viernes, 2 de mayo de 2025

Pimiango (XXIV)

Diente de león

Días después del apagón, me siento a la puerta de casa con una taza de té. Los cables que colgaron inertes de fachada en fachada sirven de columpio a las golondrinas.

Estoy en Pimiango, que es un buen lugar para… Para todo.

He plantado hortensias y calas, que también llaman mantos. He recogido limones. He hundido los dedos en la tierra esponjosa con semillas de flor, de pimiento y de tomate.

El rosal y los geranios me dan los buenos días tan alegres que levanto la mano para saludar junto a ellos al nuevo sol.

Dos gatines no tardan en aparecer, reclamando con maullidos su cuenco de leche matutina.

Aún no he decidido con qué nombre armar caballero al atigrado: Arturo, Merlín, Lanzarote y Perceval ya desfacen entuertos… Quizá Galahad… Sí, el intrépido Galahad, definitivamente.

(La mirada del negro me inquieta: ¿no estaré dando de desayunar a un oculto Mordred?).

Cuando me acerque a La Librería habrá miles de mundos aguardándome. Y sé que algunas personas sonreirán.

Volveré dentro de poco a caminar sobre el asfalto, también lo sé, a descender a esos túneles en los que el tiempo tiene el mismo valor que soplar sobre un diente de león.

Pero hoy no. Hoy no…


4 comentarios:

Luis Serrano dijo...

Hoy tocaba despertar a ese nuevo presente que calma, que procura silencio, sosiego, y un tiempo para el orden natural de las cosas. Hoy tocaba pisar ese terreno apenas explorado en el que el aire, el canto de los pájaros y el contacto con la Naturaleza es el alimento preciado, el alimento necesario. Enhorabuena.
Un abrazo grande.

Beauséant dijo...

Me alegra saber que tienes un buen refugio en la tormenta y un ejército de caballeros para defenderlo ;)

Mannelig dijo...

Un alimento efectivamente tan olvidado que los olores, los sabores, el tacto, la vista, lo tenían ya por nunca existido.

Mannelig dijo...

Gracias. Pero Mordred, Mordred... No sé, también ha aparecido Ginebra y resulta que se llevan bien, lo que me hace un poco de lío.