domingo, 28 de junio de 2009

Groucho y yo

Clave de lectura: La parte contratante de la primera parte...
Valoración: Oh, sí ✮✮✮✮✩
Vídeo: Escena de Una noche en la ópera ♪♪♪
Portada del libro Groucho y yo, de Groucho Marx.

El señor Julius, conocido fuera de su casa como Groucho Marx, escribió en 1972 su autobiografía Groucho y yo. Después de haber comentado sus Memorias de un amante sarnoso, ¿cómo no adquirir este libro, con manos temblorosas, cuando me topé con él?

Las andanzas de nuestro personaje no empezaron en la gran pantalla y ni mucho menos acabaron allí. Nacido en el seno de una amplia familia sin demasiados recursos, comenzó joven en el mundillo de la farándula, después de fracasar como chico de repartos.

Fue acumulando experiencia en teatros locales, participando en espectáculos de variedades a los que pronto se unieron sus hermanos Harpo, Chico, Zeppo y Gummo.

Hasta que por fin conseguió debutar y triunfar en Broadway, gracias a la financiación de un empresario de galletas saladas que quería ver a su amante en escena.

Me avergüenza decirte la edad que tenía cuando descubrí que un ginecólogo es un médico que hace cosas misteriosas con las mujeres (también hay otras personas que hacen cosas misteriosas con las mujeres, pero hasta ahora no he descubierto cómo se les llama en público).
¿Sabes tú, querido lector, lo que es un proctólogo? Bueno, yo sí. Pero no hablemos de este tema.

El dinero fluyó en abundancia. Después se volatilizó, en el año 29. El cine sonoro se impuso al mudo y muchas, muchas más cosas ocurrieron: Sopa de ganso, Un día en el circo, Una noche en la ópera...


sábado, 20 de junio de 2009

Las brigadas internacionales de Franco

Clave de lectura: Qué variedad de gente se dio cita en nuestra guerra...
Valoración: Curioso ✮✮✮✮✩
Música: Viva la Quinta Brigada, de Carlos Núñez ♪♪♪
Portada del libro Las brigadas internacionales de Franco, de Christopher Othen.

Las brigadas internacionales de Franco, de Christopher Othen, es una obra bastante original. Trata de aquellos extranjeros que se ofrecieron voluntarios… en el «otro lado».

Tenemos como muestra a la brigada irlandesa del general O'Duffy: nada más llegar a Cáceres desde Galway, se dice que descubrieron que en España había vino, y claro, se llevaron una alegría.

Al ser transferidos al frente de Madrid, se liaron a tiros contra una unidad española del mismo bando.

Poco después, en la batalla del Jarama, tuvieron dos bajas, en una acción que el periódico Irish Independent describió como heroica.

Como consecuencia, casi se amotinaron, negándose a volver a combatir al día siguiente por considerarlo poco útil y peligroso. De ahí pasaron directos a la retaguardia.

También se relatan las andanzas y motivaciones de varios aventureros británicos, fascistas rumanos, belgas o franceses, exiliados rusos, trescientos argentinos, siete mexicanos, cinco chilenos y un peruano. Ah, y un actor finlandés.

Después del fallecimiento del capitán Marsagny, el encargado de liderar la Juana de Arco fue el mayor Victor Monnier, un miembro destacado en Orán de la Croix de Feu. Sus hombres le tenían en gran estima, pero murió poco después de ponerse al mando de la unidad durante un bombardeo cerca de Getafe, ya que el resplandor de un cigarrillo en medio de la noche reveló su posición.

Como indicaba al principio, un libro curioso, ameno y documentado.


martes, 16 de junio de 2009

Canciones de Beuern

Les toca hoy el turno a unos monjes medievales que difundieron sabiduría por el mundo con generosidad: los goliardos. Llamamos Carmina Burana al conjunto conservado de sus enseñanzas.

Carmina (pronúnciese con entonación en la primera «a», no como el diminutivo de Carmen) es la palabra latina para cantos o canciones, y Burana viene de Beuern, la abadía alemana donde fueron hallados estos manuscritos siglos más tarde.

Los goliardos eran una orden de «traviesillos» hombres santos que recorrían los caminos predicando y cuya teología viene a resumirse así: Istud vinum, bonum vinum, vinum generosum, reddit vinum curialem, probum animosum.

Ahí, ahí, vinum, a darle al zumo de uva, para que luego se diga que el clero es aburrido. Pero no nos dejemos engañar por sus vapores, ya que también trataron otros aspectos de gran calado para la virtud: tenemos los carmina moralia et divina, los gulatorum et potatorum, los amatoria, los… Esto del latín no es tan difícil, al fin y al cabo.

En lo que hace a la música, como en otros casos de trovadores y trobairitz, las investigaciones han conseguido reconstruir las melodías originales. No obstante, la versión más popular sigue siendo una escrita ex profeso por el compositor Carl Orff. Su famosa cantata escénica toma algunos textos escogidos y nos narra lo siguiente:

Fortuna imperatrix mundi, el comienzo, se dedica a glosar las vicisitudes del azar. Arriba y abajo, arriba y abajo, unas veces con suerte y otras sin ella.

A continuación, Primo vere elogia la alegría que se siente al despertar la primavera, cuando la sangre nos bulle en las venas.

Luego viene In taberna: huelgan comentarios.

Cour d'amours dulcifica ligeramente el despiporre, lo hace más delicado, romántico, del tipo «oh, gentil doncella de mis entretelas, permitid que este indigno admirador bese el camino que pisáis, vuestros delicados pies, mua, mua, vuestros finos tobillos, mua, mua, las rodillas, mmmmmm, las rodillas…».

Y todo termina de nuevo con el tema de la fortuna que, como la rueda de la vida, se repite de forma circular. Arriba y abajo, arriba y abajo.

Nada más por hoy, queridos lectores. Si no hay amatoria a la vista, qué le vamos a hacer, por lo menos que no falten los gulatorum. Algo encontraréis, digo yo.


miércoles, 3 de junio de 2009

Matrimonio por interés

Clave de lectura: Humor a escondidas en la era soviética.
Valoración: Bueno ✮✮✮✩✩
Música: Tahiti Trot, de Dimitri Shostakovich ♪♪♪
Portada del libro Matrimonio por interés, de Mijaíl Zóschenko.

Mijaíl Zóschenko fue acusado de antipatriota y expulsado de la Unión de escritores en la Rusia stalinista. Un veto con consecuencias muy peligrosas.

Sin embargo, no por ello dejó de describir el mundo que le rodeaba con espíritu jocoso. Podemos disfrutar de ese sentido del humor en Matrimonio por interés y otros relatos (1923-1955).

Se trata de una colección de situaciones esperpénticas que, según los testimonios, estaban pensadas para compartir leídas en voz alta (y disminuir así la probabilidad de que te pillaran con literatura subversiva): acerca de la lotería, las visitas al dentista del seguro, el alquiler del piso, el funcionamiento de los baños públicos, las diferencias entre los cigarrillos rusos y los extranjeros…

Por ejemplo, en temas amorosos conviene establecer unas condiciones previas para que no te toquen en suerte vagos y pretendientes de medio pelo. Hacer ciertas preguntillas:

Sólo una cosa tengo clara y son las novias que sirven al Estado. Allí no hay engaño: sueldo, clase, categoría... Pero también con ellas te puedes equivocar. Por ejemplo, a mí me gustó una. Nos echamos el ojo. Nos conocimos. Que si esto que si lo otro, ¿dónde está empleada?, le pregunto, ¿cuánto cobra? ¿Qué nivel es el suyo, qué sueldo?
—Estoy empleada en un almacén —me contesta—. Y mi nivel es tal y cual.
—Vaya —le digo—. Merci y perfecto. Usted —le digo— me gusta. Y su nivel me resulta simpático, tampoco el sueldo está mal. Presentémonos.

Todos estos y unos cuantos palos más son tocados por nuestro autor. ¿El resultado?

La recomendación de la semana.


lunes, 25 de mayo de 2009

Ni de Eva ni de Adán

Clave de lectura: Hay que entender a los japoneses.
Valoración: Amable ✮✮✮✩✩
Música: Nostalghia, de Toru Takemitsu ♪♪♪
Portada del libro Ni de Eva ni de Adán, de Amélie Nothomb.

Como ocurre con tantos otros países, también los nacidos en Japón han de arrastrar estereotipos sobre su forma de comportarse. Quizá el más extendido sea la «contención emocional».

En el libro Ni de Eva ni de Adán, Amélie Nothomb lo cree así de vez en cuando, mientras narra sus aventuras autobiográficas.

Tras ofrecerse como profesora de francés, nuestra protagonista conoce a Rinri, un nativo de reacciones hieráticas. Empiezan a salir juntos, a conocerse, él le presenta a su familia, suben al monte Fuji...

Pero sólo con el tiempo será capaz de penetrar más adentro en su alma, hasta desembocar en una relación amorosa.

A lo largo de la obra se aprenden curiosas costumbres niponas relacionadas con la imagen social, la familia o los amigos. Y surgen a menudo situaciones sazonadas de humor cuando esas costumbres topan con el desconocimiento o la confusión inicial de la autora.

Me acerqué a interrumpir su sueño y, con mucha dulzura, le dije que, en mi país, la tradición exige que el hombre se marche al llegar el alba. Llevábamos un poco de retraso sobre el horario previsto, ya que el sol había salido. Atribuiríamos ese fallo a la lejanía geográfica. Sin embargo, no abusaríamos de este argumento. Rinri preguntó si la costumbre belga autorizaba a volver a verse.

En suma, una novela amable, bien escrita y perfecta para pasar el rato. Sayonara.


miércoles, 20 de mayo de 2009

La calle del Olvido

Clave de lectura: Malos y buenos en la España de posguerra
Valoración: Entretenido ✮✮✮✩✩
Música: Leyendas de pasión, de James Horner ♪♪♪
Portada del libro La calle del olvido, de Juan Vilches.

La novela de la jornada es La calle del Olvido, de Juan Vilches.

Se trata de un dramón ambientado en la España de posguerra, donde no falta de nada y nada es exactamente lo que parece.

Un crimen cometido en Rusia. Malos con halitosis que van a ir derechitos al infierno...

Espías británicos, norteamericanos y alemanes envueltos en conspiraciones muy gordas. Consejos de ministros que discuten a qué bando favorecer...

Una expedición aliada cruzando el Atlántico, presta a desembarcar en las Canarias. Un juicio de cuyo veredicto podría depender todo el futuro...

Y, en la vorágine de los acontecimientos, un héroe con un montón de medallas y pasado traumático, y una bella joven romántica e insatisfecha.

Desde hacía días el capitán tenía decidido volver de nuevo al frente. No encontraba otra salida. Si seguía en España continuarían sus encuentros con Natalia, y eso no estaba nada bien. No era justo que hiciera daño a Mercedes, aunque no la quisiera; ni a Muguruza, que no le había hecho nada. Se estaba enamorando de Natalia, se daba cuenta de ello, y se trataba de una relación imposible.

Aunque no se ahorra ciertos tópicos y los personajes pecan de un punto de linealidad, no puedo negar que me ha entretenido. Incluso creo que quedaría bien como película.

¿Con música de James Horner, puestos a fantasear?


domingo, 10 de mayo de 2009

Los ucranianos

Clave de lectura: ¡Cómo somos los de Donosti, oye! ¡Pues anda que los de Kiev!
Valoración: Simpático ✮✮✮✩✩
Música: El caserío (Preludio al Acto II), de Jesús Guridi ♪♪♪
Portada del libro Los ucranianos, de Rafael Aguirre.

En Los ucranianos, de Rafael Aguirre, un empresario del sector de la construcción decide que ya es hora de hacerse un nombre público a través de su fortuna.

Para ello lanza una iniciativa rompedora en el proceloso mundo de... las regatas de traineras del Cantábrico. Contratará a los mejores remeros, todos ellos medallistas olímpicos, y los entrenará para que compitan por San Sebastián (junto con tres vascos, por el tema de la imagen).

Esos ejemplares de hercúlea constitución física se encuentran en Ucrania, de manera que organiza su traslado a la ciudad donostiarra, acompañados de novias y bagajes, mientras él se mueve para que el proyecto se convierta en algo grande.

Y quizá, sólo quizá, inicie una nueva carrera de forma «altruista». ¿Presidente de la Real Sociedad? ¿Alcalde?...

Veremos en esta novela los tejemanejes de la política, de los negocios que se cierran en cotos de caza, de los arreglillos con sindicatos o ecologistas, del deporte y de la vida familiar del protagonista.

También veremos a uno de los componentes del equipo convertirse en estrella de un culebrón televisivo, a otros abrir un restaurante de su cocina típica o, dada su buena planta, disfrutar de un éxito palpable con las jóvenes (y no tan jóvenes) guipuzcoanas.

Arantza le escuchaba absorta, admirando la perfección académica de su francés y sus encantos físicos: el rubio dorado de su pelo, el perfil del rostro con el ligero respingo en la nariz tan común entre los eslavos y, sobre todo, su cuerpo, que llevaba enfundado en una camiseta de la Olimpiada de Pekín y permitía apreciar los músculos tensos de brazos y torso, todo ello magníficamente proporcionado en 1,89 metros de altura y 85 kilos de peso.

Recomendado con simpatía.


domingo, 3 de mayo de 2009

Cuentos del pueblo judío

Clave de lectura: Si nos hacen cosquillas, ¿no reímos?
Valoración: Bueno ✮✮✮✩✩
Música: Yiddish Freylekhs, de Kroke ♪♪♪
Portada del libro Cuentos del pueblo judío, de Ben Zimet.

Parece que los habitantes de la villa de Khelm, en Polonia, tenían fama de ser... mmmm, especiales. Con una comprensión absolutamente particular de las cosas del mundo.

En Cuentos del pueblo judío, de Ben Zimet, tendremos numerosas ocasiones de conocerlos más de cerca. A ellos y sus asombrosas historias.

Enraizados en siglos de narración oral y compilados a partir de tradiciones jasídicas, asquenazíes y sefarditas, la lección de estos cuentos, lo que nos transmiten con mirada humorística, es el convencimiento de que la verdadera sabiduría resulta bastante diferente de la que se presume con bombo y cimbal.

Y algunas penas pueden sucumbir a algunas risas.

Breve recomendación de hoy.

Un día, Aza'a Schlemil fue convocado por la gran Asamblea de los Grandes Sabios de Khelm para informar de su reciente viaje a África.
—Hacía tanto calor —dijo Aza'a—, que la gente no podía soportar la ropa y andaba totalmente desnuda.
—Pero entonces —dijo uno de los mayores Sabios—, sin su ropa, ¿cómo se las arreglaban para distinguir a los hombres de las mujeres?

P.D.: Y si queréis disfrutar todavía un poco más, no olvidéis darle a las corcheas para que suene música klezmer, qué caramba.


lunes, 27 de abril de 2009

Platón y un ornitorrinco entran en un bar...

Clave de lectura: Acercamiento humorístico a la filosofía.
Valoración: Se agracece ✮✮✮✮✩
Música: Dilema de amor, de Les Luthiers ♪♪♪
Portada del libro Platón y un ornitorrinco entran en un bar, de Thomas Cathcart y Daniel Klein.

Thomas Cathcart y Daniel Klein son los autores de Platón y un ornitorrinco entran en un bar..., que lleva por subtítulo La filosofía explicada con humor.

La filosofía es un campo que por desgracia mucha gente considera con actitud ambivalente, entre el respeto receloso y la displicencia.

Los guardianes de sus arcanos hablan en un lenguaje rarísimo, escriben de cosas rarísimas y se sitúan en el furgón de cola de las profesiones más prestigiosas: médico, arquitecto, ingeniero, futbolista...

Por eso, la idea de partida del libro es muy buena. Y también el resultado.

No es que los «chistes» sean de los que uno estalla en carcajadas incontenibles, pero quien sea capaz de hacerlo mejor para explicar los postulados de la metafísica, la lógica, la epistemología, la ética, la filosofía de la religión, el existencialismo, la filosofía del lenguaje, la filosofía social y política, la relatividad y la metafilosofía, que son los capítulos en los que se divide esta obra, que tire la primera piedra.

Tres mujeres están en los vestuarios de una pista de squash, cambiándose para jugar, cuando entra un hombre que sólo lleva una bolsa en la cabeza.
—Mi marido no es —dice la primera mujer después de mirarle el pito.
—No, no es tu marido —afirma la segunda.
—Ni siquiera es miembro de este club —asegura la tercera.

Así se ilustra, por ejemplo, el triunfo del empirismo en la epistemología occidental.

Hala, leedlo.


miércoles, 22 de abril de 2009

Libro de las invasiones de Irlanda

Clave de lectura: Los irlandeses son gallegos… entre otros que desembarcaron por allí.
Valoración: Muy bueno ✮✮✮✮✮
Música: Alborada de Veiga & Muiñeira de Chantada, de Carlos Núñez y The Chieftains ♪♪♪
Portada del libro Lebor Gabála Érenn o Libro de las invasiones de Irlanda.

Según el Lebor Gabála Érenn o Libro de las invasiones de Irlanda, redactado por monjes anónimos del siglo XI, hubo en tiempos remotos un rey en Galicia descendiente de faraones. Su nombre era Breogán.

Y allá por Brigantia mandó construir una torre desde la que Ith, su hijo, pudo otear una línea sobre el horizonte: la verde costa de Erín.

Aunque me estoy adelantado un poco a los acontecimientos: esta parte ocurre ya avanzadas las páginas del manuscrito. Antes de llegar a ella sabremos de la fundación del país por Cesair, una nieta de Noé a quien, lejos del arca en el momento del diluvio, le fue breve la aventura.

También se narra la arribada de Partholon desde Grecia —y la subsiguiente invención de la cerveza—, así como la primera contienda en su suelo contra una persistente raza de monstruos, los fomorianos.

Más tarde aparecen los nemedianos, procedentes de Escitia, los Fir Bolg y los Tuatha Dé Danánn. Unos dejan paso a otros.

Volviendo al episodio de Ith, el príncipe aparejó su nave para ir a echar un vistazo, pero los caudillos Mac Cuill, Mac Cécht y Mac Gréine se mostraron reticentes a la visita y lo alancearon.

Al tener noticia del suceso, los milesios, vástagos de Mil de España, sobrino del infortunado explorador —no nos perdamos en el árbol genealógico—, pusieron proa al ocaso con ánimo de venganza. Sesenta y cinco velas capitaneadas por el indómito Donn.

Los hijos de Mil avanzaron hasta desembarcar en Inbher Stainghe. Los Tuatha Dé Danánn no pudieron sufrir su toma de tierra en ese lugar, ya que no habían celebrado una conferencia previa con ellos. Hicieron, por medio de artes druidicas, que ni la región, ni el país, ni el territorio fueran visibles ante los hijos de Mil. Ellos circunvalaron Irlanda tres veces, hasta que al final tomaron tierra en el puerto de Inbher Scene; jueves era el día de la semana, la víspera de Samain, el día diecisiete de la Luna; Anno Mundi 3500.

En vista de su combatividad, los tres Mac concertaron con los invasores una tregua: la flota se retiraría a una distancia de nueve olas mientras ellos movilizaban a todos sus guerreros para que la lucha fuese justa.

Ah, pero los hechiceros de los Tuatha Dé Danánn aprovecharon arteramente para conjurar una tempestad que impidiera el nuevo desembarco. Furia oceánica, rayos incendiarios, rugir del cielo…

Los milesios las pasaron canutas, continúa el relato. Sin embargo, para los asuntos mágicos contaban con su propio druida, un tal Aimirgin, que pronunció el contraconjuro y calmó a los irascibles elementos.

En consecuencia, pusieron otra vez pie en tierra y conquistaron la isla, que se repartieron equitativamente.

Y así es como todo ocurrió. Está negro sobre blanco, aunque se haya difuminado en la bruma atlántica de la historia. ¡Anda que no eran sabios ni nada estos monjes medievales!