domingo, 20 de febrero de 2011

Cuestión de tiempo

Gotas de agua golpeando.

La gota cae,
resbala,
encuentra el punto exacto,
se detiene.
Horada.
Sin oposición, sin resistencia.
La piel es demasiado débil.
La atraviesa.
Lenta.
Fría.
Increíblemente fría.
No existen palabras para describir su frialdad.
Se acerca.
Cada golpe que resuena contra el pecho
le va indicando el camino.
Y al final...
Alcanza su meta.
Sólo era cuestión de tiempo.

domingo, 13 de febrero de 2011

Fiesta para una mujer sola

Clave de lectura: Vidas destinadas a no encontrarse se cruzan sin embargo en Tánger.
Valoración: Muy bueno ✮✮✮✮✮
Música: Danse de l’âme, de Driss El Maloumi y Hesperion XXI ♪♪♪
Portada del libro Fiesta para una mujer sola, de Ángel Vázquez.

Fiesta para una mujer sola, de Ángel Vázquez, es una novela que no puede pasarse por alto. ¿Razones?

Primero, por méritos puramente literarios. Por su hábil estructura, su riqueza expresiva, sus diálogos, su capacidad para conseguir que el lector se sienta inmerso en los ambientes y en los estados de ánimo de los personajes.

Segundo, porque fue mal vista por la censura cuando se publicó en 1964 y, si no prohibida, al menos obstaculizada en un intento por desterrarla al olvido. Había algunos a quienes su canto a la libertad resultaba incómodo.

Paula está casada con Derrik, un inglés acomodado, pero únicamente por conveniencia social. A los cincuenta años, la monotonía la rodea en su presente, su pasado y su futuro. Sólo sobrevive organizando fiestas para invitados tan contenidos como ella misma.

Damián desea ver mundo y acepta un traslado laboral desde Madrid, donde vive con sus dos tías solteras. Mucho más joven que Paula, él desea sin embargo la soledad, algo difícil de conseguir cuando se es un hombre atractivo, un polo que atrae con fuerza a los demás a su alrededor.

El encuentro de ambos tiene lugar en Tánger. Javier, quien ya de adolescente había presentido que no era como los demás. Julieta Grisson, risueña dama anacrónica. Santi, el diplomático. Nadia e Irene, las amigas de Paula... Todos acompañarán a los protagonistas en un juego marcado por fronteras que saben que no deberían cruzar.

Insisto, hay que hacerle justicia al autor y leer este libro es un buen comienzo.


jueves, 27 de enero de 2011

Schubertiada III

Velos y luces apagadas.

Contemplo de nuevo mi reflejo en la ventana. Le pido en silencio una luz ya perdida.

Y sus labios se mueven en respuesta: Du Doppelgänger!, du bleicher Geselle!

Pálido compañero…

domingo, 23 de enero de 2011

Schubertiada II

Vidrios rotos en puerta antigua.

Recuerdo el salón de actos. Recuerdo al pianista, el leve movimiento de cabeza que hizo hacia mí.

Recuerdo que empecé a cantar: Das Wandern ist des Müllers Lust...

Recuerdo. Pero miro las imágenes de aquel día y no lo entiendo.

Soy yo… y no lo soy. Un extraño ha usurpado mi rostro, mi sonrisa torcida, mi voz.

Como si muchas vidas hubieran dejado sus pátinas sobre un cristal antes transparente.

jueves, 20 de enero de 2011

Schubertiada

Piano-macetero urbano.

La veía a diario. Era maravillosa.

Siempre supo que no iba a corresponderle. Al fin y al cabo, ella era una condesa.

Y él...

Pobre Franz.

domingo, 16 de enero de 2011

La guerra de la Cochinchina

Clave de lectura: Una guerra olvidada de los españoles en Vietnam.
Valoración: El tema, interesante. El estilo, pesado ✮✮✮✩✩
Música: Luisa Fernanda (Romanza), de Federico Moreno Torroba ♪♪♪
Portada del libro La guerra de la Cochinchina, de Luis Alejandre Sintes.

Retrocediendo siglo y medio en el tiempo, al emperador vietnamita Tu Duc no se le ocurrió otra cosa que proscribir a los misioneros cristianos en su territorio, empezando por un obispo español al que envió a mejor vida. Según se mire, claro...

Su homólogo en el trono galo, Napoleón III, que precisamente estaba buscando terrenos por la zona, pensó: ¡Mon Dieu, aquí tenemos una oportunidad de grandeur!

Así que le pidió un favor a nuestra Isabel II. Total, no te cuesta nada, préstame unos regimientos, que en tres o cuatro meses lo tenemos solucionado. Si es casi una misión divina, anda, anda, ¿oui?...

Y para allá que se fue la tropa, a desembarcar en Da Nang al mando del coronel Palanca.

Así comenzamos el libro de hoy: La guerra de la Cochinchina, de Luis Alejandre Sintes.

El caso es que llegaron y hala, al fregado. Pero de meses, nada: cuatro años se pasaron cubriéndose de heroísmo... y de bichos selváticos, mientras los gobiernos de Madrid iban cambiando y olvidándose del asunto. ¿Cómo? ¿Que quién está dónde?

En consecuencia, las pagas no llegaban, y al coronel lo único que le quedaba era protestar porque los aliados iban plantando la tricolor y diciendo: Esto para el tío Napo, y esto, y esto, y esto, merci, mon ami.

Al final se firmó un tratado de paz que incluía el regreso de los misioneros para reparar el honor patrio y el protectorado de París para todo lo demás. Otra guerra a las estanterías de la historia, sección «A» de absurda.

Desde el punto de vista divulgativo, el volumen de Alejandre es de agradecer. Como punto fuerte, está muy documentado en cuanto a los personajes, las unidades y las acciones, sin descuidar al mismo tiempo una visión de conjunto sobre el colonialismo decimonónico.

El problema es la forma de escribir del autor, un estilo poco ágil, con tendencia a la dispersión, a las repeticiones desordenadas y por ello, en algunos de sus capítulos, lindando peligrosamente con la monotonía.

Lástima, nadie es perfecto.


sábado, 1 de enero de 2011

Año nuevo

Globos ascendiendo.

2011. Os deseo...

Que encontréis lo que buscáis.
Y si no sabéis lo que buscáis, que ese algo os encuentre a vosotros.
Que nadéis en el aire, caminéis por los mares, respiréis de la tierra.
Porque la libertad, a menudo, significa atreverse a soñar.
Que no queráis ser perfectos, sólo humanos, incluso si cometéis errores.
Y a pesar de ellos, que vuestra mirada en el espejo os devuelva una imagen limpia.
Que al encajar un golpe, tengáis presente que no será el primero ni el último.
Y aunque duela, no os rindáis, porque sólo el último es el que podrá derrotaros.
Que améis y seáis amados.
Y si no hay suerte, que por intentarlo no quede.
Que consigáis ser felices. Un poco al menos.
Vivir. Nada más. Buen año.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Caminando

Viento soplando.

Te acercas caminando.
¿Sobre la tierra? ¿Sobre el aire?

Mi mirada encuentra la tuya
una fracción de segundo.

Te alejas caminando.
¿Sobre el aire? ¿Sobre la tierra?

domingo, 5 de diciembre de 2010

Contra el viento del norte

Clave de lectura: Amor y temor a lo desconocido... entre dos desconocidos.
Valoración: Bueno ✮✮✮✩✩
Música: Castles and Dreams, de Blackmore's Night ♪♪♪
Portada del libro Contra el viento del norte, de Daniel Glattauer.

Imaginarse a una persona a través de sus palabras, esperarlas con impaciencia, enamorarse de ellas... Algo así es lo que les ocurre a los protagonistas de esta novela de Daniel Glattauer: Contra el viento del norte.

Emmi y Leo lo tienen todo más o menos encauzado. Ella, diseñadora gráfica, se encuentra casada con su antiguo profesor de piano. Él acaba de salir de una relación tormentosa y se concentra en su trabajo en la universidad.

Un día, Emmi equivoca el correo electrónico donde solicita la baja de su suscripción a una revista. Leo responde, iniciándose así un intercambio de mensajes.

Y llegan a abrirse tanto el uno al otro que temen encontrarse físicamente, por si las imágenes que se han formado en sueños no se correspondiesen con la realidad. Hasta que ya no pueden más. Entonces...

Para apreciar el libro hay que partir de sus buenas intenciones, es decir, creer en el azar, en que es posible que de la indiferencia surja el más poderoso imán, que el sentido de la vista pueda ser dejado de lado y, sobre todo, que se pueda tener miedo al amor.

Y aunque no se trata de la octava maravilla literaria, ni muchísimo menos, y de la prevención que suelen causarme los superventas, este me pareció agradable. Tiene un final abierto y precisamente acaban de publicar la segunda parte. A ver si para Reyes...


miércoles, 1 de diciembre de 2010

Hojas

Hojas rojas en la rama de un árbol.

Al despertar, la lluvia, el frío, la oscuridad, se alejan al otro lado del vidrio.

Hoy hallaré la luz y el color de las hojas de los árboles.