lunes, 6 de mayo de 2024

Un año y tres meses

Clave de lectura: Presencia y ausencia para entender el significado último del amor.
Valoración: Neutral ✮✮✩✩✩
Música: Danzas y cantos de la muerte (II.Serenata), de Modest Mussorgsky ♪♪♪
Portada del libro Un año y tres meses, de Luis García Montero.

Poemario de prestigio y sensación de que se aleja por las vías mientras yo arrastro los pies en el andén. Resulta confuso.

A pesar de mi mejor voluntad y respeto ante la génesis del libro —la muerte de su esposa, Almudena Grandes—, Un año y tres meses de Luis García Montero termina pasando de largo.

¿No me gusta? Tampoco me atrevería a expresarlo así. No por miedo a ser tildado de ignorante o «políticamente incorrecto» frente al aplauso general, sino porque…

Quizá de forma incomparable a ningún otro género, la poesía permite alcanzar una comunión especial con su creador. Como si este nos dijera: «a través de mis palabras yo soy tú y tú eres yo».

Y la lucidez con que García Montero describe el proceso hacia la pérdida, la pérdida en sí y la revelación de lo que su compañera significó durante el tiempo que estuvieron juntos, lo convierte en versos de amor.

Todo parece confluir entonces para que las emociones que habrán debido de compartir miles de personas al recorrer sus páginas sean experimentadas también por mí.

¡Pero no ocurre! Y aunque intente repetir la lectura, convenciéndome de que podría estar cansado, o sufrir un eclipse momentáneo por cualquier causa, o que no es el día, sin más, y me exhorte a alabar el título…

Sería insincero. Otros podrán hacerlo con mejor justicia.

El alma del poeta continúa su propio viaje.


lunes, 29 de abril de 2024

Filosofía ante el desánimo

Clave de lectura: Pensamiento crítico para construir una personalidad sólida.
Valoración: Muy bueno ✮✮✮✮✩
Música: La vie en rose, de Madeleine Peyroux ♪♪♪
Portada del libro Filosofía ante el desánimo, de José Carlos Ruiz.

Por un par de minutos dudo si redactar alguna entrada para el pajar de los manifiestos cívicos del blog. Es tanta la indignidad que señorea nuestra vida democrática, personalizada —no solo, pero sí con especial ignominia— en las acciones del presidente del Gobierno de España…

Al final decido que no vale la pena. Prefiero leer lo que aquí y allá, en contra y a favor de tal personaje y su corte, manifiesten personas con mayor calado intelectual. Necesito equilibrio interior. Necesito algo ya imposible a estas alturas —perdón, bajuras—: no desanimarme.

Filosofía ante el desánimo, qué casualidad. Con el título de hoy se me enciende un pequeño semáforo tras los ojos. Aunque, más que un muñequito verde, haga brillar un carrusel multicolor.

Pensamiento crítico para construir una personalidad sólida. Sí, José Carlos Ruiz ha escrito una obra estupenda bajo cualquier prisma de consideración que se me ocurra.

Si invierto el orden de factores más habitual, contenido y forma, y empiezo por cómo dice lo que quiere decir, sería difícil discutir la habilidad de este profesor de la Universidad de Córdoba para comunicar ideas.

No es el típico señor que perora en una tarima sobre las mónadas leibnizianas, por hacer la broma.

El tema es la descripción de la sociedad contemporánea —la del «primer mundo», observo—. ¿A qué nos dedicamos, así, en general? ¿Qué fuerzas nos mueven? ¿Vivimos sanos y contentos, asumiendo que tengamos un techo, un plato a la hora de comer y nadie nos bombardee?

Sanos quizá, y también contentos, pero a costa de carecer de conciencia o iniciativa propias. Nos dejamos llevar por la corriente. Imitamos.

Deseamos satisfacción inmediata de lo que sea. Un resultado que implique espera, paciencia, comprensión del valor intrínseco del tiempo en vez de tener que rellenarlo, desaparece bajo la «turbotemporalidad».

¡Acción y reacción —más bien, compra y consumo— ya!

Además, el pensamiento unidireccional implica que, si alguna vez levantamos un dedo para cuestionar, o nos ponemos de puntillas a ver qué se esconde tras el escaparate, nos transformemos con la misma rapidez en alguien «denunciable» socialmente.

Esto ocurre en cualquier ámbito, incluso la búsqueda de alguien a quien podamos llamar «amor» a la vieja usanza. O «amigo» o «amiga». Las relaciones personales se asimilan a las mercantiles: hago algo por ti porque espero que tú hagas algo por mí.

Ruiz se esfuerza en que abramos los ojos, los oídos, la piel que nos recubre, el olfato, el gusto, la cabecita que la evolución nos ha dado, y nos atrevamos a salir del aborregamiento. No da respuestas, sino que anima a buscarlas.

Insta, en resumen, a expresar una identidad propia, no agresiva u opuesta a las demás, sino diferente. A dejar de lado la ansiedad y construir un camino a recorrer, en vez de una meta a alcanzar.

Si a alguien no le convencen sus intenciones… Bueno, no pasa nada, este no es su libro.

El mío, desde luego, sí.


lunes, 22 de abril de 2024

Costras

Clave de lectura: Razones por las que «aquella guerra» continúa ensombreciéndonos.
Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: Lachrymae Antiquae, de John Dowland ♪♪♪
Portada del libro Costras, de Katarzyna Kobylarczyk.

Seguimos maniatados en muchos aspectos por la Guerra Civil, no tenemos remedio.

¿Somos los españoles una «raza» única entre todas las naciones que a lo largo de su historia han sufrido un conflicto parecido? ¿O es que ninguno se le puede comparar?

¿Viviremos siempre roídos por la desconfianza, cuando no el odio entre los hunos y los hotros? ¿La vindicación de las personas asesinadas debe hacerse sin excusas o depende de quiénes fueran los asesinos?

Costras, de Katarzyna Kobylarczyk, fue galardonado con el Premio Ryszard Kapuściński de reportaje literario. Su temática está muy clara: España hurga en sus heridas.

La autora hace un recorrido histórico y geográfico, pero sobre todo humano, a través de pensamientos y actitudes, para averiguar las causas de que los años 1936 a 1975 no cicatricen. Entrevista, escucha, acompaña, ve.

Desde el Valle de los Caídos (hoy Cuelgamuros) hasta las tumbas sin marcar aunque su localización se hubiera susurrado siempre por los ancianos. Por la cultura del «y vosotros más» con que se arrojan reproches en un intento de arrastrar emociones a las trincheras.

[…] a veces, unos días después de la exhumación, la gente llamaba para retractarse de todo lo que había dicho. Pedía que borraran la grabación. Que tacharan sus datos. A veces lo hacían porque les habían llamado sus hijos desde Madrid y les habían prohibido meterse en esos asuntos. «¿De qué te sirve eso, papá? Para qué hurgar en las viejas heridas? Aún te lo van a echar en cara».

No oculta su mensaje de aliento a quienes continúan buscando a las víctimas, ¿por qué habría de hacerlo? Pero tampoco se deja dominar por el partidismo de motivaciones espurias. Quiere entender. Quiere transmitirnos el origen del miedo a la paz.

Porque el miedo genera ira. La ira ciega la razón.

Y sin razón jamás puede haber justicia.


lunes, 15 de abril de 2024

Caín

Clave de lectura: Perseguido por matar a su hermano, su mujer a punto de dar a luz a rastras…
Valoración: Excelente ✮✮✮✮✮
Música: Concertino para guitarra, de Luis Antonio Escobar ♪♪♪
Portada del libro Caín, de Eduardo Caballero Calderón.

Podría argüirse que en la literatura colombiana hay una era a.G.M. y otra d.G.M. Antes y después de García Márquez.

Si nos remontamos al «antiguo testamento» a.G.M., tampoco tengo duda de que Eduardo Caballero Calderón sería uno de los profetas. Para emitir este juicio me baso en su título Caín.

Con una simbología bíblica evidente, Martín, el protagonista, huye a la selva tras asesinar a machetazos a su hermano Abel.

¿Por qué lo ha hecho? ¿Solo por los celos de encontrarse a su embarazada esposa durmiendo con otro hombre?

¿Por los años de humillaciones en el papel de bastardo de don Polo, la poderosa figura que decide los destinos de Sogamoso?

¿Por el desprecio que siente hacia él Margarita, forzada a una boda absurda desde la óptica de su arruinada familia, guardiana de la antigua aristocracia criolla?

¿Por su condición de semiesclavitud entre peones sin tierra? ¿Por haberse unido a la guerrilla de Pedro Palos? ¿Como participante natural en la violencia que habrá de desangrar el país durante los tiempos venideros?

¿Y Abel? ¿Era él «justo» destinatario del castigo? ¿Hizo algo malo aparte de nacer heredero, ser oficial del ejército y, por supuesto, enamorarse de aquella mujer con quien tanto compartió de niño?

Igual que tanto compartió con Martín, que lo adoraba.

La caza al fugitivo se ha iniciado. Su marca es el ojo que parece refulgir en una cuenca sin vida. Muerte llama a muerte.

Dos aspectos a destacar en el comentario: primero, la fuerza que contienen los protagonistas, todos excepcionalmente trazados —aunque me gustaría destacar la complejidad de Margarita, secuestrada por Caín tras el crimen y que en los momentos clave se yergue como apasionada defensora de «su hombre»—.

Segundo, el estilo de Caballero Calderón, que contribuye no poco a la grata experiencia lectora: sin asomo de retablo barroco, sin revueltas ni manierismos, al tiempo que con una belleza expresiva de numerosos quilates. La acción, el ambiente que la rodea, las descripciones…

Afortunado descubrimiento, en resumidas cuentas. Uno merecedor de las «cinco estrellas».


lunes, 8 de abril de 2024

El astillero

Clave de lectura: La decadencia en cada faceta, de la personal a la del astillero sin barcos.
Valoración: Bastante aburrido ✮✮✩✩✩
Música: Oblivion (Astor Piazzolla), de Isabel Pfefferkorn ♪♪♪
Portada del libro El astillero, de Juan Carlos Onetti.

Hay un consenso indiscutido sobre la calidad de gran autor de Juan Carlos Onetti. Su Premio Cervantes, sin ir más lejos.

Y hay una opinión particular que solo representa a quien la expone, según la cual una de sus novelas más celebradas, El astillero, es un gran ladrillo.

Ya lo he dicho.

Por supuesto tengo intención de explorar otros títulos con su firma. El problema va a ser quitarme de la cabeza la fatiga que me ha producido este.

Tercera parte, en orden cronológico de la acción, del conjunto formado por La vida breve y Juntacadáveres, la trama gira alrededor de este último personaje, sobrenombre de Larsen, que retorna a la ciudad de Santa María tiempo después de haber sido expulsado.

Allí se aloja en una pensión, patea las calles con suficiencia, observa, calcula, actúa… De vez en cuando acaricia el revólver bajo la chaqueta.

Y las vueltas del destino, desde que se cruza con Angélica Inés, lo convierten en su prometido y gerente de la empresa marítima de su padre.

Un astillero que se cae a pedazos, del que solo queda ir vendiendo herrumbrosas piezas de maquinaria para sacar unos pesos que mantengan el espejismo de los negocios por venir. En cuanto el señor Petrus convenza a accionistas, acreedores, jueces, al mundo...

El gran teatro, por todos aceptado, se completa con actores como Kunz, el ingeniero, Gálvez, el contable, y una enigmática «mujer» que lleva en sus entrañas al hijo de este último.

Decadencia, ruina, locura, fatalismo, entrelazados sin solución de continuidad. Bien, de acuerdo, pero…

Con unas elipsis brutales. ¿A santo de qué, por ejemplo, de una línea a la que sigue, Larsen es aceptado en la mansión de Petrus y en el despacho principal de la factoría? ¿Qué ha podido ocurrir entre medias?

Quizá los agujeros se aclararían si se conociera previamente Juntacadáveres; a falta de este requisito, no queda más remedio que rellenarlos —insisto, son extensos— con suposiciones propias del lector.

Por otro lado, la sordidez parece invadir también la forma literaria, y abundan las frases, los párrafos, las páginas enteras que se enrollan como una soga hacia la nada, en términos de aporte a la comprensión de la historia. Una cosa es la escritura densa y otra distinta el engrudo, a mi parecer.

Aburrimiento sin remedio, lo peor que podía ocurrir…

P. D.: Como en otras ocasiones, compenso la crítica negativa con una música que me parece… En fin, todo lo contrario.


lunes, 1 de abril de 2024

Esto no es Bambi

Clave de lectura: Así que quieres trabajar en William Golding, ¿eh? ¿Tú lo vales?
Valoración: En la misma diana. ✮✮✮✮✩
Música: Highway to Hell, de AC/DC ♪♪♪
Portada del libro Esto no es Bambi, de David Pérez Vega.

«Jóvenes de alto potencial», nos llamaron. A unos cuantos con merecimiento y a otros, entre los que me incluyo, supongo que para completar el cupo.

El éxito y el fracaso son dos impostores, decía Kipling, pero no estábamos preparados para entenderlo entonces. Ni los buenos ni los mediocres.

Para los herederos de abuelos y padres currantes, las moquetas, los trajes, incluso la posibilidad de cruzarse en el pasillo con un nombre habitual de las páginas color salmón, suponían un acicate. ¡Más horas, más esfuerzo, más, más! ¡Hay que escalar hasta la cumbre!

«Aquellos maravillosos años»…

En fin, si alguna vez tuviera que escribir memorias tragicómicas sobre las mil cosas absurdas que el espíritu de los tiempos me llevó a contemplar o en las que participé, laboralmente hablando, alrededor del cambio de siglo, ya sé qué título tomaría como inspiración.

Esto no es Bambi, de David Pérez Vega, se ajusta casi como un guante.

Los diferentes personajes, a quienes se asigna el rol de narrador en cada capítulo para que entendamos mejor sus propios puntos de vista, se reúnen por vez primera en un training organizado por la firma de auditoría a la que van a prestar servicio —si se demuestran dignos, claro está—. Una de las big five del ramo.

Marta, Carmen, Alfonso, Nerea, Daniel, Javier… Cada uno lleva en la mochila un origen, unos apellidos, un carácter variopinto. Lo que comparten es el sueño de demostrar que el mundo es suyo. Por convencimiento o autoimposición.

Acólitos del sistema, personas en el lugar equivocado, aquellos que flotan, los dispuestos a humillarse si sirve a sus propósitos de poder humillar en el futuro, los que se rompen en el camino…

Y el tono en que están redactadas sus «aventuras», con la vis tanto cómica como reflexiva que señalaba, contribuye notablemente a que esta novela se catalogue como un nuevo acierto en la producción del autor.

Un verdadero acierto, doy fe.


lunes, 25 de marzo de 2024

Mithistórima y otros poemas

Clave de lectura: Poesía de un Premio Nobel.
Valoración: Se queda lejos ✮✮✩✩✩
Música: Yar Ko Parag - Bingeol, de Eleftheria Arvanitaki ♪♪♪
Portada del libro Mithistórima y otros poemas, de Yorgos Seferis.

Mithistórima y otros poemas, del Nobel griego Yorgos Seferis, llama a la puerta de mi piel y esta solo se entreabre.

Las emociones que debería despertarme apenas se agitan en el interior. Deslizo los ojos por sus versos como si fueran la línea del horizonte, demasiado lejana.

Muchos beben del mundo clásico, de imágenes como un bajorrelieve, una cabeza de mármol, gorgonas, la quilla de un barco, la partida hacia otros puertos…

El mar está siempre ahí, susurrante.

Y también el olvido, la nostalgia, la ceniza, la niebla, el tiempo agotado, la muerte…

¿Por qué entonces la sensación de desapego? ¿Qué puede faltar a las palabras del poeta? ¿O qué me falta a mí para sumergirme del todo en ellas?

No puedo explicarlo, a mi pesar. La poesía llena o no llena, es algo que sobrepasa la «racionalidad».

Y Seferis… No, no me llena.


martes, 19 de marzo de 2024

Acciones de la guerra de los Treinta Años

Clave de lectura: Desarrollo de la guerra de los Treinta Años en escenarios menos conocidos.
Valoración: Muy interesante ✮✮✮✮✩
Música: Marche du Régiment du Roy, de Jean-Baptiste Lully ♪♪♪
Portada del libro Acciones de la guerra de los Treinta Años, de William P. Guthrie.

Echémosle un ojo a las Acciones de la guerra de los Treinta Años, de William P. Guthrie. ¿Otra vez?, diréis los habituales de la casa. ¿Pero no había aparecido ya este libro por aquí?

Bueno, solo en parte. Los volúmenes anteriormente comentados fueron las Batallas de la guerra de los Treinta Años, circunscritos a los escenarios centroeuropeos del conflicto.

Para completar el mapa, el autor estudia ahora las campañas llevadas a cabo en Europa oriental, el Báltico, Italia y Francia.

Empieza por quizá las más interesantes en cuanto a potencial desconocimiento del lector: aquellas que asolan Polonia, Lituania, las ciudades del norte de Alemania y alrededores.

En la primera mitad del siglo XVII, la Confederación Polaco-Lituana ejerce su dominio sobre amplios territorios. Y es por ello objeto de apetencia de vecinos como el Imperio ruso, los turcos o, en especial, la ambiciosa Suecia.

Los reyes polacos se defienden con denuedo, si bien la falta de ejércitos permanentes les impide aprovechar los eventuales éxitos más allá de treguas a corto plazo.

Moscú queda de momento a un lado debido a las crisis dinásticas internas (el falso zar Dimitri, el operístico Boris Godunov...). Y para combatir a la Sublime Puerta cuentan con los aliados cosacos.

Por su parte, los hoy tranquilos escandinavos no lo son por entonces tanto. Ya han tenido choques constantes en la zona de Livonia y un nuevo monarca quiere desequilibrar la balanza.

Gustavo II Adolfo, el León del Norte, anda a malas con su primo Segismundo (quien, sobre el papel, disfruta de igual derecho al trono de Estocolmo que al de Varsovia) y ensaya a su costa las tácticas que habrán de llevarle hasta la exitosa jornada de Lützen, unos años más tarde, frente a los imperiales.

En cuanto a los campos de batalla de Italia y Francia, la partida se disputa entre la Monarquía Hispánica y su mortal enemigo, el maquiavélico Richelieu. Ambos con sus respectivos —y tornadizos, según las circunstancias— aliados locales: Milán, Génova, Saboya…

Al cardenal le interesa cerrar el «Camino Español» que conecta Flandes con el Mediterráneo, y a Madrid le es vital mantenerlo. Gastando lo menos posible, eso sí, que los galeones de Indias no dan abasto en sus bodegas para pagar tantos frentes.

Aunque gastar lo justo implica disponer de menos tercios de los aconsejables, llegado el momento. En la complicada orografía italiana parecen a menudo a punto de prevalecer, pero… Unas veces van hacia adelante, atacando con uñas y dientes, y otras hacia atrás, defendiéndose con dientes y uñas.

La Fronda, el conflicto que golpea las tierras galas tras las muertes de Richelieu y de Luis XIII, constituye quizá la última oportunidad para Felipe IV. Incluso el Gran Condé, el más prestigioso de los generales, vencedor en Rocroi, se pasa al bando peninsular. Victoria brillante en Valenciennes… y derrota final en Las Dunas.

Al igual que en sus tomos previos, Guthrie mantiene un alto nivel para explicarnos el panorama geoestratégico, los intereses y argumentos de cada corona involucrada en la sangría. Y a continuación desmenuza los choques aportando todos los datos disponibles: número de infantes, de caballos, de cañones, moral, orden de batalla, terreno, líderes, movimientos…

El ciclo se cierra de esta manera con nota.


lunes, 11 de marzo de 2024

Conocer Nietzsche y su obra

Clave de lectura: Resumen de la filosofía de Nietzsche bajo la lámpara de Savater.
Valoración: Razonablemente bueno ✮✮✮✩✩
Música: Wie sich Rebenranken schwingen, de Friedrich Nietzsche ♪♪♪
Portada del libro Conocer Nietzsche y su obra, de Fernando Savater.

Di gracias cuando en el examen de selectividad cayeron Platón y Rousseau. ¡Me los sé, me los sé! Es que había otras opciones en el bombo que…

A Nietzsche, por ejemplo, lo tenía estomagado. ¡Vaya tipo abstruso! Antihumanístico, en mi particular cosmovisión juvenil. Apenas hubiera podido pergeñar tres o cuatro frases sobre La gaya ciencia en modo papagayo.

Con esta manía a las espaldas, abro ahora un libro titulado Conocer Nietzsche y su obra. El nombre del autor es reclamo suficiente para dar el paso: de nuevo, Fernando Savater.

¿Resultado? Bueno, el señor del bigote salvaje aún me cae «gordo», aunque —y esto no es baladí— gracias a su apólogo creo entenderlo mejor.

Si no el bigote, Savater consigue desbrozar los significantes y que parte de la hojarasca se vea más clara.

La muerte de Dios, la voluntad de poder, el eterno retorno, el superhombre, la «gran política»…

Como digo, otra cosa es que mi sensibilidad, ya poco dieciochoañera, siga resistiéndose a sus planteamientos. Las manías son así de cabezonas.

Y es que en absoluto me parece «heredero de la Ilustración», como su colega filósofo afirma. Acepto por el contrario el rol de «radicalizador crítico». En un sentido bastante literal: drástico, extremista, intransigente.

(Me atraviesa la memoria aquella escena de la película Así en el cielo como en la Tierra en la que Dios Padre lee a Nietzsche bajo la farola de la plaza y le comenta admirativamente a Jesucristo que escribe «a gritos»).

Aunque no sea mi taza de té, hay que beberla con sus gotas de limón para poder opinar. Tiempo bien invertido, en suma.


lunes, 4 de marzo de 2024

Todo está perdonado

Clave de lectura: Madrid, ciudad sin petróleo, con fútbol y una ley en venta al mejor postor.
Valoración: Penalti injusto ✮✩✩✩✩
Música: El trío infernal, de Ennio Morricone ♪♪♪
Portada del libro Todo está perdonado, de Rafael Reig.

En mi inocencia, empecé a leer Todo está perdonado creyendo que sería fiel continuadora de Sangre a borbotones, la curiosa distopía del detective Carlos Clot en un Madrid surcado por canales navegables.

Además, Rafael Reig había ganado con ella el premio Tusquets, cuyo jurado la describió así: «Una novela compleja que, sin dejar de lado el humor, recupera la historia reciente de España y la reinterpreta con un enfoque inédito en la literatura hispana».

Pues bien, no me ha gustado nada. Nadaaaaaaaaaaa (grito de frustración). Un nuevo leño a la hoguera de descrédito sobre los galardones literarios en este país nuestro de los horrores.

Laura Gamazo, hija de un influyente empresario, muere envenenada en el Ritz en vísperas de su boda y el padre encarga aclarar los hechos a un equipo de investigadores: Antonio Menéndez, policía retirado y viejo amigo de la familia, Clot y otros agentes en activo que no pintan nada en la historia.

Pese a las desavenencias que surgen entre ellos, han de colaborar para cubrir todas las hipótesis posibles. En los bajos fondos y en las altas esferas. Cada una de ellas con peligrosas ramificaciones.

Entre tanto, la selección española de fútbol disputa el Campeonato de Europa a las órdenes de Luis Aragonés. Los corazones del país entero bombean pasión por que, de una maldita vez, rompan la barrera de los octavos de final.

Así se resumen el caso, los principales actores y el escenario.

¿Y el desarrollo? ¿Y el desenlace? Una absurdez, que me perdonen el jurado del premio, los críticos profesionales y hasta el espíritu del seleccionador. Un fracaso rotundo.

Si dijera que, en medio de la trama detectivesca, el autor introduce alguna que otra digresión, estaría dándole la vuelta a la realidad. Lo que hace es introducir retazos de trama en medio de monumentales digresiones.

El libro trata realmente de cómo las familias Gamazo y Menéndez adquirieron su estatus a partir de la Guerra Civil, un éxito a la sombra del régimen pero con el olfato de saber nadar y guardar la ropa. Y larguísimas peroratas futboleras que ironizan con lo idiotizada que está la gente con la pelota.

Tiene algunos hallazgos, de acuerdo, me resisto a que me invada una opinión tan negativa. Por ejemplo, un interrogatorio dentro de cierta secta que abomina de comuniones que no depositen la hostia directamente en boca, asoma con interés a mitad del volumen… Para desvanecerse en dos patadas.

Y la conclusión, despejando el móvil y los medios utilizados por los asesinos, se antoja fútil a más no poder. O las escenas de ayuntamiento morboso protagonizadas por Clot, que no hay quien las salve.

En fin, fatal.