner. Toda esa música en mi cabeza...
domingo, 21 de junio de 2015
Verano
Lo que más me fastidia del verano es que no puedo llevar mis camisas de manga larga favoritas.
Menos mal que sólo quedan tres meses.
Menos mal que sólo quedan tres meses.
domingo, 14 de junio de 2015
lunes, 8 de junio de 2015
miércoles, 27 de mayo de 2015
La casta
De nuevo en la peluquería. Al principio, lo habitual: sonrisa, bienvenido, su chaqueta, pase por aquí, por favor.
Ah, pero un cambio se adivina cuando me toca una señorita diferente a los habituales jacobinos con la longitud del corte. Nada más terminar los tijeretazos, el resultado en el espejo es asombroso. Si casi no parezco… casi no parezco yo.
Me siento un privilegiado al pasar por caja con una pinta tan reluciente.
Pero al cruzarme con el siguiente que va a disfrutar de esos dedos de seda, se me cae el alma a los pies.
Comprendo que he traicionado a la causa.
Ya no creo que pueda conciliar el sueño.
El ministro se dirige al mismo sillón que yo acabo de abandonar. Y es de los de peor fama.
Entonces, si frecuento los mismos establecimientos capilares, si me codeo con ese tipo de gente, significa…
¡Ay madre, que yo también voy a ser de la casta!
Ah, pero un cambio se adivina cuando me toca una señorita diferente a los habituales jacobinos con la longitud del corte. Nada más terminar los tijeretazos, el resultado en el espejo es asombroso. Si casi no parezco… casi no parezco yo.
Me siento un privilegiado al pasar por caja con una pinta tan reluciente.
Pero al cruzarme con el siguiente que va a disfrutar de esos dedos de seda, se me cae el alma a los pies.
Comprendo que he traicionado a la causa.
Ya no creo que pueda conciliar el sueño.
El ministro se dirige al mismo sillón que yo acabo de abandonar. Y es de los de peor fama.
Entonces, si frecuento los mismos establecimientos capilares, si me codeo con ese tipo de gente, significa…
¡Ay madre, que yo también voy a ser de la casta!
martes, 19 de mayo de 2015
Nuestro mundo (VIII)
Lo realmente complicado en nuestro mundo no es distinguir a primera vista a un jedi de un sith.
Sino adivinar si en el corazón de un jedi hay un sith.
O viceversa.
Sino adivinar si en el corazón de un jedi hay un sith.
O viceversa.
lunes, 11 de mayo de 2015
Outlander
Nada más salir a la calle, me topo con un grupo de ingleses. Casacas rojas, tricornios, mosquetones... Mmmmm, qué curioso, parece el 20º Regimiento de Línea.
E inmediatamente aplico la lógica: con el constipado de caballo que llevo encima, y los ojos medio ciegos como si me hubieran echado pimienta, fácil es que me haya metido sin darme cuenta en un agujero de gusano. De paseo por el espacio-tiempo hasta el mil setecientos y pico.
Con este razonamiento, lo primero que me preocupa es conocer mejor el pico. Porque, dependiendo del año, puede que tenga que liarme a guantazos. ¿Guerra de la Cuádruple Alianza? ¿De la Oreja de Jenkins? ¿De los Siete Años? ¿La del 79?
Entonces me fijo en que llevan prisionera a una dama. Y varios tipos con tartán que deambulan por los alrededores muestran en sus ademanes cierto desacuerdo. Gritan no sé qué de viva Escocia.
Aaaaaah, acabáramos, estos son jacobitas y los otros hanoverianos. En tal caso, a mí ni fu ni fa. Desde la faena de Glenshiel, cuando los clanes nos dejaron con las posaderas al aire, que se arreglen entre ellos.
¿Habrá pipas o palomitas por aquí, o sólo haggis?
E inmediatamente aplico la lógica: con el constipado de caballo que llevo encima, y los ojos medio ciegos como si me hubieran echado pimienta, fácil es que me haya metido sin darme cuenta en un agujero de gusano. De paseo por el espacio-tiempo hasta el mil setecientos y pico.
Con este razonamiento, lo primero que me preocupa es conocer mejor el pico. Porque, dependiendo del año, puede que tenga que liarme a guantazos. ¿Guerra de la Cuádruple Alianza? ¿De la Oreja de Jenkins? ¿De los Siete Años? ¿La del 79?
Entonces me fijo en que llevan prisionera a una dama. Y varios tipos con tartán que deambulan por los alrededores muestran en sus ademanes cierto desacuerdo. Gritan no sé qué de viva Escocia.
Aaaaaah, acabáramos, estos son jacobitas y los otros hanoverianos. En tal caso, a mí ni fu ni fa. Desde la faena de Glenshiel, cuando los clanes nos dejaron con las posaderas al aire, que se arreglen entre ellos.
¿Habrá pipas o palomitas por aquí, o sólo haggis?
lunes, 30 de marzo de 2015
En el metro (X)
Vi un lienzo blanco que caía de su bolsillo y me dije: refrena el trote, gascón, que quizá una aventura galante pone la fortuna a tus pies.
Cierto que por mi pensamiento cruzó la sombra de una duda. ¿Y si resultaba un caso similar al de D'Artagnan?
Ya sabéis: Aramis arroja un pañuelo, el aspirante a mosquetero se lo hace notar, negación de la evidencia, indiscreción sobre la identidad de su verdadera dueña, reto a dirimirlo por el acero, los guardias del cardenal meten las narices, etc. etc.
Pero no, a la luz de los fluorescentes esa sombra se disipó. Resolví pues recogerlo, alcanzar a la poseedora en las escaleras mecánicas y, tras despojarme del chambergo (imaginario, qué tiempos estos), devolvérselo con la más gentil de las reverencias.
Me agaché, ensayando mentalmente la mise en scène: excusez-moi, mademoiselle...
Mmmmm, la textura, las arrugas, la calidad del tejido en general...
Ejem, un kleenex.
Ejem, ¿usado?
Ya lo único que me quedaba era arrojarlo a la papelera más cercana y continuar mi camino con disimulo.
Y fue realmente una lástima, porque tenía yo el ánimo con ganas de cortesías, caramba.
Cierto que por mi pensamiento cruzó la sombra de una duda. ¿Y si resultaba un caso similar al de D'Artagnan?
Ya sabéis: Aramis arroja un pañuelo, el aspirante a mosquetero se lo hace notar, negación de la evidencia, indiscreción sobre la identidad de su verdadera dueña, reto a dirimirlo por el acero, los guardias del cardenal meten las narices, etc. etc.
Pero no, a la luz de los fluorescentes esa sombra se disipó. Resolví pues recogerlo, alcanzar a la poseedora en las escaleras mecánicas y, tras despojarme del chambergo (imaginario, qué tiempos estos), devolvérselo con la más gentil de las reverencias.
Me agaché, ensayando mentalmente la mise en scène: excusez-moi, mademoiselle...
Mmmmm, la textura, las arrugas, la calidad del tejido en general...
Ejem, un kleenex.
Ejem, ¿usado?
Ya lo único que me quedaba era arrojarlo a la papelera más cercana y continuar mi camino con disimulo.
Y fue realmente una lástima, porque tenía yo el ánimo con ganas de cortesías, caramba.
miércoles, 25 de marzo de 2015
lunes, 23 de marzo de 2015
Más de los 80
La miro con verdadero cariño. Casi con arrobo.
Una relación tan larga como la nuestra…
Comenzó alrededor del 85.
Tuve su compañía en mis peores momentos. Aquellos en que sólo ella me daba respuestas.
¿Cuando sería la última vez que le cambié las pilas en señal de agradecimiento? ¿O que le compré una funda nueva?
Y aquí está, sobre mi mesa de trabajo, con los segmentos de su 0 digital perfilados en la pantalla, tan hermosa como el primer día.
Seno, coseno, arco tangente… Enter.
Mi fiel calculadora Casio FX82.
Una relación tan larga como la nuestra…
Comenzó alrededor del 85.
Tuve su compañía en mis peores momentos. Aquellos en que sólo ella me daba respuestas.
¿Cuando sería la última vez que le cambié las pilas en señal de agradecimiento? ¿O que le compré una funda nueva?
Y aquí está, sobre mi mesa de trabajo, con los segmentos de su 0 digital perfilados en la pantalla, tan hermosa como el primer día.
Seno, coseno, arco tangente… Enter.
Mi fiel calculadora Casio FX82.
jueves, 19 de marzo de 2015
Los 80
Así que iba yo por la calle tan campante, cuando la señorita me salió al paso.
–Hola, un sitio chulo para tomar unas copas...
Y me tendió una tarjeta.
Negué con una sonrisa, ya llevaba otro destino trazado en el cuaderno de derrota.
Entonces expuso un segundo argumento.
–Ponen música de los 80.
Me imaginé a mí mismo en los mocasines de la esforzada relaciones públicas. Miré con sus ojos. ¿Qué es lo que veían?
¿Una antigualla andante, intentando varar en cualquier tugurio donde revivir entre penumbras su adolescencia?
Suspiré: snif...
Volví a negar y continué mi camino.
Ah, y anoté mentalmente un deseo: la próxima vez, que me manden por lo menos a un sitio de los 90.
–Hola, un sitio chulo para tomar unas copas...
Y me tendió una tarjeta.
Negué con una sonrisa, ya llevaba otro destino trazado en el cuaderno de derrota.
Entonces expuso un segundo argumento.
–Ponen música de los 80.
Me imaginé a mí mismo en los mocasines de la esforzada relaciones públicas. Miré con sus ojos. ¿Qué es lo que veían?
¿Una antigualla andante, intentando varar en cualquier tugurio donde revivir entre penumbras su adolescencia?
Suspiré: snif...
Volví a negar y continué mi camino.
Ah, y anoté mentalmente un deseo: la próxima vez, que me manden por lo menos a un sitio de los 90.
jueves, 12 de marzo de 2015
En el metro (IX)
Plaza de Castilla. Entran en el vagón.
Ella, más bien bajita.
Él, un tallo espigado.
Ella se sienta en el borde.
Él se recuesta, indolente.
Ella habla sin cesar.
Él hace gestos de vez en cuando con la cabeza.
Ella juguetea con los bucles de su melena.
Él se rasca los vericuetos de su oreja derecha.
Ella se inclina, buscando sus ojos.
Él concentra la mirada en la punta del dedo rascador.
Ella deja descansar su mano en la pierna de él.
Él continúa teniendo algún tipo de revelación mística con su dedo. Lo examina desde todos los ángulos, ensimismado...
Barrio del Pilar. Salen del vagón.
Ella, más bien bajita.
Él, un tallo espigado.
Ella se sienta en el borde.
Él se recuesta, indolente.
Ella habla sin cesar.
Él hace gestos de vez en cuando con la cabeza.
Ella juguetea con los bucles de su melena.
Él se rasca los vericuetos de su oreja derecha.
Ella se inclina, buscando sus ojos.
Él concentra la mirada en la punta del dedo rascador.
Ella deja descansar su mano en la pierna de él.
Él continúa teniendo algún tipo de revelación mística con su dedo. Lo examina desde todos los ángulos, ensimismado...
Barrio del Pilar. Salen del vagón.
domingo, 8 de marzo de 2015
martes, 3 de marzo de 2015
A modo de diario
El vodka polaco brilla bajo la lámpara. Negro. Ellos duermen. Yo, tú, él, ella, nosotros, nosotras, vosotros, vosotras, ellos, ellas. Hoy han cortado el agua. Me invento un chiste. No, fue ayer cuando cortaron el agua. La habitación está vacía. Abro cualquier libro, cualquier página, cualquier línea: todos los seres que se ha creído amar desaparecen del horizonte y de la memoria.
sábado, 28 de febrero de 2015
martes, 24 de febrero de 2015
Ikea
Yo quería una Billy, seguro. De eso me acuerdo.
Y ni siquiera una entera. Con algunas baldas de sesenta en haya, y si acaso un par más de ochenta, ya hubiera sido feliz. Por fin los cedés un poco menos apelotonados...
Entonces, ¿por qué estoy viendo de repente una Stenstorp blanca sobre la pared de mi cocina, llena de cajas de té y vasos sidreros? Antes no estaba.
Yo no sé cómo... Algo como que ya no fabrican de sesenta... ni en haya... y después todo es confuso. Sensación de buscar la salida decepcionado, un lapicero corto, un pasillo largo, una caja bajo el brazo, una taladradora, unos tacos, un destornillador... No sé.
En fin, un misterio. Mientras medito sobre ello voy a apoltronarme en mi cojín Malinda y a abrir una Spendrups, que es lo que mejor acompaña a los arenques en salsa de mostaza con knäckebröd para la merienda. Ah, y unas pepparkakor de esas de jengibre para postre.
Y ni siquiera una entera. Con algunas baldas de sesenta en haya, y si acaso un par más de ochenta, ya hubiera sido feliz. Por fin los cedés un poco menos apelotonados...
Entonces, ¿por qué estoy viendo de repente una Stenstorp blanca sobre la pared de mi cocina, llena de cajas de té y vasos sidreros? Antes no estaba.
Yo no sé cómo... Algo como que ya no fabrican de sesenta... ni en haya... y después todo es confuso. Sensación de buscar la salida decepcionado, un lapicero corto, un pasillo largo, una caja bajo el brazo, una taladradora, unos tacos, un destornillador... No sé.
En fin, un misterio. Mientras medito sobre ello voy a apoltronarme en mi cojín Malinda y a abrir una Spendrups, que es lo que mejor acompaña a los arenques en salsa de mostaza con knäckebröd para la merienda. Ah, y unas pepparkakor de esas de jengibre para postre.
jueves, 19 de febrero de 2015
Fantasía de invierno
Auaaaaaah.
Mmmm, ya empieza a salir el sol, habrá que levantarse a desayunar. ¿Dónde me quedé yo varado anoche?
Ah, ya me acuerdo, eché el ancla en zona azul. Bueno, espero que no pongan muchas multas por aquí.
Vamos a la despensa. Me apetece algo de piña, unos plátanos, zumo de guayaba…
Mmmm, ya empieza a salir el sol, habrá que levantarse a desayunar. ¿Dónde me quedé yo varado anoche?
Ah, ya me acuerdo, eché el ancla en zona azul. Bueno, espero que no pongan muchas multas por aquí.
Vamos a la despensa. Me apetece algo de piña, unos plátanos, zumo de guayaba…
viernes, 13 de febrero de 2015
La nueva generación
Una vez captado el interés del auditorio, me aclaré la voz para darle un tono cálido y confiable, puse en orden el material de apoyo y…
Comencé.
Ajedrez, tema 1: movimientos de las piezas. Aperturas básicas: española, italiana, escocesa, gambito de rey, gambito de dama, defensa Philidor, siciliana, escandinava, Caro-Kann.
Mi auditorio de…, digamos un par de personas, me miraba.
Y la que por edad más cosas sabía de la vida decidió de repente introducir una innovación.
Consiste en juntar todo lo que pilles en el centro del tablero, formando una masa sin distingos de color, tan racistas, ni fronteras de casillas, tan xenófobas.
A continuación, que jueguen entre sí como les dé la gana. Peones como sombrero de reyes, torres haciendo el pino, tú la llevas entre damas y alfiles…
Eh, sin reirse, que su inventora tiene tres años y ya va al cole. Y en su cole aprenden los números en inglés y hay una profesora que se llama Natalia y una sala mágica, que me lo ha contado.
El más joven, por su parte, desarrolló el que en adelante será mundialmente conocido como ataque del caballo único.
Es decir, el equino avanza entre líneas con el ímpetu de toda una horda de cosacos, machacando cualquier obstáculo que se interponga en su camino.
Con orgullo de tío, me dieron ganas de exclamar ¡saporoski! al ver el resultado de esa variante.
Cuando se cansaron del ajedrez, pasamos al escondite. Tema 1: rincones y huecos más propicios…
Comencé.
Ajedrez, tema 1: movimientos de las piezas. Aperturas básicas: española, italiana, escocesa, gambito de rey, gambito de dama, defensa Philidor, siciliana, escandinava, Caro-Kann.
Mi auditorio de…, digamos un par de personas, me miraba.
Y la que por edad más cosas sabía de la vida decidió de repente introducir una innovación.
Consiste en juntar todo lo que pilles en el centro del tablero, formando una masa sin distingos de color, tan racistas, ni fronteras de casillas, tan xenófobas.
A continuación, que jueguen entre sí como les dé la gana. Peones como sombrero de reyes, torres haciendo el pino, tú la llevas entre damas y alfiles…
Eh, sin reirse, que su inventora tiene tres años y ya va al cole. Y en su cole aprenden los números en inglés y hay una profesora que se llama Natalia y una sala mágica, que me lo ha contado.
El más joven, por su parte, desarrolló el que en adelante será mundialmente conocido como ataque del caballo único.
Es decir, el equino avanza entre líneas con el ímpetu de toda una horda de cosacos, machacando cualquier obstáculo que se interponga en su camino.
Con orgullo de tío, me dieron ganas de exclamar ¡saporoski! al ver el resultado de esa variante.
Cuando se cansaron del ajedrez, pasamos al escondite. Tema 1: rincones y huecos más propicios…
lunes, 9 de febrero de 2015
Dime algo en italiano
−Dime algo en italiano.
Y yo, que en mi tierna juventud era quizá un poco… ejem, despistadillo, respondí:
−¿En italiano? Bueno, hum, más se dice più, y, eh, pues... Ah, sí, pero no demasiado se dice ma non troppo. Como en andante ma non troppo o allegro ma non troppo. Con moto, spianato, mezzoforte, sostenuto, cantabile...
Tuvieron que pasar años y alguna que otra película antes de que se me ocurriera que quizás esa no fue la respuesta adecuada.
Y yo, que en mi tierna juventud era quizá un poco… ejem, despistadillo, respondí:
−¿En italiano? Bueno, hum, más se dice più, y, eh, pues... Ah, sí, pero no demasiado se dice ma non troppo. Como en andante ma non troppo o allegro ma non troppo. Con moto, spianato, mezzoforte, sostenuto, cantabile...
Tuvieron que pasar años y alguna que otra película antes de que se me ocurriera que quizás esa no fue la respuesta adecuada.
jueves, 5 de febrero de 2015
Matrix re-re-re-reloaded
Me acercaba al semáforo que hay al final del campo de deportes. Caminaba a buen ritmo, intentando olvidar el frío.
Delante de mí, otro transeúnte se paró en seco. Y cuando, escasos segundos más tarde, pasé a su lado, exclamó con un acento extraño:
−Mucha suerte.
Como digo, el frío impulsaba mis pies con celeridad. Llegué al semáforo, crucé y sólo entonces arrugué un poco la frente, dubitativo. Mucha suerte. ¿Se había dirigido a mí?
Ya en la otra acera, miré hacia el camino por el que había venido.
Vacío.
Nadie, excepto un grupo de chavales entusiastas que jugaban al fútbol.
Volví la cabeza entonces hacia el lado contrario. Una chica que corría, un señor en bicicleta, una señora paseando al perro...
Ni rastro.
−Qué cosa tan rara −musité−. Mucha suerte.
Avergonzado, como si estuviera en una nueva versión de Matrix (esa peli donde los iniciados vuelan, saltan entre rascacielos y se esfuman por el cable del teléfono), me giré en redondo.
Porque, pensémoslo fríamente...
No recuerdo haber elegido ninguna píldora roja.
¿O sí?
Delante de mí, otro transeúnte se paró en seco. Y cuando, escasos segundos más tarde, pasé a su lado, exclamó con un acento extraño:
−Mucha suerte.
Como digo, el frío impulsaba mis pies con celeridad. Llegué al semáforo, crucé y sólo entonces arrugué un poco la frente, dubitativo. Mucha suerte. ¿Se había dirigido a mí?
Ya en la otra acera, miré hacia el camino por el que había venido.
Vacío.
Nadie, excepto un grupo de chavales entusiastas que jugaban al fútbol.
Volví la cabeza entonces hacia el lado contrario. Una chica que corría, un señor en bicicleta, una señora paseando al perro...
Ni rastro.
−Qué cosa tan rara −musité−. Mucha suerte.
Avergonzado, como si estuviera en una nueva versión de Matrix (esa peli donde los iniciados vuelan, saltan entre rascacielos y se esfuman por el cable del teléfono), me giré en redondo.
Porque, pensémoslo fríamente...
No recuerdo haber elegido ninguna píldora roja.
¿O sí?
domingo, 1 de febrero de 2015
Literatura
Visita rutinaria al quiosco del aeropuerto. Voy ojeando libros, revistas, titulares de prensa, haciendo tiempo hasta que salga el avión.
Y de repente, ahí está, en uno de los anaqueles.
Observo incrédulo la portada, una edición baratucha que parece imposible contenga la suprema sabiduría. La respuesta mística.
Y no me refiero a esa chorrada del sentido de la vida, el universo y todo lo demás. Esto va más allá, al meollo mismo del asunto.
¿Lo compro? ¿Lo compro?
Ay, no me atrevo, su promesa de conocimiento infinito me paraliza hasta la inacción. Pero eso sí, tomo buena nota del título para el futuro, cuando mis emociones consigan asentarse:
El cuerpo perfecto en 4 horas. Una guía asombrosa para perder peso en poco tiempo, disfrutar al máximo del sexo y convertirse en un superhombre.
Y de repente, ahí está, en uno de los anaqueles.
Observo incrédulo la portada, una edición baratucha que parece imposible contenga la suprema sabiduría. La respuesta mística.
Y no me refiero a esa chorrada del sentido de la vida, el universo y todo lo demás. Esto va más allá, al meollo mismo del asunto.
¿Lo compro? ¿Lo compro?
Ay, no me atrevo, su promesa de conocimiento infinito me paraliza hasta la inacción. Pero eso sí, tomo buena nota del título para el futuro, cuando mis emociones consigan asentarse:
El cuerpo perfecto en 4 horas. Una guía asombrosa para perder peso en poco tiempo, disfrutar al máximo del sexo y convertirse en un superhombre.
miércoles, 28 de enero de 2015
Entonces va ella y me pregunta…
Entonces va ella y me pregunta:
–¿Tú eres del tipo empotrador?
La carcajada de mi otra amiga casi suena como una trompeta. Me siento confuso, intento masticar lentamente mientras busco en mi diccionario interno de profesiones. ¿Exactamente, eso qué es lo que es...?
–Esta claro, ¿no? De los que llegan y empotran. ¡Raca!
Ya, clarísimo. Encofrador, alicatador, mozo de cuerda, ebanista... Empotrador, pues no sé.
–No, me parece que no –se responde ella misma.
Y pone un mohín reprobatorio.
–¿Tú eres del tipo empotrador?
La carcajada de mi otra amiga casi suena como una trompeta. Me siento confuso, intento masticar lentamente mientras busco en mi diccionario interno de profesiones. ¿Exactamente, eso qué es lo que es...?
–Esta claro, ¿no? De los que llegan y empotran. ¡Raca!
Ya, clarísimo. Encofrador, alicatador, mozo de cuerda, ebanista... Empotrador, pues no sé.
–No, me parece que no –se responde ella misma.
Y pone un mohín reprobatorio.
domingo, 25 de enero de 2015
En el metro (VIII)
Estación de Cuzco, entrada por Castellana pares. Ambos caminan justo delante de mí.
−Papa, papá, ¿cuáles son los reinos de la naturaleza?
−Pues el vegetal, el animal y el mineral.
Ahí, ahí, este debe de haber ido a mi colegio.
−¿Y los hongos?
−Los... eh, uh, estarán en el vegetal, claro.
−¡Que nooooo! ¡Que los hongos van aparte!
Me imagino la cara de jooooo, yo qué sé del padre. Más o menos, como la mía.
Cuando llego a casa echo un vistazo en la enciclopedia: Plantae, Animalia, Fungi, Protista, Monera... Pues tiene toda la razón el crío.
Es que las ciencias adelantan...
−Papa, papá, ¿cuáles son los reinos de la naturaleza?
−Pues el vegetal, el animal y el mineral.
Ahí, ahí, este debe de haber ido a mi colegio.
−¿Y los hongos?
−Los... eh, uh, estarán en el vegetal, claro.
−¡Que nooooo! ¡Que los hongos van aparte!
Me imagino la cara de jooooo, yo qué sé del padre. Más o menos, como la mía.
Cuando llego a casa echo un vistazo en la enciclopedia: Plantae, Animalia, Fungi, Protista, Monera... Pues tiene toda la razón el crío.
Es que las ciencias adelantan...
miércoles, 21 de enero de 2015
¿Y cómo titularía yo esta entrada?
Recorriendo arriba y abajo el pasillo, mientras me lavo los dientes por la mañana (habrá gente que hace tonterías peores recién levantada), alcanzo a escuchar retazos de las noticias que dan por la tele:
Y antes de salir por la puerta a ganarme el peculio del día, me quedo un momento parado, con la mente súbitamente en blanco. ¿Y cómo titularía yo la siguiente entrada? ¿El gran cachondeo?
2015 será un buen año para la economía española. Nuestro país empieza con este pronóstico que llega de la mano del Fondo Monetario Internacional (…).
El 1% de los ricos posee la mitad de la riqueza mundial (…). La riqueza acumulada por esa privilegiada parte de la población se ha incrementado de un 44% en 2009 a un 48% en 2014 (…).
El magnate chino Wang Jianlin comprará el 20% del Atlético de Madrid (…). Un casino, hoteles, centros comerciales, salas de cine, negocios que en China, Estados Unidos o Londres le han hecho alcanzar a este empresario, miembro del Partido Comunista, una fortuna de más de 10.000 millones de euros (…).
Y antes de salir por la puerta a ganarme el peculio del día, me quedo un momento parado, con la mente súbitamente en blanco. ¿Y cómo titularía yo la siguiente entrada? ¿El gran cachondeo?
lunes, 12 de enero de 2015
Nuestro mundo (VI)
En nuestro mundo, a veces germinan extrañas semillas.
Sus raíces emponzoñan, se nutren de sustancias muy negras y muy profundas.
Estupidez, odio, miedo, violencia cobarde.
Y finalmente, dan su podrido fruto.
Sus raíces emponzoñan, se nutren de sustancias muy negras y muy profundas.
Estupidez, odio, miedo, violencia cobarde.
Y finalmente, dan su podrido fruto.
martes, 6 de enero de 2015
En el metro (VII)
No pude evitarlo.
Tuve que volver de nuevo la mirada a su hombro.
Tuve que deslizar los ojos por su piel, hacerlos presos de ella.
De cada trazo, cada letra, cada palabra:
Y menos mal que llevaba papel y boli para apuntar, porque con lo que a mí me gusta leer y el tatuaje tan largo que lucía en el hombro aquella chica...
Tuve que volver de nuevo la mirada a su hombro.
Tuve que deslizar los ojos por su piel, hacerlos presos de ella.
De cada trazo, cada letra, cada palabra:
Quizás entonces volar no sea un recuerdo antiquísimo.
Y menos mal que llevaba papel y boli para apuntar, porque con lo que a mí me gusta leer y el tatuaje tan largo que lucía en el hombro aquella chica...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)