sábado, 28 de diciembre de 2024

Reunión y otros relatos

Portada del libro Reunión y otros relatos, de Julio Cortázar

Título y autor/a:Reunión y otros relatos, de Julio Cortázar.
Clave de lectura:Introducción a los relatos de un grande de verdad.
Valoración:✮✮✮✮✮
Comentario personal:Grande de verdad.
Música:Parker’s Mood, de Charlie Parker ♪♪♪

Cuando agito la mano para despedirme de Julio Cortázar, la alegría galopa por mis venas.

¡Qué nivel! ¡Cuánta calidad atesorada en Reunión y otros relatos!

Aunque, curiosamente, el cuento que abre el conjunto no llega a tocarme el alma: Las puertas del cielo, acerca de un abogado y su antiguo cliente y ahora amigo, recién enviudado, que rememoran a la esposa en un baile.

Y el segundo, Cartas de mamá, una relación familiar a distancia entre el Sena y el Río de la Plata, no lo entiendo del todo. Mea culpa.

Ah, pero, a partir de El Perseguidor pego un brinco. La historia del jazzman trasunto de Charlie Parker debe de ser de lo mejorcito que me he encontrado jamás sobre papel. Aprovecho el brinco para levantarme a poner un disco. Las notas del saxo comienzan a llenar la habitación…

Final del juego, el vínculo entre tres hermanas y el chico que las ve cada día desde el tren, permanece en las alturas. Prodigioso.

¿Y qué decir de La autopista del sur, colapsada por un atasco que dura días, donde los personajes crean un mundo propio, regido por nuevas normas de convivencia? No le apeo el tratamiento: prodigioso.

Reunión, sobre guerrilleros que intentan alcanzar la sierra bajo el acoso de los soldados gubernamentales. Lugar llamado Kindberg, en el que un conductor recoge a una autostopista. Ya podéis imaginar: prodigiosos.

Texto en una libreta, cuyo autor investiga a unos «ellos» que parecen no abandonar jamás los túneles y andenes del metro, pone el prodigioso colofón.

Quizá os resulte una entrada demasiado entusiasta, o demasiado poco desarrollada en sus argumentos. ¿Prodigioso? ¿No me da vergüenza agarrarme a un solo adjetivo que se cae de tópico? ¿De verdad?

No es mi intención pontificar: hacedme caso o no me lo hagáis, o llevadme incluso la contraria si lo habéis leído.

Lo aquí manifestado, escrito queda.


[…] y por fin preguntarle si podía seguir otro poco con él aunque ya no fuera la misma ruta, qué importaba, seguir un poco más con él porque se sentía tan bien, que durara un poquito más con este sol, dormiremos en un bosque, te mostraré el disco y los dibujos, solamente hasta la noche si quieres, y sentir que sí, que quería, que no había ninguna razón para que no quisiera, y apartar lentamente la mano y decirle que no, mejor no […].

martes, 24 de diciembre de 2024

Feliz Navidad

Luces de Navidad en Madrid.

Desear «feliz Navidad» sugiere ciertamente connotaciones religiosas. Aunque solo en el fondo, dada la mercantilización de cualquier aspecto espiritual que aún pudiera subsistir entre nosotros.

Espiritual y religioso tampoco significan lo mismo, por cierto, a despecho de quienes consideran que una «verdad» revelada (¡toma ya!) anula el raciocinio.

¿Debemos entonces suprimir el «feliz Navidad» cuando saludamos o nos despedimos de alguien estos días? ¿Resulta ofensivo expresarse así a los oídos de ateos que reniegan de su (falta de) sentido?

¿O hipócrita para unos creyentes que rara vez se comportan de acuerdo con las normas dictadas por su salvador? Ama a tus semejantes, reparte las riquezas, pon la otra mejilla…

¿Se trata de un mero comodín semántico, igual que decir «adiós», otra alusión a la divinidad?

Espero que, al leer esto, me perdonéis si os sentís ofendidos de una o de otra manera.

Apenas se trata de un deseo. Algo que suene a paz, a comprensión, a «vamos a pararnos un momento para darnos cuenta de dónde venimos, dónde estamos y dónde (y cómo) queremos seguir viviendo».

Un futuro que siempre comienza ahora.

A todos, feliz Navidad.


jueves, 19 de diciembre de 2024

Ética y globalización

Portada del libro Ética y globalización, de Vicente Serrano (Ed.)

Título y autor/a:Ética y globalización, de Vicente Serrano (Ed.).
Clave de lectura:Globalización en un mundo con valores humanos amenazados.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Interesante. Exigente.
Música:Himno de las naciones, de Giuseppe Verdi ♪♪♪

En Ética y globalización, Vicente Serrano coordina a una serie de nombres con credenciales de «nobleza filosófica»: Manuel Cruz, Jesús de Garay, Javier Muguerza, Fernando Vallespín y Adela Cortina. Y los invita a disertar sobre cosmopolitismo, responsabilidad y diferencia en un mundo global.

Comencemos por Cortina, la ilustre pensadora, que titula su trabajo Una ética transnacional de la corresponsabilidad.

En él nos plantea un deseo: que la ética se introduzca en el mundo para construir un entorno basado en principios por encima del interés particular a corto plazo. Y que sean participativos.

Al reducir las distancias no hemos de buscar beneficios egoístas, un mero intercambio de contenedores de mercancías entre continentes a costa de hacerlos inhabitables para millones de personas.

Por su parte, a través de Responsabilidad en tiempos de globalización, el catedrático y antiguo senador Manuel Cruz reflexiona sobre el papel que nos toca a cada uno en la preservación del barco planetario. Con citas a la obra de Hans Jonas, quien usó ese término, «responsabilidad», como llamada a la supervivencia de las generaciones presentes y futuras.

Ética de las diferencias. La afirmación de las diferencias en un mundo global. Bajo este epígrafe, Jesús de Garay explora si las reglas del mercado han conseguido homogeneizarse a costa de perder valores en todos los demás ámbitos. La diversidad habría pagado entonces un alto precio, en aras de una «libertad» impostora.

El ya fallecido Javier Muguerza profundiza en el nexo entre Cosmopolitismo y derechos humanos. ¿Es deseable una ética no universal (dado que su implantación ignoraría el recorrido histórico de las comunidades), pero sí cosmopolita, donde el acuerdo de mínimos se alcanzaría en el respeto a tales derechos?

Para finalizar, Fernando Vallespín firma El problema de la fundamentación de una Ética Global. En sus líneas describe características transversales a las que aspirar, habida cuenta de que las interpretaciones de lo bueno y lo malo pueden no coincidir en cada cultura.

Si queremos empaparnos de lo que estos autores transmiten, desde luego no será un esfuerzo baladí. Necesitaremos practicar una lectura calma y atenta.

Y valdrá la pena, añado: los ensayos de mérito no se merecen menos.


[…] la noción de reconocimiento recíproco nos remite al descubrimiento que dos seres humanos hacen de que existe entre ellos una ligatio, que genera una ob-ligatio, una Bindung, que genera Ver-bindlichkeit. Y esta ligatio puede entenderse al menos en un doble sentido: 1) como vínculo entre los virtuales participantes de un diálogo, que es a lo que nos conduce la Pragmática Trascendental; 2) como vínculo entre seres humanos, que se reconocen como «carne de la misma carne» y «hueso del mismo hueso».

lunes, 16 de diciembre de 2024

La noria

Portada del libro La noria, de Luis Romero

Título y autor/a:La noria, de Luis Romero.
Clave de lectura:Un día en la cadena vital de Barcelona.
Valoración:✮✮✮✮✮
Comentario personal:La rueda nunca se detiene.
Música:Si tú me dices ven, de Los Panchos ♪♪♪

La noria es un relato que contiene muchos relatos. Treinta y siete, por contarlos de forma exhaustiva. Treinta y siete cortometrajes sobre las vidas de habitantes de Barcelona que giran, giran, giran…

A diferencia de otras historias corales, Luis Romero hace coincidir a sus personajes de dos en dos: el protagonista de cada capítulo se relaciona con el del capítulo siguiente y le pasa el testigo de la acción, tras lo cual desaparece.

El tono se establece desde el principio, cuando Dorita y su acompañante recorren la calle de Pelayo en un taxi, aún de madrugada.

Diez horas antes no se conocían, pero Dorita es una profesional y quiere demostrarle cariño.

Además, parece un caballero. Fuerte, de Bilbao, un poco ingenuo. ¿Cuánto habrá en los billetes que deposita en su mano, junto a las flores con gotas de rocío del Prat? ¿Quinientas? No mires aún, no seas impaciente.

El taxista, Manuel, ha pasado la noche al volante. Tras dejar a la pasajera se detiene para tomar una barreja con anís del Mono. Entre otros motivos para el malhumor, el Barça va fatal.

Su hija Lola, dependienta en una librería. Don Álvaro, que entra para preguntarle por la nueva edición del Valbuena. Francisco, el estudiante que contesta a las preguntas de este catedrático en el examen de bachiller…

Como nexo, una ciudad que puede haberse visto transformada en infinitos aspectos, pero cuya esencia quizás alguien aún reconozca. El tiempo transcurre en sus calles, barrios altos y bajos (muy altos y muy bajos), hasta la siguiente madrugada.

Incluso la nota autobiográfica del autor en las últimas páginas refleja que la rueda de cangilones jamás se detiene.


En mi profesión se me presenta un porvenir excelente y a corto plazo; puedo compaginar seguros y literatura, vivir con desahogo, enriquecerme y cada dos años, por ejemplo, hacer un viaje a España. También puedo elegir el camino difícil: abandonarlo todo y regresar a España a dedicarme exclusivamente a escribir. El importe del Premio Nadal eran 35.000 pesetas, cifra modesta incluso para entonces. Quien recuerde lo que significaba en los años cincuenta vivir de los ingresos que producía la literatura comprenderá que el riesgo era mucho, muchísimo. Mi mujer estuvo de acuerdo. Regresamos.

jueves, 12 de diciembre de 2024

Alétheia

Estación de metro de Sol en Madrid.

¿La verdad? ¿Qué es la verdad? Alétheia

No es que me haya despertado hoy resacoso (in vino veritas), en trance filosófico o que escuchar el interrogatorio cantado por Pilatos en Jesucristo Superstar («¿es mi verdad la misma que la tuya?») me aboque al misticismo musical.

A lo mejor hay una verdad intrínseca distinta a la percibida por los sentidos. En física, ¿no afecta la mera observación de un fenómeno a los resultados que de ella se extraen?

También una verdad inducida, por supuesto. ¿No defendemos los mayores absurdos como verdades, por presión social o cultural? Hasta morimos por ellas.

¿Aumenta la verdad ante un espejo? ¿Se divide su valor por la mitad?

Seudoverdad, posverdad… A la mejor caben muchas verdades, opuestas y complementarias, en el multiverso. El yin y el yang… O ninguna, como opinaba Nietzsche. ¿Quién nos dará luz?

Si planteo una pregunta tan abstracta es debido a ese señor que se cuela en el metro delante de mis mal rasuradas barbas, una vigilante viene a llamarle la atención de palabra y él se arroja al suelo mientras pide socorro porque «le están agrediendo».

Acuden buenas personas en su defensa y, tras disolverse el follón, aún persisten en el aire indignadas denuncias a la brutalidad del uniforme. «¡Qué vergüenza, esto hay que denunciarlo!», etc.

Un viaje suburbano gratis, una «segurata» en retirada por si las moscas y una verdad triunfante a los ojos de varios testigos, convencidos de saber quién es la mala y quién el bueno.

Y este que suscribe mudo de pasmo, por expresarlo de forma autoindulgente. Ponte tú a discursear: ¡Amigos, romanos, compatriotas, prestadme atención!

En fin, respuestas a la duda bienvenidas. No es necesario, pero puntuará un trasfondo socrático, tomista o kantiano.

Tengo verdadera curiosidad.


viernes, 6 de diciembre de 2024

Secesionismo y democracia

Portada del libro Secesionismo y democracia, de Félix Ovejero

Título y autor/a:Secesionismo y democracia, de Félix Ovejero.
Clave de lectura:Argumentos frente al tribalismo independentista.
Valoración:✮✮✮✮✮
Comentario personal:Título muy recomendado.
Música:Concierto para una fiesta (III. Allegro moderato), de Joaquín Rodrigo ♪♪♪

Día grande de nuevo, el de la Constitución Española. Como parte de la fiesta, traigo un libro del profesor Félix Ovejero: Secesionismo y democracia.

Este ensayo se estructura a la manera clasica: hipótesis, prueba y refutación. Es decir, recoge los planteamientos de quienes desean fragmentar España, clasifica sus razones en algún conjunto argumental reconocido y las examina.

La introducción aclara el marco de referencia. Por ejemplo, nos enseña a diferenciar entre democracia deliberativa y democracia de negociación o de mercado.

Continúa exponiendo la teoría plebiscitario-libertaria, basada en el principio de autonomía para decidir (suele hacerse una equivalencia con el derecho al divorcio).

La teoría adscriptiva alude a una voluntad mayoritaria dentro a su vez de una comunidad autoidentificada como «nacional» (las naciones sin Estado tendrían derecho al mismo).

También se lista la teoría de la minoría permanente, esgrimida cuando un grupo ve restringidos sus derechos al no contar con un elevado número de miembros (con posible explotación económica o desprecio cultural por parte de la mayoría abusadora).

Y no dejamos atrás a la teoría de la reparación, también denominada «de la causa justa» (ausencia de condiciones democráticas, un territorio soberano ocupado o violaciones persistentes de derechos).

Bajo la lupa, en ningún caso pueden justificarse las reclamaciones independentistas. Ninguno. La política española adolece sin duda de defectos, inherentes por otra parte a toda la sociedad contemporánea, pero los derechos cimentan el ordenamiento jurídico. Ningún grupo puede romper el esquema básico de convivencia: que yo exista no significa que no existan los demás y viceversa.

¡Y viceversa! Lo voy a poner entre signos de exclamación. Si el respeto, el reconocimiento del «otro» como un igual y un interlocutor solo funciona en un sentido, se trata de una carretera que nos lleva directos al abismo.

En consecuencia, si estimamos la trayectoria recorrida desde que nació la noción de república (como concepto social, no necesariamente sistema de Estado), levantar una frontera interior entre «el que habla como yo quiera que hable» o «el que piensa como yo quiera que piense» a un lado, y el «extranjero usurpador» al otro, supone una amenaza ante cuyo calibre no podemos ceder ni un milímetro.

Si la democracia es nuestra virtud, por supuesto. Si acaso preferimos una fantasía solipsista…

Título muy recomendado. De celebración o de indiferencia, espero que sea lo primero, ojalá paséis un buena jornada.


La secesión, sin injusticia, supondría una violación de elementales compromisos con la igualdad de los ciudadanos; de hecho, unos decidirían los derechos políticos de otros en su propio país; es más, se arrogarían la potestad de convertirlos en extranjeros. Desde esta perspectiva, no habría diferencia relevante entre la secesión y el racismo o el sexismo.

miércoles, 4 de diciembre de 2024

Cultura sidrera asturiana

Violinista con iluminación verde.

Me vais a perdonar pero, ya que están apareciendo por todas partes iluminaciones verdes…

Fachadas verdes, carteles verdes, portadas de prensa verdes…

Y botellas verdes, claro.

Pues en algo tendré que colaborar, modestamente: una foto alegre con fondo verde.

La cultura sidrera asturiana, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

P. D.: Los entendidos dirán que la imagen sale desenfocada porque el tiempo de exposición es más largo que la velocidad de manos del violinista. ¡Qué va!

Es que la sidra, en determinados volúmenes… En fin, ya sabéis. Rica, rica.


lunes, 2 de diciembre de 2024

Filosofía felina

Portada del libro Filosofía felina, de John Gray

Título y autor/a:Filosofía felina, de John Gray.
Clave de lectura:¿Podemos copiar a los gatos para ser felices?
Valoración:✮✮✮✩✩
Comentario personal:Se deja leer, pero va de más a menos interés.
Música:La Bohème (Che gelida manina), de Giacomo Puccini ♪♪♪

A lo largo de su Filosofía felina, subtitulada en la edición española Los gatos y el sentido de la vida, John Gray propone un tema digno de juguetear con la zarpa. ¡Miau!

Parte de una pregunta genérica: ¿por qué los humanos le damos tantas vueltas a cosas abstractas, sin respuesta clara, en busca de o huyendo de… (escríbase aquí la cuita metafísica favorita de cada uno)? ¿Por qué nos calentamos las neuronas?

Si de esa manera intentamos dar alcance a la felicidad, es obvio que jamás la disfrutaremos. Porque la autoconciencia deriva en la comprensión de una única cosa cierta: vamos a morir. Un punto que nos obsesiona más allá del instinto evolutivo de supervivencia.

Tal nube nos cubre los ojos e impide dar su verdadero valor a lo que mientras tanto tenemos: el aquí y el ahora. Desperdiciamos nuestros años obedeciendo a excesivos afectos y defectos.

Los gatos, por el contrario, no parecen sufrir. No se preocupan. Como mucho, están satisfechos en nuestra compañía de proveedores de alimento. Pero cuando faltamos se las arreglan con igual fortuna, como si nunca hubiéramos existido.

«Siguen su naturaleza» y esta resulta ser bohemia, haciendo caso omiso de tiempos venideros. ¿Y si los copiáramos?

El texto va deslizándose de más a menos. Cierto que menciona a Aristóteles, Montaigne, Pascal, Spinoza y otros pensadores de fuste, además de referirse a conceptos como la moral. También describe la relación entre ambas especies durante siglos, y todo eso está bien. Pero...

Pierde fuelle. La tesis queda expuesta repetidas veces y Gray insiste sin profundizar, a base de historias de mininos que no pasan de lo anecdótico, con lo que la capacidad de convicción de su ovillo se deshilacha. Lo malo es que la deriva se hace patente ya a mitad del volumen.

En fin, aprobado, John. Aprobado como una raspa de sardina. Se deja leer, pero seguro que puedes conseguir más.


Para cualquier criatura viva, una vida buena estará en función de aquello que necesite para hacer efectiva su naturaleza. La vida buena guarda relación, pues, con esa naturaleza suya, y no con ninguna opinión ni convención. Como ya señaló Pascal, los seres humanos son una excepción, pues poseen una segunda naturaleza formada por la costumbre, añadida a la naturaleza que ya tienen al nacer.

jueves, 28 de noviembre de 2024

Theodora

Theodora no es una ópera, sino un oratorio dramático, dice el programa de mano del Teatro Real.

El mismo programa advierte de que «esta producción muestra escenas violentas y contiene temas de terrorismo, acoso y explotación sexual».

En una época donde también se advierte de que Bogart y Bacall fuman, Lo que el viento se llevó es racista y prefiero no pensar en los avisos previos para Blancanieves y los siete enanitos, pues sí, los contiene. Supongo.

Cuando escucho cantar As with rosy steps the morn, me olvido de todo.

Cuando se pronuncian las palabras To thee, thou glorious son of worth, más que un dúo, lo que mis oídos sienten es… es…

En una época y un mundo donde casi todo resulta absurdo, casi invivible, Haendel da fuerzas para continuar.


domingo, 24 de noviembre de 2024

Para amantes y ladrones

Portada del libro Para amantes y ladrones, de Pedro Zarraluki

Título y autor/a:Para amantes y ladrones, de Pedro Zarraluki.
Clave de lectura:La escritura como cristal, transparente y oscuro, de la vida.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Es una novela que atrae.
Música:La Creación (Von deiner Güt'), de Joseph Haydn ♪♪♪

Pedro Zarraluki acaricia el lenguaje, le da fuerza, hace que significante y significado se eleven gozosamente a los ojos. En cuatro palabras: escribe que da gusto.

El protagonista homónimo de su novela Para amantes y ladrones, Pedro, está inmerso en la mayor confusión que se puede tener a los diecisiete años: las chicas. Ojalá, al igual que han conseguido otros del pueblo, se echara novia.

Paco, editor envejecido y epicúreo, propietario de una masía, le contrata para preparar comida, cena y desayuno. Van a acudir invitados a pasar el fin de semana y la señora que le lleva la casa ha sufrido un accidente.

Además, podrá codearse con personas de cuya creatividad puede esperar grandes descubrimientos: los invitados son escritores.

Antón Arriaga se especializa en relatos policiacos; las andanzas del detective Palomares venden mucho y bien. Su mujer, Dolores Malnom, acaba de ganar un importante premio con una obra «nihilista y bella».

Humberto Ardenio Rosales, el más antiguo de los representados por Paco, se hace acompañar de la joven secretaria Polín.

Isabel Togores y Fabio Comalada aparecen discutiendo sobre la inmerecida fama de Nabokov, capaz de aburrir describiendo el revoloteo de una mosca. ¡Ah, pero Balzac es diferente!

Paco les propone que cada uno imagine una historia y él imprimirá el conjunto como regalo a sus amistades. El tema será «el malentendido».

Se desata una tempestad. El supuesto poder de la creación y ellos quedan entrelazados, enfrentados, abrazados por cielos e infiernos que aúllan tanto por dentro como por fuera.

Y Pedro, relator y participante al tiempo, testigo y cómplice, aprende que la vida no es sino una página en blanco. Donde escribimos, bien para nosotros mismos, bien para satisfacer lo que esperan de nosotros los demás.

O apenas aventuramos esbozos. O permanecemos sentados ante ella sin ser capaces de hacerlo.

Aparte de la arquitectura formal que alababa al principio, el estilo tan fluido de Zarraluki, ¿en qué me baso para recomendar estas páginas con cierto fervor?

La construcción —«o deconstrucción»— del entorno, las circunstancias y las figuras reunidas para celebrar el misterio del cordón umbilical entre los autores y sus obras no deja indiferente. Sus conclusiones, totalmente integradas en la trama, ahondan en la complejidad de personas, actos y pensamientos.

De verdad, es una novela que atrae.


Polín se sentó a la mesa y y bostezó ostentosamente. Obnubilado, pensando sólo en servirla, en que me viera, en verla más de cerca, me apresuré a llevarle una taza. Cuando la puse frente a ella descubrí que llevaba en la otra mano un langostino. Solté un hipido de horror, como si lo que estuviera mostrando fuera en realidad una carta de amor a la secretaria.

viernes, 15 de noviembre de 2024

El camino

Perro sobre la carretera al atardecer.

Los días se hacen cada vez más cortos.

Los caminos son cada vez más largos.

Caminos veteados de penumbras.

Y de cansancio.


lunes, 11 de noviembre de 2024

La última batalla de Fernando de Abertura

Portada del libro La última batalla de Fernando de Abertura, de Emilio Durán

Título y autor/a:La última batalla de Fernando de Abertura, de Emilio Durán.
Clave de lectura:Personas ajenas a su propia voluntad, entre 1931 y 1939.
Valoración:✮✮✮✩✩
Comentario personal:El fondo bien, la forma menos.
Música:Por quién doblan las campanas, de Victor Young ♪♪♪

¿Es La última batalla de Fernando de Abertura una obra destacable? Premio Provincia de Guadalajara «Camilo José Cela», ostenta bajo el título.

Emilio Durán sabe escribir, si por tal arte entendemos colocar cada palabra en su sitio y dar al conjunto un sentido orgánico. Hasta ahí, de acuerdo. ¡Pero su expresión llega a resultar tan barroca!

Adjetivos sin medida, ornamentaciones gongorinas, manierismos tan recargados como una columna de Churriguera…

Quien se aventure entre sus páginas debe convencerse de que, a despecho de la falta de naturalidad (para mi gusto), el argumento presenta interés.

El día en que se proclama la República, el capitán Mario de Abertura, veterano de la guerra de Marruecos, cumple servicio de guardia. Una multitud se aproxima al cuartel en demanda de armas para hacer la revolución y él, en cumplimiento del deber y a riesgo de linchamiento cuando traspasa el portón para hablarles, se las niega.

El deber: valor inculcado por su padre, don Fernando, que ha alcanzado las estrellas de coronel a pesar del origen humilde. Un militar ha de apartarse de patrioterías y actuar con patriotismo, sirviendo al orden civil y legal.

Al frente de los ansiosos por que el nuevo sistema no tenga rasgos burgueses se encuentra Benito, mozo de hotel y líder de una célula comunista, con quien Fernando suele conversar. Las profundas diferencias que los separan no impiden el respeto e incluso el mutuo aprecio.

Regla, la esposa del militar, abomina de que los vean juntos. Podrían creer que está de acuerdo con sus ideas. Los demás oficiales, apartados de la carrera si no prometen fidelidad, tampoco saben a qué carta quedarse con él. ¿Se uniría o no a una rebelión?

Desde el momento en que se cruzan, Soledad podría convertirse en su amante. Soledad, la compañera de Benito.

En un diario escrito por don Fernando se describe el pasado y el presente del mundo en que se mueve la familia.

Otra crónica escrita por alguien del pueblo, temerosamente escondida durante años, rellena huecos: Los noventa días. La guerra civil en las Navas de Ebora. Todos se encuentran allí aquel julio de 1936.

Porque la República está herida de muerte y todos han de participar en la fiesta del horror. El bando… El bando no necesariamente se elige. ¿Amor? ¿Amistad? Odios acechantes, pelotones de fusilamiento al amanecer, toman por sí mismos la decisión.

No, el interés no es algo de que carezca esta novela. Existe detrás una historia. Ay, si a Durán le hubieran gustado más las líneas rectas que las curvas al componerla…


Fue de allí de donde salió el acre olor, la negra humareda que, prolongando sus ramificaciones por encaladas pilastras, anchísimas escaleras, altas ventanas, se escapó en aquella distante y fría noche de noviembre del 49 por los cristales rotos del balcón de la Plana Mayor hasta cruzar la calle solitaria, apenas iluminada por el farol agonizante de la esquina, fanal de popa del navío náufrago de la tienda de ultramarinos de Benigno Liébana.

viernes, 8 de noviembre de 2024

Nuestro mundo (XX)

Casa inundada

Morder, sajar, blasfemar contra la naturaleza...

Gaia, de vez en cuando, se encarga de devolvernos las mismas pesadillas que arrojamos sobre nuestro mundo. Cicatriz por cicatriz.

Terremotos, volcanes, inundaciones, miasmas…

Las voces se alzan y se hunden. Todo inútil.


martes, 5 de noviembre de 2024

El amor en Suecia (II)

Portada del libro El amor en Suecia, de Sandro Sciara

Título y autor/a:El amor en Suecia, de Sandro Sciara.
Clave de lectura:Todo lo que usted siempre quiso saber sobre los de allá arriba.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Me ha entretenido un montón.
Música:Kom till mig kvinna, de Rolf Wikström ♪♪♪

Tras aguantar con estoicismo la entrada del otro día (daneses, noruegos, lapones…), espero que no abandonéis el empeño sin conocer antes a los suecos, según la mirada de Sandro Sciara.

Había dicho que el autor reserva el meollo de su obra El amor en Suecia a estos muchachos y muchachas de apabullante fulgor. Están más buenos que el arenque en salsa de mostaza.

Bromas aparte, el humor espontáneo no es algo que los distinga. Y la mayoría luce pelo castaño o negro en vez de rubio.

Como resultado de la Unión de Kalmar en 1397, el territorio se hizo uno y trino con el de los vecinos, aunque la torpeza de sucesivos monarcas (Erico el Pomeranio y Cristóbal el Bárbaro) lo echó a perder. Gustavo Vasa lideró una victoriosa rebelión contra Cristian II de Dinamarca, el Nerón del Norte de acuerdo con la propaganda.

Su nieto Gustavo Adolfo fue el terror de los ejércitos católicos en la Guerra de los Treinta Años, llegando a ocupar Munich o Praga, donde rapiñó unos cuadros de Adán y Eva pintados por Durero. Su bisnieta, la famosa reina Cristina, se los regaló de vuelta a Felipe IV de España, y así los apreciamos hoy en el Museo del Prado.

Fair-play en el deporte, honradez, civismo, funcionariado eficiente, mujeres iguales a los hombres en derechos y actividades, nadie cruza las calzadas de Estocolmo con el semáforo en rojo...

Sin embargo, el paraiso proyecta sombras.

Suicidios, embriaguez, gamberrismo generacional (bandas de raggare a quienes los sensibles policías no saben cómo frenar), drogas psicodélicas, pornografía, estadísticas de robos y hurtos en crecimiento…

¿Es el Estado excesivamente paternalista un adocenador de mentes, que no aprenden a enfrentar las dificultades de la vida cuando estas surgen sin remedio y encuentran la espita de desahogo en la violencia contestataria?

¿Se adivinan la introversión, la frialdad, la flema de este pueblo, inquietantes preludios a la neurosis depresiva? ¿A la extrema soledad?

En cuanto al tema amoroso, que se recorre en cada una de sus vertientes sentimentales y físicas, la libertad que les da fama ha de relativizarse: según una encuesta, el 87% de los hombres y el 91% de las mujeres responden que ser fieles dentro del matrimonio resulta indispensable.

En realidad, la decisión de contraerlo no difiere de un cálculo utilitarista. ¿Me convienes? ¿Te convengo? ¿Juntos ganamos tanto? ¿Te gustan también las albóndigas de Ikea? No le demos más vueltas: firmamos. Al menos, hasta que la tinta se seque.

Porque los divorcios son tan rápidos y omnipresentes como los emparejamientos.

Sciara plantea dudas acerca de la excesiva «feminización» del elemento masculino. ¿Cuál será el resultado en nuestra época?

Dejo por comentar otros capítulos de interés (las carreras sobre esquíes, los trenes, las orquídeas, la azarosa biografía de Nobel, ¡el problema de la vivienda!...). En todo caso, como colofón, si el desfase de quinquenios desde que fue editado impide experimentar el mismo choque cultural que un lector ibérico de entonces, no por ello declaro impresiones menos positivas.

Como guía anecdótica, El amor en Suecia me ha entretenido un montón.


La vida es fácil, libre de zozobras, porque su gobierno ha estructurado un Estado magnífico, amorosamente planeado y perfectamente previsor».

jueves, 31 de octubre de 2024

El amor en Suecia (I)

Portada del libro El amor en Suecia, de Sandro Sciara

Título y autor/a:El amor en Suecia, de Sandro Sciara.
Clave de lectura:Todo lo que usted siempre quiso saber sobre los de allá arriba.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Me ha entretenido un montón.
Música:Suite de los tiempos de Holberg (I.Preludio), de Edvard Grieg ♪♪♪

Resulta poco habitual, pero al dar forma a esta entrada me he dado cuenta de que sale larguísima para los estándares del blog. Quizá sea mejor dividirla en dos partes. Comencemos, pues.

Un título como El amor en Suecia, a los lectores surpirenaicos de 1974 les debía de hacer la boca agua.

¿Suecia no es ese lugar lleno de rubias potentes (o guaperas con melenita a lo Björn Borg, dependiendo de los gustos) donde se liga tanto? ¿Donde todo el mundo se enrolla con todo el mundo?

La verdad es que el autor, Sandro Sciara (seudónimo de José Repollés) hace algo de trampa.

Si bien dedica al reino de los svear la mitad del volumen, escribe también sobre Dinamarca, Noruega y Finlandia (incluso Laponia), y el análisis de cómo anda el tema de la liberación sexual en su meca y centro comparte espacio con detalles de provecho para jugar al Trivial: geografía, instituciones políticas, nivel de electrificación, balanza comercial, personajes célebres…

Los cuentos de Andersen ilustran la llegada al puerto de Copenhague igual que la tragedia hamletiana el castillo de Kronborg. Aunque lo trágico no sea el denominador común de «un país encantador».

Publican quince veces más libros por habitante que los Estados Unidos y en las escuelas se dan de lado esos generadores de estrés llamados exámenes.

Los daneses disfrutan de la playa, donde las jóvenes se cambian el bikini mojado como si tal cosa, sin miradas libidinosas alrededor.

Las bicicletas circulan por doquier y por quince coronas sirven caldo, filete de lenguado a la Walewska, pollo asado en olla con compota de ruibarbo y ensalada de pepino, medallón de queso con apio blanco y rabanitos y, de postre, helado mantecoso con fresones.

La idiosincrasia noruega hunde sus raíces en eddas y sagas. Odín y las valquirias contemplan su montañoso relieve y profundos fiordos desde las quinientas cuarenta puertas del valhalla (como curiosidad, la palabra española fiordo deriva en línea recta de fjord).

El historiador romano Tácito señala que la tribu de los sitones estaba gobernada por una mujer. Luego se desarrolla la cultura normanda, se funda Oslo, se destila snaps, se asiste a las obras teatrales de Ibsen y Holberg, se desayuna con las aventuras de Amundsen…

No olvidemos, por supuesto, el vínculo entre las familias de Håkon IV y Alfonso X el Sabio: la princesa Kristina, hija del primero, casó con el infante Felipe de Castilla en 1258, aunque la palmó pronto, en 1262, agobiada por el solecito de Sevilla.

En Finlandia, al gusto por los sones musicales de Sibelius se le une el sisu, un concepto que adorna a cada uno de sus habitantes. En la lengua local significa «integridad, resistencia, decisión, valor, independencia, hondo sentido de la naturaleza y del arte».

Árboles, árboles, árboles… Lagos, lagos, lagos… Mosquitos, mosquitos, mosquitos…

Si te pillan conduciendo con una copa de más, seas albañil o ministro, se te caen los calzoncillos largos. No te libra de la cárcel (o tres meses picando piedra para construir aeropuertos) ni saber recitar de memoria el Kalevala.

En otros países se invita al extranjero a un aperitivo o una comida en familia. Aquí, la primera pregunta es si te apetece compartir una sauna, y rehusar no es la opción educada. Aunque por desgracia ya no sean tan habituales como antes las cabinas mixtas.

Los lapones constituyen un enigma desde el momento en que eligen como hábitat la tundra boreal, en compañía de sus queridos renos.

No han desaparecido entre ellos los brujos y chamanes, que baten panderos en pos del trance (para acompañar la entrada tengo tantas posibilidades de recomendación musical, que la cabeza me retumba en similar medida).

En el Festival del Sol de Medianoche peregrinan a Krysoten, el monasterio más septentrional del orbe. Se arrodillan ante antiquísimos iconos de plata y despluman divertidos a los alemanes y estadounidenses que acuden a comprar sus puñales con mango de hueso.

Toman el café depositando antes azúcar en la lengua. ¿Se extinguirán por culpa de los adelantos modernos?

(Continuará).


No existen distinciones sociales ni barreras de clase que saltar en la cuesta que lleva al éxito. Gran parte de los estadistas finlandeses proceden de familias pobres y laboriosas.

jueves, 24 de octubre de 2024

La corrupción del lenguaje

Portada del libro La corrupción del lenguaje, de George Orwell

Título y autor/a:La corrupción del lenguaje, de George Orwell.
Clave de lectura:Cómo se retuerce el lenguaje para manipularnos mejor.
Valoración:✮✮✮✩✩
Comentario personal:Bueno, aunque no imprescindible.
Música:Cuarteto nº 13, de Dimitri Shostakovich ♪♪♪

A George Orwell hay que hacerle caso y mucho, huelga advertirlo, aunque los siguientes artículos no lleguen a alcanzar el valor de sus obras mayores:

La corrupción del lenguaje. Ensayos sobre propaganda, mentira y manipulación en la política.

Se trata de una protesta por la deriva que ha adoptado la escritura moderna hacia la imprecisión. Palabras hilvanadas con bombo y platillos pero ninguna sustancia lógica ni semántica. Pomposas cáscaras vacías.

El fenómeno sirve a un objetivo: que el ruido aturda, haga creer en la presunta relevancia de los mensajes y, de esta manera, el emisor manipule las mentes.

La mitad de las páginas comparan lo que sería una forma de expresarse natural y las nuevas reglas que obedecen, sobre todo, a consignas políticas.

Metáforas moribundas, artificios y retorcimientos verbales, dicción pretenciosa, palabras sin sentido...

La otra mitad imprime el anexo de la mítica 1984 acerca del origen y propósito de la neolengua. El culmen de la mentira, la propaganda y la manipulación.

En último término, repito el comentario, este libro no resta brillo a un inmenso legado (la citada 1984, Rebelión en la granja, Homenaje a Cataluña, Subir a por aire…). Pero tampoco puedo decir que lo acreciente.


Es solo cuestión de juntar una serie de piezas prefabricadas. Solamente hay que hablar de una hidra cuyas botas militares aplastan a hienas manchadas de sangre, y listo. Para confirmarlo, basta con echar un ojo a cualquier panfleto publicado por el Partido Comunista o, de hecho, por cualquier otro partido político.

lunes, 14 de octubre de 2024

Eres una bestia, Viskovitz

Portada del libro Eres una bestia, Viskovitz, de Alessandro Boffa

Título y autor/a:Eres una bestia, Viskovitz, de Alessandro Boffa.
Clave de lectura:Viskovitz intenta resolver sus problemas multiespecie.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Ingenioso, agudo, divertido...
Música:La poule, de Jean-Philippe Rameau ♪♪♪

¿Un libro ingenioso? ¿Agudo? ¿Divertido? ¿Con enseñanzas que golpean el cristal esmerilado tras el humor? Efectivamente, creo que lo puedo calificar así.

Eres una bestia, Viskovitz, de Alessandro Boffa, se une a la lista de valoraciones elevadas que han aparecido en el blog.

Viskovitz es un pinzón, alerta frente a los cucos. Y un cerdo. Y un loro caribeño. Y un escualo. Y una mantis religiosa.

Su amor apasionado, platónico, cercano, imposible (depende del momento), se llama Ljuba.

Otros amores más corrientes incluyen a Lara o a Jana. O a sí mismo: ¿no tienen los caracoles ambos sexos por naturaleza?

Incluso, en el caso de las esponjas marinas, el tema se complica. Unas veces sueltan semilla, otras veces la reciben… Y además las corrientes… Quién sabe si uno acabará convertido en suegra a la par que padre.

Zucotic, Petrovic y López suelen acompañarle en sus aventuras. Lombriz, hormiga, microbio…

Porque, en cada cuento de la veintena que componen el volumen, aunque la voz del narrador sea la misma, el animal que nos habla es de lo más variado. Cada cual con problemones existenciales propios.

Los trabajos exigibles a un macho alfa alce para reinar sobre su harén, sin ir más lejos, agotarían al mismo Hércules.

O disfrutar del aguijón más rápido del desierto de Sonora podría alejarlo de cualquier disfrute. Es lo que dicta el instinto de los escorpiones.

También, haber nacido el zángano más hermoso de la colmena, con rasgos físicos que harían perder el sentido desde a una reina hasta la última de las obreras, ¿supondrá una ventaja o todo lo contrario?

Aunque Boffa ofrece un nivel que raya a buena altura en todos los casos, mis episodios favoritos incluyen la encarnación en escarabajo pelotero que construye un imperio de m…, el antiguo perro detective que intenta pasarse a una vida espiritual a base de mantras, el león vegetariano que suspira por la gacela de andar incitante...

Y uno muy original, el del lirón que sueña con una Ljuba imaginaria que sueña con un Viskovitz que la sueña.

Me reafirmo en la escala: ingenioso, agudo, divertido...


Mi pareja, Jana, era una especie de talpa desmañada y de cháchara abstrusa; en cambio, la de Zucotic, Ljuba, era, desde la superficie roedora de los molares superiores hasta las últimas escamitas de la cola, la forma más perfecta que la mente más caprichosa y singular, es decir, la mía, pudiese concebir. Así, mientras yo tenía que escuchar las pedantes disquisiciones de Jana sobre ratología, topología y otros tediosos tópicos ratoniles, en la jaula de al lado la beldad era pasto de la idiotez.

sábado, 12 de octubre de 2024

Un día de octubre (II)

La Patrulla Águila sobrevuela Madrid el 12 de octubre.

Hace cuatro años, para recordar la fecha puse en el blog una canción «con mensaje»: Imagine (Imagine all the people living life in peace…). Y una simbólica imagen de flores en rojo y gualdo.

Hace tres años se me ocurrió subir una foto de picas, arcabuces y alguna que otra alabarda. Con buenas intenciones, evidentemente, la acompañaba un texto lejos de alharacas militaristas.

Este aniversario me reafirmo en mi aprecio por la celebración.

Que podría haber sido el 12 de octubre, con un almirante y unos marineros faltos de sueño, como cualquier otra fecha del calendario. Seguro que encontramos algo digno en cada una de las trescientas sesenta y cinco jornadas, bisiestos aparte, a lo largo de miles de años de historia.

Igual que hallaremos violencia, sumisión, injusticia, muerte cada minuto de ellas, en cada esquina de los pedazos de tierra que hoy llamamos naciones.

El recorrido de la humanidad es el que es. Quizá carguemos con una vergüenza genérica como especie, dado nuestro ánimo destructivo, pero ese sentimiento no cambia nada.

No se me ocurre ningún territorio relevante —quizá un experto en San Marino o en las tribus del Amazonas me deje en mal lugar— que pueda lanzar fuegos artificiales para conmemorar su existencia sin mácula.

¿Debemos por tanto alejarnos de la idea de fiesta nacional? ¿Rasgar nuestros vestidos? ¿Cubrir nuestras cabezas de ceniza?

¿Excusarnos ante alguien?

No lo creo así. Conciencia de un pasado, afirmación de un presente, esperanza en un futuro que no repita los incontables errores, individuales y colectivos, que acumulamos en nuestra herencia. Eso es lo que significa para mí el 12 de octubre.

Ojalá no me equivoque.

Paz. De nuevo, paz.


lunes, 7 de octubre de 2024

La libertad de los antiguos frente a la de los modernos

Portada del libro La libertad de los antiguos..., de Benjamin Constant

Título y autor/a:La libertad de los antiguos frente a la de los modernos, de Benjamin Constant.
Clave de lectura:Razones para la defensa del primer liberalismo.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Le pongo un notable.
Música:Los duelistas, de Howard Blake ♪♪♪

¿Es Benjamin Constant un nombre importante para conocer las ideas del liberalismo clásico? ¿Está La libertad de los antiguos frente a la de los modernos a la altura de un Tocqueville, un Ricardo o un Stuart Mill? ¿Lo está La libertad de pensamiento?

El concepto de libertad de los «antiguos» (Esparta, Atenas o Roma) se aplicaba con un significado colectivo: cualquier esfera de la vida apartada de la fiscalización de la polis hubiera sido inconcebible. La autoridad del conjunto empequeñecía los pretendidos derechos del individuo.

Tal figura, el individuo, levanta por el contrario la antorcha que guía a los «modernos» y, en lo tocante al gobierno, debe influir en su composición y sus actos, no al revés.

Por muy electos que sean, los gobernantes se siguen enfrentando a tentaciones seculares (corrupción, deseo de permanencia en la poltrona, intereses espurios…). Conviene en consecuencia no desentenderse de las responsabilidades delegadas en sus manos.

El segundo opúsculo abunda en similar principio: el libre albedrío intelectual.

Como quedó expuesto hace unos párrafos, los «antiguos» sujetaban ideas y actitudes íntimas al escrutinio comunitario. Constant exige abolir esta censura.

Autonomía de relación y comercio, pero también de palabra, prensa y, sobre todo, pensamiento, piedra angular para alcanzar la virtud política.

¿Me ha convencido? ¿Intrigado? ¿Le daré la calificación de obra maestra? ¿Buena? ¿Aceptable? ¿Comme ci comme ça?

Sus escritos despiertan interés, no cabe duda. Y además, en varias vertientes.

En el momento en que se redactaron, las fuerzas de la monarquía absoluta querían recuperar a cualquier precio su peso. Ya solo por ello debería responder afirmativamente a la importancia pionera del autor.

Por otro lado, los estudiosos del ramo destacan la influencia que ejerció sobre Isaiah Berlin. En especial, para establecer los fundamentos de las libertades positiva (equivalente a la participación activa de los «antiguos») y negativa (la no injerencia en lo personal de los «modernos»).

En consecuencia, le pongo un notable y lo añado a la lista verde de provecho.


[…] el carácter español es enérgico, valiente, emprendedor. ¿A qué se debe entonces esa sorprendente diferencia entre el destino de España y el de Francia? A que en el momento en que la libertad política desapareció de España, nada ofreció ya un nuevo medio de desarrollo a la actividad intelectual y moral de sus habitantes.

jueves, 3 de octubre de 2024

De nuevo, Marisa López Diz

En dos ocasiones, aquí y aquí, he dedicado elogios en el blog a poemarios de Marisa López Diz.

Y podría parecer que mi aprecio por su labor, tanto literaria como musical, se debe a la fortuna de conocerla personalmente.

¿Es ese el motivo? ¿Me engaño a mí mismo o exagero el valor de sus versos, sus historias, sus canciones, en el altar de la simpatía? ¿Dejo de ser, digamos, «imparcial»?

Bueno, creo que la nota publicada hoy por la Fundación Fomento Hispania, acerca de la ganadora de su VIII Premio de Relato, disipa dudas. Van ya tantos reconocimientos…

Enhorabuena, Marisa.


lunes, 30 de septiembre de 2024

La escritura contra el tiempo

Portada del libro La escritura contra el tiempo, de Miguel Munárriz

Título y autor/a:La escritura contra el tiempo, de Miguel Munárriz.
Clave de lectura:Leer es la clave para escribir.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Un compendio de alegrías.
Música:Moby Dick (There She Blows), de Philip Sainton ♪♪♪

Tras cerrar el libro, lo primero que me viene a la cabeza es una pregunta indiscreta sobre su autor: pero este hombre, ¿cuándo vive?

Quiero decir que cuándo lleva a cabo acciones que para los demás mortales revisten cierta importancia, como beber, comer o dormir. O la más placentera a veces: no hacer nada. Dejar que el tiempo pase.

Porque, a tenor del despliegue de conocimientos en La escritura contra el tiempo, Miguel Munárriz ocupa veinticinco horas al día leyendo. En casa, en el trabajo, en la piscina o en el café. Hasta con ojos estereoscópicos. O eso, o no me lo explico.

No creo exagerar, aunque plasme mi verdosa envidia en tono de broma, ya que en su caso la lectura sobrepasa el ámbito puramente lúdico para convertirse en parte de la profesión. Parece enarbolar una bandera: si quieres convertirte en escritor, antes lee.

Ayer fue miércoles toda la mañana: este verso del poeta Ángel González ocupa también el encabezado. Le sirve a Munárriz para reunir diversos artículos donde comparte impresiones sobre un mundo poco menos que fascinante, el de la creación y los creadores de historias.

Historias que a veces se nos meten tan adentro que casi formamos parte de ellas —y ellas de nosotros—, en las que un personaje, una simple frase, cualquier detalle que se asemeje tan común como inhalar y expeler el aire es en realidad aquello que nos sustenta.

Conviene, aviso, disponer de papel y bolígrafo para ir apuntando todas las referencias que aún no conozcáis y el ardor por hacerlo os devore. A mí, sin ir más lejos, la tinta del bic me ha bajado bastante.

Ardor porque presenta nombres y obras de forma natural, fluida, como el que habla sobre los amigos (¡y en varios casos es así!), pero también apasionada.

Goethe, Gil de Biedma, Poe, Maupassant, Stevenson, Kafka, Kipling, Hemingway, Borges, Cortázar, Rulfo, Lispector, Quiroga…

Kavafis, Buzatti, Vázquez Montalbán, Hornby, Marco Aurelio, Szymborska, Zweig, Atxaga, Salinas, Bioy Casares…

E hila un relato orgánico en el que todos se relacionan con todos y todo tiene que ver con todo. Nos abre los ojos a puentes que jamás se nos habrían ocurrido.

En suma, haceos con un ejemplar. Ya veréis qué compendio de alegrías.


Sobre un pequeño escenario, con un micrófono que se alimentaba de la corriente de un bar cercano, un cartel anunciaba la presencia de Manuel Rivas como maestro de ceremonias y de unos músicos callejeros dispuestos a compartir con el público una muestra de su saber hacer…, y al anochecer del 28 de septiembre de 2000 comenzamos la fiesta. Surgió la palabra y la música y en un momento la plaza se llenó de poesía.

viernes, 27 de septiembre de 2024

Everything changes

Hace como cien años (es lo que parece que haya transcurrido desde la pandemia), puse en el blog un tema del musical Waitress, donde cantan que cada jornada se parece a la anterior como una copia en papel carbón.

Pero claro, el espectáculo firmado por Sara Bareilles tiene unos cuantos números más. Concedámosle, si queréis, unos minutos de viernes.

Aquí va esta otra opción, porque, en realidad…

De un día a otro cualquier cosa puede cambiar.

Everything changes,
what I thought was so permanent fades,
in the blink of an eye, there's a new life in front of my face.

lunes, 23 de septiembre de 2024

Antes del diluvio

Portada del libro Antes del diluvio, de Otto Friedrich

Título y autor/a:Antes del diluvio, de Otto Friedrich.
Clave de lectura:El Berlín de entreguerras, espejo del mundo.
Valoración:✮✮✮✮✮
Comentario personal:Merece resurgir de las cenizas, es un libro buenísimo.
Música:Pierrot Lunaire (VIII.Die Nacht), de Arnold Schönberg ♪♪♪

Cuando intento averiguar algo más sobre el libro que traigo hoy al blog, Antes del diluvio, de Otto Friedrich, encuentro escasas referencias. Lo cual me asombra.

Porque está tan bien escrito, captura tanto el deseo de continuidad lectora al combinar técnicas narrativas propias de la novela, la investigación histórica y el reportaje periodístico, que debo concederle un reconocimiento.

Pongámonos en contexto: Berlín, Alemania, Europa. 1918 a 1939.

Quizá la intención original fuera hacer «una semblanza del Berlín de los años veinte», de acuerdo con el subtítulo: la ciudad que una vez simbolizó el orden prusiano, convertida en la nueva Babilonia.

Pero lo que consigue es trasladarnos a un escenario más amplio, a una época como pocas para entender que de la mayor crisis puede levantarse la mayor esperanza… o la mayor disolución del espíritu humano.

O ambas a la vez.

Editor del Saturday Evening Post, así como articulista de la revista Time, Friedrich fue un estadounidense de raíces germanas, como su nombre sugiere (su padre, Carl Joachim, nacido en Leipzig, se convirtió en un influyente estudioso de las amenazas totalitarias a la democracia).

El volumen comienza con un káiser que abdica, un frente roto, columnas de soldados que regresan a casa, oficiales sin escrúpulos, conspiradores que desean mantener sus privilegios y masas populares que, acostumbradas a la obediencia, se debaten entre la revolución y la angustia.

Todos van a confluir en una capital que pronto verá sus adoquines teñidos de un color terroso. Socialistas, conservadores, espartaquistas, el Freikorps

Hay nombres que enseguida conocemos, destacados en cualquier ámbito de la política, el arte, la literatura, la música o la ciencia.

Rosa Luxemburgo camina por estas páginas. Ebert y Rathenau. Ludendorff y Hindenburg. Y también Planck y Einstein. Y Gropius, Mies van der Rohe, Lubitsch, Dietrich, Brecht, Zweig… Muchos, muchos más.

Piatigorsky arrastra su violonchelo, huyendo de la Rusia bolchevique. Toca el Pierrot Lunaire de Schönberg en un café, donde le descubre Furtwängler.

Serkin quiere estudiar piano con Busoni, ya muy enfermo. Schnabel prepara la primera grabación integral de las sonatas de Beethoven. Menuhin da un concierto con la Filarmónica a sus doce años. Apogeo del cabaré.

Los firmantes de la Constitución de Weimar lo intentan, pero sus manos están sujetas con grilletes. El Tratado de Versalles es duro, la hambruna golpea a orgullosos y débiles.

Un antiguo cabo aglutina almas bajo la maldad de su bandera. Envía a su mano derecha, un hombre que años más tarde preguntará a gritos en el Reichstag si los alemanes quieren la guerra total, a dirigir su movimiento y verter invectivas en el Berliner Arbeiter Zeitung.

Lo amoral se convierte en lo cotidiano.

Y nuestros ojos se adentran en un mundo de donde no pueden despegarse, mesmérico, atrapados por los sombríos resplandores de su fuego fatuo.

Buscad, buscad, hacedme caso. Tras esas llamas, Antes del diluvio merece resurgir de las cenizas.


En su frenesí, la gente pagaba millones e incluso miles de millones de marcos por relojes de cuco o zapatos inservibles, es decir, cualquier artículo que se prestara al trueque. El famoso director Bruno Walter tenía que suspender sus ensayos a mitad de una sinfonía para participar en la cotidiana estampida del mediodía.

jueves, 19 de septiembre de 2024

Pimiango (XXIII)

Muro representativo de Pimiango

Bernardo Atxaga, Ricardo Menéndez Salmón, Jordi Sierra i Fabra, Ana Merino, Ángela Segovia, Antonio Orejudo…

¡Sí! ¡Tengo que acudir a la llamada!

Porque este año, el Encuentro de escritores y críticos de las letras españolas en Verines (cuarenta años de creación y diálogo) abre sus sesiones en…

¡Increíble, La Librería de Pimiango! No puedo perder la ocasión de colarme, a ver con quién puedo charlar luego un rato.

Hay filas de botellas bordelesas con néctar rojo, hay pan de pasas recién horneado, hay milhojas de postre…


lunes, 16 de septiembre de 2024

El naufragio de las civilizaciones

Portada del libro El naufragio de las civilizaciones, de Amin Maalouf

Título y autor/a:El naufragio de las civilizaciones, de Amin Maalouf.
Clave de lectura:¿Por qué se precipitan algunas comunidades en el fracaso?
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Recomiendo leer este ensayo.
Música:Ya walidata-l-ilah, de sor Marie Keyrouz ♪♪♪

Amin Maalouf nació y se educó en un microcosmos que llama «Levante», hijo de muchas culturas con ascensos y caídas. Aunque su último siglo solo parece entender de conflictos.

¿Por qué razón comunidades con bazas para avanzar en la integración, el progreso, la convivencia…, se abocan al fracaso social y político?

El naufragio de las civilizaciones rellena, a través de experiencias propias del autor y su familia, lagunas a las que textos de historia generalista no dan importancia.

Así, en Un paraíso en llamas la tierra del Nilo se ve sumergida en un creciente descontento poscolonial que lleva al poder al coronel Nasser. Euforia para muchos, expulsión para otros.

Aún queda el Líbano cosmopolita: ¿podrá mantenerse en buenas relaciones con la República Árabe Unida que nace a dentelladas entre El Cairo y Damasco? ¿Prevalecerán los intereses de una facción, un clan, un determinado grupo religioso?

Los pueblos que zozobran nos habla de los movimientos de inspiración marxista, que lo prometen todo. Y de sunitas y chiitas, y el islamismo en germen que eclosiona con la inesperada derrota ante Israel.

El país de los cedros, anteriormente comparado con Suiza, empieza a sacudirse hasta el paroxismo.

Pero El año del gran vuelco no llega, a su juicio, hasta 1979. Jomeini, Thatcher, Reagan, Deng Xiaoping… Irán, Irak, Afganistán…

El resultado se muestra en Un mundo en descomposición, donde cada vez existen menos factores que muevan a unirse a las personas. Y se trata de un fenómeno global, que afecta incluso a Europa.

Aun sabiendo que apenas servirá para aligerar el lodo sobre nuestras aturdidas conciencias, recomiendo leer este ensayo.


De ahí me viene la inmensa frustración que siento hoy cuando pienso en el destino de mi continente adoptivo. Se creó la Unión, por supuesto, creció y supone un progreso inmenso respecto a la época anterior. Pero es un edificio frágil, inconcluso, híbrido y que ahora mismo se tambalea.