Hace cuatro años, para recordar la fecha puse en el blog una canción «con mensaje»: Imagine (Imagine all the people living life in peace…). Y una simbólica imagen de flores en rojo y gualdo.
Hace tres años se me ocurrió subir una foto de picas, arcabuces y alguna que otra alabarda. Con buenas intenciones, evidentemente, la acompañaba un texto lejos de alharacas militaristas.
Este aniversario me reafirmo en mi aprecio por la celebración.
Que podría haber sido el 12 de octubre, con un almirante y unos marineros faltos de sueño, como cualquier otra fecha del calendario. Seguro que encontramos algo digno en cada una de las trescientas sesenta y cinco jornadas, bisiestos aparte, a lo largo de miles de años de historia.
Igual que hallaremos violencia, sumisión, injusticia, muerte cada minuto de ellas, en cada esquina de los pedazos de tierra que hoy llamamos naciones.
El recorrido de la humanidad es el que es. Quizá carguemos con una vergüenza genérica como especie, dado nuestro ánimo destructivo, pero ese sentimiento no cambia nada.
No se me ocurre ningún territorio relevante —quizá un experto en San Marino o en las tribus del Amazonas me deje en mal lugar— que pueda lanzar fuegos artificiales para conmemorar su existencia sin mácula.
¿Debemos por tanto alejarnos de la idea de fiesta nacional? ¿Rasgar nuestros vestidos? ¿Cubrir nuestras cabezas de ceniza?
¿Excusarnos ante alguien?
No lo creo así. Conciencia de un pasado, afirmación de un presente, esperanza en un futuro que no repita los incontables errores, individuales y colectivos, que acumulamos en nuestra herencia. Eso es lo que significa para mí el 12 de octubre.
Ojalá no me equivoque.
Paz. De nuevo, paz.
4 comentarios:
En los Episodios Nacionales. Galdós escribe: “Escuchad, por favor, el mensaje que nos envían los muertos: reconocimiento, reconstrucción y perdón”. Este sería el camino.
Saludos.
Por cierto, debido al mal tiempo, non hay patrulla aérea ni paracaidista. Seguro que la culpa es de SaNCHEZ
Gracias por el comentario. Precisamente fue una lectura de tu blog la que "me cosquilleó" la conciencia para escribir esta entrada.
El problema de las buenas frases, en este caso la de Galdós, de la que siento no recordar su contexto, es que siempre hay quien las recoge, las retuerce, les da la vuelta y acaban cambiando su significado por otro que "interese" ("amaos los unos a los otros"... o vengo con la estaca).
Ja, ja, no, espero no perder nunca el raciocinio para afirmar tal cosa. Los rayos y los truenos son asunto de Thor.
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