miércoles, 12 de marzo de 2014

Los solteros

Clave de lectura: To get married or not to get married.
Valoración: Agradable ✮✮✮✩✩
Música: Elizabethan Serenade, de Ronald Binge ♪♪♪
Portada del libro Los solteros, de Muriel Spark.

Un título rotundo de Muriel Spark, con efecto de llamada al ávido lector: Los solteros.

Quizá el rasgo más destacado de esta novela sea su estilo cien por cien «británico». Es decir, que la manera de contar, de dar vida a los personajes y las situaciones, el ambientillo, es marca registrada de autores de la isla.

Como una serie de la BBC en la tele, a ver si me explico mejor.

En concreto, me gusta el fino humor que impregna cada página como la niebla en Piccadilly y que, sin mover a abierta carcajada, sí nos empuja con buen cuerpo tras las andanzas de un grupo de solteros londinenses.

Algunos ciertamente empedernidos y otros que se debaten entre continuar en ese estado civil o catar las mieles del matrimonio.

Las vidas de todos ellos irán convergiendo en espiral hasta acabar reuniéndose en la sala donde se ha de juzgar a Patrick Senton por fraude y falsificación.

Ay, aquel «desafortunado incidente» ocurrido con la señora Flora…


domingo, 9 de marzo de 2014

Los judíos

Clave de lectura: La historia más larga de la historia.
Valoración: Bueno ✮✮✮✩✩
Música: Yo m’enamorí d’un aire (Anónimo) ♪♪♪
Portada del libro Los judíos, de Luis Suárez.

Para aprender algo más sobre el devenir del «pueblo elegido» que, desde sus albores como tribu del desierto, tan extraño e insospechado protagonismo ha tenido a lo largo de la historia, os propongo el libro Los judíos, de Luis Suárez.

Nos encontramos ante una obra que podría calificarse de enciclopédica, erudita más que divulgativa. Es decir, que su contenido es denso.

En lugar de narrar hechos secuenciales a vista de pájaro (tal engendró a tal, que engendró a tal, que engendró a tal, que engendró…), el autor analiza de forma minuciosa todos los aspectos sociales, culturales y religiosos entrelazados.

Y, teniendo en cuenta la amplia distribución geográfica de la diáspora y tantos siglos que ha de cubrir en su propósito, tales aspectos resultan de lo más prolijo.

Por lo tanto, recomiendo no querer absorber todo el texto de una sentada, como si se tratase de una novela. Mejor una lectura tranquila, con suficiente tiempo por delante y unos cuantos pretzel a mano para ir picando.

Bueno, y ya que nos ponemos, un vinito galileo.

Nada más por hoy. Shalom.


miércoles, 5 de marzo de 2014

El dolor de la guerra

Clave de lectura: Vietnam desde otro punto de vista.
Valoración: Muy bueno ✮✮✮✮✩
Música: Adagio para cuerdas, de Samuel Barber ♪♪♪
Portada del libro El dolor de la guerra, de Bao Ninh.

Vietnam, escenario de memorables historias cinematográficas, es también donde se desarrolla El dolor de la guerra, novela de Bao Ninh.

Bao Ninh fue soldado: según su nota biográfica, uno de los diez supervivientes de su brigada. Diez de quinientos.

Por ello, cuando presenta a unos «vencedores» rotos por los recuerdos, a personas con nombre, cuyos padres, amigos, esperanzas y sueños han quedado desmembrados, su credibilidad es indiscutible.

¿Qué nos ofrecen estas páginas? ¿Momentos bélicos? Los hay, por supuesto, y se materializan con una nitidez que sólo los escritores de altura pueden lograr.

Cuando el silbido de los proyectiles queda atrás, cuando las llamas del napalm se han extinguido, aún permanecen en el lugar de la batalla las invisibles «almas que aúllan».

Sin embargo, no es eso de lo que trata. El centro de la historia es realmente… el amor.

Un amor sin futuro entre dos jóvenes que han crecido juntos y juntos descubren el mundo: la decidida Phuong, de «belleza ardiente, sensual y llamativa», y Kien, «el espíritu triste», como le apodan sus compañeros nada más ser reclutado.

Si la descripción de la lucha en la jungla, como decía, es escalofriantemente realista, los momentos en que ambos adolescentes se buscan, se aferran «el uno al otro como si no existiese el mañana, como si no hubiera tiempo que perder y necesitaran pasar cada instante juntos», nos traen oleadas de intenso lirismo.

Obra de gran importancia. De necesaria lectura. Vamos, en mi muy modesta opinión.


domingo, 2 de marzo de 2014

Cualquier parecido…

Los personajes y hechos descritos en esta película son completamente ficticios. Cualquier parecido con personas verdaderas, vivas o muertas, o con circunstancias reales, es, ejem, pura coincidenciaaaaa ♪♪♪...

La escena comienza con un tipo metido en su rinconcillo de la oficina, la tez macilenta y los ojos miopes, en forzado amartelamiento con la pantalla del ordenador.

Adicto al mal café y a las galletas con aroma artificial de manzana y sesenta y nueve kilocalorías por unidad.

—Ven para acá un momentito.
—¿Sí, bwana?
—Como vemos que te esfuerzas mucho, se nos había ocurrido nominarte para un reconocimiento.

¡Guau!, algo así como empleado del mes, parece de cine, —piensa el tipo—. Creía que sólo pasaba en las películas. ¿Y ahora qué viene? ¿Entrevistas? ¿Flashes? ¿Focos?

¿Alfombra roja? ¿Limusina en la puerta? ¿Aplausos enfervorecidos? Tendrá que ensayar el discurso.

—Pero luego hemos pensado que a partir de mañana te bajamos el sueldo. Ah, y además te vamos a mandar hacer otras cosas más feas, algún trabajo que realmente no te guste. ¿Tienes alguna queja? No, ¿verdad? Pues hala…

En fin, esto también es de cine. Y además del bueno…


miércoles, 26 de febrero de 2014

Discurso político

Filas de sillas numeradas de un auditorio vacío.

En mi discurso de hoy seré breve y directo. Conciso.

Diré las palabras justas, exactamente lo que pienso.

Sin circunloquios ni rodeos. Lacónico.

Contenido. Circunspecto.

De verbo austero.

Iré al grano.

Ante todo, las cosas claras.

En resumidas cuentas…

Que no pienso enrollarme.

¿Aplausos?

miércoles, 12 de febrero de 2014

El grafitero

Arte urbano: navío sobre una pared blanca.

La pared era tan blanca, tan nueva, que no pudo resistirse.

Al terminar dejó las pinturas en el suelo y miró alrededor con suspicacia.

Ni un alma, apenas la sombra de la farola. Si lo hacía ahora, nadie podría encontrarlo.

No se lo pensó dos veces. Se ató un pañuelo en la cabeza.

Soltó las escotas, aparejó el trinquete, izó las gavias, se dirigió al castillo de popa.

Y levó el ancla.

martes, 28 de enero de 2014

Catarsis

No puedo imaginar, va más allá de cualquier entendimiento metafísico, que pueda existir otro placer en la vida mayor que escuchar la Liebestod del Tristán e Isolda de Wagner.

En una palabra: catarsis.


sábado, 18 de enero de 2014

2013 en remembranza

Partido de baloncesto entre el Real Madrid y el Barcelona. Tapón de Reyes.

¡Vaya, menuda siesta! ¡Me he quedado frito y ya es 2014!

Con los párpados aún rebeldes a abrirse tras su larga hibernación, releo lo último que quedó registrado en esta bitácora, aquellas grandes esperanzas que depositaba en 2013.

¿Se habrán cumplido?

¡Uaaaaaaaaah! ¡El Real Madrid, campeón de liga! ¡Uaaaaaaaaah!

lunes, 7 de enero de 2013

2013 en lontananza

Amanecer púrpura sobre las Torres Blancas de Madrid.

Anda, ¿esto es 2013? ¿Y el mundo sigue girando?

Debe de ser que sí, aunque también podría tratarse de los efectos secundarios de tantos derivados de la uva, la cebada, el trigo y demás plantitas que acostumbramos a libar a finales de diciembre.

Porque supongo que, en caso de que nos hubiera caído encima un meteorito como se vaticinaba, el dolor de cabeza sería aún más acusado.

Una vez alcanzada la convención sobre la fecha en que nos encontramos, ¿con qué podría continuar? Quizá la lista de deseos para este año sea una manera de romper el hielo.

Allá va: para alcanzar la felicidad en cuerpo y en espíritu me gustaría, me gustaría...

Pues sólo se me ocurren dos cosas, me conformo con poco.

Que el Real Madrid quede campeón de liga. O de copa, o de Europa, o… En fin, de algo, lo que sea.

Hala, ya me he retratado.

Y lo otro...

Que siga saliendo el sol cada día.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Últimas horas

Estaba yo hace un rato escuchando a Boris Kovač

Just imagine:
There is only one starry night left till the end of this world.
What would we do?
Some would be despairing, hopelessly.
Some would gather their riches and take them with them full of hope.
Some would pray to God in faith.
Some would enter the bacchanalia to pleasure themselves.
Some would spend the last intimate moment with their nearest and dearest love.
(…)

Y caí en la cuenta de que, efectivamente, a lo mejor mañana se acaba todo, como hay quienes andan pregonando.

A mí, la verdad, me pilla en mal momento. Mejor lo dejamos para otro día.

Pero, ¿qué haría en tal caso? ¿Desesperarme, juntar «mis riquezas», rezarle a algún dios, apuntarme a una bacanal?

En fin, si esto fuera la despedida, ha sido un placer. Y si no, un placer mayor.

Voy a apagar el ordenador, a ver si encuentro una bacanal de esas por algún sitio.

Porque, ya con tantas prisas, encontrar a my nearest and dearest love, pues…