Me levanté con la vaporosa sensación de felicidad que dan los días de fiesta.
El agua de la ducha estaba caliente, quedaba confitura de moras para desayunar…
Y me dije: todo está bien, vamos a echar un vistazo a las noticias.
Cinco minutos más tarde, me puse a buscar en la biblioteca un relato de Ray Bradbury. Ese que se titula El ruido de un trueno, en el que un tipo entra en las oficinas de Time Safari Inc.:
Una verdadera máquina del tiempo. —Sacudió la cabeza—. Lo hace pensar a uno. Si la elección hubiera ido mal ayer, yo quizá estaría aquí huyendo de los resultados. Gracias a Dios ganó Keith. Será un buen presidente. —Sí —dijo el hombre detrás del escritorio—. Tenemos suerte. Si Deutscher hubiese ganado, tendríamos la peor de las dictaduras. Es el antitodo, militarista, anticristo, antihumano, antiintelectual. La gente nos llamó, ya sabe usted, bromeando, pero no enteramente. Decían que si Deutscher era presidente, querían ir a vivir a 1492. Por supuesto, no nos ocupamos de organizar evasiones, sino safaris. De todos modos, el presidente es Keith. Ahora su única preocupación es...
Y durante el safari en el pasado pisa sin querer una mariposa y al final…
Bueno, es mejor leerlo. O verlo para creerlo. Porque…
Ha salido Trump.