El protagonista de la película Senderos de gloria cita una frase de Samuel Johnson cuando le exigen atacar, a mayor fama de la nación (y del general que da la orden), la colina de las hormigas: «El patriotismo es el último refugio de los canallas».
¿Es así? ¿Han de considerarse sus aspavientos una gran hipocresía, disfraz de quienes claman por la moralidad pública sin preocuparse de la propia?
¿Aquellos que por ejemplo rezan a un dios compasivo (golpes de pecho e inclinaciones ceremoniales) antes de masacrar a sus criaturas?
¿O los que componen discursos para atraer la moneda más baja del espectador? ¡La colina de las hormigas es nuestra por nacimiento! ¡Solo nuestra!
Patriotismo… ¿Ocupan desprecio y arrogancia el lugar de esta golpeada palabra? ¿Y respeto, nobleza o virtud? ¿Son acaso valores proscritos?
¿Dónde se hallan? ¿Celebraremos su incruento retorno algún día?
Muchas preguntas… La respuesta, si es que existe, quizá resida lejos de ningún auto de fe:
En el corazón de cada persona.
6 comentarios:
Quizas habría que diferenciar entre patriotas, patrioteros y salvapatrias. De patriotas pocos quedan, suelen morir jóvenes, o vivir condenados al ostracismo.
Saludos.
Muy cierto, buena precisión. Por desgracia hay quienes se apropian de la idea y consiguen con ruido acallar otras voces.
Cuanto más grandilocuentes las palabras, cuánto mayores las banderas, mayor es la mentira que ocultan tras ellas. Así ha sido siempre, los poderosos pueden pudrir hasta la palabra más hermosa.
Me acuerdo de cuando en El Álamo John Wayne hace un discurso sobre lo bien que suena la palabra "independencia", y en la versión sin doblaje se escucha "república"...
Me producen escepticismo: Patriotas, mártires, y también héroes.
Los mártires suelen ser gloriosos... para quienes viven de ellos.
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