Con Rudyard Kipling, me gustaría desear un buen año a quienes estéis leyendo estas líneas. A todos, por anticipado, feliz 2010.
Si...Si puedes mantenerte firme, cuando todos a tu alrededor
se derrumban y te echan a ti la culpa;
si puedes confiar en ti mismo cuando los demás dudan
y, al tiempo, no echar esas dudas en saco roto;
si puedes esperar y no cansarte de la espera,
o que te engañen y no devolver a cambio engaños,
o que te odien y no dar cabida al odio,
y aun así, ni parecer demasiado bueno, ni hablar con excesiva sabiduría…
Si puedes soñar y no dejar que los sueños te dominen,
si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu meta;
si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso
y tratar a ambos impostores por igual;
si puedes escuchar, y además soportarlo, a personas sin escrúpulos
tergiversando la verdad que has dicho, para atraer a los necios,
o puedes ver destrozadas las cosas a las que habías dedicado tu vida
y agacharte y reconstruirlas con herramientas inservibles...
Si puedes poner todas tus ganancias en un montón
y arriesgarlas a una sola tirada,
y perder, y volver a comenzar desde el principio
sin una palabra de queja sobre tu pérdida;
si puedes obligar a tu corazón, a tus nervios y a tus músculos
a servirte en tu camino mucho después de que hayan perdido su fuerza,
y a resistir cuanto ya no te queda nada más,
excepto la voluntad que les dice: «¡Resistid!»…
Si puedes hablar con las multitudes y conservar tu virtud,
o caminar entre reyes, manteniendo los pies en el suelo;
si ni enemigos ni tampoco los buenos amigos pueden herirte,
si todo el mundo cuenta contigo, pero nadie demasiado;
si puedes ocupar cada minuto inexorable,
haciendo que los sesenta segundos valgan la pena,
tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella
y, lo que es más, serás un hombre, hijo mío.