jueves, 24 de octubre de 2019

¿Quién soy yo... y cuántos?

Clave de lectura: Viaje filosófico desde el amanecer hasta el sueño.
Valoración: Muy bueno ✮✮✮✮✮
Música: Sinfonía nº 22 «El filósofo» (I.Adagio), de Joseph Haydn ♪♪♪
Portada del libro ¿Quién soy yo... y cuántos?, de Richard David Precht.

¿Quién soy yo… y cuántos?

La persona que ha abierto hoy los ojos, ¿es quien los abrió ayer? ¿Y anteayer? ¿Y hace diez o veinte años?

¿La misma, mejor, peor…?

¿Qué me hace único o mutable? ¿Lo que hago? ¿Lo que pienso?

Si alguien compartiera mis recuerdos y experiencias, si luchara por los mismos ideales, ¿sería entonces también yo?

Richard David Precht ha escrito un título de mérito. Un «viaje filosófico» a partir de cierto planteamiento kantiano: ¿qué puedo saber?, ¿qué debo hacer? y ¿qué me cabe esperar?

Sobre esta base entrelaza diversas fuentes de conocimiento, a cuál más imaginativa en su presentación.

Nietzsche, nuestra antepasada austrolopiteca Lucy, Ramón y Cajal, Descartes, Mach, el señor Spock, Freud, Kandel, Wittgenstein…

Rousseau, De Waal, Schopenhauer, Libet, Bentham, Luhmann…

Y habla sobre casi todo: la existencia de los dioses, el aborto, la eutanasia, la alimentación carnívora o vegetariana, la bondad y la maldad, el origen de los sentimientos, los derechos de los grandes simios, la clonación, la propiedad…

La lista sigue y es larga. La historia de lo que ha venido poniendo a prueba el entendimiento desde hace muchos siglos.

Aunque le pese a Kant, no existe ninguna «ley moral» en el ser humano que lo obligue a ser bueno. Si se ha llegado a formar la conducta moral, ha sido porque a menudo ha demostrado ser ventajosa para el individuo y para el grupo. El grado en que cada individuo obre moralmente depende en gran medida de la propia dignidad, y esta a su vez depende de la educación que cada cual haya recibido.

Claro que tampoco se sumerge en unas profundidades abisales para cada tema, sería imposible. Pero siembra en el lector la semilla —con una bibliografía muy tentadora— para continuar caminando en busca de la verdad.

No os quedéis atrás. Vais a agradecer leerlo.


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