Recuerdo el salón de actos. Recuerdo al pianista, el leve movimiento de cabeza que hizo hacia mí.
Recuerdo que empecé a cantar: Das Wandern ist des Müllers Lust...
Recuerdo. Pero miro las imágenes de aquel día y no lo entiendo.
Soy yo… y no lo soy. Un extraño ha usurpado mi rostro, mi sonrisa torcida, mi voz.
Como si muchas vidas hubieran dejado sus pátinas sobre un cristal antes transparente.
4 comentarios:
"A veces" no sabemos ni quien somos ni quien está a nuestro lado...Un beso
Qué va, monsieur, no se preocupe. Lo que pasa que la luz a veces se va de vacaciones, pero vuelve. A veces tarda un poco, eso sí.
Feliz domingo
Bisous
Pues es difícil dar con una respuesta exacta.
A mí también me pasa, y hay días que los paso en el cuerpo y en la vida de otra...
Schubert, magnifique!
Un abrazo schubertiano de domingo!
;)
Todos deambulamos de un cuerpo a otro, de una mente a otra. Lo que sucede es que no nos damos cuenta y nadie se atreve a comentar nuestros cambios.
Un abrazo
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