Valoración: ✮✮✮✮✩
Comentario personal: Tiene clase.
Música: El carnaval de los animales (El cisne), de C. Saint-Saëns ♪♪♪
Irene Jiménez, nuestra autora del día, escribe estupendamente, con creatividad y estilo. Se puede disfrutar de ambas virtudes literarias en este volumen de relatos: Lugares comunes.
Se trata de historias cercanas, que surgen a partir de personajes y situaciones de la vida misma. En la universidad, por ejemplo, narra el inesperado encuentro amoroso de dos jóvenes: Itziar no quiere llegar tarde a la clase de Movimientos artísticos contemporáneos y Mario quiere venderle un separador de libros con un poema.
En un pasillo, Alejandra, un ama de casa cansada, espera a que la llamen. Ha acudido a una agencia de estudios de mercado para participar en cierta encuesta: ¿cuál de los seis botes de champú que le van a colocar delante es el que elegiría si tuviera que comprarlo en una tienda? ¿Por qué? Hay un gran espejo y, seguramente, revisores poderosos la observan.
En casa de los señores, Ksenia ha bajado la basura y ayudado a los niños a acostarse. Se prepara una infusión. Piensa en Polonia, su país natal. A través de las ventanillas del autobús vio lo mismo durante todo el viaje: polígonos industriales, fábricas de cristales rotos, cementerios de automóviles… Entonces escucha gemidos en la alcoba principal.
En la oficina hay rumores de que la compañía no marcha bien. La dirección ha decidido no cobrar incentivos a fin de año, con gran dolor. Entre los trabajadores se preguntan quién se quedará y quién será despedido. ¿Y si Leticia hubiese de anunciárselo a Manuel, su pareja? ¿Y si te tocara precisamente a ella?
Sólo a eso de las once, durante un repentino silencio sin caricias, Leticia cambió de postura y se sorprendió al leer por primera vez, nítidamente, la preocupación en las pupilas brillantes de Manuel. En seguida se sintió culpable por haber olvidado que les restaban veintiocho años de hipoteca y quiso decir algo, pero le faltó tiempo porque al darse cuenta él de su desliz, al saber que Leticia lo había descubierto repasando los primeros cálculos, abandonó el sofá con rapidez, dirigiéndose a la cocina.
En la calle. En la ventana. En el dormitorio. En una fiesta. Lejos… El resultado, insisto, es de muy grata lectura. Tiene clase. Os animo a que le echéis un ojo como punto de partida para descubrir más títulos suyos.
Y como en uno de los cuentos aparece un músico que ensaya El carnaval de los animales, podemos escuchar de paso esa gran fantasía zoológica de gallinas, tortugas, elefantes... y un cisne, salida de la imaginación de Camille Saint-Saëns.
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