Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: To Entertain You, de Boris Kovac ♪♪♪
Rememoro las terribles violaciones de los derechos humanos durante aquel conflicto, las fosas comunes, las imágenes televisivas de bombardeos y francotiradores.
Motivos que parecían bastante convincentes para una intervención internacional que parase los pies a los serbios.
Años después, leo La fábrica de las fronteras: guerras de secesión yugoslavas, del profesor Francisco Veiga.
Y me quedo pensativo: la historia que se abrió camino aquel entonces resulta de una simplicidad mayúscula al contrastarla con los complejos hechos.
Tampoco nos equivoquemos: los crímenes están ahí. El dolor es dolor, no entiende de complejidades. Los inocentes de Srebenica ya no van a resucitar.
Pero las causas por las que todo se desencadenó, por las que los amables vecinos de ayer se convirtieron en verdugos, qué manos manejaron los hilos y muchos otros detalles que desmontarían ciertos tópicos que nacionalistas de ambos bandos intentaron aprovechar en su beneficio, eso es lo que nos enseña esta obra.
Muy bien escrita y alejada de maniqueísmos, gracias a la labor de investigación que la sustenta, no puedo dejar de recomendarla.