Se acercan con brillo en los ojos, tras las huellas del camino. Traen consigo esperanza.
Más allá del bosque y el puente sobre el regato, encuentran las antiguas piedras.
Sienten las energías místicas. Piden. Con todo su fervor, piden.
Escriben el deseo. Y entonces...
Bueno, la mística será la mística. Hasta ahí, de acuerdo.
Pero es que algunos piden cosas muy difíciles, caramba.
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