lunes, 20 de julio de 2020

¡Escríbelo, Kisch!

Clave de lectura: Diario de un soldado en los primeros meses de la Primera Guerra Mundial.
Valoración: Bueno ✮✮✮✩✩
Música: Unter dem Doppeladler, de J.F. Wagner ♪♪♪
Portada del libro ¡Escríbelo, Kisch!, de Egon Erwin Kisch.

Al principio, muchos se las prometían felices. En una estación berlinesa, a punto de coger un tren para incorporarse a su regimiento en Praga, Egon Erwin Kisch escuchó a miles de personas cantar jubilosas.

Era el 29 de julio de 1914, en medio de la movilización general. Dos días más tarde, el viernes 31, hizo la primera anotación en su diario.

¡Escríbelo, Kisch! Con este título lo publicó años más tarde.

Nos cuenta que fue enviado a conquistar Serbia, tras el asesinato del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo.

Igual que él, los reservistas austríacos, checos, húngaros, croatas…

Empujados por políticos grandilocuentes y liderados por oficiales de incompetencia criminal, todos entraron en el infierno.

Avances, retiradas, desastres, sinsentidos, miserias y, sobre todo, muerte, quedaron reflejadas en cada página, sin poder escapar de la espiral.

De pronto, la tierra se levanta como si se hubiera originado un terremoto, el aire silba, la gorra sale volando de mi cabeza, trozos de tierra caen sobre mi rostro. Me vuelvo. El maestro de armamento yace con la cabeza destrozada, la sangre ha salpicado hasta mis pies y, tras él, empotrada muy honda en el suelo, la granada. Una granada que no ha estallado.

Hasta que no volvió a haber cantos jubilosos.

Hasta que solo se trató de subsistir.


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