Música, libros, fotos, cosas que me pasan, que recuerdo, que se me ocurren, ficciones, viajes y qué sé yo cuántas cosas más...
lunes, 25 de octubre de 2021
Brevísima y elogiosa nota sobre… (LXXX)
La Guerra de Secesión Estadounidense ha tenido tantas puestas en escena –más o menos mitificadas−, que raro es quien no conozca los choques más importantes, sus generales, y unas cuantas canciones del tipo When Johnny Comes Marching Home, Dixie o el Himno de Batalla de la República.
Ahora bien, ¿disponemos de una visión de conjunto? ¿Una donde la carga de Pickett, el combate naval entre el Monitor y el Merrimac o el oro confederado en una tumba sin nombre junto a la de Stanton disfruten de una lógica más compleja, de un entorno y unos efectos más definidos?
Es lo que ofrece Norte contra Sur, de Jesús Hernández.
Primero, una panorámica económica, social y política de los bandos justo antes de que sonaran los cañones. ¿Era el estallido inevitable? ¿Estaba Lincoln dispuesto a concesiones incluso sobre la esclavitud? De hecho, ¿era este el punto de fricción más importante?
Segundo, lo cerca que se encontraron las tropas secesionistas de la victoria. Un éxito al límite en Gettysburg, y quizá las potencias europeas las hubieran reconocido diplomáticamente.
Tercero, por qué se recuperó la Unión a tiempo. Y por qué causas, a pesar de las increíbles bajas y el sufrimiento, se prolongaron las campañas durante años.
También, qué queda aún de ella en el imaginario colectivo. El juramento a la bandera sigue proclamando, siglo y medio después, que la nación es indivisible.
En pocas palabras, una obra bien escrita, documentada y de amenidad lectora a toda prueba. Enhorabuena.
martes, 19 de octubre de 2021
Brevísima y elogiosa nota sobre… (LXXIX)
He tardado mucho en descubrir Cometas en el cielo. De hecho, empecé a leerla movido por la nueva caida de Afganistán en las tinieblas.
A cambio, la recompensa ha sido grande.
Khaled Hosseini nos ofrece una novela donde cada aspecto –la estructura, el estilo, el ritmo narrativo, los personajes, el impacto de la historia–, todos y cada uno de ellos, están trazados con mano maestra.
Se trata de un viaje existencial a través de la voz de Amir, el protagonista: su infancia en Kabul, el exilio y el retorno a la tierra donde nació. Algo ocurrió allí cuando tenía doce años y busca la redención.
En los viejos tiempos, antes de la invasión soviética, su padre poseía la casa más bonita de la ciudad. A pesar de la muerte de la madre, los días pasaban felices junto a su amigo Hassan, el hijo del criado.
Un hazara, despreciado por la etnia dominante de los pastunes, con talento para capturar cometas caídas.
Porque nada más importante para Amir que volar cometas, cortar los hilos de sus contrincantes, recuperar los despojos derrotados y coronarse como el campeón absoluto. Daría lo que fuera por el aplauso de su Baba.
También para el fiel Hassan. «Por ti lo haría mil veces más», son las palabras que resuenan constantemente en su cabeza.
Ahora, en la nueva comodidad de San Francisco, donde ha encontrado el amor, una llamada de teléfono le recuerda que «hay una forma de volver a ser bueno». Pero los talibanes ocupan inmisericordes el país. ¿Estará dispuesto a desvelar en su camino los secretos, aunque el precio sea su propia vida?
No creo que olvide este libro.
martes, 12 de octubre de 2021
Reflexiones de octubre
No tiene nada de raro. La historia del mundo es la historia de las guerras.
Erasmo dice que la naturaleza dio al ser humano «ojos amistosos, en los que se muestra el ánimo. Brazos en círculo, para abrazar. El sentido del beso, para que los ánimos se tocaran y se unieran. La risa, símbolo de alegría…».
Y el uso del lenguaje y de la razón, «que es sin duda la cosa más útil a la hora de ganarse y conservar la amistad, de manera que absolutamente nada se hiciera entre los hombres por medio de la fuerza».
Dice que hay una antítesis profunda entre humanitas y guerra.
Sin embargo, mantenemos una pugna inmemorial, que nunca termina: entre naciones, reinos, príncipes, ciudades, pueblos, familiares, entre hermanos, todos luchamos contra otros iguales a nosotros.
Habrá que concluir entonces que los seres humanos… no somos humanos.
O que Erasmo se equivocaba, claro.
Brazos en círculo, anda que…
lunes, 4 de octubre de 2021
Brevísima y elogiosa nota sobre… (LXXVIII)
Corrí a comprar uno de sus discos, A terra esqueicida.
Y junto a él, encontré este pequeño libro de Marisa López Diz, la cantante. Veintinueve poemas en asturiano.
L’alma albentestate.
Días después, conversando con ella, me preguntó si había podido entenderlos. Aunque palabras como cairueta, xorrezer o nenyures me resultaban desconocidas, contesté sin dudar que sí.
Porque las palabras tienen una magia secreta y milagrosa, como me escribió en su dedicatoria.
Porque la poesía es un abrazo.
El abrazo entre el mundo interior de quien la ofrece y el de quien la recibe.
Un acto de comunión, de sinceridad, un sentimiento lírico puro.
«Prendería los tos güeyos / con fueyes fresques d’abeduriu / y con rabiones de lluz / abriríate’l corazón / entregáu dafechu / a les tiniebles».
Gracias, poeta. En todas las lenguas del mundo, gracias.
Gracies.