Pimiango tiene rincones. Los ogros tenemos capas y Pimiango tiene rincones. Está claro, ¿no? Y este es el mío.
Miradme como queráis, me da igual. Fuera de aquí.
¿Pero no estáis mejor en aquella otra esquina? O en el pajar de enfrente, para vivir aventuras y cosas de esas vuestras, yo qué sé.
Bueno, mirad, vamos a hacer una cosa: hoy os traigo un poco de leche y vale. Podéis echaros la siesta. Pero esta es mi ciénaga, digo, mi rincón. Mi silla. Donde me siento a leer por las tardes. Y no quiero intrusos. Mañana os vais y se acabó.
Que no me miréis, os digo que no…
No hay comentarios:
Publicar un comentario