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jueves, 19 de septiembre de 2024

Pimiango (XXIII)

Muro representativo de Pimiango

Abro el correo y voy leyéndolo, al principio apenas con un punto de curiosidad.

Hasta que esa emoción muda su hábito, convirtiéndose en un ansia irrefrenable. ¡Sí! ¡Tengo que acudir a la llamada!

Billetes de tren, de autobús, instancias legales para escapar de la oficina, calcetines arrojados aprisa a la maleta…

Una palabra resuena por dentro como campanas de iglesia. Abandono aperos y arado, ciño Tizona en dientes, en paladar, en lengua.

Una sola palabra: cóctel.

Y, quinientos kilómetros más allá, canapés de chistorra, volovanes rellenos de pimiento con atún, triángulos de gamonéu del valle o del puerto comienzan a temblar. Intuyen su fatal destino.

¿Encuentro de escritores y críticos de las letras españolas en Verines? ¿Cuarenta años de creación y diálogo? ¿En busca de la diversidad?

¿Bernardo Atxaga, Ricardo Menéndez Salmón, Jordi Sierra i Fabra, Ana Merino, Ángela Segovia, Antonio Orejudo…?

Vale, vale, ya que vienen a hacer la presentación a Pimiango, no pierdo la ocasión de colarme. A ver con quién puedo charlar luego un rato.

Hay filas de botellas bordelesas con néctar rojo, hay pan de pasas recién horneado, hay milhojas de postre…

lunes, 2 de septiembre de 2024

Pimiango (XXII)

El pendón de Carlos V ondea en Pimiango.

¡Dad albricias! ¡Bailad la pavana, la gallarda y el pericote!

¡Carlos V de nuevo en Pimiango! ¡Con su hermana Leonor!

Leva el ancla en Flesinga, llega a Tazones a bordo del Engelen (unos dicen que las tormentas, otros que mejor desembarcar de extranjis, a ver cómo anda la política local) y pregunta: ¿ahora por dónde?

Y le responden: por Pimiango. Tire vuestra merced por Pimiango, archiduque de Austria, duque de Borgoña, conde del Rosellón, de Flandes, del Tirol, futuro rey de romanos, de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de las islas y tierra firme del Mar Océano… Tire, tire.

Así que este año se ha vuelto a montar: desfile, alabarderos en el Palacio, cena en la bolera, rapsodas, marionetas, metal, percusión (los grandes éxitos de Tielman Susato, aunque yo siempre refunfuñe que el Danserye es del 51, no del 17), maestro de esgrima para explicar las diferencias entre cazoletas y gavilanes…

Pendones de águilas, félidos, torres, cadenas, frutas, lises, barras listadas hacia aquí y hacia allá…

Y todo el mundo de punta en blanco: calzas, coseletes, jubones abullonados, sayos, velloríes, gualdrapas… Hasta mi primo con mitra de obispo, no digo más.

¡Hip, hip! ¡Bulas!

jueves, 24 de agosto de 2023

Pimiango (XXI)

La Librería de Pimiango.

Acércate un momento a La Librería de Pimiango, solo un momento. Saludas, pides un refrigerio y ya. Total, ¿qué podría suceder?

Puede que cruces a través de un espejo, desde luego. O que te lleve el rocío flotando a la luna si te descuidas, pero eso tampoco es nada del otro mundo.

Quizá alguien afine una guitarra y se ponga a tocar, y otra persona con hermosa voz le acompañe, y acaso a una armónica le dé por unirse.

A lo mejor ha salido el nuevo número de Chicoria, el periódico del lugar, y te demoras otro rato con sus historias y versos.

Shhhhhhh… Que nadie se entere de que a mí también me dejan escribir en él cuatro palabras, aunque sean mal compuestas…

Si aparece una cesta con panes recién sacados del horno y te trae a la memoria una tabla de quesos y una ensalada de tomate marinado, entonces… ¡No, no, ni se te ocurra, que hay prisa!

Aunque antes haya que cambiar el barril de cerveza. Qué suerte tienes, menuda excusa para retrasar la partida, no le vayas a hacer un feo a la penúltima.

Bajo el dintel de la puerta distingues al rey, la princesa y un bombero que entran. Vienen ensayando una obra que... Sí, claro que son marionetas, igual que todo el mundo. La bailarina creo que llega más tarde.

Los cuadros de la nueva exposición oscilan con suavidad. Aquí, allá, aquí, allá, aquí… Parecen escuchar el debate surgido sobre… ¿He dicho debate? Buenooooo, ya está liada, tú no te metas, ¿eh? ¡Acuérdate de aquel que empezó un día y terminó al siguiente!

Si es que terminó, que todavía no estoy seguro.

Ah, que ahora hablan de cine. De acuerdo, cinco minutos más. Diez máximo.

Y decídete si quieres subir rapidito a la primera planta, vete a saber lo que te encuentras.

Vale, vale, no me mires así. No piensas largarte hasta que cierren, ¿verdad? O hasta que te echen.

Era de esperar. Ay…

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Pimiango (XX)

Setas en Pimiango.

Al final del sendero…

Escalones ocultos. Acebo, helecho y roble.

Musgo, raíces, arrugas de la tierra.

Un regato que susurra, ansiando el abrazo del mar.

Juegos de luces, sonrisas del sol sobre mis ojos.

Respiro.

miércoles, 29 de septiembre de 2021

Pimiango (XIX)

Cartel de La Librería de Pimiango.

No acabo de estar seguro de qué dios o diosa me mira con más simpatía, ¿Palas Atenea o Dionisos?

Que inauguren en Pimiango un lugar llamado La Librería, con señal de «taberna y libros perdidos», es como si el Olimpo abriera una pequeña sucursal terrena

Conciertos, exposiciones, charlas, conferencias, cervecitas, tablas de quesos, personas interesantes a quienes conocer…

Por aquí os espero.

martes, 14 de septiembre de 2021

Pimiango (XVIII)

Gatos negros.

Ah, no, no, no, no. No me miréis así. Este es mi rincón.

Pimiango tiene rincones. Los ogros tenemos capas y Pimiango tiene rincones. Está claro, ¿no? Y este es el mío.

¿Pero no estáis mejor en aquella otra esquina? O en el pajar de enfrente, para vivir vuestras aventuras.

Bueno, mirad, vamos a hacer una cosa: hoy os traigo un poco de leche y vale. Pero esta es mi ciénaga, digo, mi rincón. Donde me siento a leer. Mañana os vais y se acabó.

Que no me miréis, os digo que no…

martes, 3 de noviembre de 2020

Pimiango (XVII)

Soldados noruegos en el cambio de la guardia.

Broooooooooom

Levanto la mirada y veo un caza pasar bajo.

Broooooooooom

Y a los pocos segundos, el compañero.

Dos F-18 vuelan hacia el mar a baja cota, sobre los campos de Pimiango. Esto no me lo esperaba, la verdad.

¿Van a la batalla? ¿Nos invaden?

¿Quiénes? ¿Quiénes pueden llegar desde el norte?

No serán... ¡No! ¿Otra vez ellos?

¿Los vikingos noruegos? ¿Los de los cascos raros?

¡A mí las mesnadas!

lunes, 26 de octubre de 2020

Pimiango (XVI)

Gato pardo.

Un errante.

Vaga sin descanso, recorriendo siempre la tierra.

Indómito, lejano, sin ataduras ni gatera.

Ah, Perveval, Perceval, yo sé bien lo que buscas. Conozco el secreto.

Camina hacia aquí y será tuyo.

Grial, Grial, Grial…

Galleta, galleta, biss, biss, bisssss

martes, 20 de octubre de 2020

Pimiango (XV)

Gato blanco.

Una nívea sombra entre rendijas, prisionero en su cueva.

Añorante de otros tiempos.

Tiempos de carreras en busca de la leyenda.

Y quizás también de algún ratón de campo.

Pero ahora…

Si un caballero gato se acerca, él huye a ocultarse.

Arrebatado, quebrado por hechizos su antiguo poder.

Merlín…

martes, 6 de octubre de 2020

Pimiango (XIV)

Gato descansando en la puerta.

Cuando abro la puerta de casa me lo encuentro, perfilado contra el sol del amanecer.

Lanzarote cierra los ojos. Lleva una mancha roja en el pecho.

Porque en la noche moran espectros, pesadillas dispuestas a atravesar cualquier muro de piedra.

Los gatos de la Tabla Redonda las conocen bien.

Ellos protegen mi sueño.

jueves, 1 de octubre de 2020

Pimiango (XIII)

Gato y perro.

El rey Arturo es noble y valeroso.

Cuando otea a un invasor corre hacia él, listo para la batalla.

Pero también muestra clemencia si rinden pleitesía a su reino.

De norte a sur, de este a oeste.

Desde la plaza hasta la cuadra al otro extremo de la calle.

Desde el portón donde monta guardia hasta la antigua escuela.

Sentado en el trono, orejas enhiestas.

Bigotes, estandartes al viento.

El rey Arturo es marrón y blanco.

lunes, 30 de julio de 2018

Pimiango (XII)

Playa de La Franca.

En Pimiango hay playa. Playas, más bien.

El Regolguero, La Franca, Bendía1, La Robla, Las Cuevas Coloradas...

Lo más fácil es ir a La Franca. Cuarenta minutillos de paseo por el monte, respirando oxígeno para todo el año, y allá que apareces. O cinco en coche, cuando tienes prisa por el chapuzón.

Aunque si te entran ganas de olvidarte del mundo, llegando hasta el fondo del acantilado, y siempre con bajamar, cuando asoma la arena, puedes acercarte a alguna de las otras. Quizá tus compañeros de baño sean solo llámparas y oricios.

Y un último consejo: recuerda que esto es el Cantábrico, ¿eh? No una piscina caldosa. Comprueba tus registros vocales antes de meterte en el agua, porque a la primera ola, si eres barítono te vas a convertir en contratenooooooooor.


1. Los mapas pueden decir lo que quieran. Es Bendía y no Mendía, voto a...


lunes, 23 de julio de 2018

Pimiango (XI)

Paisaje desde el Pico del Cañón en Pimiango.

¿El Pico del Cañón?

Sí, claro. Tira hacia la Garita, tuerce a la derecha y luego a la izquierda. A lo mejor encuentras moras por el camino.

¿Por qué lo del cañón?

Pues resulta que ahí colocaron un bicho de los de avancarga y botafuego. Para batir la ría, el Curtido, las Bajuras...

A ver si paraban al corso, que venía todo chulo con sus dragones, sus granaderos y sus voltigeurs.

Y es que al Bonaparte ese no se le ocurrió otra cosa que mandar a los suyos a tocarles la boina a los de Pimiango. Oh là là.

martes, 10 de julio de 2018

Pimiango (X)

Buey de competición en Pimiango.

Las instalaciones olímpicas de Pimiango son:

El prau. Deportes de balón y triple salto de gamusinos.

El Patatal Stadium. O bolera.

La cuesta arriba desde el Regolguero. Pruebas de ironman.

La plaza. Ciclismo y carreras de sacos por San Roque.

Una canasta de baloncesto. Solo para turistas.

Y el camino al Pico del Cañón. Por ahí vi alguna vez a los bueyes entrenando.

¿Cómo? ¿Que el arrastre de piedra por buey todavía no es olímpico?

Vaya, pues entonces hay una menos.

lunes, 5 de marzo de 2018

Pimiango (IX)

Fiesta de san Emeterio en Pimiango, «Santu Medé».

¡Que le corten la cabeza!

¡Chas! Y dejaron sin ideas a san Emeterio.

¡Chas! ¡Chas! Y lo mismo a san Celedonio, que pasaba por allí. Tenían un sentido del humor estos romanos...

Pero había en esas cabezas un no sé qué, caramba. Cuando llegaron los agarenos, siglos más tarde, alguien pensó que debían salvarlas.

¿Qué mejor opción que meter las reliquias en una barca... de piedra y empujarla hacia la corriente? Hala, a navegar, a navegar.

Noto a un par de visitantes del blog escépticos. ¿Por qué se iba a hundir una barca de piedra y no un acorazado de chorromil toneladas? Dichoso Arquímedes…

El caso es que llegó sin motor a la costa de Pimiango. Ahí vararon sus sólidos fondos.

Et voilà. Día de fiesta grande. Ermita, ramo, pericote, san Emeterio gloriooooosooo.

De acuerdo, parece que luego se llevaron a los dos a Santander, que es puerto principal, Portus Sanctorum Emeterii et Celedonii.

Pero adonde quisieron venir primero fue a Pimiango. Y punto.

miércoles, 31 de enero de 2018

Pimiango (VIII)

Casa en ruinas en Pimiango

Una casa en ruinas, para la memoria fotográfica de Pimiango.

lunes, 15 de enero de 2018

Pimiango (VII)

Paisaje de Pimiango al atardecer.

El sol comienza su despedida desde el camino al Picu.

lunes, 11 de diciembre de 2017

Pimiango (VI)

Cartel anunciador de la llegada de Carlos V a Pimiango.

Fue poner la calza en tierra desde el barco que lo traía de Flandes y enfilar para allá, siguiendo la costa. ¿Adónde mejor podía ir?

Lo cuenta en sus escritos el cronista Laurent Vital.

28 de septiembre de 1517, atiendan vuestras mercedes: el emperador durmió en Pimiango. El césar Carlos himself.

En el mejor catre del palacio, según se llega por la carretera, pasando el arco.

Pero por entonces no habría carretera... Pues camino de caballerías.

Y la verdad es que llamarlo palacio, palacio...

Bueno, caserón con contrafuertes. El caso es que se estiró de gustirrinín al despertar y ya está.

Aunque eso Laurent no lo diga.

lunes, 4 de diciembre de 2017

Pimiango (V)

Entrada a la Cueva del Pindal en Pimiango.

Definitivamente, antes había más ganadería en Pimiango.

Ahí están los dibujos de la Cueva del Pindal para demostrarlo: ciervos, bisontes, mamuts...

Todo cachopos de buena calidad. Así se extinguieron, claro.

Se los debieron de comer los paisanos.

viernes, 3 de noviembre de 2017

Pimiango (IV)

Petición futbolística a poderes superiores.

Se acercan con brillo en los ojos, tras las huellas del camino. Traen consigo esperanza.

Más allá del bosque y el puente sobre el regato, encuentran las antiguas piedras.

Sienten las energías místicas. Piden. Con todo su fervor, piden.

Escriben el deseo. Y entonces...

Bueno, la mística será la mística. Hasta ahí, de acuerdo.

Pero es que algunos piden cosas muy difíciles, caramba.