Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: Bleu (Song for the Unification of Europe), de Zbigniew Preisner ♪♪♪
Tony Judt escribió ¿Una gran ilusión? Un ensayo sobre Europa allá por 1995. En el prólogo advierte de que habrá quien le tache de euroescéptico, pero se trata de un europeo entusiasta. Uno que no cree en una Europa común.
En el primer capítulo nos recuerda el contexto en que nació la Unión: un mundo de posguerra. Hubo quienes pensaron que las heridas de la historia no debían impedir una mirada de futuro, aun a riesgo de sufrir una «amnesia colectiva».
A continuación analiza los «países del Este». ¿Pertenecen no solo en términos geográficos, sino espiritualmente, a la europeidad? ¿Merecen integrarse? Su conclusión es pesimista.
La tercera parte está dedicada a los factores que hicieron a sus habitantes orgullosos de pertenecer al club y al resto del continente candidatos a franquear la puerta. Y de qué manera la reducción de la prosperidad ha favorecido el retorno a unos nacionalismos —o incluso regionalismos— que habían quedado superados.
Ya en el epílogo pone Judt de manifiesto la «falta de corazón» que nos aqueja. Los europeos no nos sentimos por dentro como tales. No hemos desarrollado la identidad de las naciones-Estado clásicas. El burocratismo, el funcionamiento de los bloques de poder, alejan a la gente de los ideales. Y la cartera está dejando de ser suficiente como pegamento de lo heterogéneo.
Se podrá estar o no de acuerdo con todos sus planteamientos —a mí me parece que profetizó con agudeza varios problemas de nuestro presente mientras iba desencaminado en otra serie de aspectos—. Pero, desde luego, a este pensador hay que tenerlo en cuenta. Obtendremos valiosas lecciones.