martes, 15 de octubre de 2019

Manifiesto cívico (X)

Cuadriga de la Aurora.

La reciente sentencia que condena a algunos de los promotores del intento de golpe de Estado, huelga aclarar a cuál me refiero, me motiva a dejar por escrito un par de consideraciones.

Primero, la ley no se rige –es fundamental que no lo haga– por las emociones de la sociedad. Incluso aunque estas fueran indubitablemente mayoritarias.

De otra manera hablaríamos de talión, de venganza, de «justicia popular»… No de ley.

Además, solo si existe prueba suficiente se debe condenar en la exacta proporción que dicte la norma.

No podemos retroceder en el tiempo para observar los secretos del delito antes de que ocurra, para ser testigos en lugar de intérpretes, para no correr el riesgo de equivocarnos.

Tenemos que conformarnos con investigar, preguntar y reconstruir.

Hacer que afloren las intenciones y los hechos, buscando aliviar a la víctima sin menoscabar las garantías del acusado.

Segundo, una vez separado el ámbito jurídico del sentimental, por supuesto que yo también tengo mi opinión particular sobre dicha sentencia. ¿Quién no?

Por ahí hacen ruido los que la consideran una «vergüenza», muestra de la «España fascista y opresora» (aunque, qué curioso, disfruten de toda la libertad para decirlo).

En el extremo opuesto se manifiestan igual de decepcionados. Demasiado flojo suena eso de la sedición.

En medio, unos jueces con un objetivo: hacer valer la ley, no contentar a unos u otros.

A los que supuran bilis, que imaginen todas las campañas de intoxicación que quieran. Que mientan.

Pero que aprendan que un Estado libre de ciudadanos libres, con reglas de decisión participativas, jamás desaparecerá sin más.

jueves, 10 de octubre de 2019

Breve historia del África subsahariana

Clave de lectura: África, la gran desconocida en la historia universal.
Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: Zulú, de John Barry ♪♪♪
Portada del libro Breve historia del África subsahariana, de Eric García Moral.

El libro de hoy sirve para rellenar un agujero que la mayor parte de la gente sufrimos en materia de historia universal.

Porque acontecimientos en Europa, en América, incluso en Asia, al menos los conocemos a grandes rasgos. Pero, ¿qué ocurre con los de África? ¿Quién levanta la mano?

Eric García Moral narra unos cuantos en su Breve historia del África subsahariana.

El autor comienza desde la cuna: ¿qué factores explican el nacimiento y la posterior expansión de la especie humana desde la gran falla que conforma el valle del Rift?

A continuación se ocupa de los lazos entre las civilizaciones egipcia, nubia y de Kush, así como las noticias que en Grecia y Roma se tenían de unas tierras tan lejanas a través de las rutas de mercancías.

Ptolomeo ya menciona al reino de Axum, que remonta su mito fundacional hasta Menelik, hijo de Salomón. Sus gobernantes o negus llegaron a aliarse con Bizancio, para entrar en declive solo tras varios siglos de existencia.

Ghana devino también un próspero territorio, con riqueza aurífera, agrícola, ganadera y comercial. Hasta que no pudo resistir a los ataques de tribus nómadas y la desertización por los cambios clímáticos.

Mali, el imperio del oro, surgió con Sunyata Keita, fue defendido por Sakura y alzanzó el esplendor con Kanku Musa, que en 1324 peregrinó hasta La Meca con tanto metal dorado en los fardos, que hundió la cotización durante años en El Cairo. Su figura aparece representada en el Atlas Catalán de 1375.

Songhay, forjado gracias a los éxitos militares de su líder Sonni Ali Ber, creció igualmente, con una compleja estructura de funcionarios y administradores. Hasta que las armas de fuego del sultán de Marruecos y sus soldados de origen andalusí acabaron con él.

Kanem-Bornú, Gran Zimbabue, la leyenda del Preste Juan, los suajilis, las redes esclavistas creadas desde el asentamiento europeo en la costa occidental, los bóeres, los británicos, Sierra Leona, Liberia, el reparto de Berlín, las figuras de la resistencia anticolonial, los zulúes, las guerras mundiales, los Estados del siglo XX…

La pasión que García Moral plasma en la escritura es un aspecto que tampoco puedo pasar de largo. Se nota que disfruta transmitiendo y hace disfrutar. Sigamos, pues, promoviendo la curiosidad: ¡a leer!


sábado, 5 de octubre de 2019

Manifiesto cívico (IX)

Rosa roja con gotas de lluvia.

La llama para redactar el manifiesto cívico del día la enciende cierto concejal mediático de cierto partido, que declara que las trece rosas «torturaban, mataban y violaban vilmente».

¿Es esto de verdad lo mejor que hemos podido encontrar para dedicarse a la res publica?

¿Dice esas barbaridades con la esperanza de ganar algún voto añadido? ¿Merece la pena?

Las trece rosas fueron un grupo de mujeres acusadas, condenadas y ejecutadas en un infame juicio de nuestra infame posguerra civil, sin pruebas de sus supuestos crímenes y sin la más mínima garantía procesal, como resultó norma durante aquella época de venganzas.

Entre nuestros así llamados políticos también hay mala gente.

martes, 1 de octubre de 2019

Buenos presagios

Clave de lectura: ¿Por qué destruir el mundo? Al fin y al cabo se está muy a gusto aquí.
Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: The Good Omens, de David Arnold ♪♪♪
Portada del libro Buenos presagios, de Terry Pratchett y Neil Gaiman.

Terry Pratchett y Neil Gaiman resumen en el prólogo cómo fue el proceso de escritura de Buenos presagios: «Nos lo hemos pasado bien».

El fin del mundo es inminente: multitud de signos lo anuncian, si seguimos el Apocalipsis. También hay pelos y señales en las Buenas y acertadas profecías de Agnes la Chalada, una vidente del siglo XVII quemada por bruja.

Su descendiente directa, Anatema Device, conoce el valor del libro, que describe de forma críptica pero segura hasta el mínimo acontecimiento de lo que ha sucedido y sucederá. Y resulta que lo ha perdido.

Newton Pulsifer, que a su vez desciende del cazador de hechiceras No Cometerás Adulterio Pulsifer, acaba de solicitar el ingreso en el ejército encargado de combatir a las fuerzas oscuras. Suman con él un sargento y un soldado.

Los cuatro jinetes, Muerte, Guerra, Hambre y Polución, están recibiendo las herramientas de su cometido a través de mensajería.

Las legiones de ángeles y demonios se preparan para la gran batalla…

¡Alto! En realidad lo estoy contando de forma desordenada. Debería haber comenzado por los protagonistas principales, cada uno en representación de un bando: Azirafel y Crowley.

Estuvieron aquí al principio de todo, cuando lo de la manzana, el paraíso y tal. Desde entonces se quedaron a vivir entre nosotros.

Y las ganas que tienen de que el tinglado se venga abajo son nulas.

Así que, quizá un pacto de colaboración para evitarlo, a espaldas de sus jefes…

De momento han nacido dos bebés al mismo tiempo, pero solo uno puede ser el Anticristo. ¿Adán? ¿Warlock? A ver si se han hecho un lío las sospechosas «monjas» del hospital, de la Orden de Parlanchinas de Santa Berilia.

Muchos otros personajes, sobrenaturales y humanos, aderezan con su presencia nuestros últimos días.

Total, que si uno busca participar un poco de la experiencia de Pratchett y Gaiman mientras la escribían, esta es su lectura. Sin dudarlo.


martes, 24 de septiembre de 2019

La expulsión de lo distinto

Clave de lectura: El pensamiento monologuista frente a la diversidad que invita al diálogo.
Valoración: Demasiado divagante ✮✮✮✩✩
Música: You Know Who I Am, de Giovanna Pessi y Susanna Wallumrød ♪♪♪
Portada del libro La expulsión de lo distinto, de Byung-Chul Han.

Hace meses escribí un apunte sobre otro título de Byung-Chul Han, Psicopolítica, y ya entonces manifesté ciertas reservas sobre la experiencia de lectura.

Al final lo consideré como razonablemente elogiable y me hice el propósito de seguir explorando la obra del autor. Quería formarme una idea más cabal de su pensamiento.

Pues me temo que La expulsión de lo distinto me ha dejado igual de dubitativo.

El mensaje de fondo vendría a ser la paradoja de que, en la era de la hiperconectividad, donde el intercambio de ideas es más factible que nunca, nos estamos volviendo todos más iguales. En un sentido negativo.

El concepto del «otro», un ser «misterioso» al que podemos desear o rechazar, con quien coincidir o ser divergentes, pero prestar interés, en fin, como alguien diferente a nosotros mismos, va desapareciendo.

En su lugar, nos volvemos parte de una masa amorfa, la personalidad diluida en una corriente de dirección única. Nos autodestruimos como entes irrepetibles en un mundo donde la regla de oro es consumir, consumir, consumir…

Lo que los demás hagan o piensen, yo también. Triunfan las redes sociales donde la información resulta hueca, usadas para el monólogo en lugar del diálogo. La sociedad del «me gusta» irreflexivo asoma en todo su esplendor.

Hasta ahí, el mensaje tiene un calado hondísimo. Invita a poner lo mejor de tu atención en cada párrafo, en cada línea del libro.

Hasta que Han se pone a divagar de una manera que es cosa mala. Se va por las ramas en el desarrollo.

O no sabe explicarse, o yo no sé apreciarlo, o una mezcla de ambas causas. Falta comunicación autor-lector.

El caso es que me quedo a medio camino. Tendré que volverlo a intentar con el siguiente, a ver si a la tercera...


lunes, 16 de septiembre de 2019

El valor de elegir

Clave de lectura: ¿En qué consiste la libertad? ¿En qué consiste su ejercicio?
Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: Non, je ne regrette rien, de Edith Piaf ♪♪♪
Portada del libro El valor de elegir, de Fernando Savater.

Desde que aquellos griegos con sandalias empezaron a preguntarse tantas cosas, hemos tenido voces a las que nos convendría prestar mucha atención. Filósofos, los llaman.

Voces como la de Fernando Savater. Plasmadas en palabras como las que contiene El valor de elegir.

Habla aquí sobre la libertad. Esa que damos por sentado como una especie de derecho natural —nadie es nuestro dueño—, sin cuestionarnos quizá su contenido.

Como punto de partida, ¿qué es de hecho la libertad? ¿Podría dársele una respuesta tan simplista como «hacer lo que nos dé la gana»?

¿Supone un absoluto? ¿Qué conexión sine qua non existe entre la libertad y la esencia de la persona? ¿Cuáles son sus consecuencias de su ejercicio en nuestros actos hacia los demás?

¿Por qué, entre diversas opciones, seleccionamos una, la defendemos y nos sentimos estupefactos cuando no necesariamente es la misma que han preferido otros?

Y esa que elegimos, ¿se nos ha ocurrido solos o nos la «han colado»? ¿En qué sentido es o no la mejor en los ámbitos moral, cívico, político…?

Preguntas que, de la mano de figuras como Aristóteles, Arendt, Habermas, Hayek, Bauman y bastantes más, nos exigen poner a girar las ruedecitas que llevamos dentro.

En resumidas cuentas: puestos a tomar decisiones, no dejéis de leer este libro.

Es lo acertado.


miércoles, 11 de septiembre de 2019

Naufragios de la Armada Española

Clave de lectura: Tributo a los mares con siglos de historia.
Valoración: Estupendo ✮✮✮✮✮
Música: In the Heart of the Sea, de Roque Baños ♪♪♪
Portada del libro Naufragios de la Armada Española, de Cesáreo Fernández Duro.

Aviso: puede que la opinión aquí vertida no la compartan todos los lectores.

Solo quienes se inclinen ante el poder de bajíos y tempestades, mientras el océano irrumpe incontenible en los pañoles.

Quienes aprieten los dientes al saber que la Elena aún se cañoneó embarrancada con el Irresistible y la Emerald, sus baterías de a doce contra las de treinta y dos del enemigo.

O mascullen sobre la desventura de la Santa Marta, sus fondos destrozados navegando en descubierta para la escuadra que planeaba atacar Pensacola.

Y rememoren que el San Miguel empezó a garrar pese a echar abajo las vergas de juanete, arriar cable y dar segunda ancla.

¿El San Pedro Alcántara? ¿Se logró salvar su tesoro? ¿Qué ocurrió con los cien hombres de la Vencejo cuando acudía en su auxilio?

Al mítico San Telmo se lo vio por última vez en el cabo de Hornos, con averías en el timón, la tajamar y la verga mayor.

El Poderoso, el Magnánimo, el Triunfante, el Rayo, el Monarca

Uno por uno, conocemos el destino de buques que durante siglos dejaron sus cuadernas en tributo a las profundidades. Desde una sencilla cañonera hasta un tres puentes.

A aquellos que las noches de niebla sientan la llamada de una campana bajo su piel, sin duda les encantarán los Naufragios de la Armada Española de Cesáreo Fernández Duro.

A los demás…, pues no. Ellos se lo pierden


sábado, 3 de agosto de 2019

Tirano Banderas

Clave de lectura: Vida o muerte en la República de Santa Fe de Tierra Firme.
Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: Danzón nº 2, de Arturo Márquez ♪♪♪
Portada del libro Tirano Banderas, de Ramón del Valle Inclán.

Tirano Banderas es una novela nada fácil de leer.

No por la historia en sí, que va moviéndose continuamente entre personajes extremos, ridículos, oportunistas, patéticos… Esperpénticos. Todos sujetos al vórtice de Santos Banderas, el general.

Una historia en que la opresión alcanza a cada habitante de la República de Santa Fe de Tierra Firme. Algunos la sufren y otros se aprovechan de ella.

Donde no hay un momento de respiro, donde disfrutar un día del favor del tirano puede convertirse en condena al siguiente.

No, la dificultad deriva más bien del lenguaje con que está escrita. Ramón del Valle-Inclán casi parece habérselo inventado.

Un español americano que tampoco se habla en ningún sitio. Una explosión de términos que a menudo me ha hecho dudar.
Destacáronse dos caporales que, a modo de pretinas, llevaban cruzadas sobre el pecho sendas pencas con argollones, y despojaron al reo del fementido sabanil que le cubría las carnes.
Pretinas, pencas, argollones... Así de la primera a la última página.

Recapitulando: Tirano Banderas es una novela nada fácil de leer.

Pero que no se puede dejar de leer.


miércoles, 31 de julio de 2019

El coronel no tiene quien le escriba

Clave de lectura: Pequeña epopeya cotidiana del viejo coronel y su esposa.
Valoración: Brillante. O más aún ✮✮✮✮✮
Música: El coronel no tiene quien le escriba, de David Mansfield ♪♪♪
Portada del libro El coronel no tiene quien le escriba, de Gabriel García Márquez.

En este año de gloria de 2019, leo por primera vez El coronel no tiene quien le escriba. ¿Es raro que no lo hubiera hecho antes? Pues sí.

Año de gloria, efectivamente, porque Gabriel García Márquez produce un efecto similar a la plenitud.

No sé de qué maravillarme más. ¿La riqueza expansiva de un lenguaje que tantos compartimos y al que la mayoría solemos encerrar en límites por comparación?

¿La maestría con la que dos personajes que ni siquiera tienen nombre, el coronel y la mujer —y el gallo— parecen tan presentes como si compartiésemos con ellos la existencia?

¿La emotividad al narrar unas vidas que hace cincuenta y seis años esperan un correo prometido, una pensión de veterano, aunque la lancha jamás traiga carta?

¿Y que ahora han de elegir entre alimentar bien al gallo, si desean que esté en forma para competir y vencer cuando llegue la temporada de peleas, o alimentarse ellos mismos?

Todo comienza una mañana de funeral...


viernes, 26 de julio de 2019

Telefónica

Clave de lectura: Madrid, 1936: los habitantes del edificio de Telefónica en Gran Vía.
Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: Sinfonía Castellana (III.Nocturno: Lento), de Antonio José Martínez Palacios ♪♪♪
Portada del libro Telefónica, de Ilsa Barea-Kulcsar.

Hablemos un poco de Telefónica.

Qué fibra ni qué móvil… ¡La novela! Ilsa Barea-Kulcsar terminó de escribirla en 1939.

Aunque estrictamente los personajes y la trama pertenezcan a la ficción, lo cierto es que Ilsa llegó a Madrid durante la Guerra Civil para trabajar como censora de la prensa extranjera. La oficina se ubicaba en la sede de esta empresa en Gran Vía.

De manera que sus propias experiencias influyeron mucho en el texto. Como ella, Anita, la protagonista, es una exiliada con conocimiento de idiomas a quien encargan controlar las crónicas que envían los corresponsales.

Madrid es primera línea del frente y el rascacielos un centro estratégico de comunicaciones, muy visible para los obuses y bombarderos que la asedian.

Allí conoce a su superior, Agustín —trasunto de quien se convertiría en el marido de la autora, Arturo Barea—, y al resto de habitantes del edificio: milicianos, telefonistas, reporteros, familias refugiadas del horror bélico…

Así como otros con quienes hubiera sido mejor no cruzarse, como la policía política que persigue a potenciales disidentes. Son tiempos de «paseos» de los que nunca se vuelve.

Quizá sea la descripción de estos caracteres el punto más débil del libro. Cada persona, puesta a prueba, resulta casi un modelo de nobleza o mezquindad, según el rol que le toque. Se echa en falta la gama de grises que la mayoría llevamos dentro.

No obstante, brillan con fuerza otras virtudes. El sentido dramático, las sensaciones de peligro y ansiedad, están muy bien conseguidos. Sin duda sabe reflejar aquel ambiente en que tantas vidas se vieron golpeadas.

Y las luchas internas, la desconfianza e incluso el odio mutuo según la organización en que se milite —anarquismo, socialismo, comunismo stalinista o trotskista— también quedan recogidos con acierto.

Sin olvidar el menosprecio con que a menudo una sociedad machista recompensaba a las mujeres que querían participar en ella activamente.

Elogiable recuperación literaria.