Título y autor/a: | Un puñado de flechas, de María Gainza. |
Clave de lectura: | Arte, arte, arte… y los misterios que lo rodean. |
Valoración: | ✮✮✮✮✩ |
Comentario personal: | Nos atrapa sin remedio. |
Música: | Cuadros de una exposición (La Gran Puerta de Kiev), de M.Mussorgski (orq. Ravel) ♪♪♪ |
Un puñado de flechas hace referencia a una conversación que María Gainza mantuvo con Francis Ford Coppola mientras se encontraba rodando una película en Buenos Aires, allá por 2008.
El cineasta señaló que los artistas disponen de un carcaj de flechas doradas y apenas pueden elegir cuándo y cómo lanzarlas. Solo al final de la vida conocerán el resultado del intento.
Este libro nos habla del mundillo de los óleos, la acuarela o el cemento (no toda la escultura va a ser mármol), sin olvidar la fotografía. Ah, y desde el otro lado, el de los receptores de la creación, el mundillo del coleccionismo.
Hay robos de cuadros de Vermeer, Rembrandt, Degas... Y un detective con sombrero Derby, parche en el ojo y cara destruida por el cáncer que los busca.
Hay un Kuitka que el mismo pintor desea recuperar. Gainza sigue las pistas hasta Piriápolis.
Hay murales de Bodhi Wind en el desierto. En diez libretas enviadas por mensajero desde una misteriosa clínica, redactadas por una no menos misteriosa mano, se explica su origen y destino.
Alberto Goldenstein no admite que le pregunten por el modelo de cámara con el que hace sus fotos. Se trata de un «electrodoméstico» y lo que importa es bien diferente.
Un Tiziano perdido se adora como un dios en un convento igual de perdido en Tzintzuntzan. Dos norteamericanos llegan al lugar, atraídos por la leyenda.
Todo ello y más, urdido con hilos autobiográficos de la autora, que al cabo de los capítulos nos atrapan sin remedio.
Estampo mi exlibris: «bueno».
Parecía hablarle a un fantasma que estaba ahí y que yo no veía.
—Puede lanzar todas sus flechas de joven, o lanzarlas de adulto, o incluso ya de viejo.
Hizo una pausa dramática como en el teatro y prendió su porro. Aspiró como si tragara una bocanada de aire fresco.
—También puede ir lanzándolas de a poco, espaciadas a lo largo de los años. Eso sería lo ideal, pero ya sabés que lo ideal es enemigo de lo bueno.
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