Valoración: Muy bueno ✮✮✮✮✮
Música: The Last Valley, de John Barry ♪♪♪
La extensión habitual de las entradas en el blog debería multiplicarse hoy por dos.
Porque ese es el número de libros de William P. Guthrie que entran al tiempo en liza: Batallas de la Guerra de los Treinta Años (de la Montaña Blanca a Nördlingen, 1618-1635) y Batallas de la Guerra de los Treinta Años (de Wittstock a la Paz de Westfalia, 1636-1648).
Mi opinión, desde luego, es que ambos volúmenes han de citarse como referencia cuando se desea ahondar en ese periodo histórico. La aportación de Guthrie en cuanto a detalles, cifras y fuentes de consulta adicionales parece una labor de orfebrería, por lo minuciosa.
Lo cual no quiere decir que se limite a rellenar cuadros de efectivos, proporciones entre picas y mosquetes, bajas o banderas capturadas. En absoluto. Su narración de los choques que preludiaron el espantoso destino de Europa a lo largo de los siglos venideros no deja un momento de respiro.
Asistimos así, desde los éxitos de inicio imperiales e hispánicos, y cuáles fueron sus causas, a la posterior preponderancia sueca y francesa, también extensamente razonada.
Richelieu, Olivares, Gustavo Adolfo, Tilly, Wallenstein, Condé, Turena, nombres que se aprenden en el colegio, se unen a otros no tan mentados pero de relevancia en el resultado final del conflicto.
Afortunadamente para los Católicos, Leganés había tomado la precaución de dispersar a sus 500 dragones en una cadena de puestos avanzados que se extendía al oeste de la llanura. En el área había también partidas de croatas y arcabuceros a caballo. La vanguardia sueca estableció contacto con esta pantalla alrededor de las 15:00 horas. El ejército iba, por supuesto, en columna de marcha, y tuvo que desplegarse para la acción; pero incluso teniendo esto en cuenta, los españoles demostraron una notable tenacidad.
Sin dar tampoco de lado los aspectos económicos, religiosos, geográficos o de ambición pura y ciega de los gobernantes que ayudaron a prolongarlo.
En tantas ocasiones las victorias estuvieron en el alero de convertirse en derrotas y viceversa…
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