Valoración: Muy bueno ✮✮✮✮✮
Música: La vie en rose, de Edith Piaf ♪♪♪
Últimamente tengo suerte con los libros a los que me acerco. El número de impresiones positivas, en comparación con las neutrales y mucho más con las de rechazo, supone una estimable proporción de acierto.
La racha no solo no se rompe, sino que se refuerza significativamente al introducir en el recuento el título de hoy: La mujer rota, de Simone de Beauvoir.
A través de tres relatos, nuestra autora cede la palabra a espíritus quebrados que, al llegar a cierta edad, se dan cuenta de que aquello en lo que más creían, lo que consideraban un pilar sobre el que sostenerse para siempre, de repente ya no está ahí.
Quien nos habla en La edad de la discreción lo ha dado todo por su militancia política y su obra literaria. Su pareja comparte sus ideas, es el compañero perfecto. Pero el hijo... Él quiere ser un burgués, un traidor. Disfrutar de un puesto en un ministerio y un matrimonio con una chica de «buena familia».
Intenta intimidarlo, chantajearlo emocionalmente, que vuelva al ambiente donde creció. Sin éxito. Surge entonces la angustia por envejecer. La decepción por los deseos incumplidos de existir a través de él.
En Monólogo, una mujer «limpia, pura, intransigente» odia el mundo. Porque el mundo la odia. Porque ella lo odia. Porque… A sus ojos, el objetivo de sus vecinos, sus conocidos, de quienes caminan por la calle, es amargarla. El círculo de odio y desprecio no tiene fin.
Se ha separado del marido a cambio de la pensión y el apartamento, aunque haya tenido que ceder la custodia del niño. ¡Ah, seguro que lo educan en contra de ella! ¡Si viviera su otra hija, esa ingrata que tampoco se dejaba manejar a pesar de que todo lo hacía por su bien! ¡Qué malvados al dejarla sola! Sola. Sola…
La mujer rota, la tercera y más extensa historia que da nombre al conjunto, son las páginas de un diario. La voz interior que lo redacta hace planes una vez que las niñas se han independizado. Los proyectos que nunca pudo realizar por compromisos hacia los demás se abren luminosos en el futuro.
Aunque esa adolescente rebelde que le pide un cigarrillo, ansiosa de escapar de una institución pública de acogida, podría trastocarlos.
Y, sobre todo, la respuesta que obtiene de su marido a una sencilla pregunta: «Sí, Monique, hay una mujer en mi vida».
Una mujer. Otra mujer. A quien ella conoce: bonita, brillante, seductora. Con quien ha de compartirlo. ¿Por qué? ¿Cuándo aparecieron las grietas en la relación que no distinguió a tiempo? ¿Ha sido suya la culpa? Y ahora, ¿qué va a hacer?
Una intensa y emocionante obra para enseñarnos que hay quienes construyen de nuevo sobre las cenizas, obteniendo de ellas un mortero aún más fuerte. Pero también personas que «fracasan» y, ante la falta de certezas que las golpea, quedan inermes, perdidas en su propio yo.
Rotas.