lunes, 30 de mayo de 2016

Moisés y Aarón

La música de Schönberg, estupenda.

Los cantantes, muy bien.

El coro, muy bien.

La orquesta, muy bien.

El director, los bailarines, los submarinistas... Exacto, muy bien.

Sí, sí, había submarinistas. Y un toro. Y una damisela con atuendo (o no atuendo) de los de pasar frío. Escándalo, escándalo, escándalo...

El toraco lo dejó todo perdido, pero como luego echaban litros y litros de tinta sobre el escenario, unas manchas más…, pse.

El caso es que el público aplaudió con ganas. Bueno, quizá se manifestó cierta división de opiniones cuando iba a empezar el segundo acto.

Una radio desde la última fila rompió el silencio para informarnos de que el Atleti hacía progresar el balón por la banda derecha.

Hubo quien abogó por unas cuantas antorchas para localizar al amante de las emociones deportivas y echarlo a la pileta.

Por lo demás, éxito total de Moisés y Aarón.


No hay comentarios: