lunes, 16 de marzo de 2020

El asedio

Primeras jornadas del asedio.

Hay víveres para resistir, por supuesto. Con una docena de yogures, cuarto de lomo y la caja de mandarinas, el estómago no tiene derecho al refunfuño.

En caso de máxima, máxima, máxima emergencia, cuento con copos de avena integral.

Aunque quizá las cápsulas de café vayan a quedarse cortas. Ahí tendremos un problema.

Y las latas de tomate, o de guisantes o… cualquier otra lata, que todas quedaron arrasadas en el súper, también brillan por su escasez. ¿Macarrones senza pomodoro? ¿Qué somos, salvajes?

Pero bueno, insisto, no merece la pena quejarse.

Oigo aplausos resonando tras otras almenas. Muchos.

La moral es alta.

No queda sino batirnos...



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