lunes, 26 de octubre de 2020

Pimiango (XVI)

Gato pardo.

Un errante.

Vaga sin descanso, recorriendo siempre la tierra.

Indómito, lejano, sin ataduras ni gatera.

Ah, Perveval, Perceval, yo sé bien lo que buscas. Conozco el secreto.

Camina hacia aquí y será tuyo.

Grial, Grial, Grial…

Galleta, galleta, biss, biss, bisssss

martes, 20 de octubre de 2020

Pimiango (XV)

Gato blanco.

Una nívea sombra entre rendijas, prisionero en su cueva.

Añorante de otros tiempos.

Tiempos de carreras en busca de la leyenda.

Y quizás también de algún ratón de campo.

Pero ahora…

Si un caballero gato se acerca, él huye a ocultarse.

Arrebatado, quebrado por hechizos su antiguo poder.

Merlín…

lunes, 12 de octubre de 2020

Un día de octubre

Flores rojas y amarillas.

Un día de octubre. Una fiesta. Hoy.

Escucho a la estupenda Emeli Sandé.

Y el último tema hace que todo se pare alrededor, que me levante, que vaya hasta el piano, que improvise acordes para acompañar su voz.

Para acompañar esas palabras...

Imagine all the people living life in peace.

martes, 6 de octubre de 2020

Pimiango (XIV)

Gato descansando en la puerta.

Cuando abro la puerta de casa me lo encuentro, perfilado contra el sol del amanecer.

Lanzarote cierra los ojos. Lleva una mancha roja en el pecho.

Porque en la noche moran espectros, pesadillas dispuestas a atravesar cualquier muro de piedra.

Los gatos de la Tabla Redonda las conocen bien.

Ellos protegen mi sueño.

jueves, 1 de octubre de 2020

Pimiango (XIII)

Gato y perro.

El rey Arturo es noble y valeroso.

Cuando otea a un invasor corre hacia él, listo para la batalla.

Pero también muestra clemencia si rinden pleitesía a su reino.

De norte a sur, de este a oeste.

Desde la plaza hasta la cuadra al otro extremo de la calle.

Desde el portón donde monta guardia hasta la antigua escuela.

Sentado en el trono, orejas enhiestas.

Bigotes, estandartes al viento.

El rey Arturo es marrón y blanco.

lunes, 28 de septiembre de 2020

Nuestro mundo (XII)

Misil en Ereván.

Armenia culpa a Azerbayán.

Azerbayán culpa a Armenia.

Guerra.

Recuerdo «monumentos» como el de la foto, que vi expuestos en un parque prominente de Ereván: un MIG 21, un misil, cañones, blindados…

«Me llena de fe en el ser humano» que nada haya cambiado. Lanzas de pedernal, flechas, catapultas, mosquetes…

«Me llena de fe en el ser humano» que nada vaya jamás a cambiar.

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Soles negros

Clave de lectura: Cuarta entrega de la serie detectivesca sobre el teniente Andrade.
Valoración: Regular ✮✮✩✩✩
Música: Suite Pandora (I.The Quest), de Roberto Gerhard ♪♪♪
Portada del libro Soles negros, de Ignacio del Valle.

Recuerdo con gusto la primera novela que leí sobre el teniente Andrade. En orden cronológico, sería la segunda de la serie: El tiempo de los emperadores extraños.

Su continuación, Los demonios de Berlín, me pareció más inconsistente. Aun así, mantuvo el tipo.

El título que nos ocupa hoy es Soles negros. Y el listón baja de nuevo.

Ignacio del Valle sigue profundizando en la complejidad moral del protagonista, ascendido a finales de los años cuarenta a capitán de la Guardia Civil. Y le hace acompañarse de Manolete, antiguo compañero de batallas, como fiel mastín.

El asesinato a resolver en esta ocasión es el de una niña cuyo cuerpo ha sido descubierto en una finca de Extremadura. Tierra calificada de seca y cruel en las primeras páginas, que se convierte en un personaje más.

En ella, los vencedores de la guerra intentan que su reciente poder no se ponga en duda. Porque algunos vencidos no han firmado aún la rendición.

Los habitantes de Pueblo Adentro, ocultos tras las ventanas, sienten sobre todo hambre y miedo.

También Andrade teme que alguien le reconozca. Aquello que ocurrió en Badajoz en 1936…

En busca de respuestas que le acerquen a lo que se va convirtiendo en una trama criminal con ramificaciones tan lejanas como Madrid y Asturias, los claroscuros de su conciencia no dejan de torturarle.

Quizá la niña hallada no es la única víctima. Ni será la última...

La descripción de la época es convincente. El odio, el resentimiento, la miseria imponiéndose en todos los órdenes de la vida, no solo el material, constituyen un potente trasfondo para el género negro.

No obstante, avanzamos a empellones a través de una trama tan confusa, deslavazada, con tantos personajes pululando no se sabe bien con qué objeto, que el trasfondo se ve eclipsado.

Y cuando el caso debería alcanzar su clímax ocurre… justo lo contrario.

Que alguien me explique el final, por favor.

O todo el episodio asturiano, me atrevo a decir que inverosímil.

Nada, sabor agridulce.


martes, 8 de septiembre de 2020

I Fall in Love Too Easily

Piano, bajo, batería.

I Fall in Love Too Easily, susurran.

Susurros que llenan un teatro.

Un tiempo con un significado.

Y podemos hacer que se repita, una y otra vez, a lo largo de la noche.

Aunque un viejo corazón descanse ya en el silencio.

(En recuerdo de Gary Peacock).


domingo, 6 de septiembre de 2020

La noche de los generales

Clave de lectura: Asesinatos sin resolver en tiempos de guerra.
Valoración: Estoy indeciso ✮✮✮✩✩
Música: La noche de los generales, de Maurice Jarre ♪♪♪
Portada del libro La noche de los generales, de Hans Hellmut Kirst.

Todo comienza en la escena de un crimen: año 1942, Varsovia está ocupada por los nazis y una mujer es asesinada en su apartamento. El comisario local Liesowski debería ocuparse del caso, pero es el comandante Grau, del servicio de contraespionaje de la Wehrmacht, quien toma el mando de las pesquisas.

Porque un testigo ha atisbado algo a través de una rendija: unos pantalones bajando la escalera del edificio al poco de cometerse el crimen.

Una tela con las bandas típicas del uniforme de un general alemán.

Solo tres personas con tal graduación carecen de coartada en la ciudad: el petulante von Seydlitz-Gabler, el manipulador Kahlenberg y Tanz, símbolo del perfecto héroe germánico.

Aunque Grau no lo tendrá fácil en su labor detectivesca. Ascendido a teniente coronel cuando quizá ya se acerca demasiado, su traslado a París hace imposible la resolución.

Es en Francia, ya en 1944, donde un nuevo asesinato, con las mismas características, reúne a los antiguos actores. Y a varios más: Prévert, de la Sureté, el cabo Hartmann, Guillermina von Seydlitz-Gabler, su hija Ulrica, Raymonde…

Las tropas aliadas avanzan con rapidez. Y hay en marcha un complot de oficiales para acabar con Hitler. ¿Saldrá a la luz por fin, en tiempos tan convulsos, el nombre del culpable?

A pesar de lo que pueda sugerir la sinopsis, me parece la trama de Hans Hellmut Kirst ha envejecido regular. La noche de los generales no termina de engancharme.

La caracterización de los personajes constituye su baza más destacada: cada pieza del puzle que encarnan cumple un papel. Kirst traza las personalidades de forma interesante.

Pero el desarrollo global me resulta demasiado «aséptico», sin verdadero suspense. ¿No se desvela el asesino demasiado pronto? ¿Y resulta la conclusión realista?

No sé, no sé…


martes, 11 de agosto de 2020

El jardín de los Finzi-Contini

Clave de lectura: La Italia de los años 30 ahoga cada vez más a una familia judía.
Valoración: Dicen que es buenísima, pero para mí… ✮✮✩✩✩
Música: Serenade (II.Cadenza), de Vittorio Rieti ♪♪♪
Portada del libro El jardín de los Finzi-Contini, de Giorgio Bassani.

Parece haber consenso erudito en que El jardín de los Finzi-Contini es una obra maestra. Esta novela de Giorgio Bassani incluso inspiró una película ganadora del Óscar.

En la Italia de los años treinta, la comunidad judía pasa a convertirse en especial objetivo de persecución. El déspota de la mandíbula cuadrada quiere emular a su amigo del bigote cuadrado.

El protagonista rememora su vida desde el momento en que se cruzó con los hermanos Alberto y Micòl Finzi-Contini: la niñez, la adolescencia, la juventud...

Las veladas en el gran jardín familiar, jugando al tenis, en la biblioteca, bajo el crescendo ominoso de las «leyes raciales»...

Y, sobre todo, rememora lo que nació dentro de él hacia Micòl. La cercana e inaccesible Micòl.

No obstante ese consenso que señalaba al principio, en vez de alabarla yo me quedo a medio camino en la apreciación. En términos estrictamente narrativos, no encuentro mucho de interés.

La atmósfera burguesa e indolente, el mundo fuera del mundo en que los personajes se ven obligados a aislarse, se convierte en un conjunto de imágenes a cámara lenta donde cada página resulta similar a las anteriores. Ni siquiera la historia de desamor consigue levantar el drama.

Demasiado estática para mi gusto, lo siento.