Siglo V d.C.: un monje vivía allende las montañas armenias, entre el balar de los corderillos y el piar de los gorriones.
En época tan remota no se dedicaban aún a la mejor actividad posible tras los muros de un monasterio. Ad maiorem homini gloriam, al menos: la fabricación de cerveza. También tenemos lo de meditar, tocar a maitines y plantar guisantes en el huerto, pero vamos, donde estén los trapenses...
De manera que el hombre, que por cierto se llamaba Mesrob Mashtots, se entretenía leyendo un montón. En griego y latín sacaba sobresaliente, y también le daba al siríaco en sus ratos libres. Hasta que su fama de enterado llegó al rey del lugar.
Había mucho pagano suelto por el mundo, y el rey creyó que para difundir los intríngulis de la religión había que explicárselos a la gente de manera un poco más clara. En griego o latín, pues... no, definitivamente no. Llamó al venerable para pedirle consejo y a este se le ocurrió inventar un nuevo alfabeto.
Y hala, ya está. Desde el año 405, mes arriba mes abajo, hasta hoy mismo: el alfabeto armenio.
ա բ գ դ ե զ է ը թ ժ ի լ խ ծ կ հ ձ ղ ճ մ յ ն շ ո չ պ ջ ռ ս վ տ ր ց ւ փ ք օ ֆ
A ojos de los profanos, prefiere la línea curva de todas las maneras posibles: hacia arriba, hacia abajo, a los lados, con un rabito aquí, con otro allá... Consta de treinta y ocho caracteres (dos de ellos más tardíos, del siglo XIII), y pese a alguna reforma ortográfica moderna, viene a ser el mismo salido de la mollera de Mashtots.
Incluso, durante mucho tiempo, sirvió como sistema numérico. Las diez primeras letras equivalen a la primera decena de números: 1, 2, 3, 4... Las nueve siguientes simbolizan el 20, 30, 40... Luego van por centenas, hasta el 1000. Más tarde por millares, y así llegamos hasta el 9000 (las dos letras medievales no cuentan). Para cifras más altas, se suman combinaciones.
Pero que el lejano visitante deseche cualquier preocupación. Los armenios son tan majos como para escribir también la versión latina en casi todos los carteles públicos. Al menos, en los nombres de las calles de Ereván. Porque de otra manera, si se quisiera ir a la avenida Բաղրամյան, lo más fácil sería acabar en...