jueves, 13 de noviembre de 2025

Hendiendo el aire y Suturas del alma

Portada del libro Hendiendo el aire y Suturas del alma, de Maru Bernal

Título y autor/a:Hendiendo el aire y Suturas del alma, de Maru Bernal.
Clave de lectura:Poesía del tú y el yo, del entonces y el ahora.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Nos ofrece la más lúcida embriaguez.
Música:The Velocity of Love, de Suzanne Ciani ♪♪♪

Poesía de nuevo en el blog… Sé que comentar poesía no se me da bien.

Cuando leo reseñas de alto nivel divulgativo, las admiro profundamente. Me entran dudas sobre si preferiría haber sido poeta o «descriptor» avezado de poemas.

Porque quizá acierte a transmitir emociones, eso intento al menos, pero su porqué, el análisis lingüístico o metalingüístico de los versos que las provocan queda lejos de mi alcance.

¿Cómo glosar entonces las cualidades de este volumen doble de Maru Bernal, Hendiendo el aire y Suturas del alma? ¿Debería declararme inhábil?

En Liber primus: de brevitate, la autora usa estrofas de penetrante intensidad. Haikus de tres líneas (Sobre tu espalda / mariposa de fuego. / Mi voz respira.) como tres ardientes brasas.

En Liber secundus: de contentione, parece debatirse entre los mismos puntos de luz. No hay huida posible, ni en el fondo deseada, de ellos (Has vuelto a cruzar / la línea alba / de mi vientre).

El mundo se hace más grande al entrar en Liber tertius: immoderatio. El tiempo se extiende (Orden judicial de enumerar / cada día compartido, / cada noche de desvelo). Adioses, retornos y de nuevo despedidas.

Por fin, Bernal se asoma a sí misma, a las estrías, temblores, mares, vientos que arrastran hasta la homérica playa / de mi memoria. Todo lo resume Liber quartus: reditus.

Suturas del alma es un regalo añadido, una coda reservada, el cáliz que nos ofrece la más lúcida embriaguez para el final.

Si aún no he conseguido atrapar vuestra atención para leerlo, asumo mi culpa: no se me da bien. Tendréis que creer a ciegas. Tendréis que creer…


Lugares de paso
las miradas
que cruzamos
unos y otros
sin detenernos
a pie de alma.

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