Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: The Good Omens, de David Arnold ♪♪♪
Terry Pratchett y Neil Gaiman resumen en el prólogo cómo fue el proceso de escritura de Buenos presagios: «Nos lo hemos pasado bien».
El fin del mundo es inminente: multitud de signos lo anuncian, si seguimos el Apocalipsis. También hay pelos y señales en las Buenas y acertadas profecías de Agnes la Chalada, una vidente del siglo XVII quemada por bruja.
Su descendiente directa, Anatema Device, conoce el valor del libro, que describe de forma críptica pero segura hasta el mínimo acontecimiento de lo que ha sucedido y sucederá. Y resulta que lo ha perdido.
Newton Pulsifer, que a su vez desciende del cazador de hechiceras No Cometerás Adulterio Pulsifer, acaba de solicitar el ingreso en el ejército encargado de combatir a las fuerzas oscuras. Suman con él un sargento y un soldado.
Los cuatro jinetes, Muerte, Guerra, Hambre y Polución, están recibiendo las herramientas de su cometido a través de mensajería.
Las legiones de ángeles y demonios se preparan para la gran batalla…
¡Alto! En realidad lo estoy contando de forma desordenada. Debería haber comenzado por los protagonistas principales, cada uno en representación de un bando: Azirafel y Crowley.
Estuvieron aquí al principio de todo, cuando lo de la manzana, el paraíso y tal. Desde entonces se quedaron a vivir entre nosotros.
Y las ganas que tienen de que el tinglado se venga abajo son nulas.
Así que, quizá un pacto de colaboración para evitarlo, a espaldas de sus jefes…
De momento han nacido dos bebés al mismo tiempo, pero solo uno puede ser el Anticristo. ¿Adán? ¿Warlock? A ver si se han hecho un lío las sospechosas «monjas» del hospital, de la Orden de Parlanchinas de Santa Berilia.
Muchos otros personajes, sobrenaturales y humanos, aderezan con su presencia nuestros últimos días.
Total, que si uno busca participar un poco de la experiencia de Pratchett y Gaiman mientras la escribían, esta es su lectura. Sin dudarlo.