Frank y Esther tenían razón cuando dejaron su mensaje en aquel puente de Colonia.
Siempre hay una nueva oportunidad
Música, libros, fotos, historias, pensamientos, ficciones, viajes y qué sé yo cuántas cosas más...
Frank y Esther tenían razón cuando dejaron su mensaje en aquel puente de Colonia.
Siempre hay una nueva oportunidad
La ventana entreabierta. Los pájaros llenan los silencios de la música.
Gorriones junto a Marin Marais y su Tombeau pour Monsieur de Sainte Colombe.
En los últimos momentos del domingo, antes de que el asedio comience a levantarse, una schubertiada.
Quinteto en do mayor: adagio.
The day starts like the rest I've seen,
another carbon copy of where I've already been.
Days keep coming, one out, one in, they keep coming.
Opening Up, de Sara Bareilles.
¿Quién viene hoy de visita, con la guitarra al hombro? Ha hecho un largo viaje, nada menos que desde Japón.
Demos la bienvenida a Hotei y su Battle Without Honor or Humanity.
Han crecido desde que me fijé por primera vez: los tallos brotan en la linde de la acera, a través de las más mínimas rendijas.
Sus raíces rompen ya intrépidas el asfalto y la piedra.
Lunes 11 de mayo de 2020, nueva semana de asedio.
¿Lunes, dije?
Entonces la música tiene que ser esta, por supuesto.
Monday, de The Mama's & The Papa's.
Si quiero escuchar música para piano, quizá no sea su nombre el primero que acuda al pensamiento.
Sin embargo, las sonatas de Haydn me dejan ensimismado.
Intento moverme un poco para desentumecer los músculos. Abdominales, sentadillas, flexiones…
Resulta un poco rollo, la verdad. Hop, hop, hop, arriba, abajo, arriba. Mejor cambiar de movimientos, dar vía libre a la imaginación. Quisiera ser…
Como el pez que nada entre las aguas, como el ave planeando sobre impredecibles corrientes.
Que mi cuerpo se exprese libre, ágil, ingrávido. Quisiera bailar el paso a dos del Cascanueces de Tchaikovsky. Quisiera…
Bueno, tampoco tenía esta foto en la cabeza al empezar, pero, vistos los resultados del intento… La realidad es la que es.