Cuando traje a casa la orquídea, el día antes de comenzar el asedio, su belleza era…
Era como la de Isabeau.
Ya sabéis, Isabeau: el hechizo al despuntar el alba, el capitán Navarre, el obispo, Lady Halcón…
Hermosísima. Y con doce flores.
Hasta que… Doce, once, diez, nueve, ocho…
Le quedan cuatro.
Y no puedo cruzar aceros con la guardia del obispo para solucionarlo.
Isabeau, mi Isabeau…
No hay comentarios:
Publicar un comentario