Te acercas, caminando.
¿Sobre la tierra? ¿Sobre el aire?
Mi mirada encuentra la tuya
una fracción de segundo.
Me alejo, caminando.
¿Sobre el aire? ¿Sobre la tierra?
Música, libros, fotos, cosas que me pasan, que recuerdo, que se me ocurren, ficciones, viajes y qué sé yo cuántas cosas más...
domingo, 12 de diciembre de 2010
viernes, 10 de diciembre de 2010
Mariposas
Me di cuenta mientras comía: estaba fuera, al otro lado del cristal.
Recordé la tarde en que una de ellas se había posado sobre la ventana de la oficina, aunque cuando quise llamar a más testigos, nadie me creyó. Demasiado alto, dijeron, te lo estás inventando.
También me vino a la memoria aquella que volaba en el vestíbulo de la estación, y aún otra más que, asombrosamente, entró detrás de mí al vagón del metro.
Es todo verídico, veo continuamente mariposas a mi alrededor. ¿Una señal? Lo que no sé es qué querrá decir.
Recordé la tarde en que una de ellas se había posado sobre la ventana de la oficina, aunque cuando quise llamar a más testigos, nadie me creyó. Demasiado alto, dijeron, te lo estás inventando.
También me vino a la memoria aquella que volaba en el vestíbulo de la estación, y aún otra más que, asombrosamente, entró detrás de mí al vagón del metro.
Es todo verídico, veo continuamente mariposas a mi alrededor. ¿Una señal? Lo que no sé es qué querrá decir.
domingo, 5 de diciembre de 2010
Contra el viento del norte
Imaginarse a una persona a través de sus palabras, esperarlas con impaciencia, enamorarse de ellas... Algo así es lo que les ocurre a los protagonistas de esta novela de Daniel Glattauer: Contra el viento del norte.
Emmi y Leo lo tienen todo más o menos encauzado. Ella, diseñadora gráfica, se encuentra casada con su antiguo profesor de piano. Él acaba de salir de una relación tormentosa y se concentra en su trabajo en la universidad.
Un día, Emmi equivoca el correo electrónico donde solicita la baja de su suscripción a una revista. Leo responde, iniciándose así un intercambio de mensajes. Y llegan a abrirse tanto el uno al otro que temen encontrarse físicamente, por si las imágenes que se han formado en sueños no se correspondiesen con la realidad. Hasta que ya no pueden más. Entonces...
Para apreciar el libro hay que partir de sus buenas intenciones, es decir, creer en el azar, en que es posible que de la indiferencia surja el más poderoso imán, que el sentido de la vista pueda ser dejado de lado y, sobre todo, que se pueda tener miedo al amor.
Y aunque no se trata de la octava maravilla literaria, ni muchísimo menos, y de la prevención que suelen causarme los superventas, este me pareció agradable. Tiene un final abierto y precisamente acaban de publicar la segunda parte. A ver si para Reyes...
Emmi y Leo lo tienen todo más o menos encauzado. Ella, diseñadora gráfica, se encuentra casada con su antiguo profesor de piano. Él acaba de salir de una relación tormentosa y se concentra en su trabajo en la universidad.
Un día, Emmi equivoca el correo electrónico donde solicita la baja de su suscripción a una revista. Leo responde, iniciándose así un intercambio de mensajes. Y llegan a abrirse tanto el uno al otro que temen encontrarse físicamente, por si las imágenes que se han formado en sueños no se correspondiesen con la realidad. Hasta que ya no pueden más. Entonces...
Para apreciar el libro hay que partir de sus buenas intenciones, es decir, creer en el azar, en que es posible que de la indiferencia surja el más poderoso imán, que el sentido de la vista pueda ser dejado de lado y, sobre todo, que se pueda tener miedo al amor.
Y aunque no se trata de la octava maravilla literaria, ni muchísimo menos, y de la prevención que suelen causarme los superventas, este me pareció agradable. Tiene un final abierto y precisamente acaban de publicar la segunda parte. A ver si para Reyes...
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Al despertar
Al despertar, la lluvia, el frío, la oscuridad, se alejan al otro lado del vidrio.
Sé que hoy hallaré la luz y el color de las hojas de los árboles.
Así que, hala, andando al curro.
Sé que hoy hallaré la luz y el color de las hojas de los árboles.
Así que, hala, andando al curro.
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