Valoración: Maravilloso ✮✮✮✮✮
Música: El séptimo viaje de Simbad, de Bernard Herrmann ♪♪♪
Las cosas que me gustan son pura poesía, aunque Xuan Bello las haya escrito en prosa.
Sus palabras son un susurro de la memoria. De personas, lugares y mapas.
La memoria de Gettysburg, Nueva York, Lisboa, Coimbra, Madrid, la frontera franco-suiza.
De Terracina, junto a la cueva donde Ulises se encontró con los ojos verdes de Circe.
De Tánger, donde Abraham —¿o era Jacob?— Astorga, cuya familia tanto hace que hubo de dejar las rondas de León, le enseñó la diferencia entre una menorá y una hanuká.
De Cadavedo, donde el conquistador Saladino se entretuvo jugando al ajedrez, sin seguir navegando con su flota hasta la misma Torre de Londres.
De los noctámbulos que se reunen en cierta librería de Kairuán desde el tres de mayo de 1578, para contar un relato tras otro, como en Las mil y una noches.
De Baltimore, que en la pronunciación local se llama Bálamor.
De las costas de Japón, adonde llegó Diego Valdés de Lubarca, el primer asturiano en aquellas latitudes, tras naufragar la nao que capitaneaba.
De Buenos Aires, La Habana, Oviedo… Y de Paniceiros, cómo no.
En compañía de Baudelaire, Poe, Machado, Cicerón, Sábato, Petrarca, Andrade, Celan…
La cosas que le gustan a Xuan Bello son las cosas que me gustan a mí también.