El deseo de compartir palabras a veces se ve golpeado por el mundo real, en el que las noticias se dividen en pocas secciones: la de barbaries y la de salvajismos.
(La sección de basura no merece la pena mencionarla. Y si algún penalti ha sido o no injusto, entraría quizá en una cuarta, la de inanidad).
Alguien con un arma decide que once personas en Örebro han tenido una vida demasiado larga.
Alguien con muchas armas decide que cualquier nacido entre las ruinas de Gaza es culpable de ello, de haber nacido, y debe desaparecer.
En cierto lugar llamado Goma, que olvidaremos de aquí a poco, violan y queman a más de ciento sesenta mujeres (¿ciento sesenta y una, ciento sesenta y ocho?).
Y algunos que gritan «Nosotros, nosotros somos los buenos, nosotros, no cualquier otro, coread desde este lado de la línea», lo hacen tras grandes máscaras, sonrisas de comediante o rictus trágicos según venga más a modo para el texto.
Mañana comentaré algún libro. Mejor mañana.
2 comentarios:
Hace ya un tiempo que me rendí a la evidencia: Somos la peor alimaña que hay sobre la Tierra. El depredador más cruel de nosotros mismos. Y a veces, solo a veces, dejamos de serlo.
Me ha gustado tu blog.
El panorama es espantoso, las noticias hacen llorar, asistimos a un perfeccionamiento de la barbarie que no tiene final.
Estoy convencido de que existe una "internacional del Miedo y del Terror" que propugna el miedo para tenernos a todos aterrorizados, pero la cuestión es que cada día hay más violencia y sinrazón.
Estoy muy desesperanzado.
Salud.
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