Valoración: Neutral ✮✮✩✩✩
Música: Danzas y cantos de la muerte (II.Serenata), de Modest Mussorgsky ♪♪♪
Poemario de prestigio y sensación de que se aleja por las vías mientras yo arrastro los pies en el andén. Resulta confuso.
A pesar de mi mejor voluntad y respeto ante la génesis del libro —la muerte de su esposa, Almudena Grandes—, Un año y tres meses de Luis García Montero termina pasando de largo.
¿No me gusta? Tampoco me atrevería a expresarlo así. No por miedo a ser tildado de ignorante o «políticamente incorrecto» frente al aplauso general, sino porque…
Quizá de forma incomparable a ningún otro género, la poesía permite alcanzar una comunión especial con su creador. Como si este nos dijera: «a través de mis palabras yo soy tú y tú eres yo».
Y la lucidez con que García Montero describe el proceso hacia la pérdida, la pérdida en sí y la revelación de lo que su compañera significó durante el tiempo que estuvieron juntos, lo convierte en versos de amor.
El amor es también una luz negociada.
Me das tus sueños al vivir los míos.
Te doy mis sueños tras guardar los tuyos.
Historias que se enlazan como cuerpos.
Todo parece confluir entonces para que las emociones que habrán debido de compartir miles de personas al recorrer sus páginas sean experimentadas también por mí.
¡Pero no ocurre! Y aunque intente repetir la lectura, convenciéndome de que podría estar cansado, o sufrir un eclipse momentáneo por cualquier causa, o que no es el día, sin más, y me exhorte a alabar el título…
Sería insincero. Otros podrán hacerlo con mejor justicia.
El alma del poeta continúa su propio viaje.