domingo, 8 de octubre de 2017

Manifiesto cívico (III)

Banderas en una manifestación constitucionalista.

Nunca antes había necesitado banderas para manifestarme.

Pero hay veces en que también los símbolos son una voz importante.

Y hay veces en que dejar oír la voz es urgente y necesario.

martes, 3 de octubre de 2017

«Y al conjunto de los españoles, que viven con desasosiego y tristeza estos acontecimientos...».

Después de cientos y cientos de años de historia, con tanto como se ha destruido y tanto como se ha construido...

Podemos aspirar a la Monarquía constitucional o a la República constitucional como forma de Estado.

Podemos aspirar a cambiarlo todo o a conservar lo ganado.

Podemos aspirar a que esas palabras con las que comienza la Carta Magna sean mucho más que un decorado, que se conviertan en algo verdadero:

La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama...

Podemos y debemos aspirar a ser mejores.

Pero de ninguna manera lo conseguiremos divididos, amputándonos la mano, cegándonos los ojos.

Por eso creo que este discurso nos incluye a todos. Nos incumbe a todos.

Hasta a aquellos que, en el ejercicio de su libertad de conciencia, lo critiquen de buena fe como yo lo alabo.

Hasta a quienes no quieran escucharlo.


lunes, 2 de octubre de 2017

Storytelling

Clave de lectura: ¿Crees que… o hacen que creas que…?
Valoración: Bueno ✮✮✮✩✩
Música: Marcha fúnebre por una marioneta, de Charles Gounod ♪♪♪
Portada del libro Storytelling, de Christian Salmon.

El título que recomiendo hoy es Storytelling, de Christian Salmon.

El subtítulo lo dice todo: La máquina de contar historias y formatear las mentes.

Describe técnicas que se aplican a todos los ámbitos de la vida: económico, político, cultural, religioso...

Explica que, para convencer a alguien de cualquier cosa, no hay que recurrir a la lógica, sino a la emotividad. El corazón, y no la cabeza, es lo que rige más a menudo nuestras reacciones.

Y la manera más eficaz para que los mensajes sean canalizados a favor de un determinado interés consiste en fijarlos en el subconsciente en forma de historia. Como si se tratara de una película.

Una en la que seamos coprotagonistas. La verdad de su contenido no importa.

Repito: la verdad no importa, puede tratarse de cualquier fantasía, más o menos inocua o más o menos insana. Se trata de que la gente «crea» en ella sin necesidad de pruebas.

Por eso, la próxima vez que te preguntes si eres realmente libre o si existen a tu espalda los maestros de marionetas, acuérdate del storytelling y reflexiona sobre las fuentes de tu pensamiento.


domingo, 1 de octubre de 2017

Manifiesto cívico (II)

León del Congreso de los Diputados en Madrid.

Los nazionalistas tienen «argumentos» tan absurdos...

Mentiras tan goebbelsianas...

Podrían ahorrárselas, no las necesitan. Su ideología se resume en que «queremos esto porque sí». El triunfo de la voluntad, como se titulaba aquella película propagandística de los años 30.

Un secuestro tan increíble de la historia, la democracia y el derecho para despojarlos de todo su contenido, convirtiéndolas en palabras vacías de neolengua...

Van gritando su odio, coreando sus consignas dictadas.

Y por eso les concedo un mérito. Uno personal.

Porque, con tantas injusticias rampantes por el mundo, con tantos motivos por los que apretar los dientes y exclamar que hasta aquí hemos llegado...

Que esos aprendices de camisas pardas hayan logrado convertirse en mi principal motivo de indignación tiene efectivamente mérito.

Hasta aquí hemos llegado.

domingo, 24 de septiembre de 2017

Otoño

Hoja amarilla caída por la lluvia.

Una foto de otoño que saqué en verano.

lunes, 18 de septiembre de 2017

Pimiango (III)

Flores bajo la lluvia a través del cristal.

En Pimiango llueve.

Y cuando llueve..., llueve.

Sin madreñas ni escarpines, no queda otra que esperar, mirando por la ventana, a que escampe.

martes, 12 de septiembre de 2017

El Discurso de Gettysburg y otros escritos sobre la Unión

Clave de lectura: Discursos tan vigentes en el siglo XXI como en el XIX.
Valoración: Muy bueno ✮✮✮✮✩
Música: Battle Hymn of the Republic, de Joan Baez ♪♪♪
Portada del libro El Discurso de Gettysburg.

Tengo en estima este libro, de un señor que se llamaba Abraham Lincoln: El Discurso de Gettysburg y otros escritos sobre la Unión.

Donde el más famoso podrá ser el de Gettysburg, sin duda. Hasta sale en el título que los compila. O la misma Proclama de emancipación.

Pero mi favorito es el de inauguración de su primer mandato como presidente, en el que Abe declara que cumplirá y hará cumplir las leyes de la República.

Incluidas aquellas que los diferentes Estados federales proclamen en sus ámbitos de competencia, aunque él pudiera personalmente no estar de acuerdo (como sería el caso de la esclavitud).

Pero en ese mismo discurso les recuerda a los Estados del sur cuáles son las piedras angulares de la democracia sobre las que existe dicha República.

Les recuerda que no, no pueden elegir separarse de la Unión. Su carácter es inquebrantable.

Y se lo argumenta.

Con tanta transparencia que parece haber sido escrito hoy mismo.

Para volver a leerlo en el siglo XXI.


jueves, 7 de septiembre de 2017

Manifiesto cívico

Estatua de la justicia.

Hoy voy a cambiar el tono habitual de la bitácora, más o menos relajado, sobre libros, músicas y demás entretenimientos.

Hoy voy a ponerme serio.

Hay aspectos de la vida pública, de la sociedad en la que vivo, de la que formo parte y, por lo tanto, cuyo bienestar me importa, que sobrepasan los términos del puro debate político.

Hay nacionalistas en Cataluña que, a tenor de sus objetivos y medios con los que pretenden alcanzarlos, merecen cambiar una letra de su denominación genérica. Pasar de la «c» a la «z».

Y no lo digo en caliente, porque esa palabra suele aplicarse de una forma muy burda, distorsionando su significado histórico. Incluso como insulto cuando escasean los argumentos racionales ante un pensamiento contrario.

No, si acuso a alguien de nazionalista lo hago, creo, con conocimiento de causa. Tras un proceso autocrítico. Porque sé cómo una vez alcanzaron el poder sus antepasados en un gran país. Y cómo lo aplicaron.

Cómo lo imposible terminó ocurriendo y delirios aberrantes agarraron a muchos millones por el cuello, mientras se quedaban silenciosos.

Su mensaje vuelve a ser el mismo. Pura demencia.

Así que, ante el intento moderno de subvertir la democracia, ese conjunto de equilibrios que nos hemos dado en España como norma básica, y que nuevos delirios puedan alzarse en su lugar…

Pues eso, que ha llegado el momento de ponerse serios.

martes, 5 de septiembre de 2017

La espada rota

Clave de lectura: No todas las criaturas que moran entre nosotros se muestran a los ojos.
Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: El cristal oscuro, de Trevor Jones ♪♪♪
Portada del libro La espada rota, de Poul Anderson.

Vale, ya estás junto a la piscina. Te has quitado la camiseta y las chanclas, te has echado la cremita, has extendido la toalla en la tumbona y… y… ¿Ahora qué haces? ¿Aburrirte?

Nooooooo. Que te has traído en la mochila uno de Poul Anderson: La espada rota.

Y sale la Inglaterra dominada por vikingos como Orm el Fuerte.

Y salen su mujer Aelfrida y su hijo recién nacido, Valgard.

Y enseguida Imric, conde de los elfos de Britania, lo cambia por su doble Skafloc, engendrado por él mismo con su prisionera Gora, la descendiente del rey Illrede de los trolls.

Y ahora Valgard es Skafloc y Skafloc es Valgard.

Y cuando crecen y se convierten en guerreros, pasa de todo: batallas, magia, traición, irrefrenables pasiones (ay, la hermosa y prohibida Freda)…

Y salen enanos, brujas, goblins, shen, oni, gigantes… Aparte de los Sídh de Irlanda, claro. Para verlos, los humanos sólo han de tener la vista encantada.

Y entre sombras, aquí y allá, sale alguien con un solo ojo, sombrero de ala ancha y un sospechoso parecido a Odín.

Y los pedazos de una espada maldita, destinada a Skafloc, parecen ser claves en la guerra eterna entre los Ases y los Jötuns, en espera del fin del mundo.

Vamos que, aburrirte no te vas a aburrir.

Aunque estés de vacaciones.


lunes, 7 de agosto de 2017

Mandalay

Pescadores en el lago Inle.

Navegué por el río Irrawaddy.

Contemplé la imagen de Mahamuni, oro, zafiros y esmeraldas. Me uní a los peregrinos en Shwedagon. Subí hasta la cima del Monte Meru. Saludé a los gatos de Phaung Daw Oo.

Crucé el puente de U Bein, con sus pilares de teca desapareciendo en la distancia. En Bagan, la de las mil pagodas, el crepúsculo turbó mis sentidos. Me adentré bajo la lluvia en Inpawkhon.

Visité Chaukhatgyi, Bargayar y Kuthodaw la blanca. Deambulé lentamente por Htilominlo. Hollé descalzo la pirámide de Dhammayangyi. El sonido de los cascos del caballo me acompañó hasta las puertas de Menu Okkyaung.

En el camino hacia Mandalay.