martes, 31 de marzo de 2020

El asedio (XIV)

Parlamento de Budapest.

Leo que, con motivo del asedio del virus, el primer ministro húngaro asume «poderes especiales» sin fecha de caducidad.

Y aún estamos en marzo. ¡Los idus! ¡Cayo Julio!

Dictador vitalicio, cónsul perpetuo, potestad de tribuno…

Tantos siglos ha, y no dejan de aparecer «grandes hombres» que quieren salvar a las repúblicas de sí mismas.


lunes, 30 de marzo de 2020

El asedio (XIII)

Peregrino en Shwedagon.

Lunes. Asedio. Cambio de hora. Todo junto.

Y además la última taza de café decente se agota en el castillo.

¡Un respiro desde lo alto, por favor!


domingo, 29 de marzo de 2020

El asedio (XII)

Nos deja su voz. La voz de su música.

Voz sin tiempo ni fronteras.

(En recuerdo de Krzysztof Penderecki).


sábado, 28 de marzo de 2020

Física y berenjenas

Portada del libro Física y berenjenas, de Andrés Gomberoff

Título y autor/a:Física y berenjenas, de Andrés Gomberoff.
Clave de lectura:No hay que tenerle miedo a la física.
Valoración:✮✮✮✩✩
Comentario personal:Una aproximación en exceso superficial.
Música:Sunshine, de John Murphy ♪♪♪

Física y berenjenas es un libro que nadie va a arrepentirse de leer, lo prometo.

Porque Andrés Gomberoff nos ofrece en él conocimiento. El espíritu de descubrir, de entender, de dar un paso más hacia el origen de tantas cosas...

Al tiempo que aplica amenidad a su aproximación científica, para que los amateurs podamos seguirlo.

Sin embargo, todo lo bueno que pueda decir no me quita la sensación de que «le falta algo».

Y es que esa aproximación resulta en exceso superficial. Una miríada de fenómenos del universo se mencionan casi de refilón, poniéndonos la copa al borde de los labios pero sin llegar a mojarlos.

Quizá el origen de los textos, pensados para su publicación en revistas, tenga que ver con el problema. Dada la brevedad de cada uno, como conjunto orgánico me temo que no terminan de funcionar.

En fin, no dejemos de agradecer el intento.


La gravedad es más poderosa mientras más cerca estamos del cuerpo masivo que la produce. Así. por ejemplo, si nos acercáramos a un objeto de un kilo a una distancia igual al diámetro de un átomo, percibiríamos una fuerza semejante a aquella con que la Tierra nos atrae.

viernes, 27 de marzo de 2020

El asedio (XI)

Cartel de habitaciones libres en alemán.

¿Por qué recuerdo que a Rosy le quedaban habitaciones libres una vez que pasé por Meersburg y, sin embargo, no tengo la más mínima idea de cuáles son las valencias del molibdeno? A ver, ¿por qué?

Misterios de la memoria. Y de la fotografía.


jueves, 26 de marzo de 2020

El asedio (X)

Laberinto.

Quizá estemos metidos en el centro de un laberinto, sin caminos rectos.

Quizá...

Pero no hay laberinto sin salida.


miércoles, 25 de marzo de 2020

El asedio (IX)

Órgano en San Estanislao, Poznan.

Sabemos que ciertos sonidos ayudan en gran medida al bienestar del ser humano. Por eso, más que nunca en este asedio, hay músicas que podemos llamar sanadoras.

Como el último coral de Bach: Wenn wir in höchsten Nöten sein.


martes, 24 de marzo de 2020

El asedio (VIII)

Avenida sin tráfico en Madrid.

Yo me figuraba una ciudad postapocalíptica: calles vacías, avenidas desiertas, plazas barridas por el viento, alguna sombra de pasos huidizos…

Pero, tras mi primera salida rápida en pos de vituallas, que en Troya tampoco aguantaron diez años a base de agua del grifo, me cruzo con más personas de las esperadas.

Todos a la última moda, eso sí: guantes, pañuelos, bufandas, mascarillas… Complementos fundamentales de armario.

El mundo aún existe al otro lado del portón.


lunes, 23 de marzo de 2020

El asedio (VII)

Neuschwanstein.

Hay asedios y asedios.

O sea, no es lo mismo estar tirado en la mazmorra de la torre que disponer de la Filarmónica de Viena al alcance del mando para que te toquen Lohengrin .

Ahí tengo que reconocer ciertos privilegios. No sé si serán modernos o feudales…


domingo, 22 de marzo de 2020

El asedio (VI)

Escultura de ventana en terracota.

No todas las ventanas de este castillo bajo asedio miran hacia el exterior.

Algunas intentan vislumbrar dentro de los mismos muros.


sábado, 21 de marzo de 2020

Un día en la vida de Iván Denísovich

Portada del libro Un día en la vida de Iván Denísovich, de Alexandr Solzhenitsyn

Título y autor/a:Un día en la vida de Iván Denísovich, de Alexandr Solzhenitsyn.
Clave de lectura:El verdadero significado de la ausencia de libertad.
Valoración:✮✮✮✮✮
Comentario personal:Concentra una poderosa capacidad de denuncia.
Música:Sinfonía nº 14 (VII.À la Santé), de Dimitri Shostakovich ♪♪♪

Para recordarnos qué significa realmente estar encerrado, que la vida solo sea un número de lista en una hoja de papel, tenemos que leer a Alexandr Solzhenitsyn.

Un día en la vida de Iván Denísovich concentra una poderosa capacidad de denuncia.

Narra un solo día. Un día cualquiera de la condena por haber caído prisionero durante la invasión alemana y conseguir posteriormente escapar —traidor y espía por partida doble, según la interpretación de los jueces—.

Desde el toque de diana hasta que el protagonista vuelve a tumbarse en el jergón.

La actividad en el campo de trabajo, los «crímenes contrarrevolucionarios» de cada hombre allí recluido, las relaciones entre ellos y con sus guardianes, los miedos y las inesperadas alegrías —unos gramos más de pan— que hacen su experiencia «soportable»…

Un documento que conviene no enterrar en el baúl de las «cosas que pasaban antes» o «que pasaban lejos».


Acto seguido, sin soltar el pan, Iván Denísovich sacó las piernas de las botas, dejando hábilmente en ellas los peales y la cuchara y, descalzo, trepó a la litera, ensanchó un agujero del jergón y hundió la media ración entre el serrín.

viernes, 20 de marzo de 2020

El asedio (V)

Noria en parque de atracciones.

¿Cómo pasarán los niños el asedio?

¿Cómo serán ahora sus campos de juegos?


jueves, 19 de marzo de 2020

El asedio (IV)

Piano en el Museo del Romanticismo de Madrid.

El Nuevo Testamento de la música: las sonatas de Beethoven.

Número veintinueve, Hammerklavier.

Adagio sostenuto. Appassionato e con molto sentimento.

No intentaré explicarlo con palabras.


miércoles, 18 de marzo de 2020

El asedio (III)

Tazas de té.

Miro al cielo nublado, sosteniendo la taza de té caliente a media mañana.

Lo compré en Xizhou, rememoro. Un pu'er como Confucio manda.

Dicen que lleva flavonoides, catequinas y polifenoles, para que no me oxide.

Cuando termine el asedio voy a estar por dentro como una patena.


martes, 17 de marzo de 2020

El asedio (II)

Cervecería de Madrid por la noche.

Hoy es San Patricio. ¡Y todos los pubs de la ciudad con la chapa bajada!

Pues no sé el resto de asediados lo que hará, pero yo ahora mismo pienso solucionarlo.

¡A la cocina! ¡A por una buena birra! ¡Crucemos el pasillo, el Río Grande y lo que haga falta!

We are the San Patricios, a brave and gallant band, there’ll be no white flag flying within this green command.


lunes, 16 de marzo de 2020

El asedio

Cañón defendiendo la fortaleza.

Primera jornada bajo asedio. Pues el bando así lo ordena, tranco la puerta para entrar o salir del castillo.

Hay víveres para resistir, me parece. Con una docena de yogures, cuarto de lomo curado y la caja de mandarinas, el estómago no tiene derecho al refunfuño.

Aunque posiblemente las cápsulas de café vayan a quedarse cortas. Ahí surgirá un problema a no mucho tardar.

Y las latas de tomate, o de guisantes o… cualquier otra lata, que todas habían volado cuando fui a reponer existencias, también brillan por su escasez en la despensa.

¿Qué hago, a ver, macarrones senza pomodoro? ¡Que somos asediados, no salvajes!

Pero bueno, insisto, no merece la pena quejarse. La moral es alta.

No queda sino batirnos.

lunes, 9 de marzo de 2020

Ciudad dormida (II)

Templario en Madrid de noche.

Noche profunda, cobijo de paño negro.

Errante entre seres extraños.

Un rostro me contempla con dureza mientras camino.


lunes, 2 de marzo de 2020

Ganarle a Dios

Portada del libro Ganarle a Dios, de Hanna Krall

Título y autor/a:Ganarle a Dios, de Hanna Krall.
Clave de lectura:El gueto de Varsovia y el significado de su levantamiento.
Valoración:✮✮✮✮✩
Comentario personal:Un relato de los caídos y de los supervivientes.
Música:Sinfonía nº 3 (II. Lento e largo), de Henryk Górecki ♪♪♪

El levantamiento del gueto de Varsovia en 1943 es el hilo conductor de Ganarle a Dios.

Y los pequeños detalles durante conversaciones con testigos cuyos recuerdos pueden incluso resultar diferentes sobre los mismos hechos, son la manera con la que Hanna Krall nos sumerge en aquel episodio.

Tampoco pretende narrar la lucha en sí misma, los preparativos, el desarrollo, la «derrota». Al menos, no de forma lineal.

Lo que busca es unirnos en espíritu a personas cuya existencia podría haber desaparecido tan fácilmente como lo hicieron miles de otras a su alrededor.

Fracciones de segundo y todo acabó. Sangre, heroísmo, la última voz sobre la Tierra de los condenados…

Con nombres y apellidos como el doctor Marek Edelman, que deben escribirse y pronunciarse en recuerdo de su sacrificio.

Un relato de los caídos y de los supervivientes.


Mi deber consistía en salvar el mayor número posible, y una vez me di cuenta, de pie junto a aquella planta, de que, en realidad, era el mismo deber que allí, en Umschlagplatz. Allí también estaba junto a la puerta y salvaba a unos pocos del total de condenados.