Valoración: Bueno ✮✮✮✮✩
Música: La viuda alegre (Obertura), de Franz Lehár ♪♪♪
Hoy nos acompaña un maestro «de los de antes»: Lajos Zilahy, con su novela Primavera mortífera.
Se trata de una extensa carta que el protagonista, de quien nunca llegamos a saber el nombre, dirige a un amigo de su infancia.
Le ha visto llegar al mismo hotel donde él se aloja, ha reconocido a la mujer a su lado como aquella chiquilla que fue compañera de juegos de ambos y, en lugar de saludarlos, ha corrido a ocultarse, a redactar para ellos sus últimas líneas a la luz de una lámpara.
Porque, cuando llegue el alba, quiere pegarse un tiro en el corazón.
Un joven apuesto, terrateniente acaudalado en la Budapest imperial, miembro de la élite, con una prometedora carrera en ciernes... ¿Qué le impulsa a tomar tal decisión? ¿Quizá Edit von Ralben?
Rememora el momento en que se cruzó con ella en la escalera de casa, la fiesta a la que pudo hacerse invitar, sus primeros paseos en el monte Gellért, arropados por la complicidad de la madre, la primera vez que apoyó la cabeza en su regazo, la primera vez que la vio desnuda...
Y también, la primera vez que la vio hablando con el conde Ahrenberg. ¿Su rival?
A partir de aquí su existencia empieza a desmoronarse: juego, deudas, desprecio social... Hay una posibilidad de salvación cuando entra en escena Józsa, que arrastra sus propios secretos. Ella le ama, pero, ¿será eso suficiente?
Venga, que es una novela estupenda, de verdad, hacedme caso, no os lo penséis más. Vuestro destino es leerla.