Ha llegado el tiempo de las elecciones, listos para entrar en el patio de butacas con la bolsa de palomitas. ¿De qué película comprar entrada?
No tenemos nada de estreno, desde luego, pero entre eso y quedarse en casa… A ver, vamos a repasar los guiones que se presentan otra vez:
Gladiator
Cómodo es un hombre sin moral, eso lo sabes desde siempre. Cómodo no puede gobernar. Es más, ¡no debe gobernar!
La última noche de Boris Gruschenko
—La inmoralidad es subjetiva.—Sí, pero la subjetividad es objetiva.
—No, en ningún esquema racional de percepción.
—La percepción es irracional, implica inminencia.
—Pero el juicio de cualquier sistema a una prioridad de relación de fenómenos existe en cualquier contradicción racional o metafísica, o al menos epistemológica, de un concepto empírico abstracto como el ser u ocurrir en la cosa en sí, o de la cosa en sí misma.
—Sí, yo he dicho eso muchas veces.
Casablanca
—¿Con qué derecho me cierra usted el local?—¡Qué escándalo, qué escándalo, he descubierto que aquí se juega!
—Sus ganancias, señor.
—Muchas gracias. ¡Todo el mundo fuera!
La vida de Brian
—A los únicos que odiamos más que al pueblo romano es a los del Frente del Pueblo Judaico.—¡Disidentes!
—Y al Frente Popular del Pueblo Judaico.
—¡Disidentes!
—Y al Frente Popular de Judea (...).
—¡El Frente Popular de Judea somos nosotros!
—Ah, creí que éramos de la Unión Popular...
Teléfono rojo, volamos hacia Moscú
Estoy harto de consentir con los brazos cruzados la infiltración comunista, la subversión comunista, la conspiración comunista, esa corriente, en la actualidad tan de moda, que envuelve e infecta todos nuestros preciados fluidos naturales.
Mmmmm, creo que voto por, mmmmm...
1 comentario:
Si no fuera porque indicas a qué películas pertenecen (y algunos los reconozco) no sabría si se trata de diálogos de guiones o conversaciones pilladas al vuelo en las calles de cualquier país en los tiempos que vivimos.
Se me ocurre un eslogan del estilo: la vida es cine, el cine es vida (quizás ya existe y sólo lo recordé).
Lo que más me alegra es comprobar que tantos años después sigues con tu blog activo. Y volver a leerte.
Un abrazo, Mannelig
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