Título y autor/a: | Un amor, de Sara Mesa. |
Clave de lectura: | Un deseo de aislamiento desemboca en una encrucijada vital. |
Valoración: | ✮✮✮✮✩ |
Comentario personal: | Demuestra una habilidad narrativa de quilates. |
Música: | Pasacalles a 7, de La Musgaña ♪♪♪ |
Por primera vez leo a Sara Mesa y, guiado por las sensaciones que me despierta Un amor, no encuentro excusa para no unirme a los elogios de quienes la califican de gran escritora.
Nat, la protagonista, se traslada a una aldea remota. Un hurto cometido en su anterior trabajo parece empujarla a la soledad.
Además del casero, de gestos y maneras intimidantes, que para su alarma entra y sale cuando quiere, en las cercanías vive alguien de actitud acogedora: Píter. El hippie, como se le conoce.
También Andreas, silencioso y huraño, cuenta con sobrenombre: el alemán. Cultiva hortalizas.
Roberta, la anciana de la casa amarilla, está perdiendo la conciencia. Su marido, Joaquín, la vista.
Una adolescente despacha en la tienda, aunque ansía abandonar el lugar lo antes posible. Una familia gitana no cuenta para nadie, casi proscrita.
Otra familia con niños acude los fines de semana, tras haber recibido su «chaletito» en herencia.
Sieso, un perro huidizo, acompaña a veces a Nat. Se lo ha proporcionado el casero y quizá lo haya golpeado antes para acobardarlo.
Un día, las goteras causadas por la lluvia se convierten en una catarata y el alemán se ofrece a reparar el tejado (el casero no lo hará, por supuesto) a cambio de…
De que le permita «entrar en ella». Una sola vez, con las condiciones que Nat establezca. Será rápido y delicado. Se trata de una necesidad de su cuerpo, sin ataduras emocionales, desprecio ni aprecio que pudiera abrir brechas o construir puentes entre ambos.
Sin embargo, esa vez se convertirá en la primera de una escalada hacia «algo» que podría salvar el rumbo de su vida. O quizá hacerlo descender más, si ello es posible.
Mesa demuestra una habilidad narrativa de quilates: la corriente de pasiones oscuras que domina las almas, el entorno aislado y angustioso, la vida en forma de laberinto donde unos quedan atrapados y otros alcanzan la puerta que da acceso al premio…
Todas son características que lucen muy bien en mis particulares estantes de excelencia literaria.
En el paisaje castigado por la sequía se diseminan olivos, alcornoques y encinas. Las jaras, pegajosas y humildes, son las únicas flores que salpican la tierra. La monotonía de los campos se rompe únicamente por el contorno de El Glauco, un monte bajo de arbusto y matorral que parece dibujado a carboncillo sobre el cielo desnudo.
4 comentarios:
Leí esta novela hace tiempo y me encantó, la verdad. Después vi la película que se rodó sobre ella y esa ya me gusto menos. Gracias
Ni sabía que hay una película... El libro al menos es notable.
Suena interesante, volver a la aldea buscando esa vida más sencilla no suele funcionar bien, el ser humano ha llegado a todas partes, y con él viajan sus preocupaciones.
Muy cierto. Podemos huir y escondernos, pero no de nosotros mismos.
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