Valoración: ✮✮✮✩✩
Comentario personal: Es agradable. ¿Té con una nube?
Música: Elizabethan Serenade, de Ronald Binge ♪♪♪
Un título rotundo de Muriel Spark, con efecto de llamada al ávido lector: Los solteros.
Quizá el rasgo más destacado de esta novela sea su estilo cien por cien «británico». Es decir, que la manera de contar, de dar vida a los personajes y las situaciones, el ambientillo, es marca registrada de autores de la isla.
Como una serie con la cortinilla de la BBC en la tele, a ver si me explico mejor.
En concreto, me gusta el fino humor que impregna cada página como la niebla en Piccadilly y que, sin mover a abierta carcajada, sí nos empuja con buen cuerpo tras las andanzas de un grupo de solteros londinenses.
Algunos ciertamente empedernidos y otros que se debaten entre continuar en ese estado civil o catar las mieles del matrimonio.
En Queen’s Gate, en Kensington, en Harrington Road, en The Boltons, en Holland Park, en King’s Road, en Chelsea y sus remansos, los solteros se revolvían entre las sábanas, buscaban a tientas el reloj y, en el amanecer de la consciencia, miraban la hora; luego, al recordar que era sábado, la mayoría volvía a hundirse en la almohada.
Las vidas de todos ellos irán convergiendo en espiral hasta acabar reuniéndose en la sala donde se ha de juzgar a Patrick Senton por fraude y falsificación.
Ay, aquel «desafortunado incidente» ocurrido con la señora Flower…
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