domingo, 5 de agosto de 2018

El bueno, el feo y el malo (en concierto)

La Orquesta Sinfónica Nacional Danesa.

Un coro mixto, una soprano, una mezzo multitarea.

Un piano, una ocarina, guitarras eléctricas.

Un par de tablas de madera que no sé cómo se llaman.

¿De qué va la cosa?

Bueno, pues la directora empieza a agitar la batuta...

Suenan el tambor y una flauta dulce.

La mezzo ataca un ua ua uaaa que eriza la nuca.

Y ya, cuando se pone a silbar...

¡Yo, yo, yo, eco!

El gran Ennio Morricone de nuevo.



lunes, 30 de julio de 2018

Pimiango (XII)

Playa de La Franca.

En Pimiango hay playa. Playas, más bien.

El Regolguero, La Franca, Bendía1, La Robla, Las Cuevas Coloradas...

Lo más fácil es ir a La Franca. Cuarenta minutillos de paseo por el monte, respirando oxígeno para todo el año, y allá que apareces. O cinco en coche, cuando tienes prisa por el chapuzón.

Aunque si te entran ganas de olvidarte del mundo, llegando hasta el fondo del acantilado, y siempre con bajamar, cuando asoma la arena, puedes acercarte a alguna de las otras. Quizá tus compañeros de baño sean solo llámparas y oricios.

Y un último consejo: recuerda que esto es el Cantábrico, ¿eh? No una piscina caldosa. Comprueba tus registros vocales antes de meterte en el agua, porque a la primera ola, si eres barítono te vas a convertir en contratenooooooooor.


1. Los mapas pueden decir lo que quieran. Es Bendía y no Mendía, voto a...


lunes, 23 de julio de 2018

Pimiango (XI)

Paisaje desde el Pico del Cañón en Pimiango.

¿El Pico del Cañón?

Sí, claro. Tira hacia la Garita, tuerce a la derecha y luego a la izquierda. A lo mejor encuentras moras por el camino.

¿Por qué lo del cañón?

Pues resulta que ahí colocaron un bicho de los de avancarga y botafuego. Para batir la ría, el Curtido, las Bajuras...

A ver si paraban al corso, que venía todo chulo con sus dragones, sus granaderos y sus voltigeurs.

Y es que al Bonaparte ese no se le ocurrió otra cosa que mandar a los suyos a tocarles la boina a los de Pimiango. Oh là là.

martes, 17 de julio de 2018

Colores

Colores de una puesta de sol.

No pasa un día sin que intente juntar todos los colores del mundo en una sola palabra.

Y susurrarla.

Pero no la encuentro.

Me siento por ello tan inútil…

martes, 10 de julio de 2018

Pimiango (X)

Buey de competición en Pimiango.

Las instalaciones olímpicas de Pimiango son:

El prau. Deportes de balón y triple salto de gamusinos.

El Patatal Stadium. O bolera.

La cuesta arriba desde el Regolguero. Pruebas de ironman.

La plaza. Ciclismo y carreras de sacos por San Roque.

Una canasta de baloncesto. Solo para turistas.

Y el camino al Pico del Cañón. Por ahí vi alguna vez a los bueyes entrenando.

¿Cómo? ¿Que el arrastre de piedra por buey todavía no es olímpico?

Vaya, pues entonces hay una menos.

sábado, 7 de julio de 2018

Aaron y Anna

Candado de Aaron y Anna en un puente de Colonia.

Hay miles de ellos, el enrejado está cubierto.

¿Quiénes eran?

¿Quiénes son?

¿Qué historia querían contar?

Los trenes hacen retemblar el puente.

Aaron y Anna también estuvieron aquí.

lunes, 2 de julio de 2018

Love is in the air...

El amor está en el aire... Y en Madrid.

... everywhere I look around...

En todas partes, sí.

martes, 19 de junio de 2018

¡Viva Tabarnia!

Clave de lectura: Testimonio en primera línea de lo absurdo del secesionismo.
Valoración: Muy bueno ✮✮✮✮✮
Vídeo: Discurso de investidura del Presidente de Tabarnia ♪♪♪
Portada del libro ¡Viva Tabarnia!, de Albert Boadella.

En mi imaginario, yo tenía a Albert Boadella como un irreverente. Un autor que se vale de la sátira en sus obras para desnudar miserias.

Pero aún me faltaba por agradecerle su nivel de compromiso con la verdad.

Porque Boadella cuenta verdades. De esas bien gordas, de las que exclamas: ¡pero si la Tierra es redonda! Y, sin embargo, hay quienes se inventan un mundo teocrático paralelo.

Una de las virtudes de ¡Viva Tabarnia! consiste en tratarse de un testimonio de primera línea. El de alguien que ha tenido que «exiliarse» como adversario de los delirios supremacistas de una parte de la sociedad catalana, que han desembocado en el intento de asalto a la soberanía democrática.

Otra, igual de importante, es su sello, el sentido del humor. La constatación de que podemos reírnos de todo ese absurdo sin dejar de combatirlo.

Y el tercer elogio es su convencimiento de que no es demasiado tarde, de que, aunque muchos habían permanecido en silencio por miedo a significarse contra la degradación, eso se ha acabado.

Está claro lo que nos jugamos: su analogía con la toma del poder por los totalitarismos en la Europa del pasado siglo no puede ser más acertada.

En suma, un ensayo impecable, cuyo contenido llama a la puerta de la conciencia ética.


domingo, 10 de junio de 2018

Éfeso

Gato durmiendo al sol sobre un muro.

¿Qué puedo decir sobre esta foto?

Está tirada en Éfeso, frente a la portada de la Biblioteca de Celso, con una cámara analógica, por la mañana…

Aunque también podría describirla con un simple ronroneo: «Qué buena es la vida bajo el sol de primavera».

martes, 5 de junio de 2018

La fábrica de las fronteras: guerras de secesión yugoslavas

Clave de lectura: Qué ocurrió en Yugoslavia para que se desencadenara una guerra civil.
Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: To Entertain You, de Boris Kovac ♪♪♪
Portada del libro La fábrica de las fronteras, de Francisco Veiga.

Rememoro las terribles violaciones de los derechos humanos durante aquel conflicto, las fosas comunes, las imágenes televisivas de bombardeos y francotiradores.

Motivos que parecían bastante convincentes para una intervención internacional que parase los pies a los serbios.

Años después, leo La fábrica de las fronteras: guerras de secesión yugoslavas, del profesor Francisco Veiga.

Y me quedo pensativo: la historia que se abrió camino aquel entonces resulta de una simplicidad mayúscula al contrastarla con los complejos hechos.

Tampoco nos equivoquemos: los crímenes están ahí. El dolor es dolor, no entiende de complejidades. Los inocentes de Srebenica ya no van a resucitar.

Pero las causas por las que todo se desencadenó, por las que los amables vecinos de ayer se convirtieron en verdugos, qué manos manejaron los hilos y muchos otros detalles que desmontarían ciertos tópicos que nacionalistas de ambos bandos intentaron aprovechar en su beneficio, eso es lo que nos enseña esta obra.

Muy bien escrita y alejada de maniqueísmos, gracias a la labor de investigación que la sustenta, no puedo dejar de recomendarla.